jueves, 30 de noviembre de 2017

MUJERES EN LA HISTORIA DE LA GASTRONOMÍA PORTUGALUJA: (2) MARÍA GONZALEZ “LA DE VICENTE”



Continuamos la entrada anterior, con la cita del maestro en gastronomía Antonio Saloña, tras hablar de Marta Beobide:
Pero posteriormente creo que ganó en popularidad y en calidad de servicio; en cuanto al cocinaje, el restaurante de María la de Vicente, que llegó a tener fama nacional. Aún nos preguntan en los lugares más alejados por este establecimiento. Las cazuelas de patas, morros y callos eran una delicia y en dicho restaurante se sirvieron los mejores guisos de jibiones, mero, merluza, lenguado, rodaballo etc. Y en cuanto a carnes asadas fueron elogiados los horneados de cordero y solomillo, más los emparrillados de chuletas y turnedós. Los pimientos rellenos fue otra especialidad alabada siempre en casa de Maria.
Esta portugaluja María González Aróstegui (1893-1980) se había casado con Vicente Ibinaga Olascoaga afincado en la Villa en 1902, y ya en los años veinte se anunciaba como “Taberna-restaurante de Vicente Ibinaga, en Coscojales esquina Salcedo”.
El éxito de la cocina de María “la de Vicente”, hizo que en la década de los treinta completaran el negocio con el servicio de alojamiento, por lo que vemos en su publicidad “Fonda–Restaurante de Vicente Ibinaga. Excelente cocina. Vinos de Rioja Alavesa y Chacolí blanco y tinto de Baquio”, de donde era originario Vicente.
Sin embargo en 1935 se queda viuda, con 2 hijos y 3 hijas, las dos pequeñas de 10 años, y tiene que afrontar sola la continuidad  como “Bar restaurante Vda. de Vicente Ibinaga” y con el duro periodo de la guerra y posguerra por delante.
María fue una mujer muy querida y recordada, “finita, limpia, bien peinada con su moño, … delantales como la patena de limpios y llena de simpatía para todo el mundo, amén de cualquier categoría… Poseía el don de la bondad y el “ya” me pagarás, ayudando a tantos en su larga vida del “bar María, la de Vicente”, según recordaba Rafa Supervía, mientras Juan Antonio Zunzunegui describía también su establecimiento en una de sus novelas portugalujas: El comedor pertenecía a la casa contigua y estaba en nivel mas alto que la taberna, pues la calle era encuestada y para acceder a él habían puesto entradero en el muro de fondo. El comedor abre también puerta a la calle.
Como anécdota, tendríamos que recoger que en sus últimos años, hacia 1954, su nombre apareció en la portada del periódico sensacionalista de la época EL CASO, por la muerte de una chica empleada suya que apareció desnuda flotando en la playa.
Tras cesar en el negocio y derribar el tradicional edificio en 1954, para levantar el actual, con mas alturas, estableció en el mismo lugar Patxi Celaya, su popular Bar Paco, hoy Casa Vicente en recuerdo del primitivo local de María, la Vda. de Vicente.


 De las dos grandes cocineras, Marta y María “la de Vicente” nos faltan no solo fotografías sino otros datos de su vida, pues los únicos que disponemos nos los ha localizado Roberto Hernandez Gallejones en el Archivo Histórico Municipal.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

MUJERES EN LA HISTORIA DE LA GASTRONOMÍA PORTUGALUJA: (1) MARTA BEOBIDE



La historia de la gastronomía portugaluja está jalonada con nombres de mujeres. Ya en el siglo XIX Dolores Vedia Goossens, aparece como pionera de los libros de cocina. Esta señora de la ”torre de Uhagón”, situada al final del muelle Viejo fue la madre de Isabel Uhagón Vedia (1832-1893), madre a su vez del famoso explorador y aventurero Enrique Ibarreta Uhagón (1859-1898) por lo que en los últimos años de dicho siglo XIX, los portugalujos se referían a su casa como la de “Ibarreta”.
Mujer de carácter, con aficiones literarias, es conocida por ser autora de varios libros de cocina, hoy muy valorados, “La Mesa
española. Arte de cocina al alcance de una fortuna media” (1887), y Libro de cocina a propósito para la mesa vizcaína” (1903). Ambos aparecen firmados con las iniciales Dª D.V. de U. El primero reeditado en 1892 en San Sebastián, con cinco ediciones, y el segundo publicado en Bilbao en 1903 fue también reeditado en 1912, dada su gran aceptación.
Son un referente, pues sus platos y condimentos reflejan el mundo culinario de nuestra Villa, y que en los libros que entonces existían “sobran palabras, drogas y platos y falta la sencillez de la ejecución de sus fórmulas y el necesario acomodamiento de los guisos” según sus palabras.
Siguiendo a Antonio Saloña al escribir sobre la historia de nuestra gastronomía nos encontramos con que ésta alcanzó un gran nivel al final del siglo XIX y principios del XX, de la mano de Marta Beobide en la desaparecida casa de la Plaza que hacía esquina con la entrada hacia Coscojales, y cuyo balcón en torno a uno de los pilares del edificio se hizo popular como el “balconcillo de Marta”.
Había sido en 1884 cuando llegara a la Villa, procedente de Ceanuri, Agueda Beobide Beitia, que tenía 24 años y se casó con un marino de Mujica, Agustín Undabarrena siguiéndola al año siguiente su hermana María, que también se casó aquí. Sería en 1889 cuando trajeron a su hermana pequeña, nuestra protagonista, que entonces contaba solo 10 años.
Como solía ser normal en aquellos años las chicas de las aldeas vizcaínas llegaba a la Villa a trabajar en el servicio doméstico por lo que es de suponer que Marta trabajaría en la cocina de alguna familia portugaluja que bien pudiera ser la de la Fonda y restaurante de Antonio Allende.
Casada con Julio Ruiz Carreras, un burgalés de oficio panadero, acabaron adquiriendo dicho restaurante que lo denominarían “Restaurante y casa de huéspedes MARTA”, desde donde liderarían según Antonio Saloña la etapa dorada de la gastronomía portugaluja. “Aparte de ofrecer un esmerado servicio, Marta guisaba con gran perfección todo el repertorio provincial junto con una repostería casera de gran tono.
De toda la provincia venían a Portugalete los grandes comedores a probar las preparaciones de Marta, sus bacalaos, sus jibiones, la merluza en cazuela, las grandes chuletas y toda clase de carnes emparrilladas. Esto ocurría a fines del siglo XIX y a principios del XX”.

