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miércoles, 20 de abril de 2011
ELIAS LOPEZ BUSTAMANTE
Aunque estamos en un país sumido en plena crisis, en estas fechas de Semana Santa, parece que se abre un paréntesis en que la gente se olvida de la misma, se echa la manta a la cabeza y carretera.
El que mantiene este blog no es una excepción, así que tras estos días festivos, la semana siguiente saldremos de viaje con el deseo de estar de vuelta tras la fiesta del 1 de mayo.
Es pues un buen momento para agradecer a todos los que nos siguen su fidelidad, pues estamos sorprendidos de las cifras que nos muestra el contador del blog. En los últimos 100 días se han producido 20.000 entradas, que corresponden a una media de 110 personas diarias (los fines de semana, que descansamos, siguen entrando una media de 75), casi el triple que el año pasado por estas fechas.
Pero esto estamos seguros que no hubiera sido posible sin las numerosas colaboraciones que recibimos, y la calidad de las mismas. Ello nos confirma en que acertamos a la hora de plantearlo como un foro donde recibir las colaboraciones de toda la gente del mareómetro y plantear nuestros proyectos. Procuraremos que todas las aportaciones que vamos acumulando, se recojan en las páginas de los Cuadernos Portugalujos o de la Colección El Mareómetro, para que así puedan llegar a un número mucho mayor de portugalujos y se puedan conservar en nuestras estanterías.
Hoy cerramos esta entrada con el perfil de Elías López Bustamante, el nº 26 de los que hemos publicado en el periódico gratuito enportugalete.com, que con una impresionante tirada de 20.000 ejemplares llega puntualmente cada mes a muchos hogares portugalujos.
martes, 19 de abril de 2011
25 AÑOS DE REHABILITACION DEL CASCO VIEJO DE PORTUGALETE
Acaba de cumplirse un cuarto de siglo desde que en Portugalete se creó la Sociedad Urbanística de Rehabilitación (SURPOSA), como consecuencia del grado de deterioro y degradación que ofrecía el Casco Viejo.
25 años haciendo proyectos, concienciando y ofreciendo ayudas para rehabilitar nuestro patrimonio, cuyo resultado se aprecia más claramente cuando nos encontramos con fotos como estas que ofrecen el antes y el después de la rehabilitación y que evitan que el presente nos parezca como normal olvidando la imagen que lo que era hasta hace poco tiempo.
Se trata de la casa de Sota en el número 26 de la calle del Medio, con su noble portada y cuya zona posterior está tan bien aprovechada, ofreciendo un lugar sumamente agradable para tomar una copa como es “el Allende”.
Nuestro reconocimiento a SURPOSA y nuestro agradecimiento a su gente pues hacen posible que los suscriptores de nuestros libros que no pueden recogerlo el día de su presentación en el Hotel, lo puedan hacer con posterioridad en sus oficinas.
lunes, 18 de abril de 2011
UN PORTUGALUJO ANONIMO EN SEVILLA EN 1601
En Sevilla, que ya está inmersa en su Semana Santa con tantas cofradías y hermandades, murió en 1862 Fray Gabriel de Lasurtegui, un portugalujo que tiene una calle en la Villa, y que tras su vida por Perú, y su paso por el Convento de San Agustín de Bilbao, en 1858 había ingresado en la sevillana Hermandad de la Santa Caridad, para servir mejor a Dios en sus pobres.
Igualmente esta capital andaluza fue en el siglo XVI lugar de paso para muchos portugalujos en su camino hacia las Indias. Una de sus calles, la actual calle Castilla, llevaba el nombre de Portugalete y en ella existía un hospital regido por una Congregación formada por esclavos negros bajo la protección de la “Gloriosa y Bienaventurada Virgen Nuestra Señora Santa María del Rosario” que vio aprobadas sus reglas penitenciales en el año 1584 incluyendo la advocación de la “Sangre de Jesucristo”.
