Esta hornacina es bastante desconocida por la mayoría de los portugalujos, por encontrarse empotrada en un murete del jardín interior del Hospital Asilo de San Juan Bautista.
Desconozco su data, y al preguntar a varias trabajadoras del Asilo (a quienes doy gracias por permitirme el acceso a la hornacina y efectuar las correspondientes fotos), todas coinciden en que ya estaba allí cuando ellas eran niñas, lo que nos lleva, al menos, a la década de los 60 del siglo XX. Pero una inspección detenida del paramento revela más bien que con toda probabilidad la hornacina es coetánea de la tapia en la que se encastra, ya que no se observan parches o reformas posteriores. Parece pues, que tapia y hornacina son una obra unitaria y realizada al mismo tiempo. Lamentablemente no he encontrado ninguna referencia a esta hornacina y su Virgen en la bibliografía consultada, por lo que tendremos que recurrir a las fotografías antiguas de esta zona para intentar dilucidar su data.
Según Rubén Las Hayas, que se encargó de escribir la MEMORIA DE 100 AÑOS, 1907-2007 del Santo Hospital del Glorioso San Juan Bautista de Portugalete, opina que es posible que al comienzo de los años 70 entre las reformas que contemplaba el proyecto para convertir el Hospital-Asilo en Residencia para Mayores figuraba el contar con un agradable jardín que sustituiría a parte de las huertas, con plantas y ganado (desaparecieron totalmente en 1974) y se construiría entonces el pequeño estanque con un decorativo puente así como la hornacina con la imagen de la Virgen que cuidarían las monjas.
La hornacina está encastrada en un muro del citado jardín y alberga una figurilla de la Virgen del Rosario que parece de piedra, de unos 30 cms de altura. Se viste con un vestido largo que le cubre incluso los pies, con un cinturón ceñido a la cintura. Por encima de este vestido tiene un largo manto que le cubre la cabeza, decorado con motivos vegetales. Sobre la cabeza tiene una corona. La Virgen tiene las manos unidas en posición de rezo, de las cuales cuelga un largo rosario que llega hasta el pedestal sobre el que se alza, acabando dicho rosario en una pequeña Cruz. Este rosario parece posterior a la talla. La imagen sufre los rigores de la humedad donde se ubica, teniendo varios desconchones en su pintura blanca. La Virgen se yergue sobre un cuerpo abultado y redondeado, quizá imitando una nube, que se apoya a su vez en un bonito pedestal de tipo “copa”.
En cuanto a la hornacina, originalmente era algo más artística que como la vemos hoy día. Gracias a una foto efectuada por Rubén Las Hayas en 2007 (que publicamos arriba a la izquierda), sabemos que exteriormente tenía una moldura con un tímido punteado en el intradós, que convergía en la clave en un airoso motivo floral, casi imitando una flor de lis. Con posterioridad a esa fecha, en algún momento se picó o desmontó esta moldura exterior, quizá por su mal estado debido a la humedad que de continuo afecta al muro en el que se inscribe la hornacina. Lo que queda es un simple vano apuntado y pintado modernamente de azul; mide casi 80 cms de altura por 60 cms de anchura. El vano se cierra con un cristal, que según pude observar, no hay posibilidad de abrirlo. La hornacina apoya en una repisa que sobresale del muro. Bajo esta repisa, y como única 26 decoración, hay una moldura y un triángulo invertido de lados redondeados. La sencillez de esta hornacina destaca sobremanera con la rica decoración de las fachadas del Hospital-Asilo, por lo que es claramente posterior a este, diseñada y ejecutada con escasos medios.
Aitor González Gato
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