El cuadro que ilustra esta entrada es propiedad de Juanjo Loredo y sobre él hemos colocado el membrete de MARTA.



martes, 28 de noviembre de 2017

REJAS CON PEDIGRÍ (3)



En las entradas anteriores, nos habíamos centrado en aquellas rejas que mostraban las iniciales de los propietarios de viviendas, ya fuesen grandes mansiones o modestas casas en los extrarradios. En estas dos próximas entradas nos centraremos en aquellas rejas sobre las que se plasmaba o plasma mediante leyendas la propiedad de capillas, ermitas, colegios, escuelas,negocios, etc.

1.- Vamos a comenzar por la “reja de las rejas”, cuya foto encabeza esta entrada, y que no es otra que la que cierra la capilla de Santiago en la Basílica de Santa María desde 1569, cuando Juan Ugarte y su esposa Dª Teresa Gómez de Martiartu la construyeran y pasase a formar parte de los bienes de su mayorazgo (1577). José Gorostiza y Sotera de la Mier la adquirieron de Antonio Alfonso de Salcedo, restaurándola en 1895 a sus expensas y poniendo la leyenda que hoy en día podemos contemplar: ESTA CAPILLA ES DE Dn JOSÉ DE GOROSTIZA Y SU ESPOSA Dª SOTERA DE LA MIER – FUÉ REPARADA EL AÑO 1895.
2.- Aunque no ha quedado ningún vestigio, en la capilla de los Reyes Magos o de San Roque, existió otra inscripción según escribió en 1898 Rafael Ramírez Arellano en la revista de la Sociedad Española de Excursiones, tras su visita a la iglesia de Santa María. Dijo que había visto en la reja renacentista que la cerraba, el siguiente texto que se leía muy mal: “1541 – QUIEN EDIFICA PARA LA GLORIA, PER–MANECE – SU-MEMORIA”.Desapareció al colocar una nueva reja-comulgatorio que hoy en día ya no existe.

3.- En la pared lateral derecha de la llamada Capilla de Salazar (antes de la Dolorosa) y que recogemos al pie de sta entrada, existió desde mediados del siglo XIX una inscripción de hierro forjado que certificaba en letras superpuestas sobre dos chapas de unos tres metroscada una, que sus nuevos propietarios habían restaurado la capilla a sus expensas: R.ªA.º 1855. A E.s DED.n B.ºE.ª y D.ª J.ªDE RETUERTO. Cerraba la capilla la magnífica reja neogótica de comienzos del siglo XX, aunque Arellano la catalogaba como del Renacimiento. Hay que alegrase de que la mantuvieran para contemplarla hoy, en la que destacan los adornos florales dorados. Las dos chapas con la leyenda citada fueron retiradas y guardadas durante las obras de rehabilitación de los años noventa. Presentamos como novedad la fotografía actual que nos han facilitado nuestros buenos amigosJosé Mª Ruiz y Javier López, de la Asociación de Amigos de la Basílica.

4.- Sin salir de la Basílica, en la nave de enfrente, se encuentra la capilla de San Antonio que fue erigida por Pedro Ortiz de Archiniega con anterioridad a 1542 y era conocida en un principio como capilla de San Cristóbal o de Archiniega. En 1748 pertenecía al Marqués de Villarreal, pasando en 1854 a Millán José de Vicuña al adquirir la llamada Torre del Coronel en el Ojillo a la que estaba vinculada, colocando en la parte baja de la verja de cierre la inscripción con sus siglas: “1854 M.J.V. y F.”,la F suponemos significaría Familia. La reja estuvo depositada en un almacén en la antigua residencia de la BBK, hoy Aspaldiko, siendo trasladada junto a otros elementos retirados de la basílica al antiguo seminario de Derio. ¿Habrán sobrevivido?. Lo dudo.

