martes, 31 de enero de 2023

VISITA REAL A PORTUGALETE EN 1865: REGATAS (1)


Ya hace 12 años que nuestro colaborador Dani Docampo nos informó en una entrada con un recorte de la prensa (La Correspondencia de España del 18 de agosto de 1862) sobre las NOTICIAS DE REGATAS EN LAS FIESTAS DE PORTUGALETE EN 1862.

Hoy otro amigo, Aurelio Gutiérrez en su blog LA VIDA PASA, es quien nos sorprende una vez más, con el hallazgo en sus investigaciones de aquellos años con otra noticia que aporta más datos a nuestra historia jarrillera.

Se trata de los actos conmemorativos que tuvieron lugar organizados por la Diputación y el Ayuntamiento de Bilbao para conmemorar el aniversario del Abrazo de Vergara de 1839, y que en esta ocasión contó con la presencia de la reina Isabel II acompañada por sus hijos.

La Comisión de festejos nombrada al efecto programó, entre otros actos, una regata en la Ría, el 31 de agosto de 1865, para lo que vendría a la Villa la reina Isabel II acompañada por el príncipe Alfonso y la infanta María Isabel.

El programa que nos aporta Aurelio, contiene las reglas para participar y el recorrido, que empezaría frente a la Casa del Consulado situada al otro lado de la Ría y subiendo hacia Bilbao para dar la vuelta en la baliza situada en el puente de Luchana. Con tres tipos de embarcaciones (lanchas trañeras, lanchas y botes), saldrían de dos en dos y cada cuatro minuto, estando dotada la prueba con importantes premios, el primero de ellos de 4.000 reales.

En la reseña del periódico “La España” del 5 de setiembre de 1865” se indica que  los dos primeros premios se adjudicaron a las lanchas de Ondarroa, con polémica por un altercado con la embarcación de Lekeitio. La reclamación de ésta fue desestimada así como la apuesta que lanzaron a los de Ondarroa para repetir la prueba “jugándose la cantidad que gustaran. Apuesta que fue desatendida por el comisionado ondarrés”.

La tripulación ganadora se quedó en la Villa donde durmieron y al día siguiente colocando la bandera en la proa de su embarcación  volvieron a casa por mar.

El problema que tuvieron al pasar por delante de Lekeitio, donde les esperaban “cinco lanchas, cuatro de ellas de altura y la otra la misma trañera que de ella asistió á la regata indicada, tripuladas con marineros y algunos particulares de la dicha Villa de Lequeitio” pasó a la historia del remo de dichas localidades y la podemos encontrar en la obra de Aitor Iturbe, ESTROPADAK. “como la cuestión es de honra de los marineros...”

 

lunes, 30 de enero de 2023

RECUERDOS DEL HOTEL DE SALOÑA (2)

 


Recordando a mi tío Antonio San Sebastián, y hablando de complejos, tengo que decir que cuando yo tenía 12 ó 13 años, Saloña pretendió que los domingos yo ayudase a los camareros a servir las mesas. Yo estudiaba en Santa María con los hijos de las familias “ricas” del Muelle y tenía que ir a servir a esas mesas. Por mi inmadurez y falta de personalidad, yo no quería ir a esas mesas y se lo dije a Saloña, que le dijo a mi madre que “a ver quién me creía yo” y que había que ayudar.

Entonces y los veranos de varios años, colaboré llevando “Avisos de conferencia” por todo Portugalete y su extrarradio (Pando, Repélega, etc). Eso a mí no me importaba.

En aquellos años muy poca gente tenía teléfono y un sistema de comunicar familias (muchas y de toda España) era que en el Hotel había un par de locutorios y llamaban de fuera al Hotel comunicando un aviso de conferencia para un amigo o familiar, que se anotaba en la oficina del Hotel y se pasaba a un papel, con el día y la hora en que alguno tenía que estar en el locutorio.

También me acuerdo cuando en 1953 estuvo alojada en el Hotel la Selección Española de futbol, que iba a jugar un partido en San Mamés contra Suecia. Como yo casi vivía en el Hotel tuve la oportunidad de estar bastante con los jugadores, Kubala, Gainza, Muñoz, etc. que me dieron autógrafos que no conservo.

Por aquellos veranos tenía amigos que venían a jugar conmigo al Hotel como fueron Fernando Delgado o Alfonso Bayo. Este era sobrino de Julián Bayo, alcalde, y nos facilitó las cosas para comprar una casa en “Diego Valor”, que eran municipales. Años antes, Bayo con su violín y mi difunto padre como barítono formaron dúo para música clásica y zarzuelas siendo contratados para fiestas o bodas de “ricos” en el Club Marítimo del Abra. Era un sobresueldo.

Tambien recuerdo a Harry Garmendia que formó un grupo de rock con las primeras guitarras eléctricas que se veían, donde él era el cantante. Tocaron varias veces en el salón del Hotel y en algunos otros sitios. Desgraciadamente murió muy joven, con veintipocos años, de enfermedad.

También estuvo hospedado un cierto tiempo en el Hotel, por cuestiones laborales el galés Geoffrey (marido de mi hermana). Anteriormente Saloña había contratado y trajo de Irlanda a la hermana mayor de la familia Behal, como institutriz y profesora de inglés de su hija Maria Angeles.

Años después, mientras estudiaba la carrera de ingeniero en Bilbao, además de a los bailes domingueros en el Salon del Hotel, iba bastante, los domingos, pero solo a la cafetería que seguía boyante a tomar el vermut con rabas.

Y quiero terminar estos recuerdos de Saloña, reconociendo un gran error que cometí y fui un desagradecido, de los cual me arrepiento mucho y no lo arreglé luego y ya no puedo.

El Hotel con Antonio como gran cocinero celebraba muchos banquetes de boda y mis hermanas allí lo celebraron. Yo, demostrando poca consciencia y sensibilidad no lo hice. En 1970 el restaurante mas famoso y elegante era el Artagan, junto a la basílica de Begoña y yo como un idiota inconsciente, tras casarme en la iglesia neorrománica de los Trinitarios de Algorta celebré allí el banquete.

