jueves, 31 de marzo de 2022

LOS ASTILLEROS ASTONDOA EN LOS FONDOS DE A. ZORRAQUIN (1)

 


Seguimos ofreciendo fotografías de los fondos de A. Zorraquin y en esta ocasión las referentes a un reportaje fotográfico que realizó dentro del los astilleros deAstondoa situados en la calle Mª Diaz de Haro frente al Teatrillo.

Serían los años 30 del siglo pasado, con una gran actividad como apreciamos en el reportaje y en el que encontramos a Jesús Astondoa junto a una de las embarcaciones construidas por lo que añadimos su foto a la derecha.




miércoles, 30 de marzo de 2022

MIKEL TORKA Y EL PORTUGALETE 700

 


Mikel Torka se suma al Portugalete 700 y nos envía su recreación conmemorativa del evento con Mª Diaz de Haro llegando por mar a lo que pudo ser la Villa unos siglos después de que ella le diera el privilegio fundacional, con su iglesia parroquial y su recinto amurallado.

Así mismo nos muestra su excelente maqueta de un Portugalete de antaño, con los detalles de la iglesia y la mansión de los Salazar, así como el fondeadero del Muelle Viejo.



martes, 29 de marzo de 2022

EL ANTIGUO AUTOBÚS A GALLARTA

 


No son muchas las fotografías que tenemos que pudieran servir para ilustrar la historia de la antigua línea de autobuses que unía Portugalete con Gallarta, así que recogemos esta de Germán Elorza de 1958 en que se ve el autobús en Ciervana con motivo de la llegada de los remeros a dicha localidad, con su letrero GALLARTA, ORTUELLA, PORTUGALETE, en los años en que se podía viajar arriba.

De la misma fecha, en los fondos del Archivo Histórico de Euskadi, se ofrece esta otra inferior con un autobús de la línea de Bilbao-Bermeo con motivo de una reunión anual de “La Camerana” a su paso del Puente Colgante antes de que los antiguos edificios del Muelle Nuevo se sustituyeran por los actuales de más alturas.



 

lunes, 28 de marzo de 2022

LOS RECUERDOS DE LOS VIEJOS ESCLAVOS DE MANUEL CALVO: MEMORIA CONGA DEL PORTUGALETE

 


A través de Txomin Hermosilla hemos tenido conocimiento de la aparición en Cuba de un libro que bajo el título A cada uno lo suyo. Memoria conga del Portugalete, obra del investigador local Félix Horta García (San José de las Lajas, 1947), publicado en 2018 recoge noticias del ingenio que creara el indiano Manuel Calvo. Como una muestra del modo de pensar y actuar de la etnia conga, la obra recrea un inventario de cuentos, refranes, cantos y vocablos, que nos trasladarán a la época de esplendor del ingenio Portugalete, rememorada por los descendientes de su antigua dotación de esclavos. 

A la espera de poder tener un ejemplar en nuestras manos reproducimos una parte de la entrevista que Julia Cabalé, le hizo al autor el 27 de abril de 2021 en Cuba Literaria Ediciones Digitales: 

.-En tu obra A cada uno lo suyo. Memoria conga del Portugalete (Editorial José Martí, 2018), al iniciar su lectura se evidencia un minucioso trabajo investigativo. Algo que lograste, evidentemente, con extrema paciencia, no hay otra forma. También se puede constatar que tu espíritu de investigador tocó muy de cerca a todos aquellos que te acompañaron, sensible complicidad que dota a la obra de una frescura contagiosa, ¿cómo llegaste a esta selección?

Siempre sentí curiosidad por las tradiciones de origen africano. Casi tuve una nana negra que, aún ya adulto, me seguía llamando El Nene. También se lo debía a San José de las Lajas, mi pueblo y el de mis ancestros. No puedo dejar de mencionar mi relación con practicantes de la Regla de Ocha y Regla Conga de Palo Monte, que aunque nunca intentaron influir en mis creencias, evidentemente marcaron mi vida. Por otra parte, a pesar del rol tan importante que jugó la mano de obra esclava, en el siglo XVIII, en las plantaciones de azúcar y café que sustentó nuestra base económica, hasta donde tengo conocimiento, este tema ha sido muy poco tratado en nuestra región. De aquella época solo sobrevivió el Central Portugalete, nombrado así por su primer dueño, el vasco Manuel Calvo Aguirre en memoria de su lugar de origen. Así que este apellido, como era costumbre que los esclavos llevaran el del dueño, me llevó al encuentro de los nietos de los esclavos del Ingenio. Ya estaban muy ancianos pero poseían una entereza, un carácter envidiable a pesar de estar marcados por las dolencias propias de la edad. Tenían muy buen humor. 

.-El Portugalete dejó en la población el eco de la molienda, el grito del esclavo. Estaba de paso por el pueblo de Cuatro Caminos cuando, mientras estaba detenida ante aquella antigua pared de piedra que mostraba su espectacularidad histórica, algo hacía imposible que pasara inadvertida. Alguien dijo: «es lo que queda del Ingenio». Un ambiente de solemnidad nos inundó. Tus entrevistados se expresan de una forma muy particular, cercana a sus ancestros, algo que también influye para darle a la obra una atmósfera de época. ¿Qué me podrías decir al respecto?

El vetusto muro de piedra fue la pared del antiguo barracón ya mutilado. Las personas sensibles y conocedoras de la historia de aquel lugar podrían imaginar los lamentos de esclavos, el ruido de las máquinas, el avatar del grillete o el deambular desorientado de los pequeños chichiricú o kiri-kiri, a falta del ngangulero.

Los nietos de esclavos que entrevisté contaban con una edad muy avanzada, uno de ellos falleció a los 103 años. Tenían poca instrucción y un habla muy particular, propia o imitativa de los cuentos y fábulas contados por sus ancestros. 

.-¿Te integras?

Considero que hay una estrecha relación entre el sujeto y el investigador. Una atmósfera que te lleva hacia el ayer. Imágenes diluidas se hacen corpóreas. Compartí sus alegrías y pesares. Casi sin percatarnos, asistimos a momentos de vida más allá de una explicación. 

