lunes, 31 de julio de 2017

CENCERRADA A UNA VIUDA EN EL SIGLO XIX


Una costumbre extendida por muchos pueblos cuya antigüedad se pierde en la Edad Media y que también existió en Portugalete fue las cencerradas a los viudos que se volvían a casar. Según el diccionario la cencerrada es un “ruido desapacible que se hace con cencerros, cuernos y otras cosas para burlarse de los viudos la primera noche de sus nuevas bodas”.

Leyendo el trabajo de Roberto Hernández Gallejones, Cencerrada en 1833 contra Francisca de Zaballa y Pedro de Carranza, que nos intenta aportar luz acerca de la conflictividad social de la sociedad portugaluja en el siglo XIX, encontramos noticias de ellas en la Villa, donde tampoco era bien visto por la generalidad de las gentes que una persona viuda volviese a contraer nupcias, sobre todo si la que proyectaba dicho enlace era una mujer.

Nuestro compañero nos documenta con minuciosidad, como es su costumbre, una cencerrada que tuvo lugar en 1833 y que acabó en juicio.

Fue el domingo 9 de junio cuando tras haberse leído en la misa mayor las proclamas por las que se manifestaba que doña Francisca de Zaballa, en estado de viudez intentaba contraer matrimonio con Pedro de Carranza, se produjo el suceso.

Al anochecer un numeroso grupo de personas se presentaron ante su casa y tanto ella como su futuro marido fueron objeto de “palabras injuriosas”. Los alborotadores portaban sartenes, panderos, campanillas y bocinas. No contentos con producir esta cencerrada, quemaron una porción de leña que había en la puerta ya que Francisca era panadera de oficio. Así mismo arrojaron “crecidas piedras a la puerta, levantaron las tejas del techo, y dieron fuertes golpes a dicho Carranza, y a la criada de aquella, y se les amenazó de muerte”.

La hermana de Pedro de Carranza, al ver lo que sucedía, dio parte a la autoridad y se personó en el lugar de los hechos el alguacil, “más para cuando llegó no había grito alguno, siendo la hora de las once, poco más o menos”.

La viuda denunció el caso al alcalde, que en aquella época era el juez, y en concreto contra Florencio y Matías de Urioste, Manuel de San Pedro y Josefa de Corral, y otros cualesquier que resulten reos, según las declaraciones de los testigos que se presentarían.

El expediente que se conserva con numerosos testimonios recoge que había muchísima gente, entre ella Josefa de Corral “por mote la Portuguesa” y Trifón de Echevarría, que llevaba un cuerno en la mano, y que Matías de Urioste y su hermano Florencio amenazaron a los hermanos del novio diciéndoles que les iban “a sopapiar y sacar las tripas”, liándose todos a cachetes”, así como que la viuda le había llamado al primero “pillo, tunante, borracho, piojoso”. Se dice también que el novio y sus parientes, “empezaron a puñadas con los que allí estaban” llamándoles barbaridades, tales como: “cochinos, putas, diciéndoles para que iban allá”.

Una testigo consideró que no habría hecho caso de la cencerrada, pero que tratar de prender fuego a la madera “era una picardía”, y que eran todos unos “pícaros, piojosos”, amén de que les había quitado más de cuatro veces el hambre. Por respuesta, Matías le estampó una bofetada, llamándola “rescalentada”.

Se consigna finalmente en la documentación que estamos manejando un escrito presentado por el procurador Agapito Alconero, en el que se nos informa de que todos los agresores y autores de la cencerrada fueron condenados a pagar una multa de 4 ducados cada uno. El pleito finalizó con la condena el 24 de junio de 1833, por parte del alcalde Francisco Borja de Salazar, a pagar 4 ducados cada uno, o pasar 4 días de reclusión en la cárcel pública, conminándoseles a que en lo sucesivo se “abstengan de perturbar el orden y reunirse para actos prohibidos por la ley”. El escribano del proceso era José Benito de Zaballa.
Años después, en un bando de 1848, se recordaba que estando prohibidas por las leyes “las cencerradas que suelen darse a los viudos que pasan las segundas nupcias” en ningún caso las toleraría, se diesen como se diesen, o fueran cualesquiera los instrumentos musicales o no que se utilizasen.

