La historia del centro que todos
los portugalujos conocemos como Javerianas, nace en 1914, cuando una mujer
adelantada a su tiempo, Dª Fernanda de Carranza inaugura la Escuela Dominical
con la finalidad de instruir gratuitamente a las jóvenes del municipio y
pueblos de los alrededores que por
su edad, posición y ocupaciones, no podían obtenerla en los centros oficiales
ni en colegios particulares.
Adosado
al edificio, se construyó en 1920 un chalet de tres cuerpos que fue donado a la
Institución Javeriana en 1954 con el fin de que continuaran su obra. Desde
entonces han formado a miles de jóvenes en administración y formación
profesional.
Supongo
que después de la publicación en este blog, en 2010, de la foto de Dª Fernanda,
la Institución habrá colgado una copia o un cuadro en una de las paredes
destacadas de la casa que les fue donada.
La
Institución había tomado el escudo de Javier, localidad navarra cercana a
Sangüesa. San Francisco Javier (Xabier o Xavier), señor de Javier, cuyos padres
formaban parte de las familias ilustres en los tiempos de la conquista
castellano-aragonesa del Viejo Reino en 1512, fueron Juan de Jasso, señor
de Javier, presidente del Real Consejo de los Reyes de Navarra, Juan de Albert
y Catalina de Foix y su madre, la baztandarra
María Azpilicueta, fue la heredera de la villa y del castillo en el que nació
Francisco de Javier (1506), en cuya entrada figura el escudo familiar
siguiente:
Fajado de una faja jaquelada de oro y sable de
ocho puntos, el jefe de gules cargado de un creciente ranversado de plata
sobrepuesto a otro mayor de oro y sable, la punta de plata. Bajo la faja un
ceñidor de una sola fila de jaqueles de oro y sable contrapuestos a los de la
"faja".
El edificio de la Plaza del Cristo portugaluja,
tiene tres vidrieras que pocos portugalujos conocerán a pesar de estar en el
mismo corazón de la villa y que me voy a permitir la licencia de añadir bajo
estas líneas. Una, se trata de la vidriera de la planta baja de la torre en la
que podemos ver un medallón con el año de su edificación, 1920, del que cuelga
una guirnalda de hojas y frutos. Hace unos pocos años, una esquina, fue
destrozada con una tapas de alcantarilla y posteriormente restaurada por una empresa
catalana.
En
uno de los descansillos de la soberbia escalera de madera, podemos ver dos
escudos figurativos, que puede ser estuvieran destinados a los apellidos
familiares: Carranza y de los Campos o simplemente que el arquitecto
Santos Zunzunegui diera libertad a la
imaginación del maestro vidriero.
JOSÉ LUIS
GARAIZABAL FLAÑO
Fotografías de las vidrieras:
Jose Luis Garaizabal (2010) y
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