Como es sabido, un fielato era el
lugar, normalmente ubicado en una caseta pequeña, donde los que traían
productos de consumo para su venta debían previamente pagar un impuesto que
habilitaba al comerciante a vender dichos productos, ya fuera carne, pescado,
bebidas… También debían pagarlo los medios de transporte como caballerías de
tiro, carruajes... Al principio este pago se denominaba “portazgo”, pues se
pagaba en una de las puertas de la muralla; con el tiempo se trasladó a uno o
varios locales en el límite jurisdiccional de la villa, como es el caso que nos
ocupa. El término fielato proviene del fiel o balanza usado para pesar las
mercancías. Este impuesto desapareció en 1963.
En Portugalete tuvimos el fielato
del Ojillo junto al bar Kilómetro, otro en las proximidades del Salto, y otro
junto a las escaleras que comunican la Plaza del Solar con La Canilla, donde se
grababan y pesaban los productos que entraban por nuestro puerto.
Resulta interesante comprobar que
aún conservamos la Casa del Fielato justo en el límite con Sestao, en el n.º 24
de la calle Sotera de la Mier, un edificio que parece de principios del siglo
XX. Por su estilo, no podemos descartar que se trate de una de las obras de
algunos de los arquitectos municipales más prolíficos de aquel tiempo: Emiliano
Pagazaurtundúa, Francisco Berriozabal y Santos Zunzunegui.
Todavía los más mayores recuerdan
la actividad que tenía lugar aquí, con el funcionario pesando los productos de
consumo y cobrando el impuesto. La casa estuvo habitada hasta 1995
aproximadamente, cuando fue abandonada por sus inquilinos. Hoy permanece cerrada,
siendo sólo accesible su planta-sótano (si bien no es recomendable entrar
debido a su mal estado), que debió servir de carbonera o leñera.
Lamentablemente un edificio tan histórico se encuentra en avanzado estado de
ruina, por lo que desde aquí hacemos un llamamiento deseando su urgente
restauración, antes de que un “providencial” incendio acabe con él.
Como valor añadido, justo al lado
del fielato se conserva el último mojón jurisdiccional de nuestra villa, una
piedra de sillería arenisca rectangular ligeramente troncocónica (mide en la
base 26 x 30 cms, y 24 x 30 cms en la parte alta) que asoma 74 cms de la
superficie; podemos suponer que hundirá su base bajo el subsuelo unos 50 cms.
Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales en su blog LA VIDA PASA, publicó un
artículo titulado Límites de jurisdicción entre Sestao y Portugalete, en el que se narra cómo el 14 de diciembre de 1889 los
concejales de ambas localidades se reunieron a fin de renovar los diferentes
mojones que delimitaban sus respectivos pueblos. Es posible que de entonces
date el mojón que hoy podemos ver.
Creemos que tanto la Casa del
Fielato como el mojón jurisdiccional deberían restaurarse y protegerse, como
exponentes únicos de nuestra historia.
Aitor González Gato.
Pues hace tiempo salió publicidad de la promoción "El Mirador de Portugalete" en el solar que dejase el derribo de los números 24 y 26 de Sotera de la Mier. Promoción de 4 viviendas + ático con espectaculares vistas.
ResponderEliminarEfectivamente, con total seguridad esta casa será derribada, y su solar usado para erigir un nuevo edificio. Con lo que perderemos otra parte de nuestra historia. Al menos sería de desear que el hito jurisdiccional se recuperase, hasta donde yo sé el único que nos queda. Un buen lugar para su conservación podría ser el convento de Santa Clara o el pequeño museo de la Torre de Salazar.
EliminarY no dejemos que se destruya esta parte de nuestra historia
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