Tasio Munárriz continúa hoy con otros dos pasos que se dieron antes
de conseguir el título de Basílica para el templo parroquial portugalujo.
3.- El ayuntamiento en 1949 y
1950 se comprometió a subvencionar con 55.000 pesetas repartidas en cuatro años
parte del presupuesto de la reforma del altar mayor del templo y de la reparación
del órgano, que se elevaba a
134.795 pesetas, Justificaba esta subvención “en el compromiso que en sus orígenes fundacionales tiene el
Ayuntamiento a favor de la Iglesia y
Parroquia de Santa María en las obras y fábrica” (Pleno de 30/6/1950)
El motivo por el que el párroco solicitaba una ayuda económica era que
esta reforma era previa a la consagración del templo como basílica.
¿En qué consistía la reforma del
altar mayor? Según las fotografías de Monleón y de Manipel publicadas en el
libro “Portugalete. Fotografías de su pasado religioso”, el altar mayor antiguo
estaba compuesto por una mesa adosada a un templete con escalones para colocar
unos candeleros y coronado por un tabernáculo en el que se exponía la custodia con
la hostia consagrada para ser adorada por los fieles al abrir sus puertas
semicirculares.
El nuevo altar consistía en otra
mesa en cuya base estaban grabadas las siglas yuxtapuestas AM (Ave María),
adosada también a un templete con un sagrario y una hornacina en la que estaba
colocada la Andra Mari restaurada.
El 2 de
noviembre de 1949 fue erigida la nueva diócesis de Bilbao, independiente de la
de Vitoria. El primer obispo de Bilbao, Casimiro Morcillo, bendijo el nuevo
altar el 6 de agosto de 1950.
4.- En el pleno del 11 de
noviembre de 1950 se constataba que el ayuntamiento había sido invitado a la
nueva consagración de la parroquia de Santa María el domingo 12 de noviembre a las ocho y media de la mañana.
“La Corporación por unanimidad y considerando de gran solemnidad el
acto de consagración, acuerda asistir en Cuerpo de Comunidad con maceros,
clarineros y chistularis. Se acuerda obsequiar al Ilmo. Sr. Obispo y a su
séquito con un banquete al que podrán concurrir los señores Concejales que lo
deseen”.
Como era necesario que el templo
hubiese sido consagrado para recibir el título de basílica, se realizó la
ceremonia de consagración. En mi opinión, el templo ya estaba consagrado desde
siglos atrás como lugar de culto. O faltaba el documento correspondiente o se
había secularizado el templo para cambiar el altar. El caso es que se volvió a
consagrar.
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