A
finales de los años 60 y comienzo de los 70 del siglo pasado se produjo en
Portugalete una exacerbación política que provocó multitud de manifestaciones
contra el régimen franquista, reprimidas a duras penas por las autoridades.
Destaco como ejemplo la manifestación del 21 de diciembre de 1973, que tuvo
como consecuencia la detención y encarcelamiento de varios jóvenes portugalujos.
Aunque
este tema lo traté en el libro “Santa
María de Portugalete, Parroquia revolucionaria” destacando el protagonismo
del sacerdote Román Landera Martín, pretendo ahora hacer públicos detalles que
afectan más a los jóvenes.
Parece
que la manifestación duró un cuarto de hora, entre las 8 y las 9 de la noche, y
participaron unas 150 personas. Cuando estaban en el cruce de General Castaños,
Abaro y Carlos VII apareció un Lanz-Rover de Iberduero por Abaro y, creyendo
que era de la Guardia Civil, se dispersaron, algunos hacia el casco antiguo.
Las pancartas que dejaron en el suelo decían: “Comisiones Obreras, Sí.
Verticales, No”, “Abajo la represión”, “Todo el pueblo unido contra la
represión del régimen de Franco” y “Libertad para los presos políticos”. Cuando
llegó la Guardia Civil de Baracaldo, avisada por la de la Villa, vio que “no
existía anormalidad alguna”.
Los
Policías Municipales Tomás Villán Castañeda, Constante Roca Sánchez, Juan
Magariño Martínez, Juan Vega Martínez, Antonio Llamero García y Sebastián López
Toro de paisano observaron la manifestación para identificar luego a los
participantes. Los agentes José Valdés López, Servando Iglesias y otros,
uniformados, entraron en los bares del “triangulillo”, de la plaza y del Elai-Alai
deteniendo y llevando al Ayuntamiento a nueve supuestos manifestantes. Tomás
Villán Castañeda y el comandante de la Guardia Civil de Santurtzi detuvieron a
Román Landera en la casa de sus padres en Mamariga.
Los
detenidos fueron trasladados al cuartel de La Salve en Bilbao. El capitán de la
Guardia Civil Manuel Hidalgo Salas tomó declaración a cada uno de ellos, que negaron
su presencia en la manifestación y lo demostraron: Novo, Martínez, Alda, Iza y
Llona probaron que habían estado en los locales del Elai-Alai y que habían
estado en varios bares del casco antiguo pegando carteles con anuncios de un
concurso de pelota; Arriaga y Nieves habían venido en tren y echaron unas
cartas en un buzón cercano al ayuntamiento. Todos sufrieron tres
reconocimientos en línea en el cuartel para que los municipales que habían
hecho de espías los identificasen.
El
día 23 varios de los jóvenes Javier Martínez Bilbao, José Antonio Nieves
Hernández, Javier Ignacio Pereiro y José María Hidalgo salieron de La Salve en
libertad provisional después de pasar por el juzgado de guardia. Los dos
últimos no eran portugalujos. Cruz Ignacio Iza fue el último en salir el día
24.
Ese
día el capitán Hidalgo pasó al juzgado a José Antonio Alda Orive, Javier
Francisco Llona Ramón, José Ignacio Novo Aparicio y José Ignacio María Arriaga
García-Andoain. Alda declaró que, cuando fue detenido, fue objeto de malos
tratos de obra en la Policía Municipal por personas que desconocía porque
estaba de cara a la pared. También Llona y Arriaga declararon haber recibido
malos tratos de obra por parte de la Guardia Civil y de la Municipal en el
Ayuntamiento. El juzgado nº 3 de Bilbao decidió el ingreso en la prisión de
Basauri de los cuatro, catalogados como “desafectos” al Glorioso Movimiento
Nacional. Salieron en libertad provisional 57 días después, pagando una fianza
de 50.000 pesetas cada uno con el dinero recogido en una colecta popular (una
“Herri Kutxa”).
También
fue trasladado a esta prisión Landera al objeto de cumplir 30 días de arresto
sustitutorio por impago de la sanción de 150.000 pesetas impuesta por el
gobernador. Salió del Hospital Penitenciario de la prisión de Carabanchel 53
días después de su arresto.
Arriaga
y Novo fueron procesados por el Juzgado de Orden Público de Madrid el 10 de
mayo de 1975, defendidos por José María Satrústegui y Pedro Ibarra y absueltos
por falta de pruebas. La petición fiscal había sido de dos años de prisión
menor. Llona y Alda no fueron juzgados porque estaban cumpliendo la mili. Los
cuatro fueron amnistiados gracias a la ley de amnistía del 15 de octubre de
1977 y se les devolvió la fianza, que se reintegró en la Herri Kutxa.
Tasio Munarriz
Atentado contra Carrero Blanco el día anterior y proceso 1001 contra la dirección de CCOO, ese día empezaba el juicio en Madrid.
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