5.- Siguiendo con el tema religioso, no podía quedar sin citarse la Ermita del Santo Cristo del Humilladero o del Portal, que según José Lekue y basándose en un documento de 1661, afirmaba: “que tenía una inscripción en una sola línea sobre placa de hierro y letras del mismo metal remachadas sobre dicha placa a todo lo largo de la puerta de entrada: ESTA HERMITA LA FIZIERON LOS VEZINOS DESTA VILLA EL AÑO 1437”.  Nos
imaginamos que pasaría con aquella reja, ya que Ignacio de Izaga dejó escrito en el Programa de Fiestas de 1965 que al deteriorarse la ermita primitiva, Fray José Clemente de Lecanda solicitó reconstruirla en 1851 pero vendiendo su reja para tal fin. El Ayuntamiento accedió a su venta y reposición de una nueva en 1674 ya que estaba “biexa y de poca utilidad”, pero “con la obligación de que se ha de poner sobre el arco de entrada una inscripción con letras inteligibles que digan: ESTA HERMITA LA HICIERON LOS VECINOS DE ESTA VILLA EL AÑO 1678, Y A (sic) SIDO REFORMADA EN EL DE 1851. No quedan ahí las variantes de la inscripción, ya que también se ordenaba: “LA BILLA LA HIÇO AÑO DE MILL Y SEISCIENTOS Y SETENTA Y SIETE”. Pero la más clara es la del proyecto de reconstrucción de 1892, firmado por Francisco Berriozabal (C093-081), con la leyenda en la  reja: “ESTA OBRA IZIERON LOS BESINOS DE ESTA VILLA AÑO 1678”.

6.- Para la portada del Camposanto de Pando, Severino Achúcarro diseñó la clásica leyenda PATER NOSTER, sobre piedra a ambos lados de un medallón central bajo la cruz, aunque hay noticias de una lápida negra con letras doradas que no ha llegado hasta nosotros. Esta inscripción ha perdurado plasmada en metal sobre la reja superior de la puerta de entrada, con una calavera (que ha desaparecido) colocada sobre  dos guadañas cruzadas entre ambas palabras. Esta reja, no proyectada por Achúcarro, estuvo desmontada en el Parque Móvil hacia 1980 y repuesta con posterioridad a petición del Jefe del Cementerio, Sr. Cortés. Es muy posible que en la entrada al Cementerio Civil hubiese alguna leyenda que sería arrancada en 1932 al reunificar ambos cementerios. Solo queda la verja con un hueco.
Ya que citamos la cruz, hay que volver a decir que sigue faltando, aunque se alardee del proyecto completo de Severino Achúcarro en la portada del recientemente publicado Tesoro Portugalujo. Salvo Deusto (en vías de desmantelamiento), Barakaldo (San Vicente) y Leioa, estas dos modificadas por problemas de accesibilidad de vehículos, que no es nuestro caso, somos el único cementerio de los alrededores con la portada original mutilada y sin cruz. La base de la cruz original reposa en el suelo junto a la puerta esperando ser repuesta algún día. Seguiremos insistiendo.

JOSE LUIS GARAIZABAL FLAÑO
Noviembre 2018

Fotografías: Jose Luis Garaizabal, Jose Mari Ruiz y Javier López

Mi agradecimiento a 
los barakaldarrak Manu de Orbe y Mikel Otxoa de Alda, 
y a los portugalujos Pablo y Javi García-Borreguero


lunes, 27 de noviembre de 2017

PRIMERAS MUJERES EN LA ADMINISTRACION MUNICIPAL PORTUGALUJA EN EL SIGLO XX: CARMEN MANTECA GARMENDIA, ENCARGADA DEL ARCHIVO MUNICIPAL



Esta plaza de Responsable del Archivo Administrativo Municipal, según nos indica Roberto Hernández Gallejones,  fue creada en diciembre de 1960, siendo también ocupada por primera vez por una mujer.
Se trataba de Carmen Manteca Garmedia, nacida en enero de 1922, hija de Fernando Manteca Otaduy (n. 1884) y Paz Garmendia Mendieta (n. 1897) ambos portugalujos y ella destacada presidenta de las Margaritas carlistas y luego de la Sección Femenina de la Falange.
El Ayuntamiento la contrató como interina el 1 de junio de 1958, en sustitución de una auxiliar de Secretaría y en 1962 se le renovó el nombramiento encargándose de la documentación y archivo, y así como otras funciones propias de auxiliar-administrativo.
Sus cometidos eran los propios de la oficina de registro de documentos, fundamentalmente llevar los libros de registro de entrada y salida de toda clase de documentos, salida de correspondencia, archivar toda clase de expedientes y guardarlos en sus correspondientes carpetas y confección de fichas. Como “otros trabajos”, preparaba toda clase de instancias con su expediente de las comisiones de Fomento, Gobernación, Hacienda y Asistencia Social, redacción de los decretos correspondientes para que pasasen a las diferentes comisiones, una ficha por cada expediente y llevar cuatro libros de las comisiones arriba citadas.
Se mezclaban pues en esta persona, y en su plaza tres funciones; las de archivera de Archivo Administrativo, o más bien de oficina, el cargo propio de la oficina de registro de documentos y la de auxiliar-administrativa. Se daba una clara confusión de funciones.
En 1965 tras siete años en servicio o régimen de temporera o interina, se presenta a la oposición de la plaza consiguiéndola en propiedad, habiendo presentado previamente el certificado de estar afiliada a la Sección Femenina de F.E.T. y de las J.O.N.S. con la categoría de  militante.
Murió en 1979 a los 57 años.