.-¿Planes futuros?

Seguir indagando, en la búsqueda incansable por el conocimiento hacia la identidad cubana, ¿qué fuimos, qué somos y hacia dónde vamos?

 

sábado, 26 de marzo de 2022

MISCELANEA NAPOLEONICA: CONFERENCIA DE ROBERTO HERNANDEZ GALLEJONES

 


       Nosotros hemos sido pioneros en el tratamiento de tan sugestivo tema en un artículo anterior. En el texto que hemos redactado a continuación se desbrozan una serie de datos de carácter misceláneo en torno a la ocupación napoleónica de la Villa. Pensamos que podrían servir de feliz complemento al panorama ya esbozado en nuestro precedente artículo así como en las transcripciones de un conjunto de textos escritos en lengua francesa que fueron objeto de otro de nuestros trabajos.

       La documentación que hemos tratado presenta un carácter muy diverso, pudiendo parecer que algunos temas poseen un aspecto un tanto superficial, o que algunas cosas no se hallan bien imbricadas con otras.

       El grueso principal se refiere a un cúmulo de papeles consignando los suministros y otros servicios prestados a las tropas ocupantes durante dicho período histórico.

       Así entre el 25 de agosto de 1808 y el 31 de idéntico mes y año se le pagan a Teresa de la Helguera 66 reales por tres cántaras de vino clarete, a 22 reales por cántara. La cántara equivale a 16,134 litros. Se le abonaron también 555 reales y 10 maravedíes a Manuel Ibáñez por 265 libras de carne, a 64 maravedíes la libra. Una libra son 0,460 kilos. Bernardo Castet obtuvo como cobro de sus honorarios 472 reales, “por otras tantas raciones de pan“ a un real la ración. Por otro lado se anotan también 10 reales “por el trabajo de traer la paja y varrer la Casa de la Villa para el alojamiento de tropa…”. Como se observa por este último detalle las fuerzas invasoras estaban alojadas en el Ayuntamiento. El último dato se escribió el 31 de agosto de 1808.

       En la cuenta correspondiente a los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1808 se localizan algunos datos de notable interés. En octubre se anotan 464 reales como el importe de 58 raciones de maíz, en concepto de pienso para alimentar a los 24 caballos de la tropa francesa acantonada en Portugalete, siendo un total de 116 celemines, a 4 reales cada uno. Un celemín presenta una equivalencia de 4,625 litros. En diciembre se anota una factura de 300 reales, “pagados por gastos que hizo en el General Dufresse, su edecán y demás criados”.

       El 3 de febrero de 1809 aparece un recibo firmado por Bernardo Castet, que admite haber recibido de Francisco Javier de Salazar, regidor capitular y Apoderado de la Villa de Portugalete la cantidad de 1100 reales de vellón “para en cuenta del pan que es suministrado a las tropas acantonadas y transeúntes en esta Villa” en los meses de octubre, noviembre y diciembre de 1808. El 15 de julio de 1809 el Tesorero del Señorío (en realidad por su poder Santiago de Batiz e Izaguirre en nombre de Luis Labayen) notifica haber recibido de nuestro pueblo la cantidad de 3.456 reales “en dinero metálico”, en calidad del cupo mensual que le correspondían de un monto total de 416.900 reales de repartimiento para todo el Señorío “para los gastos de la tropa de línea, y la policía y otras necesidades”. Se pagaban el día 15 de cada mes. En la cuenta de 1809, suscrita por Francisco Javier de Salazar “regidor de esta Noble Villa de Portugalete con ejercicio de Síndico”, se nos notifica que se les habían abonado 4 reales a tres mujeres “por limpiar la Casa de la Villa, que sirve de Quartel a la tropa. Una lavandera cobró 15 reales y 18 maravedíes por limpiar 33 sábanas, a 4 cuartos cada una. Estos datos nos parecen preciosos para conocer cual era el número de los soldados franceses que vivían de forma casi permanente en el villazgo. Se anotan también 12 pliegos de papel por un importe de 6 reales para el Comandante Loyu “traídos de los alemanes de Bilbao”. Tres mujeres recibieron 9 reales “por conducir una porción de jergones desde la Casa que sirve de Ayuntamiento a la de Las Arenas, limpiar esta y llevar aquellos de la paja que allí había”. Existía también un bergantín francés anclado en nuestro puerto y también una goleta de la misma nacionalidad. La goleta al parecer se llamaba Mouche, “mosca”, en francés. Una goleta es un buque de vela de 2 o más mástiles, apareció en el siglo XVIII y sus características funcionales son parecidas a las del bergantín, del que se diferencia principalmente por su aparejo, aunque es de menor tamaño, y se dedicaba tradicionalmente a actividades mercantes de cabotaje. El bergantín era un barco de dos palos y vela cuadrada o redonda. Del mismo modo se anotan en estas cuentas que estamos referenciando 36 reales de gasto “en los jornales de limpiar el cubo de la Casa que sirve de Ayuntamiento y escuela.

       Surgen ante nuestros ojos no solamente en este año de 1809, sino en todo este espacio de tiempo que estamos historiando frecuentes entregas de dinero a particulares que han servido de guías conduciendo distintas partidas de soldados invasores. Así, por ejemplo tenemos la siguiente: “a cargo, 10 reales a Lorenzo de Amezaga por ir de guía con una partida de soldados hasta Somorrostro”.

Por supuesto, dentro del entramado de gobierno instalado por los ocupantes y sus colaboradores, había un Comisario de Guerra francés residente en Bilbao. En  la Villa  de Don Diego había también un General de esa nacionalidad. En Portugalete existía un Comandante galo y, un Consejo Municipal, que sustituía aquí como en todas partes a los ayuntamientos que habían sido disueltos el 18 de marzo de 1808, tras la invasión napoleónica, y la creación de los nuevos consistorios constitucionales .

