Una cita histórica tuvo lugar en este velero, actualmente fondeado frente a la Punta, tal día como hoy 25 de agosto de 1948.
Era
miércoles y sobre las 12 del mediodía, el “Saltillo”, llevando a bordo a D. Juan de Borbón, se encuentra previa cita, con el yate «Azor» del
General Franco, en un encuentro que tiene lugar a 5 millas al Norte de San
Sebastián.
Fue
una entrevista que se hizo en el “Azor”, duró cerca de tres horas, y en la que
solamente participaron Francisco Franco y el heredero de la Corona Española D.
Juan de Borbón, acordando que el entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón, de apenas
9 años de edad, pasase a estudiar y a residir en España, en vez de Portugal o en
Inglaterra. La noticia se difundió así de escueta muy posteriormente, a finales
de noviembre de 1948.
Esta
entrevista se hizo a petición de Franco, quien llevó toda la operación muy
secretamente a través de una personalidad monárquica, muy allegada a la casa
del General, como era D. Julio Dánvila. Previamente al 15 de agosto, la señora de Galíndez (Mercedes Maíz y Velarde) había
comunicado a D. Juan, que J. Dánvila había arreglado la entrevista, por lo que
debería dirigirse desde Estoril hasta aguas de La Coruña donde recibiría, en
pocos días un “aviso del mayor interés”. El
20 de agosto, Pedro Martínez de Irujo (Duque de Sotomayor) le comunica a D.
Juan que la entrevista estaba preparada en el “Azor”, debiendo dirigirse a
Arcachon (Francia) con el “Saltillo”, donde le esperarían a él junto con Julio Dánvila
y Ramón Padilla, éste último en calidad de secretario diplomático de D. Juan. Y
finalmente el día 21 en Arcachon les confirman que la cita será el miércoles día
25 a las doce del mediodía, y a cinco millas al norte del Monte Igueldo de San
Sebastián.
Recordemos que un
capitán y cuatro marineros vascos, era la tripulación oficial del “Saltillo”,
cuyos gastos de dotación estaban totalmente sufragados por cuenta del portugalujo Peru Galíndez y Vallejo, tal como se había cedido el barco a D. Juan, y siempre mientras
durase el tiempo que este disfrutase del mismo. El período real fue desde 1946
hasta 1963, año en que estrenó un nuevo barco llamado “Giralda".
El miércoles día 25, saliendo
de Arcachon se acercó a ellos, como escolta de honor el dragaminas “Tambre”,
que era la eterna sombra que escoltaba al “Azor” siempre que Franco
navegaba con este barco. Debido a una fuerte marejada, Sotomayor se mareó, si
bien llegó bien hasta las 5 millas, donde el “Azor” arrió un bote de fondeo
para recoger a sus acompañantes: solamente a D. Juan y al Sr. Sotomayor. Los
demás acompañantes del barco, es decir Padilla, Dánvila, y el hermano de D.
Juan (D. Jaime de Borbón), permanecieron en el “Saltillo”, sin subir a bordo
del “Azor”.
Allí les esperaba para
su recibirles Franco y el General Martínez Alonso, a los que se unió el
Capitán Comandante del Azor (Sr. Nieto), para protocolizar el saludo
oficial de bienvenidos a bordo. Raul
Villa Caro dice en un artículo de agosto de 2014 del Museo Naval Exponav: “Ambas personalidades se entrevistan durante
largo tiempo, tratando diversos temas decisivos para nuestro país, y en
especial, el concerniente a la educación del que algún día sería el futuro Rey
de España. Don Juan nunca reinaría y para que pudiera hacerlo su hijo, el
entonces Infante Juan Carlos, y al amparo de la ley franquista de sucesión,
debía trasladarse a España para ser educado allí. Franco y Don Juan acuerdan
que esto sea así, pero todo lo relativo a su formación y tutores será decidido
por Don Juan”.
Y relata
el Conde de Zubiría en una
publicación al respecto, que: “Llegado al
Saltillo, Don Juan saludó, se puso al timón y dio las órdenes oportunas a la
tripulación, mientras Franco, sentado en una silla, aguantaba como podía, los
bandazos del Azor, sacudido por la marejada. En tres minutos y medio estaban
izadas todas las velas del Saltillo que se alejó a toda marcha. En el palo del
Azor apareció la señal internacional de “Buen Viaje”, contestada, en el acto,
por la de “Muchas gracias” desde el barco del Rey. Minutos después, ambos
interlocutores se habían perdido de vista. Don Juan se volvió a la tripulación
del Saltillo y les felicitó: “Buena maniobra”.
Javier García-Borreguero
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