Es un clásico en el Dique portugalujo no solo por su bonita
estampa sino por su antigüedad. Inscrito en 1907 en la Comandancia de Marina de
Bilbao con el folio 1577, Lista Cuarta, no pasa desapercibido para los que
pasean por el muelle.
Fue construido en la Villa dicho año, en madera, con 5 m. de
eslora, 1,47 de manga, 0,67 de puntal y 1.130 kg. de peso por encargo de
Esteban Egusquiaguirre Castaños que pagó por él la cantidad de 350 ptas.
Esteban Egusquiaguirre tenía entonces 48 años y le bautizó
con el nombre de su hermano mayor, ya fallecido, Joaquín. A su muerte unos años
después, pudieron ser sus sobrinos José Antonio Egusquiaguirre Bergareche (hijo
de su hermano pequeño Juan, telegrafista en la Villa), o su primo José Mª
Bergareche Llanos, que se declaraban ambos mareantes, quienes lo utilizarían, pasando
luego a descansar en los antiguos pabellones del muelle Viejo y de allí durante
muchos años al solar vacío existente en la calle Coscojales junto a la casa de
sus dueños. Sería ya a principios de este siglo cuando con motivo de las obras
a realizar por SURPOSA en dicho edificio, su actual dueño Juan Carlos Martínez Narbaiza se fijó en él y comenzó su nueva
vida.
Su madera estaba muy bien conservada, casco de pinotea,
bancada y careles de fresno y acacia, palo hueco, con lo que tras una restauración
minuciosa, utilizando clavos de cobre y verdadero cariño por parte de su dueño,
su vieja estampa volvió a cruzar la ría.
Hoy en día se ha convertido en un verdadero objeto de deseo
para los fotógrafos, no solo cuando participa en las exhibiciones de
embarcaciones antiguas sino en su lugar de atraque en el dique, como nos
muestra las fotografías de Andoni Maseda o la fotografía del calendario municipal de este mes.
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