       Existe otra pieza o fajo de papeles que transcurre durante el mes de enero de 1809. En él se anotan 480 reales de gasto, a razón de 24 reales para pagar los “20 pares de zapatos para la tropa francesa”. En las cuotas de suministros que se deben pagar desde el 25 de enero hasta el 28 de febrero de 1809, Portugalete que poseía 108 fogueras (617 almas), tenía que pagar 2.046 reales con 26 maravedíes. En 1815 Portugalete tenía una población de 900 almas. En las cuentas del mes de mayo de 1809 se le abonaron 310 reales a Ignacio de Arana por su salario de intérprete. De la lectura de estos registros contables, mirando el número de raciones de vino, carne, y otros alimentos se puede inferir que los soldados franceses acantonados en la población alcanzarían un total de 55 a 60 hombres. En la cuenta que transcribe los gastos que van del 7 al 19 de diciembre del mismo año se le abonaron igualmente a  José de Amesti “por asistir de intérprete del Comandante”, durante 38 días, 228 reales. Se inscriben también 42 reales “del gasto de aceite y mechas de dos faroles que ha exigido el señor Comandante Delorie, encendidos desde el anochecer hasta el amanecer, en 7 noches a 6 reales cada una”.

       En la cuarta pieza documental que estamos tratando se nos hace noticiosos de la cuenta de los suministros servidos a dichos contingentes militares durante el mes de diciembre de 1810. En enero se mencionan dos gratificaciones de 330 reales al Capitán Bourin, y otra de 300 reales al teniente Delorie. El ir y venir de tropas transeúntes era continuo, y sirva como ejemplo la anotación correspondiente a junio de 1810 de un gasto de 116 reales, por importe de las 3.297 “plazas de infantería alojadas en todo el mes”. Esto supone que en varias ocasiones hubo en Portugalete más soldados extranjeros que toda la población local. En julio de idéntico año se cuantifica un gasto de 36 reales “por los alojamientos del señor Coronel de Gendarmes, y 320 oficiales en una noche”. Se advierte también la presencia de un lugre francés, llamado El Santander. El lugre es una embarcación pequeña con tres palos, un bauprés muy largo, varios picos, velas altas y algunos velachos. Fue un tipo de barco usado por los piratas galos de la Revolución y del Imperio.

En un cargo del Ayuntamiento de este mismo año se observa como el salario del médico titular D. Angel Abad es de 1.576 reales y 24 maravedíes. El Archivero Municipal Manuel Ignacio González cobraba en concepto de su salario 704 reales y 22 maravedíses. El señor González fue la persona encargada de traducir al castellano casi todos los textos redactados en francés por los jefes militares de la plaza.

El Presidente del Consejo de Provincia del Señorío era José María de Murga. El Secretario del Consejo de Provincia, con sede en Bilbao era Diego Antonio de Basaguren. De Comisario de Guerra ejercía Juan de Undabarrena. Al parecer, poco después fue sustituido por el señor Clerc. El General en Jefe del Ejército del Norte de España era el conde Dorsenne. Jean Marie Pierre Lepaige, Conde Dorsenne, nació en Ardres (Pas- de- Calais), en 1773, habiendo fallecido en París el 24 de julio de 1812. Este militar alcanzó el grado de General de División. El 8 de julio de 1811 sucedió al Mariscal Bessières, en el puesto tan comprometido de Comandante Principal del Ejercito del Norte. En el mes de agosto consiguió vencer al ejército español de Galicia, obligando a las tropas británicas a evacuar las posiciones que ocupaban y  pasó después a través de Navarra y Vizcaya, reprimiendo los focos levantiscos. Con apenas 39 años falleció en Paris a consecuencia de una operación quirúrgica de trepanación. Su nombre figura inscrito en el Arco de Triunfo de la Estrella. Padecía fuertes dolores de cabeza derivados de una grave herida de batalla. Fue tristemente famoso en España por su crueldad hacia la población civil. Pierre Thouvenot ostentaba el cargo de Gobernador de Vizcaya, con sede en San Sebastián, desde donde emitió varios decretos bilingües manifestando su preocupación por los enfrentamientos entre franceses y españoles. Sus desvelos en este aspecto se materializaron en una orden expedida el 6 de agosto de 1809 en la que informaba del castigo inmediato que recibiría todo militar galo que fuera culpable de cometer cualquier abuso sobre la población civil. Thouvenot había nacido en 1757, y falleció en 1817. En 1813 participó en la batalla de Vitoria, y en 1814 colaboró en la defensa de Bayona pasando ya a la reserva el año subsiguiente.

En una carta de las autoridades afrancesadas de Bilbao a la alcaldía de Portugalete, fechada el 2 de abril de 1811 se ordena poner “las cerraduras que han de hacerse de todas las entradas que tienen correspondencia con esa Villa, según la orden que ha comunicado este señor General Ney al Comandante de esta plaza”. Por tanto se ordena fortificar los puntos de acceso al villazgo, y que luego se remita un “bon” con todos los nombres y apellidos de los operarios que realizasen dicha obra, a los que se les distribuiría una ración diaria de víveres. El importe de los materiales a instalar para efectuar tal fortificación se anotaría “tomando razón de su importe en la contaduría para pagarlo cuando el Gobierno se vea con menos atenciones”. Esta cuenta sería inspeccionada por el Arquitecto y Comandante de Ingenieros del Señorío, siendo visada asimismo por el Comisario de Guerra de la Provincia. El 5  de  abril, al no haber en la Villa “operarios canteros que asistan a la ejecución de la fortificación y cerraduras de esa plaza, ni materiales útiles para ella”, se le autorizó al Consejo Municipal para que se hiciese con ellos, contratándolos en los pueblos vecinos. El 28 de abril de 1811 el Consejo de Provincia prestó su consentimiento para que se efectuasen las obras necesarias a cargo del comandante militar en el patio de la Casa Consistorial. Como se ve, las tropas de la coalición anti-napoleónica se aproximaban a Portugalete, siendo preciso aprestar la Villa para su defensa. Con fecha de 27 de octubre de idéntico año el maestro de obras y director de las obra de fortificación Benito de Alzaga, el encargado de dichos trabajos por el Presidente y consejeros del Consejo Municipal de Portugalete presentan una factura por un importe de 1.216 reales y 17 maravedís. Habían sido 30 días de jornales, en los que se habían empleado 142 cargas de cal amasada a 4 reales, suponiendo un monto total de 568 reales con 112 maravedíes. Por otra parte, se le pagan también 619 codos de madera a 5 reales. Se gastaron 29 reales de clavos de varios tipos. El 29 de octubre el Consejo de Provincia ordena que se la pague a Alzaga lo adeudado sin más dilaciones. La posterior obra de fortificación de la Iglesia corrió a cargo del maestro carpintero Joaquín de Leiza. Como nota curiosa a destacar se observa la presencia de muchas mujeres jóvenes y de otras de más edad trabajando de “peonas”, tales como María Asunción de Piñaga y su hija Manuela Infante, María Cruz de Labarrieta, Josefa Ortiz y María de Angulo, entre otras.

