Hoy siguiendo a Jose Luis Garaizabal, y ahora que el kiosco de la música de Portugalete ha cumplido ya sus cien años, bueno será que miremos atrás y pensemos en cuando gozó la plaza de su primer kiosco.
Antes de que el ayuntamiento pensara en tener un kiosco para la música,
lo que proyectó fue hacer una plaza ajardinada. La Plaza del Solar siempre
había tenido su tradición militar siendo lugar donde se ubicaban los cañones
que defendían a la población. En las últimas décadas del siglo XIX esta función
había desaparecido por lo que pensaron hacer un pequeño parque. En la imagen
superior hemos colocado a la izquierda el plano de la Plaza, que todavía
mantenía su atalaya denominada El Castillo con forma circular, donde ya los
viejos llenaban sus horas muertas como ahora, y a la derecha el proyecto de
jardín que cubriría la mitad de la plaza empezando desde la parte superior del
hotel.
En él
se contempla un estanque central con praderas, flores, distintos tipos de árboles
como coníferas y acacias de bola, y asientos de bancos corridos. Los seis
bancos, que figuran deben ser los que se montaron en 1865, con el pomposo
nombre de sofás campestres.
Este
proyecto se desechó y se decidió construir un kiosco, dada la creciente afición
que en la Villa existía a la música.
En el
AHM se encuentran las distintas propuestas que presentó Francisco de
Berriozabal y el que finalmente se edificó en 1882 y que como se ve junto a
estas líneas no era cubierto sino un simple templete donde la banda de Música
sobresalía del público.
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