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martes, 3 de mayo de 2011
UN FISCAL PORTUGALUJO EN EL JUICIO DEL MAGNICIDA CURA MERINO (1852)
Una de las noticias del siglo XIX en España que más ríos de tinta hizo correr fue el intento de asesinato de la reina Isabel II dentro de su palacio en Madrid.
Sucedió el lunes 2 de febrero de 1852, mes y medio después de haber dado a luz, y el magnicida fue el conocido Cura Merino.
El juicio se celebró al día siguiente, el primero de este estilo conocido en los tribunales españoles, donde curiosamente el fiscal era José Manuel Villar y Salcedo, natural de Portugalete.
Su intervención se inició dando la razón al abogado defensor que sospechaba que su defendido estaba loco, porque según el portugalujo “no se concibe que un ministro de Jesucristo sexagenario ya, saliera de su casa a las nueve de la mañana, que celebrase el Santo Sacrificio de la Misa en la parroquia de San Justo, que acompañase la procesión de las Candelas, y que volviera a su casa sin que sus compañeros ni su criada advirtieran alteración alguna; que luego marchase al palacio tranquilo y sereno, que se colocara en un sitio a propósito para su objeto, meditándolo con sangre fría y que allí esperase a que S.M. saliese de la Real Capilla (…) y que al acercarse a ella e inclinarse con humildad fingida (…) para clavarla un puñal haciéndola dos heridas de un golpe y menos que al ver caer a S.M. sobre el aya de la Princesa, intentara secundar el golpe, como lo intentó, porque dos leales servidores lo impidieron…”
Tras proseguir su intervención considerando que efectivamente “todos los criminales son locos” consiguió que le condenaran a muerte, siendo ejecutado a continuación, el día 7, en un cadalso público.
Por todo el material recopilado por Dani Docampo, vemos que José Manuel de Villar y Salcedo nació en la Villa en 1814. Senador y Consejero de Estado además de Ministro Togado del Tribunal Supremo de Guerra y Marina, con diversas distinciones como la de la Orden de Carlos III, falleció en 1863.
En http://www.senado.es/historia/senadores/alfabeto.html encontramos interesante información, incluida su partida de bautismo.
Casado con la sestaotarra Antonia de Villate y la Hera, hermana del segundo Conde de Balmaceda, tuvo varios hijos, algunos nacidos en Sestao, que dedicados a la milicia llegaron a alcanzar altos puestos en el ejército. El más conocido César Villar (Sestao 1843 - Las Arenas 1917) llegó a ocupar el Ministerio de la Guerra.
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