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u abuelo era el
portugalujo Juan de Amézaga y Santa Coloma (n. 1795) de oficio zapatero, casado
con Ignacia de Carranza de su misma edad, que había llegado con 14 años de Beci,
Sopuerta, y su padre, que seguiría el oficio familiar, Melitón de Amezaga
Carranza, (n. 1818), que casado en 1842 con la también portugaluja Juliana del
Valle Loizaga, vivían en la calle del Medio.
A Juan José, que fue el hijo mayor a quien seguirían
otras cuatro hermanas y un hermano, le tocaron vivir unos años de infancia terribles
por la situación sanitaria, con frecuentes epidemias de cólera morbo. Cuando
tenía 6 años ve morir a la primera de sus hermanas de 4 años. En 1855, en plena
epidemia, cuando la Junta de Sanidad local abandona la Villa, muere su hermano
Gregorio de 3 años y nace su hermana pequeña Rosa. Dos años después, en 1857
moriría otra de sus hermanas Saturnina de 7 años, y en 1858, mueren su padre y
su hermana Rosa con 3 años. Tenía él 15 años.
No es de extrañar que ante esta situación de orfandad
en 1860, cuando tenía 17 años, se embarcara para América llevando consigo a su
primo de 11 años Diego Amézaga, de Bilbao.
Su situación no tuvo que ser fácil allá y no tenemos
noticias suyas hasta que en 1880, con 37 años se afinca en Montevideo (Uruguay)
donde casado con la brasileña de origen vasco, Josefa Landaraso Ibarra, tuvieron
seis hijos, todos nacidos en Montevideo. Aquí se dedicó al comercio hasta su
fallecimiento.
Desde el primer momento se
asoció a la primera Institución Vasca en América fundada en 1876 como respuesta
a la abolición de los fueros, la Sociedad Euskara “Laurak bat”, “cuyo objetivo ostensible era proteger a los
inmigrantes vascongados”, “proporcionándoles
colocación en todo el territorio del país”.
En ella trabajó por todos los emigrantes
que llegaban a aquel país, alcanzó la presidencia de la misma en el año 1886.
Eran los años del final del predominio
de las familias patricias y la irrupción de las masas de inmigrantes que,
directamente descendidos de los barcos o en segunda generación, aspiraban a influir
en la conducción del país que habían elegido como nueva patria.
Este fue el caso de su hijo mayor “Juan José Amézaga Landaraso
(1881-1956) que estudió abogado, fue catedrático de Derecho Civil, ministro de
Industria en 1915 y en 1923 representó a Uruguay en la Conferencia
Internacional de Santiago de Chile y en la Sociedad de Naciones. Fue embajador
en La Habana y en
Buenos Aires y finalmente presidente de Uruguay entre 1943 y
1947.
Durante su gobierno impulsó leyes laborales, así como de igualdad
de los derechos de la mujer. En aquellos años tras la guerra civil española,
mantuvo su posición frente a la dictadura franquista y de apoyo a los
refugiados. En 1943 presidió diversos actos de la Semana Vasca realizada en
Montevideo, que tuvo gran eco en el país y en 1944 se inauguró la Plaza
Gernika, en honor a las víctimas de la masacre del bombardeo.
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