Para ilustrar esta entrada recurrimos al archivo fotográfico de Eduardo Benito Díaz de Mendivil, con este grupo de portugalujas en 1948.



domingo, 26 de noviembre de 2017

CUADERNOS PORTUGALUJOS LLEGA A SU Nº 23



Con la tranquilidad que da el contar con el apoyo del AREA DE CULTURA DEL AYUNTAMIENTO, el número 23 del suplemento de la Colección El Mareómetro, ha llegado al público.
Los suscriptores lo están recibiendo en sus domicilios y los interesados pueden recogerlo tanto en el Centro Cultural Santa Clara como en la Biblioteca Municipal.

Para los todos nuestros seguidores, lo hemos subido también a la Biblioteca Digital Portugaluja “el mareómetro”.

sábado, 25 de noviembre de 2017

EL RELATO DEL FIN DE SEMANA: EL GALLINERO



Una terraza en el paseo. Sentados al sol, en día de mercado, tomando el café mañanero. Escuché una descortesía por parte de un señor veterano, integrante de un grupo de hombres galardonados con calvas, arrugas y canas. Se refería a un corro vecino de señoras que conversaban a viva voz. Las apodaba como “el gallinero”
Me levanté, me disculpé ante ellos y le reproché la grosería en el sentido de que, oída su conversación, ellas podían bautizarles como “los vicentedelbosques”. Me impactó el cambio en su semblante, no creí haber cometido grosería al enfrentarle, mas él bajó la mirada en silencio y siguieron conversando, ahora en modo quedo.
Bien, es lo que ocurre; son restos de un estilo social antiguo. Deseo que, una generación después, hayamos sido capaces de hacer que la insuficiente consideración y el escaso respeto que esas personas exhiben, sea sombra del pasado.
Pero tomaré la palabra usada por el citado… diré… caballero, con el fin de glosar una parte de mis recuerdos juveniles en Portu.
Si, “el gallinero” era la gradería que contenía las localidades de “general”, las más altas y lejanas en un cine. En nuestro caso, ese apelativo lo aplicábamos a las entradas de general del CINE IDEAL, “el Revi”. No eran asientos, eran bancos corridos como los que había en los tendidos de las plazas de toros. No eran cómodos, no tenían respaldo ni reposabrazos, pero, en tiempo de bolsillos menguados, era lo que podíamos adquirir. Aquí vi mi primera película, acompañado todavía, en las “butacas de patio” en el lado derecho del cine. Era BAMBI, acaso en 1961.
Recuerdo que las colas para adquirir localidad, solían llegar más allá de la tienda de Sebastián de la Fuente.
Ya mayorcitos, por esa falta de comodidad, y según la película, alargábamos un poco el gasto cinematográfico semanal, debiendo recortar en otros dispendios -golosinas-, y tomábamos entrada en el CINE MAR, en cuyos asientos podíamos recostarnos y apoyar los brazos. De aquí, tengo un recuerdo especial: el visionado previo a la cena familiar en la Nochebuena de 1965, de “Fra Diavolo”, una de soldados de Napoleón. Se trataba de no estorbar a las madres en la cocina.
Teníamos también el “Teatrillo”, pero, entre que quedó pronto fuera de la oferta local -1966 -, que nos pillaba algo lejos y que las películas que proyectaba eran previamente exhibidas en el Revi, sólo asistí a una proyección de una peli de pieles rojas sentado, no en “el gallinero”, sino en uno de los palcos de la izquierda.
Entre otros, gustaban los actores Marlon Brando, Yul Brinner, Robert Mitchum, Gregory Peck, John Wayne, Burt Lancaster, Kirk Douglas,… que eran las estrellas de la pantalla, junto con Lana Turner, Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Doris Day, Tippi Hedren, Grace Kelly, Ingrid Bergman,…
En la versión local, teníamos a Tony Leblanc -El tigre de Chamber -, Alfredo Landa -No desearás al vecino del quinto-, Alberto Closas -La gran familia-, Concha Velasco -Los tramposos-,…
En esa época, decíamos de ir a ver “una de Tony Curtis”, “una de Cantinflas”, “una de Lina Morgan”,… y es que los importantes eran los actores protagonistas. Eran quienes veíamos. El rol de los directores era desconocido. Aún no sabíamos quién era John Ford, aunque podíamos leer su nombre en los títulos de crédito del final de la película, pero, para ese momento ya caminábamos de espalda a la pantalla.
Luego, ya adolescentes de bachiller superior, pudimos permitirnos acometer el precio más elevado del CINE JAVA, un cine grande, posterior a los antedichos. Cine moderno, con posibilidad de exhibición en formato de gran pantalla, sonido estéreo y sensorround,… y butacas cómodas, todas de platea/patio. De ésta sala, vista con mis catorce años y sin DNI, recuerdo El valle de las muñecas, mi primera película para mayores de 18.
Poco después, llegaríamos a los diecisiete y hasta nos habilitamos para ir más lejos, al CINE CONSA de Santurce, con las primeras novias.
Y pasaban los años hasta llegar al CINE REX, ya con novias,… pero fue el primero en desaparecer, después irían cerrando gradualmente los demás y la tarea que ejercieron como refugio sabatino, dominical o, simplemente, contra la lluvia o el frío, fue cambiando por el visionado doméstico de vídeos varios.
Ahora, ya no hay pataleos cuando llega el 7º de caballería, no hay aplausos si el chico bueno salva a la chica, tampoco gritos cuando vemos en la pantalla que se está quemando la película por el calor de los carbones del proyector.
Es el turno para otra generación, la que ve el cine desde el sofá, la que va a los multicines.
Martintxu