En estos momentos, durante los años 1811 a 1812 el comandante francés de la plaza de Portugalete se llamaba Charles Horric. En esta documentación que estamos tratando es frecuente la aparición de las facturas de las botellas de vino que se trasegaban las tropas napoleónicas, fundamentalmente la oficialidad. Son una serie de bonos firmados por el responsable militar de mayor graduación. A guisa de ejemplo citaremos algunos casos, parafraseando o traduciendo su contenido. Así, se localiza el 8 de abril de 1810 un papel que registra dos botellas de vino de Málaga para el Comandante por un día. El nombre del jefe militar extranjero era Horowitzeky. Probablemente se trataba de un polaco. También se consumía el vino navarro. El 10 de abril del mismo año dicho Comandante dio buena cuenta en un día de dos botellas de la misma procedencia “para la subsistencia del susodicho durante el 10 del corriente”. Menudean también las facturas en concepto de vinagre, aceite y libras de manteca sin sal consumidas por parte del jefe militar de la plaza y otros oficiales alojados en su residencia.

La población portugaluja y el Ayuntamiento tuvieron que soportar aparte de los trabajos forzados para realizar fortificaciones, sobre todo en la última etapa de ocupación, continuas exacciones y exigencias de parte de los  ocupantes. Portugalete y los pueblos comarcanos tenían que contribuir con cantidades monetarias para subvenir a las necesidades de la soldadesca gala. En un texto de 30 de mayo de 1809, nuestra municipalidad se dirige a las autoridades afrancesadas bilbaínas para quejarse de las continuas cargas que sufría, y para asegurar que sus fondos se encontraban exhaustos y que las prorratas o cuotas repartidas para la subsistencia de la tropa y de la tripulación del bergantín El Oreste eran altas, y que los otros pueblos escamoteaban sus aportaciones pecuniarias, cargándole todo a Portugalete. La Villa afirmaba que los 3 y 4 Concejos y el Valle de Gordejuela escapaban a las  obligaciones que debían prestar. El alcalde de nuestro municipio expresa que “el Ayuntamiento animado de muy nobles sentimientos ha guardado siempre con los pueblos convecinos la mejor armonía y caminando con pasos lentos y con medida dando ensanche a los deudores…”, intentando siempre no tener ningún tipo de conflicto con ellos. Los napoleónicos en consonancia con su mentalidad reglamentista habían emitido en Vitoria a 24 de junio de 1809, por parte de Francisco Amorós, Consejero de Estado y Comisario Regio en dichas provincias una instrucción por la cual se marcaban de forma clara y meridiana las obligaciones de suministrar a las tropas francesas fijas o de paso en las distintas poblaciones  de España, todo lo que necesitasen.

       Llegando ya al 9 de febrero de 1812, las autoridades concejiles de nuestro pueblo manifiestan que Portugalete se encontraba en una “infeliz situación tras haber apurado todos sus recursos…, en razón de los muchos suministros que había proporcionado a los militares franceses. A fines de dicho período de ocupación el estado en el que se encontraba era deruina lamentable de la mayor parte de la población…, hasta el punto de que Portugalete se hallaba prácticamente inhabitable, y sitiada por tropas inglesas, entre otras. El alcalde asegura que la situación era de una gran “melancolía”. Especialmente gravosa había resultado la fortificación del villazgo para la defensa militar.

       En junio de 1812 se nos hace noticiosos de que a pesar de la llegada del Coronel Comandante de la Guardia Imperial con las tropas a su mando la amenaza de invasión era ya un hecho ofreciéndonos incluso el dato de que Portugalete se hallaba amenazado por la escuadra británica.

       Como nota curiosa podemos adoptar igualmente que en un escrito de 1808 se nos dice que Matías Calvo, se encontraba ausente en la navegación, habiendo dejado en la Villa a su esposa María Josefa de Aguirre y a la familia. Se trataba de los padres del famoso indiano portugalujo Manuel Calvo y Aguirre.

       Tras la victoria de las tropas aliadas contra Napoleón, el rey Fernando VII expidió una Real Cédula el 30 de julio de 1814 para restablecer todo el sistema de la administración local propia del Antiguo Régimen, que había sido sustituido por los ayuntamientos constitucionales impuestos por el invasor en 1808.

       Estimamos que a este conjunto de datos que acabamos de describir, se les podrían acompañar o unir las cartas napoleónicas redactadas en francés que han sido objeto de otro de nuestros artículos. 

Conferencia de Roberto Hernández Gallejones
Archivero Municipal de Portugalete
Pronunciada el jueves 24 de marzo de 2022




viernes, 25 de marzo de 2022

NUEVA APORTACION A LA FIGURA DE MANUEL CALVO

 


En la página web de la Real Academia de la Historia, Begoña Cava Mesa, nos ofrece la siguiente reseña de nuestro indiano del HOTEL: 

Calvo Aguirre, Manuel. Portugalete (Vizcaya), 24.XII.1816 – Cádiz, 16.III.1904. Marino, empresario, propietario, político, indiano benefactor. 

Hijo de Matías Calvo, de origen gallego, y de la ondarresa Josefa Aguirre. Según su gran amigo el segundo marqués de Comillas, inició su andadura laboral junto a su padre (guardacostas en la costa cántabra) a los doce años, dirigiéndose a La Habana en 1834 tras completar sus estudios de Náutica. En la capital cubana más tarde contrajo matrimonio con la rica viuda María Rosario Caballero, de la que no tuvo descendencia.

