jueves, 26 de noviembre de 2020

PORTUGALETE EN LOS FONDOS FOTOGRAFICOS DE LA AUTORIDAD PORTUARIA: VISTA DESDE EL MUELLE DE LA BENEDICTA

 


Con el título de Portugalete en los fondos fotográficos de la Autoridad Portuaria hemos abierto un proyecto de recopilación de fotografías de la Villa y sus muelles, existente en dicha Institución, muchas de las cuales ya hemos utilizado en nuestras publicaciones y que se completan con nuevas aportaciones que va encontrando José Antonio Soto.
Si el otro día mostrábamos una bajo el título Portugalete desde su enclave en la Benedicta hace un siglo, hoy volvemos sobre el lugar con otra a la que José Luis Garaizabal nos realiza el siguiente examen, tras superponer una actual para darnos cuenta exacta del cambio: 

Al comenzar el examen de esta fotografía, lo primero que pensé es que se trataba de las obras de apertura del pequeño paso que comunica la Ría con la Dársena, y que mediante un pequeño puente, permite llegar hasta el morro.

Tras una inspección visual y fotográfica desde la margen derecha, ventajas e inconvenientes de vivir en Leioa y estar de confinamiento perimetral, deseché rápidamente la primera impresión ya que consiguiendo una alineación en la que se viese el fondo a través del campanario de Santa María e intentando ver las escaleras de subida


desde la estación de la Canilla (según la JOP se llamaba San Rafael), no es posible estar junto al paso citado.

Analizando la foto, vemos que tuvo que ser realizada entre 1928 (año de la construcción de las escaleras desde la Canilla a Mier) y 1934 (estaban aún en pie la Torre y palacio de Salazar).

En segundo plano, podemos ver con claridad, de izquierda a derecha, la rampa de subida al Colegio del Carmen con los muros de contención y sobre uno de ellos, las antiguas casas de la zona de La Atalaya. Más a la derecha, las canteras de Salaberri, el edificio del matadero y las casas circundantes en la zona del actual Miralrío. Continuando en lo alto, las dos casas del frontón con el edificio del trinquete asomando a su izquierda.

No nos vamos a repetir con la descripción del resto de casas, ya detalladas en la entrada anterior sobre el morro del Muelle de la Benedicta, pero si hay que destacar la alineación que permite ver perfectamente a través del campanario y linterna, así como los arbotantes. Hoy, el telón de fondo lo forman decenas de casas y el mamotreto de Aspaldiko. Los tupidos tilos solo permiten ver una esquina del pórtico. Una vista exclusiva de los vecinos de la margen derecha a los que no nos dejan pasar a “pisar rebollos”.

Lo más interesante de la fotografía, en mi opinión, está en primer plano. Centrándonos en el muelle, además del destrozo, podemos destacar su iluminación a base de farolas colocadas sobre unos promontorios con escaleras de sube y baja que eran alimentadas mediante un tendido aéreo anclado a postes de madera que permitían salvar las inundaciones que periódicamente se producían durante las pleamares en épocas de mareas vivas, que llegaban a cubrir totalmente el muelle, como se ve en la foto inferior del año 1930.

Estas escaleras fueron inicialmente cinco sobre el muelle que en su día midió 610 metros y que después quedó reducido a los actuales 360. En la foto, se aprecian los dos más cercanos al morro, lo que elimina la posible hipótesis de que se tratara de las obras del paso, ya que este se encuentra al comienzo de dicho muelle. Si nos fijamos en el primer promontorio, está inclinado hacia la ría, así que hemos encaminado la investigación hacia algún accidente por choque desde la dársena, ocurrido entre 1929 y 1934.

Ha habido suerte. LA VANGUARDIA del 6 de Diciembre de 1929 nos informa del gran temporal que sufrió Bizkaia durante la noche del 4 y mañana del 5, con vientos huracanados que provocaron que “A causa del huracán, el vapor norteamericano ‘Driden’ varó contra el muelle de la Benedicta”. Al día siguiente, nos informaba que “El vapor ‘Yaukidriden’ ha salido de su embarrancamiento del muelle de la Benedicta y ha marchado a Pasajes”.

EL LIBERAL, de la misma fecha, nos narró que “El vapor norteamericano “Dryden”, que se encontraba fondeado en la dársena de la Benedicta, fue arrastrado por el viento hasta la escollera, donde quedó varado, aunque no en situación de peligro. Se está procediendo a su descarga, confiando que a la hora de la marea podrá ser puesto a flote”.

Sin tener la certeza de que la rotura se produjese durante la colisión del Driden, ya que lo hubiesen citado los periodistas, nos quedamos con el suceso como probable, ya qué viendo imágenes antiguas del muelle, se puede pensar que habría sufrido a lo largo de los años varios “toques” de los muchos barcos y gabarras que fondeaban en la dársena, como ese cuyos palos con un gallardete al viento asoman por encima del muelle destrozado.

Nota P.D.

Recurriendo a las anotaciones al reverso que figuran en los fondos de la Autoridad Portuaria vemos que está anotado: Trozo destruido del espigón de la Benedicta (1.9.1932)





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