jueves, 23 de noviembre de 2017

FOTOGRAFÍAS: SANJUANADA EN LA FLORIDA




Siguiendo con las fotografías que nuestros amigos nos ofrecen en faccebook, recogemos hoy estas dos de la sanjuanada en La Florida, por cortesía de Alfredo Pérez García. Solo nos falta para centrarla mejor la fecha aproximada.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

PRIMERAS MUJERES EN LA ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL PORTUGALUJA EN EL SIGLO XX: FABIOLA DEL RIO PEREZ, BIBLIOTECARIA


Al igual que vimos con Josefa Arostegui que compaginaba el trabajo de conserje de las escuelas con el de comadrona, al crearse en 1953 la Biblioteca Municipal, se eligió como encargada del mismo a una mujer que compaginaría su trabajo con el de maestra en la escuela de párvulos de Maestro Zubeldia,
En este centro impartió clases hasta 1958. La foto que nos ha enviado José Luis Garaizabal, en la que figura ella con su clase de niños y niñas corresponde a esos años.
Fabiola había nacido en el pueblito leonés de Barniedo, en 1917, y había estudiado bachiller superior, magisterio y puericultora, guiada por su atracción hacia la infancia.
Tras la guerra, en 1942 ejerció en el Colegio Trueba hasta 1946 y al crearse la plaza de directora de la Biblioteca Municipal, no se recurrió a una titulada en Bibliotecas, como se haría ahora, sino que se la eligió a ella.
Como era habitual en esos años se tendría en cuenta, según consta en una certificación posterior de 1973 de F.E.T. y de las J.O.N.S. de Vizcaya, su militancia en esa organización política.
Se la contrató como bibliotecaria temporal, y en enero de 1962 pasó a ser considerada interina, para dos años después el 19 de enero de 1964, tomar posesión de la plaza en propiedad. Su puesto era el de Encargada de la Biblioteca-Archivo.
Fabiola era una gran profesional, y sentía un gran amor por el trabajo de bibliotecaria, aunque al parecer descuidó sus cometidos con respecto al Archivo Histórico. En 1979 pasó también a encargarse del Registro General de Documentos, sin renunciar a su plaza de encargada de la Biblioteca-Archivo.
En 1980, por una reclamación de Sebastián López Toro, prácticamente un conserje, que realizó la labor de encargado de la Biblioteca Municipal en funciones, sabemos que en esa fecha llevaba ya varios años “sustituyendo a la titular de esta Biblioteca” que sufrió distintos percances que afectaron a su salud.

Fabiola se jubilaría en 1985.

martes, 21 de noviembre de 2017

FOTOGRAFIAS: EL ULTIMO CARGADERO DE LA DARSENA Y REGATAS EN LA RIA



Completamos hoy las fotos que nos ofreció Jon Koldo Fdz. García de Iturrospe, y que recoge con buena calidad el último cargadero de mineral de la dársena y una vista de las regatas con la configuración del muelle viejo antes de construir el edificio actual de RIALIA.


lunes, 20 de noviembre de 2017

LAS PRIMERAS MUJERES EN LA ADMINISTRACIÓN MUNICIPAL PORTUGALUJA: Mª TERESA MELENDEZ Y Mª ANGELES GUTIERREZ OLALDE, ADMINISTRATIVAS MECANÓGRAFAS.