En Cuba comenzó de “mozo para todo”, como el futuro primer marqués de Comillas y luego ejerció de dependiente en una reputada ferretería. Seis años más tarde pudo adquirir una goleta, con la que, según la versión oficial, se dedicó al cabotaje por las costas de Cuba obteniendo cuantiosos beneficios. Un enriquecimiento que ha hecho interpretar a algún autor que bien pudo participar en la trata de esclavos. Sea como fuera, invirtió las ganancias en la compra de una ferretería y en el establecimiento de varias líneas de vapores, El Fomento y Navegación de la Costa del Sur, entre las costas de Vuelta Abajo hasta La Habana y la isla de Pinos, empresas con las que logró crearse una respetable posición y excelente fortuna gracias al transporte de tabaco y la venta de otros productos.

Adquirió fincas rústicas como el potrero (“Feliz Casualidad”) y un cafetal luego reconvertido en gran plantación azucarera (“El Portugalete”, 1862) que luego fue uno de los mayores ingenios de la isla y el motor económico de la región. Situado a unos 30 kilómetros de La Habana superó los ciento veinte kilómetros cuadrados de extensión y cubría todo el ciclo de elaboración, desde la zafra hasta la exportación del producto. La propiedad sufrió un pavoroso incendio en 1895 que, pese a las dificultades, se reconstruyó gracias al interés de Calvo.

El ingenio fue respetado en la guerra por el ejército independentista de Máximo Gómez, gracias, en parte, a las gestiones de su administrador Pedro Biscay Learbe, quien logró del militar cubano dos salvoconductos para Manuel Calvo y para él mismo. Tras la muerte de Calvo en 1904, el ingenio pasó a manos de Claudio López Brú, segundo marqués de Comillas, y en 1930 el Central fue adquirido por la National Bank of New York y la Royal Bank of Canadá.

Su ingenio Flor de Sagua le llegó a Manuel Calvo de manos de su esposa Rosario Caballero. Fue también propietario de dos casas en La Habana en los números 96 y 98 de la calle Aguiar, en la número 96 se hallaba el célebre establecimiento Bazar Inglés. En 1857, Calvo contribuyó a crear la Compañía General de Tabaco, un intento empresarial frustrado por la crisis financiera de la isla.

Ante la progresiva abolición de la esclavitud (Leyes españolas de Abolición de 1880 y 1886), la burguesía esclavista cubana, entre los que se hallaba Calvo, vieron la necesidad de obtener mano de obra por otros cauces y satisfacer la demanda de las plantaciones y las manufacturas. De esta forma, alentaron la inmigración blanca (canarios, gallegos, vascos y asturianos) y programaron la constitución de la Compañía de Trabajadores Libres. Los hacendados cubanos (El Círculo de Hacendados) potenciaron igualmente los contactos con China y la India, enviando emisarios a China para retomar los embarques de inmigrantes orientales ya presentes desde los años cincuenta en Cuba (culíes chinos e hindúes).

A partir de 1889, Manuel Calvo formó parte de la delegación cubana de la Junta Protectora de la Inmigración que ofrecía a los propietarios interesados, mano de obra blanca y de entidad individual y familiar.

Su estrecha amistad y los negocios comunes con Antonio López, primer marqués de Comillas, le brindaron la oportunidad de situarse como vicepresidente vitalicio de la delegación en Cuba de la Compañía Transatlántica, de hecho fue “el hombre en La Habana de los Comillas”. La Compañía de Navegación, 1881 (La Naviera de Antonio López y Cía. reconvertida) una vez iniciados los conflictos entre la colonia cubana y la metrópoli en 1868, se dedicó al transporte y a la repatriación de las tropas españolas además de ofrecer el servicio regular de vapores-correo a Las Antillas.

En asociación con el marqués y otras personalidades notables de la isla, y en unión con el denominado grupo catalán, participó en la formación del Banco Hispano-Colonial, institución bancaria que se orientó a la financiación del Gobierno español en su lucha contra la insurrección cubana, dando comienzo de esta forma al movimiento financiero español.

Relacionado con los hechos políticos de su contexto vital (la situación peninsular y colonial, la Revolución Gloriosa de 1868) y en respuesta a la indiferencia con la que se observaba el conflicto desde España, los grandes empresarios residentes en Cuba crearon el Partido Español, formación política de gran relevancia en las relaciones hispano-cubanas con el objetivo específico de la obtención de la Paz de Zanjón de 1878. Precisamente uno de los principales impulsores políticos de la isla fue Manuel Calvo, representante del partido en España y responsable de haber convertido la insurrección cubana en una cuestión nacional.

Sin embargo, la reanudación de la contienda, esta vez con el apoyo a los insurgentes cubanos por parte de los Estados Unidos, hizo que la mayoría de los hombres de negocios españoles retornaran a España, quedando en la isla de Cuba una minoría, entre los que se encontraba el portugalujo Calvo, quien postergó su regreso y mantuvo sus actividades hasta la pérdida de Cuba en 1898.

Regresó en agosto del mismo año. Ya en España, octogenario y enfermo, su vida transcurre entre Portugalete, Cádiz y Barcelona, capital en donde redacta su testamento. Mantuvo propiedades en Sevilla y en Portugalete, villa en la que construyó su magnífica residencia, tras haber comprado la primera manzana del ensanche del Muelle Nuevo. El palacio se levantó entre los años 1871 y 1873 bajo la dirección de Francisco Orueta, quien proyectó un edificio clasicista elegante, simétrico en su composición y muy cuidado en cuanto a la decoración.

En sus últimas voluntades cedió el palacio al Ayuntamiento de Portugalete con el fin de que se convirtiera en un café-hotel que sustentase con los beneficios que generaba el mantenimiento de La Olla de los Pobres, comedor de beneficencia establecido desde 1887 en Portugalete. El hotel habría de arrendarse “por trienios o quinquenios a persona de garantía para cumplir sus compromisos [...]”. La Guerra Civil española arruinó el edificio, por lo que en 1998 fue reconstruido siguiendo el proyecto de Santos Zunzunegui.

