Empezamos con esta entrada, una serie que hemos denominado, PILDORAS (por su brevedad) y RETAZOS (fragmentos) DE LA HISTORIA JARRILLERA, empezando de la mano de Mariano C.G. cuya “Monografía Histórica” fue la base o el pilar de todas las investigaciones posteriores de nuestro pasado:
Las primeras Ordenanzas
de Portugalete, llamadas las Ordenanzas Antiguas, de 1459, constituyen sin
duda uno de los Ordenamientos Jurídicos-administrativos más remoto de Bizkaia.
En ellas se regulaban
algunos aspectos del trabajo, pero con un espíritu bien poco fino por cierto.
En realidad no tiene otra justificación que la época en que se hicieron.
Según ellas no es al obrero
al que hay que proteger, sino al patrono, fijando no el salario mínimo sino el
máximo. Viejo concepto del derecho social.
Sobre las mujeres,
que ganaban menos, encontramos tres oficios:
Las horneras, que
cobraban por cocer el pan, 8 maravedís y si algún panadero pagaba mas era
castigado con 50 maravedís.
Si el sangrador,
Maese Martin, tenía fijado en sus honorarios 20 maravedís por cada sangría, lo
mismo cobraba la partera, denominada la oficial de las mujeres, cuya
prestación de su servicio era obligatorio cuando fuese requerida por alguna
vecina, pero no a requerimiento de forasteras, pues no debía salir de la Villa
porque “podía venir peligro a las mujeres de ella”.
También existía una oficial
para atar las tocas, es decir una peinadora que no había de
cobrar más de un maravedí por cada intervención y “no más tocino ni dinero ni
otra cosa ninguna so pena de 50 maravedís”.
No comments:
Post a Comment