Si en la entrada anterior sobre este tema de la mujer, veíamos que en los años treinta y con la república, no hubo ninguna mujer que accediera a una plaza en la administración municipal, tuvo que ser durante la dictadura franquista cuando una accediera a la plantilla del ayuntamiento como mecanógrafa.
En las décadas anteriores el trabajo como secretarias, administrativas y mecanógrafas había sido el camino que las mujeres encontraron para entrar en las oficinas tanto públicas como de las empresas privadas. El dominio de las máquinas de escribir de las mecanógrafas era un requisito imprescindible.
No había acabado la guerra, en setiembre de 1938, cuando entró en el ayuntamiento como auxiliar mecanógrafa interina, Mª Teresa Meléndez González, que nacida en 1922, todavía no había cumplido los 16 años y era nieta del famoso músico fundador de la banda Euterpe, Manuel Meléndez.
Casi 10 años después, en 1948, consiguió la plaza en propiedad, pero al finalizar el año siguiente solicitó una excedencia, que sería definitiva, para dedicarse de lleno a su familia. Estaba casada con Gabriel Zunzunegui López.
Al conseguir tras concurso la plaza en 1948, otra mujer entró interina en la administración municipal, para trabajar como auxiliar administrativa.
Se trataba de la joven María Ángeles Gutiérrez Olalde nacida en 1925, o sea con 23 años, hija de Julio Gutiérrez Lumbreras, con barbería en la Plaza y reconocido cronista y poeta local (hoy tiene una calle en la Villa).
Esta ganaría por oposición la plaza de auxiliar mecanógrafa que quedó vacante al cesar la anterior, trabajando en el ayuntamiento durante 42 años, ocupando distintos puestos como fue temporalmente el de secretaria del alcalde, y llegar a la jubilación en 1990 con el grado de Técnica de Administración General.
No solo ha sido muy conocida y recordada en el ayuntamiento sino que también por sus clases nocturnas de Artes y Oficios en el colegio Zubeldia por muchas de las que fueron sus alumnas.

Al margen de que consigamos fotografías de estas dos portugalujas, Maritere nos dejó hace pocos años y era una seguidora entusiasta de la Colección El Mareómetro desde su fundación y Mariángeles, todavía sigue entre nosotros con envidiable vitalidad, hemos encabezado esta entrada con una foto de la entrega de diplomas de Artes y Oficios en torno a 1930, con mujeres en primera línea.

domingo, 19 de noviembre de 2017

CAPITANES PORTUGALUJOS DE LA MARINA MERCANTE: EDUARDO URAIN BERISTAIN (1883-1927) DESAPARECIDO EN UNA DE LAS MAYORES TRAGEDIAS DEL CANTABRICO



Últimamente hemos traído a este blog y lo recogemos en el próximo número de Cuadernos Portugalujos, aventuras de nuestra gente de mar, como fueron las de Quintín de Uralde o Rafael García-Borreguero, o los desaparecidos en la tragedia del San Patrick. Hoy siguiendo la pista que nos ha dado Goio Bañales, traemos otra tragedia en la que el capitán era el portugalujo Eduardo Urain Beristain.
Tenía 43 años cuando su nombre saltó a las primeras páginas de la prensa con motivo de la mayor tragedia que recuerdan en la costa asturiana como fue el hundimiento del vapor Retuerto.
Tras sus estudios de náutica, como otros jóvenes portugalujos de su época empezó en la Compañía Vasco-Andaluza, de la Naviera Ybarra, con la que navegó durante 25 años recorriendo fundamentalmente la costa cantábrica de la que era un experto conocedor.
Se casó en Gijón con Filomena Vega, de una conocida familia local, y que navegaría con frecuencia con él.
Tras fundarse la Naviera Urreiztieta, en 1923, que adquiría el buque RETUERTO para dedicarlo al trasporte de cabotaje nacional, él pasó a hacerse cargo de este vapor construido en astilleros británicos en 1877 de más de 75 metros de eslora y más de dos mil toneladas de peso muerto.
Su ruta fundamental por la península eran los puertos del Sur, sobre todo Huelva, y por el Cantábrico, los puertos de Bilbao, Gijón, La Coruña o Vigo, estaban entre sus recaladas frecuentes.
El 24 de enero de 1927 tras haber salido de Santander con destino al puerto de San Esteban de Pravia donde le esperaba un cargamento de carbón destinado a Bilbao, ante un enorme temporal tuvo que refugiarse en arribada forzosa en el puerto de Avilés. Su tripulación la componían 20 personas, con marinería generalmente gallegos o asturianos, y el baracaldés Luis Trigueros de primer oficial de 24 años, y el santurtziarra Manuel Algorri, primer maquinista de 50 años.
Ante la impaciencia del consignatario, Eduardo Urain, recibió con escepticismo la orden de intentar entrar de nuevo al citado puerto el peor de todos los días del temporal, pero la acató.
La tragedia que acabó con el buque partido en dos contra las rocas, a apenas 40 metros de la costa, y que se hundió rápidamente, la recogió con todo detalle la prensa de la época ante la expectación del vecindario del puerto asturiano y los esfuerzos vanos de los miembros de la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos y varios prácticos de Avilés.
Finalmente, el triste balance era de 17 tripulantes desaparecidos o fallecidos.









viernes, 17 de noviembre de 2017

FOTOGRAFÍAS: JOSEFA AROSTEGUI Y COLABORADORAS EN LAS ESCUELAS DE ZUBELDIA EN 1927



En la entrada anterior al referirnos a Josefa Aróstegui, de la que no disponíamos de ninguna foto, decíamos, según consta en los registros municipales que consiguió el puesto de conserje de las escuelas en 1929.
Hoy recibimos la notificación de que en una de las fotos de los fondos del centro escolar Maestro Zubeldia aparece nuestra protagonista.
Según consta en la misma que reproducimos, fechada en 1927, tras la inauguración del centro, figura ella como conserje acompañada de otras cuatro mujeres entre las que se cita a su hermana Juliana y a Margarita Gaviña.

