Tras haber leído el último libro sobre la historia portugaluja como decíamos en la entrada anterior, y cuya intención según su autor Sergio Velasco, ha sido describir la historia y evolución de la antigua estación, desde la llegada del ferrocarril hasta nuestros días, tratamos hoy un aspecto del mismo que se dio en los años 30 del siglo pasado y que también recogeremos en el próximo libro de la Colección El mareómetro, como fue la electrificación de la misma y el posible proyecto de estación subterránea.
En 1926 la línea de ferrocarril de Bilbao a Portugalete, se había prolongado mediante túnel hasta Santurce y el puerto, asistiendo a su inauguración el General Primo de Rivera. Con esta obra se abrían dos apeaderos de La Canilla y Peñota y se eliminaba la estación principal de Portugalete.
Tanto el comercio como el vecindario en general protestó por la medida que les perjudicaba al desplazar la estación a un extremo del pueblo, solicitando que se volviera a utilizar el antiguo emplazamiento de la estación hasta que la de La Canilla reuniera las condiciones adecuadas.
Unos años después, en 1933, como consecuencia de la demanda de tráfico de viajeros y mercancías se electrificó la línea, lo cual mejoraría la calidad y el tiempo del viaje. Su inauguración fue el 5 de agosto y el servicio siguió siendo el mismo, de seis de la mañana a ocho de la tarde con servicio cada 30 minutos en horas punta.
La compañía del ferrocarril adquirió 5 locomotoras construidas en 1932 en B&W, lo cual no quiere decir que no aparecieran con cierta asiduidad locomotoras a vapor para asegurar servicios de maniobras o por restricciones eléctricas.
El 18 de diciembre de 1935 se completó la electrificación de los 2 kms hasta Santurce y durante esos años de 1933 a 1935, mientras duraron los trabajos, el servicio de viajeros se hizo con autobuses.
El malestar entre los portugalujos seguía siendo evidente aunque contrarrestado con la idea de un proyecto de abrir una estación subterránea hacia Mª Díaz de Haro a la altura del Puente Colgante, y bajo el centro del pueblo, para lo cual se decía que era el ensanchamiento que en 1935 se hizo del ancho del túnel en una longitud de 70 metros en la zona central, aunque según la Memoria de la Junta de Obras del Puerto era “para establecer una vía apartadero”.
En enero de 1936 una solicitud de los vecinos al ayuntamiento pedía que como seguían "suprimidos todos los trenes a la estación antigua" se restablezca lo antes posible y como en el túnel se habían realizado obras de revestimiento, "se activen las gestiones al objeto de que se terminen las obras de la nueva estación subterránea lo más pronto posible y que en la actualidad se venía trabajando, pero según tenemos entendido han quedado paralizado".
En un pleno del Ayuntamiento del 17 de enero de 1936 se acordó "gestionar la rápida ejecución de las obras de la estación subterránea del ferrocarril y el restablecimiento en tanto del servicio de viajeros en la estación antigua", pero el estallido de la guerra hizo que el túnel se dedicara a refugio antiaéreo.
Años después varias comisiones consiguieron que la empresa hiciese desaparecer la estación de La Canilla y que los trenes llegasen nuevamente hasta la antigua estación, aunque empeorando la calidad del servicio debido a la doble inversión de la marcha y el consiguiente aumento de los tiempos de viaje.
La prolongación a Santurtzi condenaría definitivamente el futuro ferroviario del antiguo edificio, que en el año 2017 conmemora el 60 aniversario de su clausura.
La foto superior corresponde a aquellos años de la electrificación del tramo hasta Santurtzi, con el autobús que unía desde la estación las dos poblaciones. A su lado una foto que nos ha cedido Blanca Martínez Santamaría, con Felipe Martínez y los empleados de la línea en una celebración.
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