Finalizaremos esta entrada diciendo que Código Penal de 1870, en su artículo 589-1 las consideraba como falta contra el orden público y castigaba con multa de cinco a veinticinco pesetas y reprensión a “los que promovieran ó tomaren parte activa en cencerradas u otras reuniones tumultuosas, con ofensa de alguna persona ó con perjuicio ó menoscabo del sosiego público”. Ya en el concilio de Turín (1455) las había prohibido, pero se mantenían en el sustrato popular.

jueves, 27 de julio de 2017

EL PRETIL EN LOS MUELLES






La foto superior nos muestra el muelle Nuevo cuando disponía de pretil protector para evitar las caídas a la ría. Este murete desapareció a finales del siglo XX para dar paso a las actuales barandillas metálicas.

Antiguamente nuestros muelles no disponían de esta protección por lo que puede ser curioso recordar su historia.

El primer muelle existente en la Villa situado bajo el campo de la iglesia como lugar de refugio de las embarcaciones no disponía de este murete y a lo largo de la historia no faltarían accidentes por caídas al agua.

Jaime Villaluenga por recuerda que a mediados de febrero de 1846 se produjo la muerte del secretario municipal Clemente Urioste al caerse al agua en una noche de marea baja. Otro tanto le ocurrió al médico Zabaleta, pero en este caso sólo quedó afectado por una cojera permanente.

Aunque se le pidió al Ayuntamiento la construcción de un murete que evitara mas desgracias tuvieron que contabilizarse un total de doce accidentes de personas que se cayeron por el mismo sitio para que el ayuntamiento decidiera tomar cartas en el asunto. El maestro de obras Garmendia tasó los trabajos en 2.500 reales, los cuales fueron sacados por el Ayuntamiento del apartado de imprevistos porque no se podían recargar los consumos ni poner otros impuestos.

Cuando la Villa se empezó a extender hacia la barra cosntruyendo el muelle a este ya se le dotó del citado murete para evitar el peligro. Por cierto que a este muelle, se le dio el nombre de Muelle Nuevo, luego bautizado oficialmente como Muelle de Churruca, para diferenciarlo del otro que empezó a ser llamado Muelle Viejo. A este se le puso el nombre marinero del almirante Vallecilla, hasta que se le cambió por Manuel Calvo en reconocimiento a la labor benefactora del indiano.

La foto inferior de 1874 nos lo muestra cuando todavía no se había producido el relleno para construir la estación. Sobre la situación del pretil la estación del ferrocarril colocó su valla metálica de cerramiento.










miércoles, 26 de julio de 2017

LA PRIMERA COMADRONA PORTUGALUJA EN EL SIGLO XIX






La medicina como la gran mayoría de las ciencias, estuvo vetada a las mujeres hasta siglos recientes, aunque se permitió que se encargaran de traer a los niños al mundo, al igual que en el ámbito familiar cuidaron de ancianos y enfermos llegándose a convertir en verdaderas “sanadoras”.

Sin embargo en el siglo XVIII los médicos cirujanos se empezaron a inmiscuir en su campo intentando vetar a las comadonas o parteras.

En Portugalete Jaime Villaluenga, en su trabajo “La sanidad y la beneficencia de Portugalete a mediados del siglo XIX”, nos da la noticia de que la primera profesional sanitaria de la que se tienen noticias es de la partera Inés Salutregui a quien en 1841, con motivo de su contratación, se le hizo presentar su diploma conseguido el 27 de octubre de 1817 en Madrid, que le facultaba para “libremente y sin pena alguna ejercer y usar el arte de partear, los usos y cosas a él tocantes y concernientes en todas las ciudades, villas y lugares de los reinos y señoríos de S.M”.

La contratación de los profesionales de la medicina quedaba, al igual que los de otros empleados, a expensas de cada nueva corporación portugaluja y este puede ser el motivo de que durante los primeros años no se citen los nombres de sus facultativos y de que sí se conozca el nombre de esta mujer que para empezar a ejercer el 5 de marzo de 1941 se le hizo presentar su diploma.