Manuel Calvo dejó al segundo marqués de Comillas como heredero universal porque le debo cariño y atenciones durante su vida y por ser hijo del mejor amigo que conté en el mundo”. La valoración total de sus haberes ascendía a 4.546.155,90 pesetas (diversas cuentas bancarias e intereses en casas comerciales de España, Francia e Inglaterra: Claudio López Brú de Barcelona, el Banco Hispano-Colonial, Uhthoff &Co. de Londres, Movellán y Angulo de París, etc.) sin contar con los bienes de La Habana, que fueron excluidos para beneficio de sus familiares más cercanos y para el Ayuntamiento de Portugalete.

No obstante, dejó legados en favor de familiares (tres sobrinas) y personas cercanas (la “morena” Jacinta Casilda Calvo, que fue criada como su propia hija por el matrimonio en Cuba, y se ve especialmente beneficiada en el testamento ológrafo; de igual modo, dejó pensiones vitalicias a su sirvienta “la morena” Salomé Calvo, además de cantidades a su fiel mayordomo Fidel Goltier).

Benefactor como indiano de éxito, realizó numerosas donaciones, tanto en vida como tras su muerte, para su villa natal. Entre los legados que se pueden citar constan la contribución realizada en 1886 para la reparación de la torre de la iglesia de Santa María (treinta mil pesetas), la obra pía no interrumpida desde 1904 hasta 1925, que superó como media las tres mil pesetas y la cesión gratuita de terrenos para la construcción del nuevo Hospital-Asilo de San Juan Bautista.

Con problemas de salud (enfermedad cardíaca), residió en Cádiz, ciudad en la que murió el 16 de marzo de 1904, a los ochenta y siete años. Sus restos mortales fueron trasladados a su villa natal Portugalete, donde el segundo marqués de Comillas mandó erigir un artístico y notable panteón en el cementerio de Pando, en el que se lee actualmente:

 Al insigne patricio Don Manuel Calvo y Aguirre. Defensor de los intereses españoles en Las Antillas y bienhechor de Portugalete. Dedica este monumento su admirador y agradecido amigo Marqués de Comillas”.

Como resultado del legado recibido, el Ayuntamiento de Portugalete designó en 1904 una comisión para gestionar los bienes testados que se compone, según sus directrices estatutarias, por las siguientes personas: el párroco de Santa María de Portugalete, el alcalde de la misma villa vizcaína y un concejal designado por el ayuntamiento, que desde 1920 constituyen la Fundación Manuel Calvo.

 

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BIBLIOGRAFÍA.:

A. de Artiñano y Zuricalday, Necrología del Exmo. Sr. D. Manuel Calvo y Aguirre, 1904;

 A. Bahamonde Magro y J. G. Cayuela Fernández, Hacer las Américas: Las elites coloniales españolas en el siglo XIX, Madrid, Alianza Editorial, 1992;

J. Maluquer de Motes, Nación e Inmigración: Los Españoles en Cuba (siglos XIX y XX), Barcelona, Júcar, 1992;

C. Naranjo Orovio y T. Mallo Gutiérrez, “Cuba la Perla de Las Antillas”, en Actas de las Primeras Jornadas sobre Cuba y su Historia, Madrid, Doce Calles, 1994;

C. Naranjo Orovio, La Nación Soñada: Cuba, Puerto Rico y Filipinas ante el 98, Madrid, Doce Calles, 1996;

 M. C. Barcia Cequeira, Élites y grupos de presión. Cuba 1868-1998, La Habana, Ciencias Sociales, 1998;

 M. Rodrigo y Alharilla, Los Marqueses de Comillas (1817- 1925). Antonio y Claudio López, Madrid, LID Editorial Empresarial, 2001.



 

jueves, 24 de marzo de 2022

NUEVA PUBLICACION CON MOTIVO DE 85 ANIVERSARIO DE LA BATALLA DEL MATXITXAKO.

 


Durante todo este mes está abierta la exposición en la torre de Salazar sobre batalla del cabo Matxitxako que tuvo lugar el 5 de marzo de 1937.

Con este motivo Oroituz Kultur Elkartea, su organizadora ha publicado el trabajo de José Manuel López Diez, riguroso investigador y colaborador nuestro, titulado PORTUGALUJOS QUE PERTENECIERON A LA MARINA DE GUERRA AUXILIAR DE EUZKADI.

Si hasta ahora nuestra referencia sobre este tema era el libro de Juan Pardo San Gil, La Marina Auxiliar de Euzkadi (1936-39), en la que aparecían 14 portugalujos, en la investigación de José Manuel se recogen 34 que estaban domiciliados entonces en la Villa o que habían nacido aquí.

Según nos señala no hace la biografía de cada uno de los marinos, ni quiere enmendar la plana al trabajo citado, que solo le merece elogios, simplemente corrige defectos y amplía hasta cierto punto la información.

Aprovechamos la ocasión para recordar la figura del único portugalujo que murió en el citado combate naval, y que recogemos en nuestro Diccionario Biográfico Portugalujo:

 Gerardo Tovar García, 1908-1937

 Era hijo de Ruperto Tovar Angulo, un conocido botero del muelle Viejo, según se recogía en la canción popular “Los choriceros”, que empezaba diciendo: Somos cuatro choriceros, que hemos formado sociedad y nombrado presidente al granuja de Tovar, que tiene un bote que se llama “Mariano” y …

Marinero de profesión, tras colaborar con el santurtziarra Lezo Urreiztieta en su faceta de contrabando de armas, con la llegada de la guerra se alistó en la Marina de Guerra Auxiliar de Euskadi que tras la constitución del Gobierno Vasco el 1 de octubre de 1936 y dentro de su Departamento de Defensa, estableció su sede en el Hotel, utilizando los almacenes de la estación para intendencia y depósito de minas utilizadas en el bloqueo del puerto.

Embarcado en el bou Gipuzkoa (un bacaladero armado con cañones), participó el 5 de marzo de 1937 en la batalla del Matxitxako contra el Canarias, en manifiesta inferioridad, que arrojó como saldo 5 muertos y 12 heridos en el bou por un muerto y un herido en el crucero sublevado. El Gipuzkoa, averiado gravemente, se dirigió a Portugalete perseguido por el crucero que al entrar dentro del radio de alcance de las baterías costeras de Punta Galea y Punta Lucero, que abrieron fuego contra él, se retiró hacia el Norte.