Saloña nunca me reprochó nada, ni su hija o hijos, pero estoy seguro que esa decisión mía le tuvo que doler, seguro, por la ingratitud de que él siempre me había ayudado a mi y a mi madre y yo le pagaba así. Mi madre le invitó a la ceremonia y al banquete, pero el declinó la comida, creo que por no disgustarla, asistió a la ceremonia y luego se marchó.

Me he arrepentido muchas veces de aquel error, y no pongo disculpas, pues aunque mi madre o hermanas me lo advirtieran yo soberbiamente no les hice caso. 

José Antonio Otxoa San Sebastián

viernes, 27 de enero de 2023

RECUERDOS DEL HOTEL DE SALOÑA (1)

 


José Antonio Otxoa San Sebastián, nacido en 1943, nos ha facilitado algunos recuerdos de su relación con el Hotel y Antonio Saloña que lo explotó hasta 1971 en que murió.

Mi madre tras quedarse viuda, como era amiga de la infancia de la costura de Iluminada Sagredo, casada con Antonio Saloña que en 1951 se había hecho con la gestión absoluta del Hotel por 50 años, consiguió que este la contratara como ama de llaves o encargada de las 12 camareras que limpiaban cada día todas las habitaciones del Hotel, entonces muy lleno.

Yo que estudiaba en el colegio Santa María iba a veces a cenar con mi madre, Saloña, Ilu, su hija Marian, de mi edad, u otros hijos mayores ya casados. Bastantes veces en época baja me quedaba a dormir.

Saloña era un hombre muy grande de unos dos metros y muy grueso. Era muy buen cocinero, primero por todo el mundo y luego en su propio hotel. Escribía artículos y recetas sobre cocina, semanalmente en EL CORREO y también escribió un gran libro de cocina, Arte Nuevo de la Cocina Española 1965, que dedicaba en las bodas.

Su afición al boxeo le llevó a participar en la Federación Vizcaina de Boxeo, como presidente o directivo, y su despacho estaba lleno de revistas en inglés (que dominaba perfectamente) con fotografías de boxeo internacional (Joe Louis, etc.)

Viéndolas yo creía que podía ser boxeador y el me ponía su enorme manaza para que la golpease con el puño al estilo boxeador. El me aficionó al boxeo y me llevó a una velada en el frontón Kai Alde de Santurce que también regentaba. Recuerdo que allí vi, y era mi ídolo, un menudo boxeador: Pescadito Pérez. Desde entonces, 1955, hasta hoy he sido muy aficionado al boxeo.

En un tema virgen para mi entonces con unos 18 años, era la política. Por lo que me dijo, creo que no era franquista, por lo menos entonces. Creo que era monárquico de D. Juan de Borbón y demócrata. Leía la revista “Cuadernos para el dialogo” que entonces empezaba, buscando un cambio democrático del régimen de Franco, algo que yo también empecé a comprar y coleccionar.

Yo en el Hotel era el hijo de “Doña María” (así llamaban a mi madre) y aparte de Antonio y su familia, Ilu y su hija Mª Angeles, estaba Bárbara muy cariñosa conmigo, que cocinaba algo y limpiaba la cocina de “arriba” (había otra cocina principal abajo donde Antonio cocinaba), la cajera y su hija Amparo, que luego la sustituyó y que estaba en la esquina de la cafetería y nos guardaba las “borras” de café para luego en casa hacer “café con leche con sopas”.

Un camarero “especial” muy “ilustrado” era Celestino Saavedra, que atendía a todos en la cafetería y especialmente al farmacéutico y otros del “Muelle” que iban después de comer, todos los días, a jugar la partida al dominó.

Y como no, me acuerdo de una persona especial con la que conviví bastante: Mariano Fuentes, que era la mano derecha de Saloña, llevaba la contabilidad y estaba siempre en la oficina. Creo que era un buen tipo, con un carácter “especial”, también con las mujeres (mutilzarra) que al fin se casó ya algo mayor y pusieron una pastelería en el Callejón del Muerto, dejando de trabajar en el Hotel.

Entonces para ejercer una labor similar a la de Mariano, Saloña contrató a mi tío Antonio San Sebastián, que tenía ya hacía muchos años un buen puesto como encargado o jefe de unos 20 oficiales en La Naval de Sestao, y que al salir de allí iba al Hotel, haciendo pluriempleo, pues tenía 5 hijos.

Mi tío Antonio era carlista, por lo que fue teniente alcalde de Portugalete y era un buen hombre y cariñoso. No tenía complejos y no se le “caían los anillos” de que con su nivel se pusiera a cortar entradas en la puerta de entrada del salón de baile dentro del Hotel, donde se celebraba el baile todos los domingos. Yo fui muchas veces “a ligar” a ese baile que era muy decoroso.

jueves, 26 de enero de 2023

DESPEDIDA DE SOLTERO EN EL HOTEL EN LOS FONDOS DE A. ZORRAQUIN


En aquellos años de posguerra en que pocos podían disponer de una cámara fotográfica, tenía que ser el fotógrafo comercial, en este caso Andres Zorraquin, quien recogiera los actos sociales que se producían, como eran las bodas, celebraciones familiares, o como en esta ocasion una despedida de soltero con todos sus amigos.

Hemos colocado los nombres que pudimos recopilar de los asistentes, a la derecha de la foto, en las escaleras del Hotel, sin que podamos señalar su fecha.

 

miércoles, 25 de enero de 2023

RECUERDOS DEL OJILLO: (7) EL CACHARRO DE SIRIMIRI

 



Siguiendo con los recuerdos de Juan Fermín López Markaida, se para en la entrada de la actual calle Gipuzkoa, entonces Calvo Sotelo, que recogemos en la foto superior.

Allí había un banco de piedra que se aprecia en la foto y en el chaflán de la calle junto al muro del solar vacío, una fuente, ya en aquellos años sin agua. En dicho solar la fábrica de Gaseosas Sirimi que cerraría hacia 1965, metía su camioneta de reparto, de la que no encontramos ninguna fotografía.