Pues bien, de uno de aquellos anónimos portugalujos que pasaron por Sevilla, y además por sus hospitales, nos habla Daniel Docampo en esta entrada que nos ha enviado y que la titula El testamento apresurado de Tomás de Hoz:
Muchas vidas han ido construyendo Portugalete. La mayoría de ellas son de gente común y, por eso, están olvidadas en la trastienda de la Historia. Olvidadas, sí, pero necesarias en su aparente irrelevancia para que nuestra Villa “pese sobre el suelo” como diría en aquel magnífico poema Ángel González. Tomás de Hoz es uno de esos personajes que por un triste acontecimiento viene hoy a engrosar la lista de anónimos portugalujos. Fue acogido por un “balazo en el brazo derecho” en el desaparecido hospital del Cardenal (también llamado de San Hermenegildo) seguramente debido a alguna reyerta callejera común en la Sevilla de aquel tiempo. En ese trance, redactó su testamento de poco más de un folio que podemos encontrar en el Archivo de la Diputación Provincial de Sevilla, Hospital de San Hermenegildo, legajo 55 y que hemos obtenido gracias a la amabilidad del profesor Francisco Núñez Roldán quien habla de él en la página 224 de su estupendo libro La vida cotidiana en la Sevilla del Siglo de Oro:
Tomás de Hoz era vecino y natural de Portugalete, donde vivían su mujer y sus hijos, y en abril de 1601 fue acogido en el hospital de San Hermenegildo con una herida de un balazo en el brazo derecho. Su testamento apenas ocupa un folio y es tan parco que no deja lugar a dudas de las prisas con las que fue redactado. Dejando a la voluntad del hospital el lugar de su enterramiento, dio unas instrucciones precisas para la disposición de su alma. Y para dejar las cosas arregladas avisó de que toda la soldada que se le debía por sus servicios en el galeón la cobrase el capitán Cortés, con la confianza de que como buen cristiano que era la diese y entregase a su mujer, a quien Cortés “muy bien conoce y le suplico y ruego a mi mujer e hijos le amparen y favorezcan como padre”. Miraba el vasco por sus huérfanos, por el mantenimiento de su familia, apurado como estaría por su sentimiento de culpa. Y no dejó tampoco pasar el fatídico momento para recordar las deudas que debía […].
viernes, 15 de abril de 2011
CARTELERA CULTURAL
Junto con el magnífico programa de Musika eta dantza, programado entre la Escuela de ballet clásico de Pilar Aguirregomezkorta y la Banda de Música Municipal, para mañana sábado, finaliza hoy las IV Jornadas Culturales de la Asociación de Amigos de la Basílica, con el concierto de la portugaluja P. G. Etxabe (soprano) y los también portugalujos J.L. Arkaute (órgano), y A. Cobos (bajo), que tanto éxito cosechó la pasada edición.
La foto inferior corresponde a la visita guiada del lunes pasado, a su paso por el recinto del museo parroquial.
PLANO DEL MUELLE VIEJO Y EL PROYECTO DE SALIDA HACIA SESTAO
El tercer plano que hemos citado el día pasado corresponde al Muelle Viejo con todo el trazado de la estación del ferrocarril hasta el ayuntamiento. La referencia en el AHMP es C 92 nº 8 del año 1889.
Al igual que ayer, colocamos también una foto que ayude a entender mejor el plano.
Aquí sólo recogemos su extremo izquierdo pues es donde aparece el detalle que nos interesa y que es el camino de 5 m. de ancho que se proyectaba en dirección a Sestao.
Esta entrada a la parte baja de la Villa desde Sestao supongo que se proyectaría a través del terreno en que ahora se está construyendo el nuevo parque de Azeta y por el que luego ocupó la estación de la Canilla al prolongar el ferrocarril hasta Santurtzi.
Recordemos que el ferrocarril se inauguró en 1888 y su primera estación estaba en la entrada del Muelle Viejo, donde se había rellenado el antiguo dique y construido “la nueva dársena”.
Las dos últimas casas aparecen en azul y además de la “estación provisional”, aparece el “depósito de máquinas del ferrocarril” y el edificio donde se hallaba la “instalación de la luz eléctrica del puerto”. Este quedaría unido con un paso a la nueva carretera.
