Hoy
es Pedro Llinares quien situados ante el edificio nº 6 de El Ojillo nos desgrana algunos de sus recuerdos de la gente que vivió en esta
casa, que según nos dice la mandó construir en 1928 Leocadia Larrabeiti pasando
después por herencia a la familia de los Sarria.
Ambos
recordamos de esta familia a Manolo, hijo de Manuel Sarria Larrabeiti y Piedad Fernández,
amigo de andanzas juveniles y que vivía en el 2º piso, así como a un personaje
muy conocido en la Villa, y cuyo hijo tiene dedicada una calle, como fue
Mariano del Pozo, a quien recordamos con su bata blanca, que vivía en el primer
piso y tenía su droguería en los bajos. Lamentamos no disponer de las fotografías que quisiéramos para recordar mejor a muchas de las personas que tratamos.
En
el Programa de Fiestas de 1959 encontramos el anuncio de la Droguería y
Perfumería de Mariano que a su muerte estuvo muchos años cerrada donde en la actualidad hay un
comercio de bolsos.
De
los comercios que han existido en sus bajos el más importante fue el que en
chaflán hacía a las dos calles, dedicado a frutería fue explotado primeramente
por Manolo Ortiz de Zarate y Flora su mujer, a los que les siguieron Andrés
Ruiz y su mujer Sara López (1964-1972), y posteriormente hasta el 2002 lo
fueron Modesto Miñambres y su mujer Mª Carmen Urquijo.
Ya
en este siglo XXI nos recuerda que hasta 2010 Villarcayo “Rojo”, siguió con
frutas y congelados, para luego pasar a ser una tienda de ropa y luego bar,
primero con jamones, hasta cerrar definitivamente.
A
la izquierda de la frutería nos recuerda a Ramón Rebollo, zapatero remendón, y
luego a la tienda de pinturas que llevara Manolo Escribano. Finalmente y antes
de la actual charcutería GOZA-GARRI, “Garnica” puso una floristería que la
llevaban sus dos hijas.
La
lonja pequeña que está a la derecha del portal, pasó también de ser zapatería a
lotería y quinielas, hasta la actualidad con muebles de cocina y baños.
Pero
para los que hemos vivido en el Ojillo las referencias que más recuerdos nos
traen son las de las personas que han vivido en esa casa, y de los que como hemos señalado no de todos disponemos de fotos. Al margen de la familia Sarría, en el primer piso nos
recuerda a Clara, comadrona casada con Timoteo, un exbrigada del cuerpo de
carabineros, y en el tercero a las familias de Herrero y Estefanía. Conchi
Herrero muy recordada sobre todo por su labor en la parroquia y entre los
segundos a “Cesitar” que fue durante muchos años el alma de la asociación de
Amigos del Ojillo.
Pasando
al cuarto piso debemos recordar a los Lertxundi y a los Mendieta. En la primera
familia nació en 1942 el que llegaría a ser presidente del Athletic, José
Julián Lertxundi Larrea y en los Mendieta nuestros amigos Josemari, Natxo,
fallecido, Fernando y Lander. Mención aparte merecería su padre José Mª
Mendieta Apaolaza, nacido en 1914 en Buenos Aires, que fue oficial mayor del
Ayuntamiento y un gran amante de la Villa jarrillera.
Yo he vivido en esa casa, en ese Nº 6, 18 años. Primero fueron mis aitites, Bernardino Sarria Larrabeiti ( hermano de Manuel y tío de Manuel, el primo Manolito para nosotros) y mi amama María Luisa Ansoleaga. Grandes personas vivían allí. La tía Piedad o Conchita. Que recuerdos
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