En sus recuerdos del Ojillo, Kotetu Sirimiri, que trabajó en dicha fábrica de gaseosas, decía que en ese lugar tenían unos cobertizos donde guardaban las dos pequeñas camionetas que tenían para el reparto y también almacenaban los fardos de paja para el burro.

En ese terreno se construyó en 1956 la casa nº 8, que era la única en la calle que tenía ascensor y a la cuadrilla de los más pequeños, los de la década de los años 50, les entusiasmaba entrar en aquel portal, contemplar y experimentar con aquel artilugio automático mecánico tan novedoso.

Consecuencia de dicha edificación, el desvencijado cacharro de Gaseosas Sirimiri, dejó de tener su sitio de aparcamiento recogido y pasar a tenerlo desprotegido, para regocijo de algunos dúos de arrapiezos que hicieron su juego preferido de el. Juan Angel y  Mogollo por un lado, Juanito y Marquitos por otro, eran esas parejas con ánimo de fuertes emociones a cuenta de aquel vehículo de cabina verde y cartolas de madera raída. 

En cierta ocasión se les ocurrió quitar el calce, la cuña de las ruedas de la camioneta, que estaba aparcada enfrente de la fábrica, en el nº 11, y este suavemente empezó a deslizarse cuesta abajo

Afortunadamente unos brazos ágiles, poniendo la carretilla que Frias solía tener en la acera delante de su tienda de comestibles del nº 9 y un bordillo de andén generoso consiguieron detener el vehículo.

Sin embargo en otro episodio la otra pareja con más arrojo, se les ocurrió la experiencia de subir a la camioneta y jugar con el volante moviéndolo como si condujeran. En esta, pues el copiloto que algo también debía hacer para colaborar, le quitó no sin esfuerzo el freno de mano. El vehículo empieza a moverse, el piloto que no llega con el pie a poder utilizar el freno de pie pues la pierna no le da, no alcanza, y el concomitante que no tiene suficiente fuerza para apretar la palanca del freno de mano y el cacharro de Sirimiri que comienza a descender cuesta abajo

El par de críos consiguen saltar del vehículo, pero este choca contra la acera del supermercado de Manolo, se endereza y sigue su recorrido que se aprecia en la foto superior y acaba en la siguiente esquina del Economato , frenando en seco.

Los emuladores de Fangio salen por patas, zumbando pero sin ningún percance digno de mención.

Amén

 

 


martes, 24 de enero de 2023

ORIGEN DEL NOMBRE LA PAJONA Y SUS RESTOS ACTUALES

 


Tanto José Luis Garaizabal (pinchar) como quien esto escribe (pinchar), hemos publicado sendos artículos a cuenta del trazado de la desaparecida Estrada de la Pajona. Permítanos el lector no repetir lo que ya expusimos en dichos artículos, a los que remitimos. Baste ahora tan sólo recordar que se trataba de un estrecho camino, quizá de no más de 5 metros de anchura, que comenzando en El Ojillo (actual calle Gregorio Uzquiano) a la altura del convento de las Siervas de María, transcurría recto cruzando la calle Carlos VII hasta dar con la zona alta de la calle General Castaños, cerca ya de la Estrada de Zomillo, al final de la actual calle Libertador Bolíbar.

Empecemos por su nombre, cuyo origen creo haber dilucidado gracias en realidad al filólogo Carlos Glaria, que en su libro Muskiz, historia y toponimia de un Concejo del Valle de Somorrostro, hablando de un paraje del monte Montaño en Muskiz llamado La Pajonera, nos dice en la p. 167: «el nombre hace referencia a los “pajones” o tallos de la borona». Como sabemos, la borona es el nombre que se le daba al mijo, un cereal que requiere de muy poca agua para crecer, con el que antiguamente se hacían tortas de pan. Posteriormente “borona” es como se llamó al maíz, y una vez molido, a la harina con la que se hacía el pan. Por tanto, es muy posible que entre el Ojillo y la Estrada de Zomillo, donde situamos el topónimo, existiera una plantación de estos cereales (trigo y/o maíz).

En cuanto a los leves restos que nos quedan de la estrada, sabemos que en 1938 Andrés Mendizabal solicitó construir el actual n.º 12 del Ojillo (hoy calle Gregorio Uzquiano), para lo cual presentó en dicho año el plano correspondiente, firmado por el arquitecto municipal Santos Zunzunegui. Por su interés lo reproducimos. En él se ve cómo la estrada transcurre recta durante unos metros entre el convento de las Siervas de María y el solar propiedad de la viuda de Carlevaris, realizando a continuación un leve giro, quizá obligado por el cuerpo del convento, que el camino se ve forzado a esquivar.

En la fotografía sacada de Google Earth, podemos observar nítidamente la disposición del edificio alargado del patio conventual, cuya planta se dispone en diagonal respecto al edificio de la iglesia. Esta disposición tan irregular, muy probablemente es heredera y obligada por la preexistente Estrada de la Pajona, a cuyo trazado de algún modo el edificio tuvo que adaptarse.

Si comparamos el plano de 1938 con la imagen aérea, vemos cómo la estrada comenzaba en el edificio de la derecha (el proyectado en 1938, pero construido en 1947), donde se indica “El Txangurro”. Tal como marca el plano de 1938, tras unos metros transcurriendo en paralelo al convento, el camino cambia su trazado tomando una dirección diagonal, que es precisamente la que presenta el edificio alargado que vemos en la foto aérea. Tal disposición habría sido anómala sino hubiera sido por la preexistencia del camino, que obligó a construir el edificio en esa situación, y no en paralelo al convento, como se esperaría de una ordenación edilicia más lógica.

 

Aitor González Gato.

 

lunes, 23 de enero de 2023

EL HOTEL EN 1880 Y LA COCINERA BILBAINA BRIGIDA MURUA

 


Las investigaciones que nos ha ofrecido Aurelio Gutiérrez en su blog LA VIDA PASA sobre la cocinera bilbaína Brígida Murua relativas a su relación con el HOTEL de Manuel Calvo ofrecen algunas nuevas aportaciones a la historia de este establecimiento portugalujo.