Un siglo después encontramos que en el programa de fiestas de 1935 se anunciaba Josefa Aróstegui que a buen seguro ayudaría a venir al mundo a alguna de nuestros mayores actuales.

Ilustramos esta entrada son detalles femeninos de fotos del archivo de Juan Antonio Cortés, perteneciente al Ayuntamiento Municipal de Burgos.

martes, 25 de julio de 2017

RECOGIDO DE LA PRENSA: EL HOSPITAL DE SAN JUAN BAUTISTA






Aprovechando la aparición en el suplemento dominical de El Correo, el artículo de Erlantz Gude sobre el Hospital de San Juan Bautista, queremos dejar constancia de que en sus jardines está desde la víspera del día de San Juan el escudo eclesiástico de origen jesuita (S.J.) proveniente del desaparecido caserío de los “pasiegos” en el barrio de Los Hoyos, que ha sido cedido en depósito por José Antonio Gutiérrez-Barquín Goiri.


La foto inferior recoge el momento de su colocación con el citado José Antonio, la madre superiora y José Luis Garaizabal que ha sido con su tesón el que ha gestionado la citada cesión y de cuyo escudo nos habló en una entrada de este blog (ver).




domingo, 23 de julio de 2017

FOTOGRAFIA DE LA CASA CURAL





Últimamente dedicamos una entrada a la historia de la casa cural que existió en la calle Santa María (Ver) en la que se comentaba que no disponíamos de ninguna foto de la misma.

Revisando las imágenes de vistas generales de la Villa, nos hemos encontrado con esta que mostramos hoy en la que no habíamos reparado en la que aparece en la parte central inferior dicha casa que como vemos en el plano que se conserva parece que pudo ser ampliada en su parte más alta de la calle como detecta su tejado.

La foto, de las primeras décadas del siglo XX, recoge en su ángulo inferior derecho el antiguo edificio de las escuelas del Campo de la Iglesia, por encima del cual aparece el tejado de la torre de Salazar, y en su ángulo superior izquierdo el edificio de los Agustinos y la torre del palacio de Chávarri.

Su parte inferior se cierra con la larga verja metálica que iba desde la casa de Félix Chávarri hasta las escuelas, y que nos queda en la memoria de cuando se usaba como patio de recreo del parvulario de las monjas. José Luis Garaizabal que nos ha compuesto el croquis inferior, cree que podría recorrer los restos de la antigua muralla de la Villa.

Dejamos que cada uno vaya detectando otras referencias.




jueves, 20 de julio de 2017

JOSÉ FRANCISCO ELCORO, SECRETARIO Y TAMBORILERO MUNICIPAL EN EL SIGLO XIX



Releyendo el trabajo de nuestro compañero Roberto Hernández Gallejones, Tamborileros municipales en la Villa dePortugalete, que se puede consultar en la Biblioteca Digital Portugaluja, encontramos a este personaje que puede representar a todos aquellos txistularis que durante el siglo XIX mantuvieron en la Villa la antigua tradición de alegrar las fiestas y los bailes populares y dar solemnidad a los actos más importantes, y que lo incluimos en el Diccionario Biográfico Portugalujo, al igual que figuran los Okariz o Vergara en el siglo XX.
Nacido en Elorrio, estaba en la villa gipuzkoana de Salinas de Léniz, cuando consiguió aquí su puesto de alguacil y tamboril el 9 de abril de 1959.
Las actas municipales de mayo de 1860, nos hablan de la presencia de nuestro ancestral instrumento en las fiestas y acontecimientos de la Villa. Con motivo de la recepción a los Tercios Vascongados del Batallón de Saboya, “de regreso de la gloriosa campaña de África, llevada a término por el Duque de Tetuán”, y transportados a Portugalete por el vapor “Hércules”, los tamborileros saldrían tocando al Muelle el “Ay, ay, ay, mutillac”, y “otras tocatas peculiares del País”. A lo largo del todo el día considerada, como una jornada festiva, la Banda de Tamborileros “tocaría en la plaza pública para entretenimiento y solaz del pueblo, encendiéndose también fogatas por la noche”.
En enero de 1862 en las oposiciones municipales de músico tamborilero José Francisco consiguió la plaza con un sueldo de 6 reales diarios, con Alejandro de Elcoro como segundo silbo y Vicente de Elcoro, atabalero. Compaginaba su trabajo con el puesto de Secretario interino del Ayuntamiento. El programa festivo de 1863 nos señala que el día de la Patrona ofrecieron un pasacalles y amenizaron la corrida de novillos de la ganadería de Orozko, junto a una banda de música, y el baile campestre tras los fuegos artificiales.
El 1 de junio de 1864 es nombrado secretario municipal, dejándonos constancia como en 1868, con motivo del conflicto ante una ley del Gobierno Provisional sobre las elecciones de nuevos ayuntamientos, nuestros munícipes acordaron que la Banda de Tamborileros recorriera las tocando el Himno Vascongado. Este cargo que lo ocuparía hasta 1869, en que el Gobernador Civil le obliga a optar por el cargo de secretario o por el de tamborilero, renunciando al primero.
Con la guerra carlista, el 6 de setiembre de 1873 fue nombrado nuevamente Secretario, y el 2 de marzo de 1876 fue elegido para formar parte de la comisión de festejos creada con motivo de la recepción del rey Alfonso XII, junto a Modesto García- Borreguero y Francisco Berriozabal.
Presentó su dimisión el 3 de mayo de 1882.