Debemos recordar también que la iluminación de todo el espacio de la ría desde La Punta hasta la desembocadura del Galindo, para que en las pleamares nocturnas pudieran entrar y salir los barcos, proyectada en 1883, tenía su centro en este edificio con sus máquinas motriz y dinamoeléctrica construido de acuerdo con la compañía del ferrocarril minero de Galdames.
En esos años de final de la década de los 80 entraron de noche aprovechando la luz eléctrica más de 1.600 buques al año.
jueves, 14 de abril de 2011
PLANO DE LA PLAYA DEL SALTO Y MUGA CON SANTURTZI EN PEÑOTA
Siguiendo con los planos que citábamos ayer, este de la zona de la playa del Salto y Peñota, nos presenta otro de los proyectos de la corporación municipal para unir la zona baja de la Villa, la del Muelle Nuevo y Balneario con Santurtzi. Colocamos debajo una de las fotos clásicas, con el balneario sobre la playa, para que ayude a visualizar la zona.
Estamos en el siglo XIX y por lo tanto todavía no se había pensado en el relleno del siglo XX.
El plano recoge desde la calle Mª Díaz de Haro, el antiguo Hospital, el Balneario y junto a él el edificio de la Junta de Salvamento de Náufragos. La playa en pleamar llegaba hasta la torre del piloto, cerca del actual mareómetro, y el recién construido Muelle de Hierro es denominado como muelle nuevo. Donde luego se construiría el palacio de Chávarri, es posible que quedaran los restos de la batería del Cuervo.
La divisoria con Santurtzi seguía el curso de un pequeño arroyo y separaba a su vez las fincas de Víctor Chavarri y de Diego Mazas. En el chalet de este último, situado al otro lado de la muga, escribió muchos de sus versos la poetisa bilbaína Matilde Orbegozo y tenían una especie de cenador o mirador junto al chalet sobre el acantilado (aparece en la foto) y enfrente sobresaliendo del agua la famosa roca, La Peñota, que dio nombre a la zona.
El palacio del Saltillo (1879) ya estaba construido, figurando su terreno como propiedad de Prisca de Arana y en el siguiente, de su hermana, casada con Martínez Rodas, todavía no se había construido el palacio de El Salto (1890), que sí aparece ya en la foto.
El siguiente terreno de los Martínez Rivas (actual Uned) figura con el título que ostentaban de Marqués de Mudela.
El plano recoge todo el camino de costa que nos unía con Santurtzi, separado por lo muros de cada finca.
El nuevo proyecto de carretera seguía el trazado de este camino y al llegar al final de su término municipal bajo el chalet de Mazas, y frente a una pequeña casita (el tejado se aprecia en la foto) subía casi en perpendicular hasta la carretera general. En el terreno que se proyectaba esta nueva carretera están construidas hoy las casas de la calle Mariano Ciriquiain.
En el AHMP se puede encontrar este plano en el expediente existente en el C 91 Nº 12 del que no figura el año, que puede corresponder a la década del los ochenta del siglo XIX.
miércoles, 13 de abril de 2011
LA COMUNICACION DE LA PLAZA DEL SOLAR Y LA ZONA DEL CRISTO EN EL SIGLO XIX: PROYECTOS
Son ya algunas las jóvenes que últimamente hemos visto en el Archivo Histórico estudiando planos del espacio urbano de la Villa en los siglos pasados. La última, arquitecto, preparando un trabajo para un master centrado en la Villa medieval.
Con este motivo sacamos a la luz algunos de los planos que tenemos fotografiados, gracias a la colaboración de nuestro compañero Roberto, archivero municipal, por si sirven para animar a más gente a adentrarse en estos preciados legados de nuestros antepasados.
En tres ellos se nos muestra la preocupación de la corporación por solucionar los accesos a la zona de la Plaza, Muelle Nuevo y Playa desde la parte alta del Cristo a donde llegaba la carretera de Bilbao o Somorrostro. Son proyectos que acabaron olvidados pero que nos muestran la topografía de la Villa en aquellos años.
Este que hoy presentamos es de 1870 y por lo tanto antes de la llegada del ferrocarril y de la guerra carlista.