En el nº 4 de Temas Jarrilleros dedicado a los 150 años del HOTEL, nos queda un vacío de noticias en el periodo trascurrido desde el 24 de agosto de 1874 en el que el ejercito le expropia el edificio a Manuel Calvo hasta el 17 de febrero de 1880, cuando encontramos el primer anuncio del Noticiario Bilbaíno, con Timoteo de Otaduy, apoderado del indiano, ofreciendo el traspaso de la FONDA y Café existente en el edificio.

Parece ser un mes después cuando lo cogería Brígida Murua, junto con Félix Almadoz empleado suyo en la fonda que regentaba en Las Arenas, quien tras adecuarlo a sus intenciones, el 3 de mayo se lo traspasaron a Francisco Sierra Requeni, viudo, de 37 años, vecino de la Villa, con todo el mobiliario existente del que nos dejaron un pormenorizado inventario y bajo el cual se hizo cargo el referido Sierra por el precio de 78.207 reales de vellón, pagaderos 10.000 en el acto y los restantes a los plazos fijados en dicha escritura.

Sierra lo explotó durante cinco meses como GRAN FONDA DE PORTUGALETE, según vemos en uno de sus anuncios, pero al vencer el primer plazo del traspaso de 20.000 reales, el 30 de setiembre y no hacer frente a su pago, entablaron contra él demanda ejecutiva y embargo que tras las correspondientes diligencias se sentenció el 18 de octubre.

Dado la situación de quiebra de Sierra, el 10 de diciembre llegaron a un acuerdo recuperando Brígida y su socio el traspaso del negocio.

El detallado inventario que realizaron y que Aurelio nos ofrece en su trabajo, es interesante para la completa historia del HOTEL.

Así vemos que disponía de un lujoso comedor grande, con un gran reloj en la pared, espejos de marco negro y dorado, lámparas inglesas, una galería con chimenea de metal, cien mesas y una completa cubertería en la que destacaban “993 platos de porcelana, filete azul marcados B.M.” , iniciales de la dueña.

En el Café, destacaríamos sus 12 mesas de hierro, cuadradas y redondas, con 50 taburetes de rejilla y 27 sillas de respaldo, así como “una mesa de billar con tres bolas de marfil, doce tacos y un tanteador”. 

En el salón de la fachada principal con sus mesas de mármol y caoba, sofás y butacas, espejos dorados, quinqués y dos braseros, destaca un piano vertical (Stent) siete octavas.

También nos indican el contenido de la bodega: botellas de champagne, vinos de Bordeaux, Málaga, Borgoña, barriles de cognac, jerez, ajenjo, vermouth y cerveza, así como 72 cajas de cerveza de diferentes clases.

En el recuento del piso último encontramos 32 camas de hierro, 19 lavabos, 16 orinales, 15 palanganas,… en la habitación principal, 32 camas de hierro, y en la parte zaguera, cuatro camas.

El inventario recoge también los elementos existentes en el todos los elementos alquilados, como cuarto del despacho, despensa, cocina, comedor pequeño, cuarto de plancha, escalera, piso de abajo…

Nos queda todavía por conocer si Brígida lo siguió explotando, pues tenía 64 años y falleció ocho años después, cuando ya se había hecho con el traspaso Teodoro de Mendizabal y lo denominaba HOTEL BUENA-VISTA.

Lo que si nos queda claro es que fue la primera mujer, con una gran reputación como cocinera en Bilbao, que se hizo cargo de los fogones del HOTEL y que ha tenido que pasar mas de siglo y medio para que otra, Zuriñe García, estrella Michelin, lo vuelva a hacer.

viernes, 20 de enero de 2023

48 AÑOS DE LA MUERTE DE VICTOR PÉREZ ELEXPE

 


Tal día como hoy, el 20 de enero de 1975, murió víctima de la represión franquista este portugalujo a quien hoy, como todos los años, un grupo seguirá colocando un ramo de flores junto a la placa donde cayó en la bajada de General Castaños a la Ranche.

El DICCIONARIO BIOGRAFICO PORTUGALUJO nos lo recuerda: Nacido en Repélega en una familia obrera, desde muy joven mostró su disconformidad ante la falta de libertades políticas y ante las injusticias sociales, culturales y económicas de la época. Participó en diversos grupos parroquiales y movimientos sociales en Portugalete, hasta que ingresó en el PTE, (Partido de los Trabajadores de España), realizando su actividad en la Margen Izquierda.

El 20 de enero de 1975 salió de casa muy de mañana, con la intención de lanzar junto con un compañero unas octavillas a favor de una huelga general. Uno por el Ojillo y él por Carlos VII con la intención de juntarse en El Cristo. Al llegar a General Castaños se encontró con un cabo de la Guardia Civil, vecino suyo, teniendo que echar a correr perseguido por el mismo. A la altura de las escaleras de bajada a La Ranche, fue alcanzado en la espalda por uno de los disparos.

Al día siguiente se celebró el funeral en la iglesia de San Cristóbal, seguido de una manifestación que fue disuelta por las fuerzas del orden público con una treintena de detenidos.

Con las declaraciones de testigos presenciales de que no portaba armas sino solamente un paquete de octavillas, sus padres no consiguieron que hubiese juicio, siendo el caso sobreseído dado que el guardia civil, al que al día siguiente se le trasladó a Salamanca, gozaba de fuero especial.

Con la democracia, volvieron a intentar que se le reconociese como víctima del franquismo sin ningún éxito y solamente en 2010, 35 años después, con la Ley de Memoria Histórica, lo consiguieron lo que implicaba admitir que fue asesinado por intentar ejercer algunos de los más elementales derechos democráticos como son la libertad de expresión y el derecho a la huelga. 

Aurelio Gutiérrez que nos lo recuerda en su blog LA VIDA PASA, nos recomienda el  trabajo publicado estos días sobre su vida, en formato de comic, por Vicente Ruiz (Edición A. M. Zubillaga). (PINCHAR)


 

jueves, 19 de enero de 2023

EL OJILLO DE POSGUERRA: LOS JUEGOS INFANTILES (6)

 



Las fotos superiores nos sirven para encabezar esta entrada recogiendo fragmentos de las Vivencias de la calle barrio de El Ojillo, de Juan Fermín López Markaida que venimos ofreciendo en este blog.