Ilustramos esta entrada con la banda de txistularis hacia el año 1950, con el alcalde Miguel Loredo, en una foto del archivo de Chus Navarro.


martes, 18 de julio de 2017

PORTUGALUJAS AL FRENTE DEL HOSPITAL MILITAR DURANTE LA GUERRA CARLISTA



Durante la guerra carlista, iniciado el sitio, el 9 de agosto de 1873, la Cruz Roja hizo acto de presencia en Portugalete organizando un hospital provisional en la farmacia de Lejarreta, para atender a los heridos que se fueran produciendo durante el conflicto.

Posteriormente la autoridad militar liberal consideró que el edificio de Benigno Salazar reunía las mejores condiciones para ser convertidos en hospital.

 El primero de noviembre se efectuó el traslado de enfermos y enseres a la citada casa torre de Salazar y se responsabilizó su gestión a Juana Zavalla, viuda,  por un sueldo de diez reales diarios. Se le confiaron bajo inventario ropas, enseres y muebles. La premura con que se eligió a la responsable y la falta de especificación de sus obligaciones hizo que Juana pusiera una serie de condiciones a la corporación municipal para seguir ejerciendo su cargo. Ante la ausencia del alcalde Manuel Otaduy, le correspondió a su segundo, Bernardino Icaza, decidir sobre la conveniencia o no de la exigencias de Juana Zavalla. Icaza las consideró improcedentes y ante la perentoriedad que exigía el caso nombró para el cargo a Isidra Bernaola e informó al ayuntamiento sobre esta decisión. La corporación aprobó por unanimidad la decisión del teniente alcalde.

Tras la entrada de los carlistas la corporación decidió volver a utilizar para hospital militar la casa de Benigno de Salazar, así como el antiguo civil. El 14 de marzo de 1874 se albergaban doscientos heridos en los dos hospitales y debido a la insuficiencia de plazas se estableció la asociación de La Caridad que habilitó nuevas camas en la casa de la viuda de Epalza, en las últimas cinco casas del Muelle Nuevo y en la casa de Moratini, equipándolas con enseres procedentes de la fonda de Aguirre.

Una vez recuperada la villa por los republicanos se siguieron utilizando los dos hospitales existentes y dado que la villa se encontraba en tal estado de pauperismo se recurrió a las dos vecinas citadas anteriormente. Juana Zavalla realizaba la atención hospitalaria a enfermos y heridos en su domicilio particular, pagándoles por su servicio, que en determinado caso incluyó el servicio de enterrar a la persona a la que atendía.

Por su parte Isidra Bernaola, asistía a los enfermos tanto en sus propias casas como en el hospital. Les proporcionaba alimentos a cargo del ayuntamiento. El 26 de julio de 1874, Isidra cobra 40 reales por realizar labores de amortajamiento y quema de ropas y enseres de fallecidos por la viruela.

