La ubicación de este elemento simbólico ha sido muy
variada a lo largo de la historia. En un principio aparecía destacado en las
cúpulas y en la parte frontal de los ábsides, y también en las puertas de
entrada a los templos. En nuestra Basílica, de momento, lo hemos encontrado en
las claves de la gran bóveda del ábside, en la bóveda bajo el coro y en el
magnífico retablo mayor. Hoy lo vamos a descubrir en otro lugar destacado, un
emplazamiento pleno de significado. Este nuevo está situado en el púlpito, el
lugar adecuado por antonomasia ya que desde su altura se predican las
enseñanzas evangélicas y nada mejor que ornamentarlo con la figura de los cuatro
evangelistas llevando su libro en las manos.
Según el interesante libro de Juan de Pagoeta “Portugalete y su Basílica de Santa María”,el
púlpito actual se construyó en 1898 por el
taller bilbaíno de Vicente Larrea sobre una antigua y elegantísima pieza
poligonal de piedra. Este Vicente Larrea Aldama fue elcreador
de una saga de escultores que llega hasta nuestros días. Había estudiado en París
siendo discípulo nada menos que de Rodín, entre otros. A partir de su
fallecimiento en1922 el taller pasó a ser dirigido por su hijo José, padre del
actual reputado escultor Vicente Larrea Gayarre. Estas fotografías que ha
obtenido Natxo Pedrosa de las
figuras del púlpito y que enjoyan este
artículo, hasta donde nosotros sabemos son una auténtica primicia por cuanto pensamos
que es la primera vez que se publican, y nos muestran estos sensacionales
bajorrelieves, cuatro imágenes magníficas de los evangelistas inscritas en un
círculo festoneado; unas figuras llenas de majestad que ponen de manifiesto la
categoría artística del autor, imágenes que miran al frente (San Mateo), a su
izquierda (San Juan), hacia el cielo (San Marcos) y a la tierra (San Lucas) y
la mirada del signo identitario que les acompaña, el Tetramorfos, parece
secundarlos en la mayoría de los casos. Vemos también que San Juan, el único no
barbado, tiene un aspecto más juvenil que el resto.
En dos de los evangelistas el elemento
representativo está junto a su hombro derecho y en los otros dos figura en su
hombro izquierdo, y en todos ellos se puede observar que están coronados por un
nimbo o aureola, tanto el evangelista como el elemento acompañante, el símbolo que
como hemos ido viendo lo caracteriza. Como ya apuntamos en entradas anteriores,
a San Mateo le escoltaen este caso un pequeño ángel que no es exactamente la
representación de un hombre alado como señalaría en puridad el Tetramorfos,
pero no es la primera ni la última vez que lo veamos.
Javier López Isla
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