 Estamos en la calle Gipuzkoa, entonces denominada Calvo Sotelo. Por la derecha donde moría la acera de la casa del portal número 2 hasta el taller de Pradas eran campas y por la izquierda desde donde se acababa la acera del número 3, hasta la tapia del convento de las monjas, casi en Carlos VII, lo mismo pues todo era terreno yermo, sin cultivo, un erial.

 Por estos andurriales era por donde nos desenvolvíamos, para nuestras múltiples actividades de ocio y recreativas, no exentas de ingenio y creatividad. En resumen el patio de recreo perfecto para jugar y disfrutar de diversos juegos:

1) A la güitera. Con los huesos o güitos de los albérchigos, a meterlos en el agujero o güitera.

2) Al hinque. Con un hierro en punta, de unos 20 ctms, que nos facilitaba un tal Enrique del taller de Pradas, cuadriculábamos un espacio en el suelo y desde la salida y sin poder moverte lo pies, desde allí tenías que ir clavando el hinque en los distintos cuadrados del suelo. El que fallaba a la cola a esperar tanda.

3) A correr el aro. Con una guía empujábamos, sin caerse el aro de hierro, dirigiéndonos y corriendo detrás de él. La guía acababa en una especie de U en el extremo que era la que equilibrada el aro.

4) Al burro seguido. Los chaveas según sorteo, unos se agachaban sin flexionar las rodillas y otros saltaban por encima de un blinco con las piernas abiertas.

5) Al txamplón. Un pedazo de mármol al que dábamos forma redonda desgastando en el bordillo de la acera. Se lanzaba y el contrincante tenía que pegarle, por turnos.

(………… y para que cada cual exprima sus recuerdos, prescindo de la explicación de Juanfer….. )

6) Al tanque la maza.
7) Al escondite.
8) A tres navíos en el mar.
9) A la comba.
10) A las gomas.
11) A las tabas.
12) A la trompa.
13) Al palo y palillo.
14) A espadas.
15) Al tiratacos.
16) Al tirachinas o tiragomas.
17) Al futbol.
18) Al arco con flechas.
19) A la pelota baska.
20) A la goitibera.
21) A canicas.
22) A corto y escucho.
23) Al pillo y pilla.
24) Al pañuelito.
25) A la gallinita ciega.
26) A guerrillas.
27) Al trúqueme.
28) Al corro de las patatas.
29) A las chapas o iturris.
30) A infierno o campo quemado.
31) Al chorro, morro, pico, tallo, que.
32) Al soldado inglés. 

 

 

 

 

 

 

 

 


miércoles, 18 de enero de 2023

LA COCINERA BILBAINA BRIGIDA MURUA Y PORTUGALETE

 


Una entrada del pasado año, titulada LA FONDA DE LA BILBAINA EN EL SIGLO XIX, de José Luis Garaizabal nos daba noticias de esa fonda en 1856 en el Muelle Viejo, que en aquellos años era el centro de la gastronomía y de las fondas de la Villa.

Recogemos dos detalles de las principales casas de dicho Muelle Viejo a donde llevaban los vapores que traían a los turistas desde Bilbao o Santander, y que la mayoría eran fondas o cafés incluyendo arriba a la derecha la actual del Café Siglo XX.

Hoy la completamos tras una entrada al respecto de Aurelio Gutiérrez en su blog LA VIDA PASA, recordando a Brígida Murua Izaguirre, (Bilbao 1816-1889) todo un referente en la historia de la cocina bilbaína, que además de su labor en los fogones, figura como propietaria y fondista.

Además de esta fonda en la Villa, en 1856, mantenía otra del mismo nombre en la calle Correo del Casco Viejo bilbaíno.

En 1860, además de seguir explotando la fonda del Muelle Viejo, la encontramos regentando en Las Arenas una fonda en un edificio propiedad de D. Andrés Cortina, teniendo de empleado a Félix Almandoz y Meabe, que también estaría en Portugalete pues en 1879 ambos entablan un pleito que en 1884 todavía no se había resuelto, contra Marcelino Isasi González exigiéndole 15.000 reales por el alquiler  de su establecimiento jarrillero.

Además en 1871 la Sociedad Bilbaína que desde los años 40 se encontraba atendida por Mariana Inchaurbe delegó la misma misión en Brígida que serviría a los socios del club la comida diaria en su sede de la Plaza Nueva.

Y finalmente nos enteramos, algo que entra a formar parte de la historia de la gastronomía jarrillera, que en 1880, era la responsable de la fonda y café de la casa de Manuel Calvo en el Muelle Nuevo de Portugalete.

 



 

 

martes, 17 de enero de 2023

RECUERDOS DE REPÉLEGA (5)

 


Esta vez son varias las mujeres protagonistas de nuestra historia repelegana. Comenzamos con Olga Seoane Vázquez, de 61 años. Sus padres llegaron a Portugalete en 1953 desde el pueblo de Teixeiro-Curtis (La Coruña), viviendo primero en Rivas Viejo; poco después compraron un piso en el nº 1 de las casas de Escribano, donde nació Olga en 1961 (actualmente y desde hace muchos años Olga vive en Villa Nueva, barrio del que se siente muy orgullosa, como recalca a lo largo de nuestra conversación).

 Recuerda que hacia 1963-64 su madre asistía a la iglesia vieja de San Cristóbal, en cuyos locales enseñaban a las mujeres a coser y cocinar, según la ideología imperante en la época. En aquella década, siendo Olga una niña, recuerda las sanjuanadas que se hacían en la campa que actualmente ocupa el Parque Martínez de las Rivas, y las cenas populares que los vecinos hacían en dicha campa hasta bien entrada la madrugada. Recuerda a don Pedro, “el cura de la Babcock” (fallecido en 2022) que oficiaba misas en una pequeña capilla del colegio Antonio Trueba y organizaba excursiones con los vecinos de Villa Nueva, en cuya sede de la Cooperativa (actual Centro de Día) paraba el autobús que los llevaba a los pueblos que visitaban. Olga también recuerda con especial cariño a don Artemio, el cura de la iglesia vieja de San Cristóbal que tanto bien hizo por los jóvenes del barrio, y quien la bautizó en dicho templo.