La foto superior de finales del siglo XIX, además de mostrarnos la iglesia con su pórtico y torre totalmente restaurados, a la derecha la casa de Salazar utilizada de hospital militar durante la guerra carlista.

Recordamos que Jaime Villaluenga, trató este tema en su trabajo La sanidad y la beneficencia de Portugalete a mediados del siglo XIX. (Ver BDP)


lunes, 17 de julio de 2017

UNA PORTUGALUJA, PETRA BARBAT, AL FRENTE DEL HOSPITAL CIVIL DURANTE EL SIGLO XIX


En el primer libro de actas del Santo Hospital, que comienza en 1873, encontramos que la Casa-hospital de que disponía la Villa, estaba situada en la Plazuela del Cristo y en 1785 al constituirse la primera Junta de Caridad, nombraron a Rosa, la hospitalera, considerada como una persona piadosa, para que se hiciera cargo de su gobierno y del cuidado de los enfermos, dándolo una habitación en la parte baja del edificio.

Ya en el siglo XIX y sobre todo tras la primera guerra carlista, en que fue utilizado para alojar a la tropa, su estado quedó en estado ruinoso. La construcción de la carretera a Bilbao que partía de la citada Plazuela del Cristo y obligaba a demoler parte del edificio, hizo que se buscara una nueva ubicación, que en 1852 acabó siendo “la casa del telégrafo” situado en el punto denominado La Arena, cerca del mar, en la actual calle de Mª Diaz de Haro, como recoge el detalle de la foto coloreada de 1864 de Jean Laurent.

El edificio constaba de planta baja, primera planta y ático. En la planta baja se guardaban los pertrechos marinos del ayuntamiento y por aquel entonces de la atención a los enfermos se ocupaba el matrimonio que regentaba el establecimiento sanitario.

Este hospital municipal estaba destinado a acoger a los vecinos menesterosos o incapacitados de valerse por sí mismos y era mantenido por el Ayuntamiento que pagaba a algunos médicos locales. En mayo de 1861 también ingresaron en él varios soldados del Tercer Tercio Vascongado heridos en la guerra de Marruecos.

Con el inicio del sitio carlista, el 1º de agosto de 1873, empezaron a ingresar militares heridos, encargándose la dirección del establecimiento a Petra Barbat, que llegado el momento tuvo que adelantar el dinero que posteriormente reclamaría al ayuntamiento, pasándole un cargo periódico. Acabado el conflicto el hospital es uno de los primeros edificios que se restauran.

La foto inferior de final del siglo XIX, recoge el citado edifico, cuando todavía no se había levantado el palacio de Chavarri, con el balneario de la playa detrás.


domingo, 16 de julio de 2017

EL PINTOR LUIS PARET EN PORTUGALETE (1786)





La semana pasada fue noticia la adquisición por el Museo de Bellas Artes de Bilbao del cuadro “Vista de Bermeo” del pintor Luis Paret y Alcazar coetáneo de Goya y uno de los grandes del siglo XVIII.

Se nos recordaba que la breve estancia de Luis Paret y Alcazar en Bilbao, tuvo lugar entre 1779 y al menos 1787, tras su destierro en Puerto Rico y al serle conmutada su pena, aplicándole “el alejamiento temporal a cuarenta leguas de la Corte”.

Su destierro en 1775 se había producido por su complicidad con la vida disoluta del infante don Luis de Borbón, hermano menor del rey Carlos III, de quien no solo era pintor de Cámara, sino también al parecer, proveedor oficial de las mujeres que el infante demandaba en sus correrías amorosas.

