jueves, 4 de octubre de 2018

EXPRESIONES POLITICAS EN LA VILLA EN 1980: MANIFESTACIONES





Finalizamos hoy el trabajo de Tasio Munarriz sobre a las manifestaciones y concentraciones que tuvieron lugar en la Villa al final de la dictadura con el año 1980.



Hay que empezar este año anotando los incidentes producidos por la muerte en un tiroteo de Carlos Alberto Lucio Fernández el 13 de julio.

Nacido en Ribadeo (Lugo) en 1951, su familia se trasladó a Portugalete, a la calle Abaro. Carlos estudió en el colegio Santa María consiguiendo el premio extraordinario de Bachillerato. En poco tiempo hizo los cuatro primeros cursos en la Escuela de Ingenieros de Bilbao. Se hizo famoso porque en 5º curso se enfrentó al catedrático que explicaba en la pizarra una demostración, borró lo que el profesor había escrito y le pegó con el borrador en las solapas de su traje, demostrándole que estaba equivocado. La dirección le expulsó. En 1974 se marchó a Catalunya, donde tampoco le admitieron para terminar la carrera de ingeniero. Vivió en Ripollet (Vallés Oriental), donde se casó con una profesora de escuela infantil y tuvo un hijo.

Allí se hizo responsable de la organización de Eskerra Comunista – OIC. Abandonó este partido y se incorporó a la Organización Comunista de España – Bandera Roja militando en su frente obrero de orientación maoísta. En 1978 fue enviado a Euskadi para reorganizar Bandera Roja, que estaba integrada en el sindicato LAB. Vivió en Martín Fernández Villarán 5. Se puso a trabajar en la central nuclear de Lemoiz, siendo uno de los líderes de los trabajadores de la empresa constructora. Dejó el partido y se integró en HASI y en ETA con el pseudónimo de “Zaharra”.

El 17 de marzo de 1978 junto con otros compañeros de la organización introdujo gran cantidad de explosivos en la central nuclear. Así volaron el reactor central. Pero, a la vez, murieron dos obreros que estaban cerca: Andrés García y el portugalujo Alberto Negro, que había vivido en la calle la Cruz y entonces era vecino de Santurtzi casado con una de las últimas pescateras. Hubo también 14 heridos. Con motivo de este atentado y de las pesquisas de la Policía, Carlos se exilió en Hiparralde.

A las 2 de la tarde del 13 de julio de 1980 el relevo de ocho guardias civiles salieron del polvorín de Aia, municipio de Orio. Un comando de ETA les esperaba emboscados y les dispararon matando a dos. A su vez, los guardias respondieron con un tiroteo que alcanzó a dos miembros de ETA (Ignacio María Gabilondo y Carlos) mientras el resto del comando huyó. El cadáver de Carlos fue llevado al cementerio donostiarra de Polloe.

La familia de éste reclamó el cadáver y la Guaria Civil lo trajo para depositarlo en la capilla del cementerio de Portugalete el día 15. La información era que lo iban a traer de 5,30 a 6 de la tarde, pero el gobernador, para evitar recibimientos masivos, ordenó traerlo a las 3,30, impidiendo la entrada a todos los que no fuesen familiares del difunto. Sólo dejó pasar a un sacerdote después de una larga discusión con el jefe de la fuerza pública.

Posteriormente los policías cargaron contra la gente que estaba fuera y que respondió con barricadas y enfrentamientos. Para el domingo la familia encargó una misa en la capilla de los jesuitas, al término de la cual volvieron a repetirse las cargas policiales y la respuesta popular.

Días después los concejales de Herri Batasuna Gorka Martínez Bilbao e Imanol Heredia presentaron una moción solicitando un pleno municipal para quejarse de que ni el alcalde ni ningún concejal socialista hubiesen asistido al cementerio ni hubiesen protestado por las cargas policiales y pidieron un homenaje para Carlos como hombre del pueblo independientemente de su ideología. Asimismo solicitaban que el Ayuntamiento exigiese la dimisión del gobernador. La Corporación, dirigida por el PSOE, rechazó la moción.

Finalizamos todo este repaso a las manifestaciones de este año 80 con las que tuvieron lugar en el mes de octubre.

El día 9 fueron detenidos en sus domicilios Angel María Acillona, Javier Aresti, Juan Luis Garitaonandía, José Ignacio Macaya, José Ramón Ordóñez, Javier del Amo, Javier Requejo, Angel Sáez y Vicente Benito Madariaga en una función preinspección de la Policía. Eran miembros de un club que se reunía en el bar Arana del Muelle Viejo. Llevados a las dependencias de la Jefatura Superior de Bilbao, fueron interrogados, fotografiados, etc. Después de ser revisados sus domicilios y no haber encontrado cargo alguno, fueron puestos en libertad después de tres días. Como en otras ocasiones, se organizó la acostumbrada manifestación pidiendo su libertad.

Días después, el día 13 en Azeta en la carretera que une Sestao con Portugalete (calle Sotera de la Mier) un niño, Andrés Eduardo García Beraza, fue atropellado por un coche con lesiones que le llevaron a la muerte. No era la primera vez que esto ocurría. Los niños pusieron una cruz y flores en el lugar del atropello.

Unos 300 vecinos cortaron la carretera con una barricada de piedras y escombros a lo largo de 500 metros, de forma que se cortó el tráfico durante dos semanas, tiempo que dieron al delegado de Obras Públicas para solucionar el problema: poner semáforos y barandillas, ensanchar las aceras, tirar un muro lateral, creación de zonas verdes, etc. El tráfico se tuvo que desviar por la calle Ramón y Cajal, junto al cementerio. Como tardaron en poner los semáforos, que no funcionaban, y satisfacer las otras necesidades, los vecinos siguieron con las barricadas durante un mes con perjuicio para la línea de autobuses Bilbao-Santurtzi, la gasolinera “Blanco y negro” etc.




No hay comentarios:

Publicar un comentario