El problema que se nos presenta, para el cual solicitamos ayuda, es saber quien de todas es ella. Alguien nos puede ayudar?

jueves, 16 de noviembre de 2017

LAS MUJERES EN LA ADMINISTRACION MUNICIPAL PORTUGALUJA EN EL SIGLO XX: JOSEFA AROSTEGUI, COMADRONA, Y PETRA CABALLERO EN LA LIMPIEZA

 
Como tenemos en proyecto dedicar un número de Cuadernos Portugalujos a la historia de la mujer en la Villa, para que sirva de apoyo a la labor que se lleva en el Ayuntamiento desde la Comisión de Igualdad, vamos a estudiar la presencia de la mujer en el funcionariado municipal contando con la colaboración de la persona más idónea para ello como es el actual Archivero Municipal, Roberto Hernández Gallejones.
Conociendo la situación de la mujer en épocas pasadas y todavía recientes, podremos ayudar a comprender el largo camino que lleva a la igualdad, del que todavía queda mucho por recorrer.
Vamos a recoger la situación en la primera mitad del siglo pasado, que todavía está presente en la memoria de muchas personas que vivieron en esos años.
Al comienzo del siglo la presencia de la mujer, como ya hemos estudiado en algunos casos en este blog, se reducía a las maestras, la conserje de las escuelas, la comadrona y las mujeres de la limpieza, situación que se prolongó hasta después de la guerra civil, ya en los años 40 y 50.
Si tenemos que reseñar algunas de estas mujeres de las cuatro primeras décadas del siglo, citaríamos entre las de la limpieza a Petra Caballero e Isabel Iturbe y como comadrona a la última que figuró en la nómina municipal, la recordada Josefa Aróstegui.
Petra Caballero Ciriano, que empezó en 1910, fue la encargada de la limpieza de oficinas municipales y escuelas públicas (en algunos documentos se la cita como “barrendera”) y trabajó hasta 1935 en que se jubiló. Fue sustituida por Isabel Iturbe Bollar, que era la encargada de la limpieza de los retretes públicos desde 1924, por lo que en 1955 figura con 31 años de servicio muriendo en 1973.
En cuanto a la plaza de comadrona municipal, que ya vimos en este blog que fue en 1841 cuando se concedió por primera vez a una mujer, Inés Salutregui, fue ocupada desde 1930 por Josefa Aróstegui, tras dejarlo Marcelina Pérez..
Esta popular mujer había nacido en Sestao en 1901 y era hija de Vicente Aróstegui, un guipuzcoano de Segura y de Francisca Ecenarro, de Markina, que cuando ella tenía algo más de 3 años se fincaron en la Villa.
En 1929 consigue por concurso la plaza de conserje de las escuelas, con un sueldo de 3.200 ptas. y al año siguiente se presenta también para la plaza de matrona que estaba remunerada con 500 ptas. anuales (el número de nacimientos en esos años era reducido), consiguiéndola en propiedad, con lo que simultaneaba las dos ocupaciones. En los programas de fiestas encontramos que se anunciaba y así en el de 1935 indica que además de ser comadrona municipal, cubría la Mutualidad Obrera, Seguro Maternal, Montepío y Altos Hornos.
En el estadillo de funcionarios del ayuntamiento en 1938 ya solo figura como comadrona.
En 1963 todavía no se había jubilado y la encontramos en activo. Con ella y ya con unos nuevos tiempos en el mundo de la sanidad, su plaza desapareció del Ayuntamiento. Estamos ante la última comadrona municipal portugaluja.
Falleció en 1989.
Curiosamente a pesar de haberse implantado durante la república el voto femenino, la mujer no era incluida en las listas electorales y raramente entre el funcionariado municipal como fue el caso de Milagros Gutiérrez como conserje de las escuelas en 1938. En las escuelas de Trueba fundadas en 1935, tuvieron casi desde el principio como conserje a Felisa Astorga Bayo (1900-1986), a quien le dieron el puesto en propiedad en 1940 cesando en 1972.
En próximas entradas recordaremos a la primera administrativa mecanógrafa en 1948, a la primera encargada de la Biblioteca, en 1953 y a la primera responsable del Archivo en 1958. Esperamos que al ser ampliamente conocidas podamos conseguir fotografías de las mismas.
Ilustramos esta entrada con jóvenes portugalujas junto al balneario a principios de siglo. Desconocemos sus nombres salvo el del joven sentado que es Daniel Zubimendi.