Carlos III le comisionó para pintar los puertos del Cantábrico, y de su paso por nuestra Villa dejó la “Vista de Portugalete” (Marina con figuras) que recogemos en la entrada de hoy y que se conserva en el Museo Cerralbo de Madrid, que fue recortada de forma horizontal y probablemente en vertical

Se trata de un cuadro figurativo desde la playa de El Salto, con Santurtzi y su iglesia difuminados al fondo con los acantilados de Peñota a la izquierda, en donde destacaba la batería de Campo Grande defendiendo la entrada de la barra.




jueves, 13 de julio de 2017

LOS AMIGOS DEL OJILLO






Hace dos años anunciamos desde este blog la intención de los Amigos del Ojillo de recuperar fotografías de esta calle emblemática de nuestra Villa, que ilustraría la historia de la misma escrita por algunos de sus antiguos vecinos, empezando por el trabajo que escribió Javier Sádaba (cuando no faltaba a las comidas anuales) con el título OJILLO, OJILLO… y que ahora 20 años después actualizaría en algunos detalles.

Ha tenido que ser Pedro Llinares quien tras el trabajo inicial de Manolo Chacón ha puesto en marcha en internet un álbum donde se pueden ver y añadir todas las fotos que se quieran aportar.

Como muestra recogemos hoy dos fotos de algunos de ellos, separadas por unas cuantas décadas de años, aunque casi no se les note.


miércoles, 12 de julio de 2017

EL ANTIGUO PORTICO DE LA IGLESIA DE SANTA MARIA




Releyendo este verano la obra de Jaime Villaluenga, “Portugalete (1839-1873). Una época de asedios” (ver BDP) que nos resulta fundamental para confeccionar la Crónica de la historia de Portugalete. Siglo XIX, próximo ejemplar de la Colección El Mareómetro, encontramos los datos de esta entrada de hoy.

En la Villa existía un organismo llamado “Fábrica parroquial” a cuyo frente figuraba un mayordomo elegido por el Ayuntamiento encargado de velar por la marcha económica de la institución.

La alcaldía de la Villa, patrona de la iglesia parroquial, empezó a atender el mantenimiento del edificio el año 1849 y fue decidiendo la construcción de un pórtico, como se ve en las fotos que hemos recogido, que protegiera a los vecinos de la lluvia y del viento, algo que echaban de menos tanto estos como los forasteros.

La obra debió realizarse con bajo presupuesto, porque hubo de reconstruirse años más tarde. Efectivamente, en 1861, dado su estado ruinoso y lo próximo que estaba el invierno se vio la conveniencia de rehacerlo para ofrecer cobijo a la gente. El Ayuntamiento anticipó el dinero hasta que la fábrica tuviera fondos.

Con la guerra carlista sufrió serios destrozos obligando a reconstruirlo tras la misma, y en el siglo XX tras la guerra civil desapareció definitivamente.


martes, 11 de julio de 2017

¿FOTOGRAFIA DE ROBERT CAPA DE 1937 EN PORTUGALETE?


 En la edición digital de EL CORREO, en la sección Estampas Bilbainas, encontramos esta foto del famoso fotógrafo de guerra Robert Capa (1913-1954) que nos da pie a preguntarnos si está tomada en 1937 en el túnel de La Canilla de Portugalete e investigar sobre la misma ya que el texto que la acompaña es el siguiente:



Las bombas de los “Junkers 52”, protegidos por numerosos cazas, caen con saña aniquiladora durante el día. Entre ataque y ataque, la vida vuelve a la normalidad y se recupera la rutina que envuelve la existencia.

Un momento de descanso y paz tras un bombardeo. La población civil se pasa el día junto a los refugios, al amparo de los continuos bombardeos con los que la aviación castiga Bilbao desde la mañana a la puesta de sol.

Muchos vecinos que no han podido huir pasan el día metidos en el túnel del ferrocarril de Portugalete a Santurtzi, cuyo servicio se suspende para alojar a lugareños y refugiados que buscan protección ante los continuos bombardeos que se suceden día tras día. Las tareas cotidianas se interrumpen y el miedo marca los rostros de los civiles que ansían el fin de la guerra.

domingo, 9 de julio de 2017

FOTOGRAFIAS DE REVISTAS DE EPOCA




Hoy recogemos dos fotografía aparecidas en las revistas de hace casi un siglo, que hemos recibido recientemente.

La superior aparece en el número del 28 de agosto de 1930 de la revista LA UNION ILUSTRADA y recoge a cinco remeros portugalujos que participaron en las regatas de Plencia y de los que todavía no conocemos sus nombres. Nos la ha enviado nuestro buen amigo Karla Llanos.