En la parte superior, vemos como arrancaría desde la carretera que llevaba a Somorrostro (hoy General Castaños) donde todavía no existían construcciones y en rampa, atravesando la actual plaza de la Ranchería, bajaría hasta el final de Atarazanas frente a Convento de Santa Clara.
Además de los nombres de los dueños de los terrenos, encontramos un terreno denominado “terreno de las ánimas” donde hace unas décadas estaba el Cine Mar, así como un “paso de aguas a la fuente del medio”. La carretera daría una curva donde hoy también lo hace la calle Nueva, y allí se recoge frente al convento, “la casa que habita el vicario”.
En la segunda parte de plano (inferior) vemos como la carretera seguía por lo que llama “calle de Santa Clara”, lindando con los terrenos propiedad de Tomás Epalza, luego de su viuda, Casilda Iturrizar, hasta llegar a su parte inferior donde la Villa tenía el juego de bolos.
Aquí contemplaban dos opciones, o torcer a la derecha por el terreno que hoy ocupa el edificio del mercado hasta la plaza del lavadero, o hacia la izquierda en dirección al muelle nuevo hacia la playa.
La referencia de estos planos con su correspondiente expediente es C 91 nº 14.
martes, 12 de abril de 2011
EL "TRANSBORDADOR VOLANTE" DE NATIONAL GEOGRAPHIC
Seguimos con otro de “los reportajes perdidos” de 1922 sobre el transbordador que está acompañado por esta fotografía con su caseta de madera en la parte de Las Arenas en la que estaba el motor que movía la barquilla, alimentado al principio con una caldera de vapor hasta que se implantaron los motores eléctricos:
El río avanza serpenteando entre estas exuberantes colinas y, por último, tras describir un meandro, aparece súbitamente en el mar. Las fuertes brisas marinas del golfo de Vizcaya disipan la niebla sucia de la industria, y el viajero sale de nuevo a la soleada España.
A ambas orillas de la desembocadura del río hay pueblos: Portugalete a la izquierda y Las Arenas a la derecha. El puente hermoso y raro que los conecta constituye un adecuado monumento para señalar la unión del Nervión con las aguas del Atlántico. Se llama el Puente Transbordador.
A ambos lados del río grandes torres de acero, parecidas a las de telégrafos, aún más grandes, de más de 60 metros de alto. Estas torres sostienen un ligero puente de hierro a 50 metros sobre el río, por debajo del cual pasan en ambas direcciones, día y noche, vapores de gran tamaño. De este puente cuelga un «transbordador volante» sujeto a una red de alambre fino, que es arrastrado adelante y atrás a lo ancho del río. Pende a escasos metros del agua.
Decidimos cruzar el río un domingo que había fiesta en Portugalete. Nos acercamos a la ventana y preguntamos:
Un billete de ida y vuelta, ¿cuánto es?
Dos perras gordas. –Así llaman los españoles a sus grandes monedas de cobre de diez céntimos.
Subimos al transbordador junto con unos setenta hombres y mujeres que se dirigían, entre risas, a la fiesta del otro lado. Sonó el silbato, se oyó la campana, la puerta de hierro se cerró con un chasquido y salimos suavemente por encima del río, vía aérea, por así decirlo. Alcanzamos la orilla opuesta en un minuto. A pesar de la brevedad fue un momento delicioso.
Las calles de Portugalete son angostas, y las pintorescas casas escalonadas se encaraman por la ladera, hasta que en la cumbre se yergue una iglesia gótica pequeña y encantadora, como ocurre en todas la poblaciones de España, que siempre dan la impresión de apiñarse en torno a una o dos iglesias para que las protejan. En Bilbao hay nada menos que 75 de estas protectoras.
Las Arenas, delante de Portugalete, es un pueblo moderno de casas costeras que se ha convertido en un afamado centro de vacaciones estivales. Su Club Marítimo cuenta con una agradable sede que domina la entrada del puerto, adonde por las tardes acuden los jóvenes bilbaínos a tomar chocolate, bailar y montar a jugar a los caballitos, más conocidos por su denominación francesa de petits chevaux.
