Entre las noticias sobre la muerte del poeta Diez Gaviño que Karla Llanos nos envía recogidas en las hemerotecas entresacamos el apunte necrológico aparecido en la Revista Bascongada EUSKAL –ERRIA:
Los
periódicos de la Habana llegados en el último correo consagran cariñosos
artículos á la memoria de nuestro amigo el esclarecido escritor bascongado D.
Faustino Diez Gaviño, muerto prematuramente en aquella ciudad el día 10 de
Febrero de este año de 1895.
El
homenaje dedicado por la prensa habanera á Gaviño ha sido tan expresivo como
unánime; tan afectuoso como espontáneo. Todos, así los diarios como las revistas,
reconocen las brillantes aptitudes de nuestro malogrado conterráneo; su vasta
ilustración, sus valiosas prendas personales, su amor al noble solar donde
nació.
Gaviño
no tenía más que un pensamiento; en mil ocasiones lo ha dicho: Dios y Fueros.
Esforzado
adalid de la causa fuerista, entusiasta por la Asociación Basco-Nabarra, de
cuya Junta directiva era Vocal nato por sus indiscutibles méritos, la colonia
euskara de la Habana ha perdido con la muerte de Gaviño una de sus más
prestigiosas figuras; el país, uno de sus esclarecidos hijos; las letras, uno
de sus más eximios escritores y poetas.
Gaviño
era inteligencia privilegiada y un corazón de oro.
Ha
muerto joven, pensando en sus dos amores de siempre: en su idolatrada madre y
en, su querida tierra bascongada.
En
la intimidad de una comida á que asistió pocos días antes de morir, se propuso
un brindis por cada comensal; una quintilla por cada uno. El tema propuesto por
Gaviño fue la muerte (ya comenzaba la pálida a escoltarle); y predicando con el
ejemplo alzó la copa y dijo:
«No me
estremece el morir,
ni ir cual
todos al osario;
¿pero cómo no
sufrir
pensando que
me he de ir
¡sin besos de
mi Rosario?»!
Rosario
es la madre del poeta, la huérfana
de los besos del hijo hoy
desaparecido, la infortunada anciana que, cerca de donde escribimos, en Portugalete,
llora desventurada la muerte de Gaviño.
¡Pobre
amigo nuestro!
Su
entierro fue una verdadera manifestación, tan imponente como cariñosa.
«Tan
triste acto, dice La Unión Constitucional, comprueba el cariño que todas
las clases le profesaban. Al lado de los más altos funcionarios del Gobierno
veíase al modesto empleado; junto á la representación mas encopetada de la
ciencia, el sencillo artesano complacíase en exhibirse.
Numerosas
coronas adornaban el féretro. Por encima de la cabeza del ilustre poeta
sobresalía el estandarte Laurak-bat de la Asociación Basco-Nabarra. Sus
comprovincianos no permitieron que manos asalariadas tocasen la caja en que
descansaban los restos de quien dedicó su inteligencia a cantar las glorias de
Euskaria.
Gaviño
fue enterrado en la fosa numero 6 del panteón de la Asociación, cuya puerta
ostenta el escudo Laurak-bat».
Descanse en paz nuestro pobre amigo, á cuya atribulada
madre, á cuya respetable familia reiteramos el testimonio de muestro profundo
dolor.
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