En cuanto a la foto inferior que nos la ha enviado la familia Solaetxe, y que desconocemos en que revista apareció, corresponde al Astillero de Sestao de La Naval con motivo de la inauguración de sus nuevos talleres de maquinaria. Sobre uno de los tornos horizontales aparece sentado el portugalujo Serapio Solaetxe. Su fecha, setiembre 1920.


jueves, 6 de julio de 2017

EL LIBRO LA MURALLA DE LA VILLA  DE PORTUGALETE, INCORPORADO A LA BIBLIOTECA DIGITAL PORTUGALUJA




En su día ya anunciamos desde este blog la presentación del nuevo libro de Aitor González Gato, La muralla de la Villa de Portugalete, al que siguieron, dada su incansable actividad, otros dos libros sobre las murallas de Elorrio y Bilbao.

Aitor que publica y financia personalmente sus libros, tras agotar la segunda edición del correspondiente a Portugalete, y ante las peticiones que sigue recibiendo considera que ha llegado el momento de que se pueda consultar en la Biblioteca Digital Portugaluja y nos ha cedido el pdf que hemos procedido a colgarlo en la red (pinchar). 

Aprovechamos la ocasión para ofrecer nuestra tribuna a todos aquellos que quieran dar a conocer sus trabajos sobre la historia portugaluja y recordamos que los últimos trabajos digitalizados que hemos encontrado en internet y que hemos añadido a la Biblioteca Digital Portugaluja son los siguientes: 

VICTOR CHAVARRI Y LA NUEVA DIVISA VASCA DEL INDUSTRIOSO (DEL PATRONO AL EMPRESARIO). Dra. María Jesús Cava Mesa. 

OPINIÓN PÚBLICA Y VIDA MUNICIPAL ANTE LA GUERRA DE CUBA (PORTUGALETE, 1895-1898). Óscar Álvarez Gila. 

DINEROS DE AMERICA: MANUEL CALVO Y LA CASA DE LOS POBRES DE PORTUGALETE (1871). Ana Isabel Ugalde Gorostiza y Jon Ander Ramos Martínez. 

LA TRASTIENDA DE TRAFALGAR. EL TENIENTE GENERAL JOSE JUSTO SALCEDO. Gerardo Manuel López García.


miércoles, 5 de julio de 2017

LA CASA CURAL DE PORTUGALETE





En este artículo voy a intentar resolver un misterio. En la calle Santa María 21 hubo una casa que solo las personas muy mayores recuerdan, porque no se conserva ninguna fotografía de ella. Se llamaba “La casa cural”. ¿Por qué ese nombre?

Antes de 1850 María Antonia de Egusquiza la vendió a los hermanos Marcela y el cura Andrés Francisco Elorriaga y Oleaga en partes iguales. Al morir éste en 1850, Marcelina, vecina de Bilbao y antes de Portugalete, heredó su parte. Cuando ésta murió, soltera y sin herederos forzosos, nombró herederos fiduciarios a Juan María de Gurruchaga y Arostegui, cura de la parroquial (sic) de Portugalete, y Don José Joaquín de Mimenza y Emparanza, comerciante de Bilbao. En 1883 estos dos fiduciarios cedieron por donación la casa al obispado.

En 1883, 1884 y 1885  vivían en esa casa tres curas con sus sirvientas: el párroco Juan María Gurruchaga Arostegui y dos coadjutores José Fernández Ugarriza y Francisco Polo Garay. En 1886 residían en ella el nuevo párroco León Fernández Martínez y el coadjutor José Manuel Goiri Begoña con dos matrimonios. Hasta 1894 solo la ocupaban León Fernández y otras ocho personas. De ahí el nombre de “Casa cural”

La casa constaba de dos viviendas, un desván, una lonja para portal, bodega y tienda y un jardín como se ve en el plano. En total 203 m2.

El problema ahora es saber el propietario anterior a María Antonia de Egusquiza. En el registro de la propiedad de Portugalete, donde están los documentos del registro de Balmaseda, no encuentran ningún dato que resuelva el problema porque no hay documentos anteriores. Mi hipótesis es que algún Salazar donó a María Antonia o sus antepasados esa casa, dado que los Salazar eran propietarios de la casa-torre y la casa de la que hablamos sería para sus guardeses.