El río avanza serpenteando entre estas exuberantes colinas y, por último, tras describir un meandro, aparece súbitamente en el mar. Las fuertes brisas marinas del golfo de Vizcaya disipan la niebla sucia de la industria, y el viajero sale de nuevo a la soleada España.
A ambas orillas de la desembocadura del río hay pueblos: Portugalete a la izquierda y Las Arenas a la derecha. El puente hermoso y raro que los conecta constituye un adecuado monumento para señalar la unión del Nervión con las aguas del Atlántico. Se llama el Puente Transbordador.
A ambos lados del río grandes torres de acero, parecidas a las de telégrafos, aún más grandes, de más de 60 metros de alto. Estas torres sostienen un ligero puente de hierro a 50 metros sobre el río, por debajo del cual pasan en ambas direcciones, día y noche, vapores de gran tamaño. De este puente cuelga un «transbordador volante» sujeto a una red de alambre fino, que es arrastrado adelante y atrás a lo ancho del río. Pende a escasos metros del agua.
Decidimos cruzar el río un domingo que había fiesta en Portugalete. Nos acercamos a la ventana y preguntamos:
Un billete de ida y vuelta, ¿cuánto es?
Dos perras gordas. –Así llaman los españoles a sus grandes monedas de cobre de diez céntimos.
Subimos al transbordador junto con unos setenta hombres y mujeres que se dirigían, entre risas, a la fiesta del otro lado. Sonó el silbato, se oyó la campana, la puerta de hierro se cerró con un chasquido y salimos suavemente por encima del río, vía aérea, por así decirlo. Alcanzamos la orilla opuesta en un minuto. A pesar de la brevedad fue un momento delicioso.
Las calles de Portugalete son angostas, y las pintorescas casas escalonadas se encaraman por la ladera, hasta que en la cumbre se yergue una iglesia gótica pequeña y encantadora, como ocurre en todas la poblaciones de España, que siempre dan la impresión de apiñarse en torno a una o dos iglesias para que las protejan. En Bilbao hay nada menos que 75 de estas protectoras.
Las Arenas, delante de Portugalete, es un pueblo moderno de casas costeras que se ha convertido en un afamado centro de vacaciones estivales. Su Club Marítimo cuenta con una agradable sede que domina la entrada del puerto, adonde por las tardes acuden los jóvenes bilbaínos a tomar chocolate, bailar y montar a jugar a los caballitos, más conocidos por su denominación francesa de petits chevaux.
viernes, 8 de abril de 2011
ASOCIACION DE AMIGOS DE LA BASILICA: IV SEMANA CULTURAL
Hemos recibido el cartel con el programa de la IV Semana Cultural de la Asociación de Amigos de la Basílica de Portugalete.
No voy a tratar del programa que creo que tiene el éxito asegurado, siendo el concierto el mismo del año pasado dado que nos dejó un gran sabor de boca y ganas de que se repitiera.
Más bien quisiera poner sobre la mesa la situación en que se encuentra la Basílica como monumento nacional con sus puertas habitualmente cerradas a todas las visitas.
Cuando se creó la Asociación de Amigos de la Basilica, por iniciativa del entonces párroco Txomin Bereciartúa, fue con el motivo principal de que fuera una asociación popular, al margen de la actividad pastoral o religiosa, la que gestionara el uso de este monumento, ayudara a concienciar a las autoridades tanto civiles como religiosas de que había que volcarse en él, que estaba llamado a convertirse en visita obligada de los peregrinos del cada vez más floreciente Camino de Santiago, o de los turistas tras la posible declaración del Puente Colgante como Patrimonio de la Humanidad.
Como primer presidente que fui de la citada Asociación, debo constatar que aquella primera etapa con Txomin de párroco y miembro del Consejo de Administración de Surposa, fue la más fructífera. Se consiguió aunar esfuerzos del Ayuntamiento, Obispado, Diputación, así como populares, con lo que se afrontó la total restauración del templo tanto exterior como interior y en lo que se refiere a aspectos arquitectónicos, escultóricos o pictóricos.
