Como
ya tenemos que pensar en el próximo libro de la Colección El Mareómetro que recoja
los años que nos faltan del siglo XIX en la Villa, nos encontramos hoy con una
profesión que tuvo gran importancia en su último cuarto de siglo como fue la de
Maestro de obras.
El
papel fundamental de estos era la conformación y remodelación de los espacios
urbanos, y aunque sus limitaciones teóricas eran limitadas coparon las tareas y
cargos propios de los arquitectos, siendo también encargados de emitir informes
sobre los proyectos que llegaban al ayuntamiento, lo que ocasionó numerosos choques,
ya que los trabajos que realizaban eran prácticamente idénticos. Esta
titulación regulada por primera vez en 1757 se suprimió en 1871y se obtenía en
Madrid o Valladolid.
Si
en la Villa dejaron su huella muchos de estos técnicos la figura fundamental
fue Francisco Berriozabal y en menor manera otro portugalujo como fue Manuel de
Otaduy.
Vamos
a hacer una escueta biografía de ambos empezando por el segundo, que era hijo
de un matrimonio guipuzcoano que llegó a la villa en la primera mitad del siglo
y donde completarían su prole con siete hijos.
Manuel de Otaduy Mendiguren nació en 1850 y realizó los estudios de Maestro de Obra, obteniendo
el título en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Uno de sus hermanos,
José Eustaquio (1845-1914), emigró de joven a Cuba donde trabajó en una ferretería
y a su regreso fue concejal en Bilbao, y otro, Pedro, (1859-1936) a Inglaterra
donde tuvo una fábrica de porcelanas.
El fue después de Berriozabal el maestro
de obras más prolífico de los que trabajaron en la Villa ya que en el último
cuarto del siglo XIX firmó por lo menos 16 proyectos de nueva planta y 22
reformas, aunque su proyecto más significativo de Portugalete es el plano topográfico
de 1878, que recogemos retocado para mejor comprensión en esta entrada del blog.
Contó con una extensa clientela entre
los vecinos más importantes de la Villa, como Benigno Salazar a quien le
proyectó el palacete urbano del muelle viejo bajo su torre en 1881, donde
actualmente está el bar Siglo XX, Fernando de Carranza que le encargó el
proyecto de nueva planta de su casa en la calle Salcedo que daba a la Plaza (1876),
o los Chavarri a los que reformó su casa de la calle del Medio. (1886) donde
nació Víctor Chavarri.
En el cementerio de Pando también encontramos
trabajos suyos como el panteón para la familia Juaristi de estilo neorománico
(1882) o una artística sepultura para Brigida Calvo.
Fue elegido concejal en 1873 y en 1878
figura como miembro de la Cofradía de Mareantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario