Dentro de una carpeta, aun sin catalogar, del Archivo Histórico Municipal de Portugalete correspondiente a los años 1945-1946 (Hacienda, Obras, Varios) hemos encontrado de “chiripa” este proyecto de frontón que propuso el Capellán Coadjutor de San Cristóbal de Repélega, D. Epifanio Mezo Zubirementeria.
El plano con el PROYECTO DE FRONTÓN PARA
LA CATEQUESIS DE REPELEGA EN PORTUGALETE está firmado por él y fechado el día
de la Epifanía del Señor, 6 de Enero 1946, acompañando a un escrito dirigido al
Sr. Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Portugalete. Decía así:
“Que ante la demanda insistente de lugares de
recreo por parte de los niños y jóvenes de la Catequesis, creyendo ser de
justicia la propuesta y queriendo resolver en la medida que las exigencias
actuales aconsejan, el que este suscribe ha considerado oportuna la
construcción de un amplio frontón para cuyo emplazamiento ha sido fijado el
terreno que a partir del paredón sur-este del pórtico de la Capilla de Repélega
media en una extensión de 40 metros de longitud, 35 metros de profundidad por
un lado y 12 metros por el opuesto de profundidad.
Y como en el susodicho terreno que es
propiedad de la Capilla, se halla enclavado el camino que conduce al Barrio de
la Sierra propone la desviación del referido camino unos pocos metros, cediendo
para ello un terreno más amplio propiedad de la Capilla como puede apreciarse
en el plano adjunto y que derivará en bien del mismo camino ya que el actual
está sometido a todo género de inundaciones a causa de la proyección de los
canalones del pórtico que no tiene otro desagüe que el terreno que limita con
la cimentación del paredón que por estar en declive necesariamente desemboca en
el camino.
Por otra parte, no es de despreciar el
peligro de desprendimiento de tejas en días de grandes vientos, tan frecuentes
en estas alturas constituyendo no pocas veces un serio peligro al transeúnte
desaprensivo.
Por lo que el infrascrito a V. Suplica tenga a
bien aprobar la expuesta desviación del camino y ordene la construcción del
nuevo por el terreno que en permuta cede la Junta del Patronato de la Capilla.
Gracia que el recurrente espera
conseguir de Ud. cuya vida guarde Dios muchos años.
Portugalete 22 de Enero 1946“.
Observando el plano, podemos ver las
medidas del frontón proyectado: 37 metros de largo por 10 de ancho en la zona
del frontis y éste, de 7,50 metros de altura. También se aprecia que se
mantenía, tras el frontis, la fuente pública y bebedero que existía al comienzo
del paredón. Hasta aquí, todo bien.
Pasada la documentación al Arquitecto
Municipal, José M. Gorostiza, éste emitió el siguiente informe: “Los planos
que se presentan son insuficientes y poco detallados para la autorización que
solicita, debiendo venir firmados por facultativo competente y visados por el
Colegio de Arquitectos.
La desviación del camino puede ser
aconsejable en atención a la mejora que se solicita, debiendo formularse un
proyecto completo si las obras son aprobadas.
No obstante, Vd. resolverá
Portugalete 30 de Enero de 1946”
El 19 de Febrero, se le entregó la
resolución a D. Epifanio que vería como su sueño se lo llevaba el viento al
igual que las tejas de la ermita, ya que su frontón no llegó a construirse ni
el camino a desviarse.
No figura en la solicitud, a cargo de
quien correría la construcción del frontón, aunque suponemos que se trataría de
construirlo a base de la colaboración de los vecinos, ya fuese monetaria o como
mano de obra.
La campa de San Cristóbal donde estuvo
la primitiva ermita y los árboles que daban sombra durante la romería cayeron
por efecto de la mano del hombre 26 años después. La decisión municipal de 1946
solo fue una prórroga para ellos. El recordado José Benito López-Okariz
escribió un bonito artículo en el número del mes de Abril de 1972 de la Revista
El Abra, dedicado al pequeño bosquecillo de apenas dos docenas de árboles, recordando
como su madre le había contado como eran las Fiestas del Árbol en su niñez y
aquella canción, compuesta por D. Ruperto Medina, que cantaban los escolares
acompañados por la Banda Municipal de Música mientras se dirigían a plantar
cada arbolito que llevaban con cariño en sus manos: “Respeta el árbol, niño;
no le declares guerra; que es el más bello adorno; que Dios puso en la Tierra”.
Acababa José Benito con estas palabras:
“Habrá sido necesario, no digo que no, pero qué pena me ha dado verles morir
asfixiados entre piedras y escombros ¡pero eso sí! Pasaron tan duro trance con
toda dignidad ¡MURIERON DE PIE!.
JOSE LUIS GARAIZABAL FLAÑO
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