La Asociación era tenida en cuenta en todos los pasos a seguir y publicamos dos libros, uno de ellos PORTUGALETE Y SU BASILICA DE SANTA MARÍA, recopilando todo lo que se conocía de la misma, y con la misión de darlo a conocer entre los portugalujos.
Con los siguientes párrocos, la Asociación fue en declive y a pesar de todo consiguió poner en marcha el Museo Diocesano y editar un libro sobre el retablo, llegando a estos momentos con Angel Comonte como presidente, que ha hecho posible estas semanas culturales, cuya idea, por cierto, partió de Jesús S. Maús, en que se están planteando tirar la toalla.
Si en sus comienzos había total colaboración entre la institución religiosa y el ayuntamiento, en este momento la situación es elocuente: Los peregrinos, turistas o público en general encuentran la Basílica cerrada, el Museo ya hace tiempo que no se puede visitar, y como nos trasmiten, la junta directiva de la Asociación, impotentes ante la situación, pensando en dejarlo.
Nosotros sentimos ayer esa vergüenza cuando una persona, con un programa turístico en la mano, nos preguntaba frente a la Biblioteca Municipal, a qué hora se abrían las puertas, pues tenía mucho interés en contemplar el retablo.
Nos gustaría que Txomin Bereciartúa, que conoce la situación a la que se ha llegado, una vez que se recupere de su reciente operación que esperamos que sea pronto, intercediera ante las autoridades oportunas para encauzar la situación. Quizás su prestigio lo haga posible.
No se puede seguir anunciando a Portugalete con su Puente Colgante y su Basílica del siglo XVI y a esta ni siquiera se la ilumina como se merece su importancia y su situación sobre la entrada de la Ría, sino que se la cierra a cal y canto.
jueves, 7 de abril de 2011
EL ENTIERRO DE LA SEÑORA MEYER, DETENCION DE LOS AUTORES Y LA TRAGEDIA FAMILIAR
Continuamos hoy con la reseña de Daniel Docampo sobre la tragedia familiar en que se vio sumida la familia del ingeniero Mr. Meyer, director de la fábrica La Mudela y con esta otra gran fotografía en la que tras el furgón fúnebre presidiendo la comitiva iban, entre otros, el alcalde Miguel Carranza, Martínez Rivas y los hijos de la fallecida señalados en la revista con una cruz.
Nuestro colaborador completaba así la noticia:
Los principales acusados del asesinato de la señora Meyer fueron Jesús Macías y Alejandro Villalba. Macías, de veintidós años el día del atentado y natural de la Rúa de Valdeorras (Orense), llegó a decir que fue Meyer quien disparó a su mujer al tratar de defenderse y que su intención no pasaba de asustarle; fue condenado, sorprendentemente, a tan solo 14 años de prisión en 1921 al imputarle la autoría del asesinato (hay que recordar que se solía aplicar cadena perpetua a estos casos ‒que es lo que pidió el fiscal en el juicio‒ como se puede rastrear en los famosos atentados catalanes sindicalistas de la época). A Villalba se le declaró inocente.
Aunque el Sindicato Metalúrgico de Sestao se desvinculó del atentado negando cualquier participación en el mismo, dirigió graves acusaciones contra Meyer, recriminándole su intolerancia con los obreros. En ese clima de crispación corrió el rumor de que “el pueblo de Portugalete se proponía asaltar la cárcel para poner en libertad a Macías” (Heraldo de Madrid, 30-07-1919).
El 1 de Marzo de 1920 la familia Meyer iba a recibir otro duro mazazo que dejaría a los cuatro hijos del matrimonio huérfanos: la muerte de Juan Meyer al disparársele accidentalmente la pistola.
El Heraldo de Madrid, del día siguiente, decía en su noticia:
Hallábase el señor Meyer en su domicilio jugando con sus cuatro hijos y cayó al suelo de uno de sus bolsillos una pequeña pistola que llevaba a partir de la agresión de que fue objeto. Al chocar la pistola con las baldosas se disparó el proyectil produciendo gravísima herida al Sr. Meyer quien a pesar de los auxilios falleció por haberle cortado el proyectil la vena aorta.