Uno de los cinco muertos fue Gerardo y entre los heridos figuraba el maquinista Ildefonso Uranga de 45 años que vivía en General Castaños.

A pesar de estar prohibidos los entierros en la Villa, para evitar desanimar a la población, en este caso se hizo una excepción y se pudo realizar según querían los padres y la Junta Municipal de ANV a la que estaba afiliado.

La conducción del cadáver partió desde la sede de Euzko Etxea hasta el cementerio de Pando.

 

miércoles, 23 de marzo de 2022

APORTACIONES A LA HISTORIA DE LA NAUTICA: 1968

 


José Luis Garaizabal se ha sumergido en el Archivo Histórico de Euskadi en busca de fotografías de nuestra historia, enviándonos una buena colección que últimamente hemos empezado a divulgar entre los portugalujos.

Las de hoy, del fotógrafo Germán Elorza, forman parte de la historia de la Náutica y corresponden al III TROFEO organizado por el periódico HIERRO el 29 de agosto de 1968.

En la foto superior recoge dos momentos de la salida de hombres y mujeres y unas vistas generales, con la casa “del millón” en construcción al final del muelle, el frontón junto al Saltillo, …

En la inferior la numerosa asistencia de público, Garbiñe Careaga saliendo del agua, Mincho Espinosa con dos ganadores, y la entrega de premios en el salón municipal del Ayuntamiento pues no se pudo hacer en el parque porque llovía, con la presencia del alcalde Esparza y Chelu Fernández al micrófono.

La prensa destacó los numerosos títulos logrados por el Landachueta, en ocho de las dieciséis pruebas celebradas, siendo el “náutico” Sotomayor el mejor hombre de los locales.



martes, 22 de marzo de 2022

CONSTRUCCION DE LAS PISCINAS: 1959

 


Ahora que al deporte náutico portugalujo se le acerca el 75 aniversario de la fundación de la Deportiva Náutica, constituida en 1948, bueno será que vayamos aportando algunas de las imágenes que todavía no han visto la luz en este blog en el que tantas entradas le hemos dedicado.

Hoy recordamos la construcción de la piscina, que con medidas de 33,33m x 12,50 de ancho, se construía según las reseñas de la época “gracias a los desvelos del alcalde de la localidad el camarada Bayo”.

La foto de Germán Elorza que figura en los fondos del Archivo Histórico de Euskadi nos la muestra en 1959 durante su construcción al final de la playa.

Bajo estas líneas el dibujo del proyecto municipal superpuesto a dos vistas del comienzo de las obras sobre la arena de la playa.



 

lunes, 21 de marzo de 2022

PORTUGALETE A VISTA DE PAJARO HACE 40 AÑOS

 


Siguiendo con las fotos de los fondos de FOAT en el Archivo Histórico de Euskadi, ofrecemos estas dos fotografías de hace cuatro décadas y que nos sirven para observar cantidad de detalles del cambio urbanístico que se ha producido en estos años.

La superior de 1981 llama la atención por el sucio color del agua de la ría en aquellos años, con los terrenos de la estación todavía en total abandono, mientras en la parte superior los santurtziarras continuaban su tarea de ganarle terreno al relleno para poder construir su pista de atletismo.

En la inferior, a finales del año siguiente, con el paseo de la Canilla ya construido en los citados terrenos ferroviarios, en el polígono de La Florida el centro escolar Kanpanzar recién inaugurado, el depósito de aguas en el alto de San Roque, el barrio rural de Los Llanos tras el campo de fútbol y otros muchos detalles que cada uno apreciará según sus recuerdos.



viernes, 18 de marzo de 2022

EL ZULO DEL CAMPO DE LA IGLESIA

 


En el primer trabajo de prospección en el Campo de la Iglesia en busca de los pasadizos antiguos, se detectó en el extremo noroeste del mismo una galería de escaso recorrido con entrada por el muro.

Según se informó entonces dicha cavidad era un pequeño zulo que sirvió durante la guerra civil a los vecinos de la zona como refugio durante los bombardeos.

Hoy, como curiosidad, ofrecemos esta foto que José Luis Garaizabal ha encontrado en el Archivo Histórico de Euskadi y que fechada el 29 de enero de 1979 corresponde a los fondos de la empresa FOAT (Fotografía aérea y terrestre S.L.) donde en el ángulo inferior derecho, en el patio trasero de las casas del Muelle Viejo, se ve lo que podría ser su entrada.

Cuatro décadas después nos llama también la atención los coches aparcados en el borde del muelle sin ninguna protección (recordamos alguno de los accidentes al caerse al agua) y que todavía estaba la grúa que desaparecería un par de años después.

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Recogemos la foto actual de 
Fernando Gardeazabal que 
se nos envia con el comentario 

 


jueves, 17 de marzo de 2022

LAS NEVADAS DEL SIGLO PASADO EN LOS FONDOS DE JUARRERO



Continuamos ofreciendo las fotografías que nos ha cedido Cristina Castañeda que pertenecieron a los fondos de David Juarrero y que corresponden a dos momentos de una nevada en la Villa en los años 40 o 50 del siglo pasado.

La superior nos recuera también cuando el Muelle Nuevo no tenía la balaustrada metálica actual y en esta zona existían bancos de hormigón, y en la inferior del parque del Dr. Areilza, la figura majestuosa del palacio de Chávarri. 




miércoles, 16 de marzo de 2022

PETICIONES A LA AUTORIDAD PORTUARIA

 


Ahora que con los actos del 700 Aniversario, la estatua de D. Víctor ha quedado imponente, el kiosco no digamos, los jardines del Paseo de la Canilla han sido remodelados y se muestran como cantó Pedro Heredia, “henchidos de preciosas flores que inspiran amores al corazón”, y hasta los del Consorcio de Aguas después de sus eternas obras de sustitución de la tubería que atraviesa la Ría, parece que nos dejan libre el Muelle Nuevo, como si de una carta a los Reyes Magos se tratara, quisiera dirigirme al Presidente de la Autoridad Portuaria, portugalujo de nacimiento, que visita asiduamente el Casco Viejo.

