El 11 de mayo de
1946 se constituyó en el Ayuntamiento de Bilbao el Consejo General del Gran
Bilbao, de acuerdo con la ley de ordenación urbanística y comarcal de Bilbao y
su zona de influencia, promulgada por decreto del Ministerio de la Gobernación,
previa su aprobación por las Cortes Españolas. Se trataba de crear el Gran
Bilbao.
En dicha sesión en
la que empezaron hablando a favor del proyecto tanto el Gobernador como el
alcalde de Bilbao Sr. Zuazagoitia, destacó la intervención del alcalde
portugalujo Miguel Loredo oponiéndose a tal atropello.
Empezó recordando
que el proyecto se había llevado con el mayor secreto sin informar a su
Ayuntamiento que era afectado por el mismo y que el alegar que Bilbao
necesitaba más “espacio vital” ante el crecimiento acelerado de su población
encubría un preludio de anexión.
Aunque era un tema
en el que no podía ser objetivo ni imparcial “por tener quizá exacerbado mi
amor a Portugalete”, les recordaba “que el municipio es una entidad natural,
cronológicamente tan antiguo como la familia y regulado por las normas de
Derecho Natural, no siendo fruto de ninguna creación artificiosa del derecho
Pasivo”, y que “tal idea o definición concuerda por otra parte perfectamente
con el pensamiento que tuvo en el año 1322 Dña. María Díaz de Haro, llamada “La
Buena”, quien, vista la agrupación de familias que existían ya de antiguo en el
solar que hoy ocupa Portugalete, se limitó en el referido año a otorgar una
Carta de Fundación con determinados privilegios”.
Estebamos ante la
absorción de un Municipio por otro, contra la voluntad de aquél, pues
Portugalete no había sido consultado ni se habían cumplido los requisitos legales.
Acababa
recordando que “la idea de la anexión es un episodio más de la lucha que en la
historia han mantenido la Villa de Bilbao y el Señorío”, concluyendo que “no ha
sido Bilbao quien ha dado el crecimiento a Vizcaya sino todo lo contrario”. “En
la Historia de Vizcaya se consignan episodios que reflejan la eterna pugna que
siempre ha existido entre Bilbao y el resto y no debemos de olvidar que
Portugalete en muchas ocasiones actuó de litigante. La Historia también nos
dice que episodios tales como la Zamacolada, el Impuesto de la Sal, el Puerto
de la Paz, etc. no son en realidad más que manifestaciones ostensibles de esta
pugna y la Historia dirá también cómo nos ha tocado ser actores en este
Proyecto del Gran Bilbao, siendo de desear que el juicio que de nosotros emita
sea favorable y no podrá menos de serlo si defendemos la personalidad de
Portugalete y su pasado”.
De
regreso a Portugalete y en el pleno de la Corporación del 22 de mayo, Miguel Loredo
volvió a leer el discurso que había pronunciado en el Ayuntamiento de Bilbao y
pidió a sus compañeros: ”Espero ratifiquéis mi actuación y para ello os pido el
que se haga constar por unanimidad la protesta de Portugalete, elevándola a los
poderes públicos en la forma que estiméis conveniente y en todo caso este
proyecto sea objeto de un Referéndum local”
La
corporación decidió enviar un escrito al gobernador, haciendo constar su
oposición e impugnación del proyecto y proponiendo un referéndum entre el
vecindario.
No
sabemos si por esta protesta o por otras razones el proyecto quedó al final
reducido a que el “Gran Bilbao” fuese una Agrupación intermunicipal con unos
servicios comunes: consorcio de aguas, basuras, etc. Todavía en 1964 los
alcaldes de la margen izquierda, reunidos en la Dirección General de
Administración Local tuvieron que oponerse a la dichosa anexión. Así y todo,
después de unos años, Bilbao anexionó Erandio, Loiu, Sondika, Derio y Zamudio
que volvieron a independizarse en los años 80.
El
discurso completo de Miguel Loredo está recogido por Tasio en la Biblioteca
Digital Portugaluja (pinchar)
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