Tras el homenaje que se ofreció
en el Ayuntamiento a los funcionarios represaliados entre 1936 y 1938, surgió
una pregunta, que quedó en el aire, referida a la presencia de una única mujer
entre toda aquella lista.
Referente a este aspecto, Tasio Munárriz, que colaboró en dicho
homenaje, nos dice lo siguiente:
Aunque
bastantes mujeres pertenecientes a las familias vencedoras en la guerra civil
gozaron de una buena posición social, dentro de los límites de una economía de
supervivencia, otras sufrieron las consecuencias de haber perdido la guerra.
De éstas
últimas fueron pocas las que padecieron directamente la represión: Ninguna fue
ejecutada, 17 fueron encarceladas, 3 maestras expulsadas, 14 sancionadas por el
tribunal de Incautación de bienes y de las 39 juzgadas según la ley de
Responsabilidades políticas la mayoría fueron absueltas por pagar la sanción,
por insolvencia o por sobreseimiento.
Pero otras
muchas sufrieron las consecuencias de la represión sobre sus maridos, padres o
hijos, ejecutados o presos en cárceles, campos de concentración o batallones de
trabajadores, acerca de los cuales ya hemos hablado en otros artículos de este
blog.
Un tema
sangrante fue la evacuación de unos 700 niños portugalujos en grupos infantiles
a Europa, que tardaron en volver dos o tres años, y el exilio de unas 2.000
personas en junio de 1937 entre madres, suegros y niños pequeños a Cantabria.
Cuando volvieron en septiembre, se encontraron con que sus viviendas, la
mayoría alquiladas, estaban ocupadas por otras familias. Estas madres tuvieron
que meterse en casas de familiares y buhardillas inhabitables. La mayoría de
estas mujeres tenían como única profesión “sus labores” y ejercieron de
sirvientas o dependieron de la beneficencia municipal o parroquial. Sus maridos
presos les enviaban dos pesetas diarias por su trabajo carcelario, en 1941
recibían una subvención municipal 40 huérfanos, durante años unas 15 familias
recibían un litro de leche al día, 22 personas iban todos los días al “comedor de
los pobres” en la Ranche para llevar a casa el puchero con el cocido, etc.
Como caso gráfico
y llamativo podríamos señalar el caso de Paulita Marín que trataremos mañana.
El video que
preparó el ayuntamiento para el citado homenaje lo hemos incluido en la pestaña
de Vídeos y se puede ver simplemente con Pinchar aquí.
Sin olvidar a las que tuvieron el desagradable honor de estar presas en Saturraran, entre ellas mi abuela Mª Soledad" La Navarrilla", que con 55 años permaneció cerca de un año presa, soportando la agradable compañía de aquellas mojas que la hicieron su estancia "placentera". Su único delito, la afiliación política al PCE de sus hijos Patricio y Antonio.
ResponderEliminarSaludos,Aurelio