Me cuenta que en el Grupo Alonso Allende existió la carbonería regentada por los gallegos José María y Pilar. En el mismo grupo, el padre de Olga tuvo por un tiempo una carpintería. En esa misma barriada se ubicó en la década de los 60 la bodeguilla de Acha, que hoy es un bar con el mismo nombre. Justo en frente, en una de las casas de la Babcock y en la misma década, abrió sus puertas la tienda de golosinas de Pilar. Junto a El Progreso, Agustina vendía prensa y chuches en una diminuta caseta que milagrosamente aún existe (y que quien esto escribe ha llegado a conocer regentada por su hija Fabiola, hasta que cerró el negocio a finales de los 80). Así que entre todas las pequeñas tiendas, carbonerías, carpinterías, lecherías, mercerías, etc, que aglutinaban los grupos de Alonso Allende, Babcock & Wilcox, Villa Nueva y El Progreso, se puede decir que en aquellos tiempos Repélega era un barrio razonablemente bien abastecido.
Justo al lado de las casas de Escribano tenían su chalet Pepín y Laura, con la particularidad de haber colocado en su fachada una hornacina conformada de azulejos que representaba a la Virgen de Coromoto, oriunda de Caracas, capital de Venezuela; única Virgen hispanoamericana en Portugalete, pues parece que un miembro de la pareja que acabamos de citar viajó a esa ciudad, de donde se trajo su devoción.

 

Aitor González Gato






lunes, 16 de enero de 2023

KOLDO BENGOA MATA (1937-2012) EL ÚLTIMO TXISTULARI MUNICIPAL

 


Este mes hemos llevado a las páginas del periódico enportugalete.com la ficha del último txistulari municipal, Koldo Bengoa, a quien en el DICCIONARIO BIOGRAFICO PORTUGALUJO encabezamos su página erróneamente con el nombre de José Luis. 

Aunque sus padres, Cesáreo e Inés, eran de Otxandio, la guerra civil hizo que recorrieran otros municipios de Bizkaia, y así él nació en Lezama, la siguiente hija en Begoña y finalmente el tercero en Trapagaran, donde todos encontrarían trabajo en General Electric. Cesáreo compaginaría aquí su trabajo en la fábrica con su afición a la música, tocando con las bandas de Portugalete, La Arboleda y Somorrostro.

Koldo tenía 14 años cuando entró en la fábrica a tirar de carretilla, conociendo allí a Celestino López de Vergara quien le introdujo la pasión por el txistu que le obligaba a trasladarse a Algorta a ensayar con el grupo de danzas Itxas-gane y pronto participar en las fiestas del entorno, Zaballa, Gallarta, Ortuella,.. acabando formando equipo con Luis Vergara, Celestino López de Vergara y Enrique Cuesta con los que recorrían todas las calles de la Villa.

En abril de 1966, al producirse unas bajas en la Banda Municipal de Txistularis es contratado como txistu segundo. Durante 20 años, de 1970 a 1990, la Banda estuvo formada por los mismos miembros: Celestino López de Vergara Iturbe, Koldo Bengoa Mata, Eduardo Arnaiz Lanzagorta (atabalero) y José Ramón Egia Rodríguez.

Tras jubilarse en 1994 Eduardo Arnaiz, él fue el único que quedó en la misma. Daba pasacalles en solitario, costumbre que mantuvo todos los días 31 de julio, coincidiendo con la celebración del día de San Ignacio, acompañando al Olentzero, cantando a Santa Agueda, tocando el Agur Jaunak en cualquier funeral o el aurresku en bodas e inauguraciones.

Al jubilarse en 1996, el Ayuntamiento eliminó el presupuesto asignado a la Banda disolviéndose la misma. 

Aprovechando la errata que se nos coló en el DICCIONARIO con el nombre de este personaje, tenemos que citar otra, que nos confirma que somos humanos, como fue la fotografía que acompaña a la ficha de Gumersindo de Vicuña, (bajo estas líneas la correcta que publicó enportugalete.com) y que erróneamente no era la de este personaje.
Ya antes de publicar el libro tuvimos otro episodio erróneo en el nº 5 de Temas jarrilleros con una foto equivocada de la comadrona Josefa Aróstegui, que gracias a la colaboración familiar (nuestro reconocimiento a Javier Arostegui) se pudo corregir a tiempo.



 

 

viernes, 13 de enero de 2023

FONDOS DE A. ZORRAQUIN: GRUPO DE ACCION CATOLICA

 


Esta foto de Andres Zorraquin, nos ofrece a un nutrido grupo de portugalujos delante del pórtico de la basílica, con sus estandartes de Acción Católica y su consiliario espiritual Epifanio Mezo, capellán de San Cristóbal de Repélega.

Nos falta su fecha, pero será de finales de los años 40 o principios de los 50 del siglo pasado.

La Acción Católica fue una organización religiosa de posguerra que tuvo mucha importancia con sus ramas masculinas y femeninas, tanto de jóvenes como de adultos. El Colegio de Santa María tenía su propio grupo que aparece también en esta foto.

Sabemos que en 1946 el presidente de esta sección de jóvenes era M. San Juan Oquendo y organizaban tanto ejercicios espirituales como charlas religiosas. En ese año solicitaron al Ayuntamiento permiso y ayuda económica para habilitar la lonja de la calle Santa María 12, arrendada a la viuda de Emaldi para centro y ambigú. Por este local pasarían después la Hermandad Obrera de Acción Católica, la Juventud Obrera Católica, la ikastola Elai Alai, el Grupo de Montaña Ganerantz, y la Asociación de Familias. En la actualidad es el Txoko txalaparta.

jueves, 12 de enero de 2023

130 ANIVERSARIO DEL TRASBORDADOR: LAS OFICINAS EN PORTUGALETE

 


Ahora que el Puente Colgante ha cambiado el 700 por el 130, con motivo de su aniversario, recogemos una noticia de 1898 que nos envía Karla Llanos.

