El futbol ha sido tradicionalmente cosa de hombres y si revisamos la
historia centenaria del Portu, no encontraremos ninguna mujer. Volviendo sobre
el material relativo al futbol jarrillero que hace tiempo nos pasó KUITXI, a quien tenemos que pedir
disculpas, encontramos uno de sus emocionados artículos titulado LLANTO POR UNA
UTILLERA.
La historia de nuestro Club no contempla, quizás por su modestia, la existencia de la utillera o utillero, o sea la persona
que se encarga de la ropa y el material deportivo de los jugadores, y sin
embargo ha sido un oficio imprescindible en este deporte, trabajando en la
sombra, un poco confesores, cómplices y amigos de los futbolistas y como en el caso
de Demetrio Villa, una verdadera institución en La Florida.
Si Demetrio es un gran olvidado, qué no
decir de María Jesús Usubiaga Madariaga, la mujer de su hijo Andrés, nacida en la villa arratiana de
Areatza, entonces Villaro, una mujer adelantada a su tiempo, una utillera
inmersa en un mundo de hombres que se enfundaban las zamarras que ella
previamente había lavado, planchado y doblado para que a la hora de los
partidos de La Florida, Demetrio, como el que extiende el
mantel para un banquete, las depositara con mimo con su dorsal hacia arriba para
que fuera recogido por cada jugador.
Contemporánea de Orosia, la legendaria
utillera que en el Sestao Sport de finales de los sesenta y principios de los
setenta, lavaba, secaba, planchaba y mimaba la indumentaria de sus chicos, ya
fuera la ropa de los domingos como la de los entrenamientos, María Jesús, junto
a su cuñada Mari Mañeru, mujer de José Marí, y a las órdenes de Demetrio, fue una de aquellas mujeres que
laboraban en la sombra a jornada completa inmersas en un mundo de hombres. Si
Orosia lo fue en las entrañas de Las Llanas, María Jesús Usubiaga, en el
corazón de La Florida, no en vano la cocina en la que preparaba la comida, el
dormitorio en el que soñaba y el habitáculo en el que lavaban la ropa de los
futbolistas del Club eran piezas de la misma casa, una suerte de chalecito con
ambigú adosado, como se aprecia en la foto inferior, que la directiva
jarrillera levantó en las alturas de un córner para que la familia Villa no sintiera que vivir y trabajar eran dos oficios diferentes.
Arriba recogemos la foto familiar del
matrimonio Demetrio Villa y Andrea López, con sus dos hijos y su hija, y él con el rodillo que a mano,
al igual que la guadaña servía para cuidar el campo con su césped.
María Jesús fue la primera que en aquellos
recordados años ejerció de utillera y cuando murió Demetrio,
ella con Mari Mañeru aguantaron unos
años el tipo a la espera de un relevo. Llegado éste, como escribe KUITXI, los Villa, los Mañeru, los
Usubiaga se retiraron al exilio del poblado de la Babcock.
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