El entierro en Portugalete fue igual de multitudinario que el de su esposa y a él asistieron “centenares de personas. Presidieron el duelo el presidente de la Diputación, el gerente de la fábrica de San Francisco Sr. Martínez de la Riva, y el alcalde de Portugalete. El entierro del Ser. Meyers ha constituido una verdadera manifestación de duelo” (El Sol, 03-03-1920)
martes, 5 de abril de 2011
RICARDO BALPARDA Y FERNANDEZ DE NOVALES (1841-1886)
Estamos ante un político fuerista contemporáneo de los también portugalujos Gumersindo Vicuña, Castet, o Benigno de Salazar, con los que coincidió en las Juntas Generales y en la Diputación. Nacido en la Villa, fue a vivir a Valmaseda siendo todavía muy joven, al trasladarse allí su padre en su ejercicio de notario. Es posible, aunque no lo sabemos, que su familia mantuviera aquí su vivienda pues muchos años después su hijo Gregorio Balparda y de las Herrerías, todavía tenía un piso en el Muelle Nuevo. Estudió en Madrid Teología, donde publicó su Discurso sobre la existencia de Dios, en Roma Literaturas Clásicas y tras abandonar la carrera eclesiástica, Derecho en Madrid, donde se estableció como abogado especializándose en cuestiones jurídicas relacionadas con la minería. Tras la guerra carlista, que le sorprendió en Madrid, publicó El libro del minero: compendio de legislación de minas vigente en España, siendo director de diversas compañías mineras como Orconera, Galdames, Franco-Belga y Luchana Mining. Su actuación política comienza con las Primeras Juntas Generales celebradas tras la guerra distinguiéndose como un ferviente defensor de las libertades forales y contra la derogación de los fueros vascos, siendo apoderado hasta 1877. En 1878 salio elegido diputado a Cortes y su primer acto fue interpelar al Gobierno sobre la situación en que quedaban las provincias vascas. Su enfrentamiento con el presidente del gobierno Cánovas del Castillo pidiendo la derogación de la ley de 1876, causó un fuerte impacto. Disueltas las Cortes se retiró a Bilbao donde murió a los 45 años de edad. Al igual que nos ocurre con otros personajes portugalujos no teníamos hasta ahora un retrato suyo, pero gracias a la información de Tomás Fernández, nos enteramos que existía un cuadro suyo firmado por Juan de Barroeta en el Museo de Las Encartaciones. Puestos en contacto con Javier Barrio Marro, su director, ha tenido la amabilidad de facilitárnoslo, por lo que lo presentamos hoy y lo podremos reproducir en próximas publicaciones. Sus medidas son de 89x117 cms. Goio Bañales, en su blog, ha puesto recientemente a disposición de todos la reseña necrológica sobre este personaje aparecida en la revista Euskal-Erría en 1886 de Felipe Alonso de Celada, que próximamente la incluiremos en la Biblioteca Digital Portugaluja.
lunes, 4 de abril de 2011
MANUEL AZAÑA (1880-1940) EN PORTUGALETE
Como estamos a punto de recibir las pruebas del próximo número de Cuadernos Portugalujos, traemos los párrafos sobre la visita del que fuera Presidente del Gobierno que incluye Daniel Docampo en su artículo sobre los políticos ilustres que han visitado nuestra Villa.
Buscamos con ello la colaboración de nuestros seguidores y amigos, por si surge alguna aportación, ampliación, comentario o posible corrección sobre el mismo, cosa que agradecemos pues es el motivo final de este blog. Si todo lo que publicamos ha pasado previamente por aquí tenemos menos posibilidades de cometer errores de los que de todas maneras no estamos libres.
La reseña dice así:
La estancia del insigne Manuel Azaña quedó reflejada en sus Diarios en un apunte sobre una visita a nuestra Villa.
Fue el 13 de julio de 1918 y parece que confunde a Chávarri con José María Martínez de las Rivas en el monumento de Blay, pues en lo que dejó escrito dice lo siguiente:
“Paseo por Portugalete. La calle mayor, en cuesta, estrecha, muy pintoresca, con sus tiendas y escaparates. Predominan las de calzado. En la plaza, un mercado.
