Estamos ya ante los carnavales que en la Villa finalizarán el miércoles con el Entierro de la sardina.
Este año con motivo del 50 aniversario de su fundación, el ELAI ALAI, ha creado una mascarada con personajes mitológicos exclusivamente portugalujos que sirva de referencia en futuras celebraciones.
El relato tiene bases realmente portugalujas centradas en torno a la peligrosa barra de arena que cerraba la entrada de la ría.
Si el hundimiento de buques fue algo habitual, el saqueo de sus pertenencias fue algo que siempre atrajo a algunos, y hasta la iglesia llegó a amenazar a los mismos con la excomunión. En el Hospital-Asilo se conserva la campana del puente de mando de uno de aquellos barcos, el Avlona, que fue utilizado durante años en el Entierro de la sardina por el buzo que la sacó, Víctor Urestarazu.
También forma parte de nuestra historia la devoción de los marinos a la Virgen de la Guía que les ayudaba o guiaba a sortear los peligros y entrar con buen a puerto.
Estos hechos sirven para adentrarnos en el imaginario portugalujo que sitúa con anterioridad a la llegada del cristianismo a cantidad de mitos luego desaparecidos.
En nuestro caso nos encontramos con un odiado personaje llamado ODEI que habitaba en una gruta existente en el acantilado de La Peñota, y que en las noches de fuerte viento ayudaba a que los barcos se hundieran, apareciendo tras los naufragios saliendo de sus restos con el botín, acompañado de sus secuaces los llamados MORROIAK.
Igualmente se dice que la Virgen de la Guía fue la cristianización de una lamia buena llamada ARGI que tenía su morada en la desembocadura del rio Udondo en Lamiako. Ella en las noches de tormenta guiaba con su lucecita a los marinos para evitar naufragios.
“La captura y juicio de EGOI”, es el título de este drama carnavalesco, con la hermosa lamia siempre seguida por los “morroiak”, borrachos y torpes y la presencia terrorífica de EGOI un personaje enorme con grandes cabelleras y aspecto malvado. Otros participantes son los “galeteak”, encargados de darle caza y juzgarle y los pequeños “karramarroak”, testigos mudos en la ría de todo lo sucedido durante siglos.
Los galetes o portugalujos usan máscaras con lo que les dan un carácter anónimo e irreal.
y el kosto donde lo han comprado. Raices portugalujas Odei, Lamia, Egoi. Esto salió despues de una cena de txoko o de una infusión de estramonio. Que bueno, Karramarroak y todo euskeriko con raices portugalujas. Nada, nada, fantástico.
ResponderEliminar¡¡¡Que artículo más bonito!!!
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