miércoles, 15 de noviembre de 2017

FOTOGRAFÍAS: BARCOS DE GUERRA EN NUESTROS MUELLES





Seguimos ofreciendo las fotografías que nos facilitan nuestros amigos a través faccebook, y que en este caso son algunas de las de nuestro amigo santurtziarra Jon Koldo Fdz. García de Iturrospe, que recoge la estancia de buques de la armada española en nuestro puerto en los años de posguerra. Otras de estas estancias ya recogimos en otra ocasión hablando de Mari la Churrera.


martes, 14 de noviembre de 2017

EL TRIFORIO DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA



El triforio, palabra proveniente del latín medieval triforium, (tri, tres y foris vano, hueco, puerta) es un elemento arquitectónico decorativo a base de series de ventanas, que se sitúa rodeando las naves centrales, justo encima de las arcadas que dan a las naves laterales en las grandes iglesias.
En el caso de Santa María de Portugalete las ventanas del elegante triforio aparecen en grupos de 8, justo encima de cada arco y rodean toda la nave, aunque por delante, en el ábside, se ocultan tras el retablo y en la parte posterior finalizan al llegar al órgano, a la pared del fondo, que es ciega. Las ventanas de este adorno arquitectónico son gráciles y bellas y están trabajadas con meticulosidad, ofreciendo a la vista un conjunto muy armonioso. Están compuestas por un vano superior de refinado arco conopial y rematan el antepecho con figuras de cuadrifolio. El conjunto es primoroso y dota a la iglesia de enorme vistosidad, aunque bien es cierto que su construcción ha impedido que el tamaño del claristorio, los vanos que forman las ventanas de la iglesia, sean más grandes y por ello, en líneas generales, se puede decir que la iglesia adolece de cierta falta de luminosidad.
Al triforio se accede por una puerta situada en la cabecera de la nave de la epístola, muy cerca de la sacristía y luego se trepa por una empinada escalera de caracol por la que no caben dos personas a la vez.
Esta escalera, además de dar servicio al triforio, es el único acceso para subir a las bóvedas. A las de las naves laterales se entra por las puertas presentes en los estrechos pasillos del triforio y para llegar a las altas bóvedas de la nave central hay que seguir subiendo hasta el final de la escalera y se accede allí a un sobrecogedor espacio donde un complejo monumental de vigas de madera sustenta los tejados. Esta escalera discurre por una frágil construcción exterior al templo que ha dado siempre pie a especulaciones. En algunas publicaciones se la relaciona con la primitiva torre de la iglesia, anterior a la actual, de la que apenas hay noticias y de la que se conoce el dato de que disponía de un reloj, pero parece poco razonable colocar allí un reloj, orientado de espaldas a la población y donde nadie podría verlo. Además, el reloj necesitaría de unas pesas que deben transcurrir por un espacio diáfano que esta estrecha escalera no tiene. Cita Pagoeta en su documentado libro: Portugalete y su Basílica de Sta. María, que en el año 1591, sesenta y nueve carpinteros estuvieron trabajando en “la casa del reloj y las campanas”…  Basta una ojeada para darse cuenta de que en este estrecho espacio no cabe imaginar una “casa para el reloj y las campanas” y es difícil que puedan trabajar más de media docena de operarios a la vez.
Lo cierto es que la escalera del triforio y de acceso a las bóvedas, al estar situada en el exterior del templo, cobra una especial relevancia y su altiva imagen da pie a cálculos, aunque una vez bien conocida, quede todo clarificado.

Javier López Isla


lunes, 13 de noviembre de 2017

FOTOGRAFIAS: LA ACADEMIA ESTIVARIZ DEL MUELLE VIEJO



Ya hemos comentado alguna vez que la mitad de los seguidores de este blog, que también se sigue desde las redes sociales, lo hacen a través de Facebook donde contamos más de 1500 amigos o seguidores, algunos de los cuales facilitan fotografías que nosotros compartimos y luego podemos utilizar en nuestras publicaciones.
Para que el resto de los seguidores directos de este blog, tengan noticias de las mismas, vamos a procurar recogerlas también aquí
como es el caso de la que hoy presentamos de Andoni Axpe, que nos señala que corresponde a una clase de la Academia Estivariz que en los años 70 impartía clases en el Muelle Viejo. Faltaría por completar otros datos como fechas, nombres, etc.
La utilización de Facebook como termómetro del interés que despierta cada foto nos viene marcada por el número de personas que entran o les gusta, y es el criterio que hemos seguido en el número 23 de Cuadernos Portugalujos, actualmente en la imprenta, para seleccionar algunas fotos empezando por la portada.

La vista del desaparecido Campo de San Roque nos la ofreció Manuel Sierra Rodríguez, y tuvo una gran repercusión, al igual que las fotos correspondientes a Buenavista y a las vaquillas en los barrios de Portugalete de Ángel Comonte, Mariser Las Heras, Carmelo Gutiérrez Ortiz de Urbina, Miguel Azeta, o Laura San José.
Gracias a todos ellos.