Calor asfixiante. Regresamos en el tranvía. (Una estatua o monumento a Martínez Rivas, de Blay, me pareció malo; hay una figura de hombre, a la derecha, que no está mal.) Barullo, polvo, suciedad, en todos estos arrabales.”
viernes, 1 de abril de 2011
CON REFERENCIA A LA ENTRADA ANTERIOR DEL CRISTO
José Luis Garaizabal, nos envía estas líneas con sus ilustraciones, que como no entran en el espacio de los comentarios de la entrada anterior los trasladamos aquí.
Rubén:
Veo que estás incluyendo estas entradas con el tema de la Plazuela del Cristo y que para ilustrar la ermita colocas una planta que no es la correcta. Esa es la de un proyecto de restauración que no se llevó a efecto. La planta de la ermita con su sacristía es la que figura en el plano C180-004 y que corresponde al momento de su derribo. Existe otro plano del ensanche de La Pajona (1890) con una traza similar, aunque con un rebaje en la anchura de la zona de la puerta de entrada. Y ya que citas a todos los edificios, falta la casa del Ojillo nº 1 que es la más antigua de la zona y que como puedes ver en el cuadro de Villalón de 1764, ya existía entonces, siendo modificada en altura en 1904. Te envío una de las diapositivas que yo he compuesto en mi trabajo sobre el Ensanche de San Roque.
Respecto a lo de la muralla, creo que esta atravesaba por detrás de la casa de Félix Chavarri y la casa del pasaje, bastante lejos de la Torre del Coronel y de la ermita. Te envío el plano con la muralla que dibujó Gorka Pérez de la Peña.
Bueno, hasta otra.
AGUR
LA PLAZUELA DEL CRISTO Y LA FUENTE DEL OJILLO
Para complementar el tema que tratábamos ayer de la mano de Roberto Hernández Gallejones, presentamos un nuevo croquis de la Plazuela del Cristo basado en unos apuntes a lápiz que ha recogido del archivo en esos mismos años.
La primitiva Plazuela del Cristo estaba entre la ermita y la casa del Coronel ya que la muralla pasaba cerca de las mismas. Por lo tanto pienso que las dos edificaciones que se hicieron en la propiedad de Gregoria de Aguirre, con un horno, (donde en el siglo pasado estaba el bar El Kilómetro), y en la propiedad de Laureana Menchaca, en chaflán con General Castaños, se encontraban dentro del antiguo espacio amurallado.
En el ángulo inferior izquierdo hemos colocado el detalle del plano de Manuel de Otaduy de esos años con las edificaciones ya realizadas en negro.
Referente al Ojillo, la calle de más solera para los que allí pasamos nuestra niñez y juventud, vemos que en el siglo XIX bajaba por ella un riachuelo y que tras la guerra carlista y hacer el cementerio de Pando se canalizó mediante una tubería subterránea.
Junto con esta entrada recogemos un antiguo artículo de nuestro compañero Roberto, titulado Algunas noticias de la fuente del Ojillo durante los siglos XVIII y XIX, que acabamos de incluir en la BDP.
Según él fue en 1770, José Ventura de Salcedo, dueño antes que los Vicuña de la torre del Coronel, desbrozando su huerta para plantar una viña, quien descubrió un manantial construyendo a sus expensas una fuente con su caño que daba al camino del Ojillo. Un convenio suscrito con el ayuntamiento hizo público el aprovechamiento del agua de dicha fuente.
El citado artículo recoge las quejas del vecindario porque en dicha fuente se lavaba la ropa, y las fuentes inferiores de Coscojales o Carnicería se veían afectadas.
A los críos de esa calle cuando ya la fuente dejó de manar agua nos decían que el nombre de Ojillo venía de que por aquel caño sólo salía un “ojillo” de agua, cuado vemos que en un peritaje de 1822, el chorro era considerable.
El ilustrativo artículo de Roberto se encuentra en la BDP, Pinchar aquí