Se trata de recordarle algunos puntos sensible para nosotros como son, paseando desde el embarcadero del pasaje hasta la Punta, el desaparecido mareógrafo, el mareómetro, el hito de fundición que falta en el comienzo del muelle de hierro, el acceso cerrado a las escaleras de los “agustinos”, “Gandarias” y a la zona del paseo inferior del muelle, así como las farolas y argollas que faltan al final del mismo. 

Sobre el mareógrafo que sigue en paradero desconocido, que estuvo instalado bajo la “fábrica de tubos” y cuyo boceto basado en el testimonio del hijo del penúltimo mareografista, Mariano García Pascual con un escrito mío sobre el asunto, el Presidente de la Cofradía de San Nicolás ya les trasladó a finales de 2018.

Consultados antiguos empleados de la JOP, NADIE SABÍA NADA. Me dijeron que, tal vez fuera retirado al taller de la JOP de Axpe y al haber desaparecido aquel, sospechan que se vendiera como chatarra o vaya usted a saber. Tampoco se sabe nada en la Autoridad Portuaria de los mareogramas (gráficas en papel milimetrado), solo que se mandaban a AXPE desde Portugalete. El aspecto del mismo sería, más o menos, similar al existente en Reykjavik, pero guardado dentro de un armarito de madera barnizada y cristales. En la esfera del reloj ponía PARIS. Aún se pueden observar, bajo el cuartito donde operaba, los tubos por los que subían y bajaban las boyas y poleas. Si aparece, que lo dudo, sería una fantástica aportación al Museo de la Industria RIALIA. ¿Se quedaría alguien con él cuando perdió utilidad o estará en algún despacho?. ¿No constan en sus archivos datos de su adquisición?.

Si se da el paseo por el Muelle hasta la Punta, comprobara como las escaleras de los “agustinos” y de “Gandarias” siguen fuera de servicio “gracias” a las verjas que “provisionalmente” les colocaron y que contrastan con la libertad de uso de las de Las Arenas.

Un poco más adelante se encontrará con el MARÉMÉTRE BORREL-WAGNER, 1883 (Mareómetro único del mundoque lleva sin funcionar “la pera” y al que le falta “la oreja” del lado de la Ría. Una limpieza de la maquinaria y del pozo y entrada de agua desde la Ría le volverían a la vida por una buena temporada. ¡Ánimo!.

En el comienzo del Muelle de Hierro, sigue faltando el hito de fundición de 1881 con el nombre de la empresa constructora, La Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona, cuyo hermano gemelo se quedó solo tras una de las obras municipales acometidas en las piscinas. ¿Se podría hacer una réplica y colocarla en su sitio? Sería una bonita aportación al 700 Aniversario.

Ya en el muelle donde estuvieron las escaleras “de las chicas”, verá que una nueva verja impide el paso al muelle inferior. Hace años, quise mostrar a mis antiguos compañeros de trabajo la estructura del muelle que posibilitó el fin de la barra. Se había rehabilitado eliminando los pilares de hormigón que ocultaban los pilotes con rosca y colocando nuevamente las riostras. A nuestros años, debimos hacer escalada furtiva. Hoy, los buenos fotógrafos de la Villa nos obsequian, de vez en cuando, con imágenes obtenidas de extranjis de esa tela de araña metálica y los pescadores se lo saltan sin más.

No estaría nada mal la colocación de dos faroles de época, IRROMPIBLES, en la elegante farola de las escaleras llamadas “de los chicos” o “del Sporting”.

Y ya para terminar, llegando al morro, verá como sigue faltando, la última argolla en el muro y que tal y como ya denunciamos en su día en este blog y de forma oficial en 2012, y que seguirá envuelta en mojijones entre las rocas que están a sus pies. Entonces no hubo voluntad y hoy, un puñado de euros, serían una buena inversión.  

Sr. Presidente, tan importante como hacer grande nuestro puerto es mantener las pocas señas de identidad de su pasado glorioso, llámense muelles, mareógrafo, reglas de marea, mareómetro, grúas, motilones, escaleras, escalas, balizas de señalización, farolas históricas, argollas, rampas, varaderos de gabarras, etc. Lo perdido, perdido está, pero lo que queda, cuidémoslo.

Eskerrik asko Rey Mago. 

JOSE LUIS GARAIZABAL FLAÑO

 

 


martes, 15 de marzo de 2022

GUMER SANTAMARIA, EL PORTUGALUJO MAS LONGEVO CON 109 AÑOS, ENPORTUGALETE.COM

 


El personaje de este mes en el periódico enportugalete.com que se nos buzonea en los domicilios portugalujos, nos recoge la ficha del que hasta ahora en los 700 años de existencia de Portugalete como Villa es la persona más longeva.

Como en una entrada reciente ya le recordamos, en esta aprovechamos para mostrar algunas de las fotos que guardaba y que esperamos ofrecer con la debida calidad, de su paso por la escuela del Campo con Ruperto Medina.



 

 

 


 

 

 

lunes, 14 de marzo de 2022

VISITAS AL EMPIRE STATE EN EL MUELLE DE LA BENEDICTA EN 1951

 

La entrada que hicimos el año pasado con la foto de Germán Elorza de la VISITA DEL “EMPIRE
STATE” DE LA MARINA ESTADOUNIDENSE, EN JULIO DE 1951
, hoy se complementa con esta otra imagen
correspondiente al mes de marzo del calendario elaborado por El Puerto de Bilbao, el Archivo Histórico de Euskadi e Itsasmuseum, que recoge un momento de la entrada de visitantes al barco.

Nos hace recordar el trozo de muelle de la Benedicta por donde se llegaba a la caseta del guarda jurado que prohibía continuar y a la derecha el paso de las vías del tren por donde se subía hacia Azeta por el sendero con poca inclinación, así como otros detalles curiosos de cómo estaba esta zona hace siete décadas.

Para los que les cueste centrarse en la situación, volvemos a recoger otra vista de 1960 de una entrada anterior.