Recordemos que la primera Sociedad que se creó con motivo de la creación del Puente se denominó M. DE PALACIO Y COMPAÑÍA que estuvo en activo desde 1890 a 1894, encabezada por Martín Alberto de Palacio, y doce hombres de modestos capitales, vinculados al comercio y a sectores económicos de segunda fila, sin la presencia de los grandes empresarios industriales, como Chávarri, Gandarias, o Martínez Rivas.

Dicha sociedad se refundió en una sociedad anónima en 1894 bajo la razón de COMPAÑÍA DEL PUENTE “VIZCAYA” donde Alberto de Palacio fue penalizado en su participación, tomando importancia la participación de Arnodin a cuenta de la deuda que se tenía contraída con él. Con el tiempo Palacio se desvincularía de la Sociedad mientras los herederos de Arnodin han seguido ostentando participaciones hasta la actualidad.

Karla nos envía el anuncio del Consejo de Administración de la Sociedad Anónima Puente “VIZCAYA” citando a los accionistas de la misma a una Junta General Ordinaria a celebrar en sus oficinas de la calle Santa María nº 7 de Portugalete y convocada en 18 de enero de 1898 por el Presidente del Consejo Félix Murga.

Debemos recordar que el único portugalujo que figuraba como accionista era Mateo Retuerto Castaños (1843-1905) y que según se dice en el DICCIONARIO BIOGRAFICO PORTUGALUJO fue alcalde en diversas ocasiones, la última en 1904, tenía viñas dedicadas a la producción de txakoli, y fue director gerente de la sociedad Puente “Vizcaya”.

Curiosamente vivía en el primer piso del nº 7 de la calle Santa María, donde en la fecha del anuncio la Sociedad tenía sus oficinas y donde se reunía en Consejo de Administración.

Quizás de aquí procede la vieja costumbre de llamar PUENTE DE PORTUGALETE al actual Patrimonio de la Humanidad que estaba dirigido administrativamente desde nuestra Villa, aunque las calderas a vapor para su funcionamiento, se colocaran por motivos evidentes al otro lado de la ría para evitar molestos problemas de contaminación.

miércoles, 11 de enero de 2023

RECOGIDO DE LA PRENSA: ÚLTIMOS DÍAS DEL CARABINERO ZORRILLA

 


Este tema que ya recogimos en nuestro libro, Portugalete en las dos primeras décadas del siglo XX (pág 285) lo recoge EL CORREO del 27/11/2022 con la firma de CARLOS BENITO. 

El día de Todos los Santos de 1908, en Portugalete, el carabinero Agapito Zorrilla mató de un tiro de fusil a su sargento Francisco Mendoza. Fue un suceso confuso e ilógico, una reacción desproporcionada que nadie acabó de entender. Agapito, natural de Carranza, era un veterano que llevaba veintiocho años, ocho meses y veinticinco días de servicio en el cuerpo, sin insubordinaciones ni incidentes violentos en su historial. ¿Qué había dado lugar a aquel arrebato homicida? Al parecer, el carabinero había acusado a un cabo de robar combustible, pero después no se reafirmó en la denuncia y le cayeron unos días de arresto. El sargento Mendoza, gaditano, se enfadó con él y le llamó «canalla». Y Agapito, desencajado y fuera de sí por el insulto de su superior, le descerrajó un tiro a bocajarro que le destrozó la cabeza.

(El suceso tuvo lugar a la entrada de la estación según arca una cruz en la foto de la derecha)

En ese momento se puso en marcha un siniestro reloj. El guion ejemplarizante ante un crimen como aquel estaba prefijado de manera muy clara: consejo de guerra sumarísimo y ejecución del reo lo antes posible. El caso apasionó a la sociedad vizcaína, que estuvo pendiente de las nueve últimas jornadas del carabinero Zorrilla con sentimientos combinados de compasión y espanto, además de cierta fascinación morbosa. La prensa se dedicó a registrar las rutinas del prisionero con una atención al detalle casi científica, mientras diversas instituciones (ayuntamientos como los de Bilbao y Barcelona, la Diputación, la Cámara de Comercio, el Círculo Republicano...) suplicaban un indulto que nunca llegó.

Todo el mundo en Bizkaia estaba enterado de las circunstancias personales de Agapito Zorrilla, casado con una logroñesa y padre de dos niños: el mayor, de 7 años, presentaba una discapacidad intelectual, mientras que el pequeño, de 5, había perdido la visión de un ojo. Su esposa, Juana, estaba en aquel momento embarazada del tercero. A través de la exhaustiva información de los diarios, el público se familiarizó también con la vida y el entorno del detenido durante su breve encarcelamiento, primero en la Comandancia de Carabineros (en la calle Ercilla de Bilbao), después en la prisión de Larrinaga y finalmente, de vuelta en Portugalete, en el fuerte de San Roque, donde fue finalmente ajusticiado.

La prensa contaba a qué horas se despertaba y se dormía el reo, qué visitas recibía, cómo variaban sus estados de ánimo y qué menús le iba sirviendo en la celda sor Dominica, superiora de las Hermanitas de la Caridad: por ejemplo, el 4 de noviembre comió sopa, dos huevos pasados por agua, merluza y un vasito de vino generoso. Agapito, que de joven iba para cura y después había trabajado de practicante, pidió específicamente un jesuita como confesor, y con ello entró en escena el padre Dávila, que le acompañó y consoló hasta el último momento. Con talento para el drama, aquellos reportajes iban reflejando en paralelo las esperanzas que el carabinero tenía puestas en el indulto y cómo esa posibilidad se presentaba cada vez más remota: hubo un momento terrible, después de que el Gobierno denegase el perdón, en el que Agapito Zorrilla debía de ser la única persona en Bizkaia que ignoraba su destino inexorable, ya que sus guardianes decidieron ocultarle la noticia. «Confío en Dios y bien sabe que, si lo deseo, es por librar a mis pobres pequeños de la afrenta en que los ha metido su padre», decía el carabinero.