La Casa cural fue utilizada por la Parroquia de Santa María en la República como lugar de reunión del Centro católico, de la Juventud de Acción católica, de catequesis, etc. D. Angel Alday recuerda que tenía dos puertas: una por Santa María y la otra por el Campo de la Iglesia. En la guerra fue incautada y usada por un batallón miliciano. Después se fue derrumbando y los vecinos entraban a coger maderas para hacer leña con la que calentar la cocina.

En los años 1950 el Ayuntamiento quiso comprarla al obispado, pero no lo consiguió conformándose con ajardinar el solar. Por fin, en 1967 se hizo la permuta de su solar por la Escuela del Campo de la Iglesia, que era municipal, para construir en el solar de  ésta la actual Casa parroquial. 

Tasio Munarriz


martes, 4 de julio de 2017

LA NOSTALGIA DE UN PORTUGALUJO DESDE VENEZUELA




Si la fiesta de la Virgen de la Guía se caracteriza por algo para los viejos portugalujos es por encontrarnos con numerosos amigos que pocas veces nos vemos salvo en esta ocasión en que nadie quiere perderse el hacer acto de presencia en tan entrañable día.

Aunque la masificación de los últimos años va haciendo cada vez más difícil esta costumbre, este año no ha sido una excepción.

Fruto de ella es esta entrada de nuestro blog, que ilustramos con la foto que nos cede Jaime Iturgaitz, en la que aparecen junto a él, y de izquierda a derecha arriba, Miguel Chamorro, José Andrés Pipaón, y José Mª Elguezabal Ocio, y abajo Chelu Echevarria y José Mari Francia, sacada en las piscinas en setiembre de 1960.

José Andrés Pipaón, mas conocido como “Franchute”, desde hace muchos años viviendo en Venezuela, y que ha sido uno de los que este año no ha faltado, nos ha enviado como desahogo sentimental, estas líneas que ha titulado: HONOR A QUIEN LO MERECE



Portugalete ha sido a través de la historia, una Villa de exquisita trayectoria en lo que respecta a sus cantares. Al revisar los anales de la Villa, notamos que esta es única en lo referente a cultura popular. Recuerdo que en mis años de infancia, en casa de mi abuela Margarita Gabiria, así como en muchos de nuestros vecinos, en fechas definidas cantábamos, a nuestra manera las canciones de la Villa. Algunos de los Portugalujos nos fuimos de la Villa, otros nos abandonaron y otros llegaron de otros lugares del territorio.

Como Portugalujo que vive lejos de su Villa, con frecuencia regreso al terruño para recorrer sus empinadas calles. Mi espíritu se llena de gozo al escuchar a "Los Barbis" haciendo conciertos o pasacalles. Este grupo ha rescatado el cancionero popular y debo darle las gracias al verdadero artífice de este proyecto, TXEMA LORENTE, vecino de la calle Nueva, muy cercano a nuestra "Ranche". Ha logrado con su tesón, que el cancionero de la Villa reviva: TXEMA se merece la mayor de mis alabanzas, por lograr que familias foráneas, canten o tarareen las canciones de la Villa. De no ser por TXEMA, este cancionero popular habría desaparecido.

TXEMA vecino de mi infancia, tu eres el alma y el motor que impulsa ese proyecto, que tantas cosas buenas le ha dado a la Villa de Portugalete.

Gracias Mil.



Jose Andres Pipaón (FRANCHUTE)

Mérida, Venezuela 2017.

lunes, 3 de julio de 2017

KEPA MAESTRE QUINDOS (1960-1986)



Como en este mes de julio tiene lugar tradicionalmente el Festival Internacional de Folklore que organiza el Elai Alai, hemos querido recordar a una persona muy unida a los mismos no solo como dantzari, sino también diseñando sus escenarios y que perdió la vida en su XII edición como ya hablamos en este blog.

El periódico enportugalete.com nos anticipa la ficha que recogerá en su edición de este mes de julio.