«Un degenerado»

Varias voces defendieron públicamente la tesis de que Zorrilla estaba loco. Así lo creía, por ejemplo, el médico Aldecoa, que lo sometió a un reconocimiento: «A ello me inclina también su herencia fisiológica, pues, de dos hijos que tiene, el mayor es idiota y el segundo, muy enfermizo», sostenía el doctor. El exdiputado Enrique Ortiz de Zárate, que había conocido al detenido el verano anterior, opinaba lo mismo: «Saqué en consecuencia que estaba completamente loco, padeciendo manía persecutoria». Y el propio redactor de 'El Noticiero' describió así su apariencia durante el consejo de guerra: «A simple vista se ve que se trata de un degenerado (...). Anda encorvado, su mirada es extraviada y solloza y llora maquinalmente. La impresión en la sala es unánime: se trata de un loco».


martes, 10 de enero de 2023

LA SIERRA. FOTOS 1989-1990

 


Fotos cedidas por Esperanza Blanco y Santos Fernández, recordando el desaparecido barrio de La Sierra con su única calle, que acabó con un desguace de coches que actualmente se podría ubicar aproximadamente en la rotonda trasera del centro comercial Ballonti.




 

lunes, 9 de enero de 2023

EL OJILLO DE POSGUERRA: LA CALLE CORREOS Y SUS CAMPAS (5)

 


Tras la entrada dedicada a la casa de la panadería de Menes, en el nº 1 de la calle Correos, Juan Fermín López Markaida, extiende sus recuerdos a los siguientes números nones de esa calle en aquellos años: 

En esa acera nos encontramos con varias Tejavanas y en una de ellas, el nº 7, Herminio Álvarez, el carbonero, metía allí el burro, el carro y tenía el depósito de leña para prepararla para su posterior venta en la leñería, carbonería, de la lonja derecha del nº 5 del Ojillo.

Junto a él estaba el chatarrero Molinuevo, el del bar de la calle Santa María frente al ayuntamiento, y donde en las fiestas de San Roque en agosto se guardaban las vaquillas que se iban a correr esos días. La foto inferior corresponde al encierro de 1950.

Así mismo frente a la estafeta de correos tenía su sitio el tallador lapidario del pueblo, José Uriarte, al que se le llamaba el tubero, pues hacía herrajes y clivaje de lápidas para el cementerio de Pando.

Pasada esa tejavana teníamos la campa huerta de los Aroma (antigua “campa de los aldeanos” de Miren Vicuña), la huerta de Rastrilla con la morera y detrás el enorme pabellón del taller de los hermanos Pradas y que iba desde la calle Correos a la entonces denominada Calvo Sotelo, actualmente Gipuzkoa.

La morera y la huerta en la que se encontraba, estaba al cuidado de un tal Novella, que era el que, mecachis, reñía a los chavales que se acercaban por allí con sus juegos. En ocasiones nos ponían para dificultar el acceso algunas vallas que al fin las dejaron por aburrimiento e imposibilidad de controlar aquel aluvión de jovencitos juguetones. Abandonaron las huertas como cultivo y aquello quedó despejado todo para nosotros. La morera nos daba también algo muy interesante para algunos de nosotros que no era otra cosa que sus hojas. Sí, sus hojas nos venían de maravilla para los que teníamos gusanos de seda en casa en una caja de zapatos y así darles de comer.

En aquellas campas teníamos unos cientos de metros estupendos para jugar partidos de fútbol, con dos piedras como marco de porterías, o la chaqueta o jersey colocados en el suelo bien doblados, para evitar discusiones si había entrado el balón o pegado en el poste. Ené ama que jaleo se preparaba.

En una palabra, tanto por la calle de arriba o por la de abajo de Correos, estábamos rodeados de huertas y campas que utilizábamos como jolastoki, una bicoca. Todo un recuerdo del pasado, con un ambiente rural en Portugalete, todavía solo hace 70 años.

En la foto que encabeza esta entrada, a la izquierda, de Elosua desde su casa del Ojillo, con la leñera de Herminio, la campa de los Aroma y la huerta de Rastrilla con su morera delante del taller de Pradas. A la derecha con Juan Uría y su esposa Emilia Aroma con su hija Maritxu, en la parte alta de su campa con el cine Ideal detrás y la fábrica de gaseosas Berriatua. Debajo Alfre Palacios, con su abuela y hermanos, y la morera de Rastrilla detrás, y los pequeños Fidel Leza y Juanjo Uría, con sus respectivos balones y la calle Correos abajo.



jueves, 5 de enero de 2023

FOTOS DE LA PLAYA EN LOS AÑOS 50 DEL SIGLO PASADO

 


Preparando el siguiente CUADERNO como reconocimiento a todo ese millar de personas portugalujas que han trabajado desinteresadamente durante el año del 700, y en concreto al grupo que nos han adornado las calles con fotos antiguas recordándonos nuestro pasado, nos encontramos con la necesidad de fecharlas adecuadamente.

De ahí es que volvamos sobre algunas que ya hemos ofrecido en otras ocasiones en busca de apoyo para acercar lo más posible su fecha. En este caso estamos ante dos fotos de la playa (recordemos que la piscina se inauguró en 1959) y tanto la superior con el frontón que perteneció a la familia Vicuña, como la inferior enfocando en sentido contrario en dirección al palacio de Gandarias, con los edificios actuales del muelle de  Las Arenas en construcción nos puede ofrecer pistas.

En una antigua entrada constatamos la añoranza que producen estas imágenes: Guateques, reuniones, partidos de frontenis, pelota mano, meriendas, comidas y a dos pasos nuestra Piscina. San Roques, chimbera, tiragomas, inventos…. tantos y tantos recuerdos que me siento un privilegiado por haber disfrutado de aquel lugar como nuestro punto de encuentro. Hoy paso por ese lugar y piso una campa con cuatro asientos, lugar vacío donde mis buenos fantasmas ya volaron. Hoy es la nada. Gracias familia Landín Vicuña por haber sido tan generosos con una generación como la mía. Nunca os olvidaré.

Así se expresaba en un comentario Fernando.