Ahora que estamos ante la antesala de la tamborrada del 700 aniversario, es muy oportuno el trabajo que José Luis Garaizabal ha realizado sobre la historia de este festejo jarrillero.
Es de suponer que al igual que nuestra tradicional Diana, esta Tamborrada que sale tras el chupinazo de inicios de fiestas tenga su origen en las bandas de música militares de las tropas acantonadas en la villa en siglos pasados.
Al comenzar el siglo XX se hablaba todavía de la retreta a cargo de las bandas de música y tamboriles y no será hasta 1928 cuando se denomina con el titulo de Tamborrada y no sabemos si el cambio de denominación traería aparejada también el coger como obra musical la Diana de la Tamborrada Donostiarra.
Tras la guerra, en los años 40 y 50, se cita como Típica Tamborrada, especificando que iría acompañada de un DESFILE DE ARTORCHA, decayendo ya en las décadas siguientes.
Son precisamente de 1957 o del siguiente, las fotografías que encabezan esta entrada. La primera nos la ha facilitado Juana Mari Ponce que la había recibido de Teresa Alegría Bayo y la segunda Javier Martín, al que recurrimos para identificar a los seis “tamborreros” entre los que está él. Son de izquierda a derecha: Miguel Loredo, Fernando Celis, Javier Martín, Manchón, Julián Bayo y agachado, Francisco González. Tenemos otra versión aportada por Josemi Palacios y su esposa Mari Ángeles, que indican que eran: Miguel Loredo, Pérez Yarza, Javier Martín, Manchón, Julián Bayo y agachado, Fernando Bayo. En la segunda fotografía inferior están Javier Martín y Luis González redoblando por la calle del Medio con sus antifaces y bigotes postizos. Nos cuenta como anécdota que los trajes, tambores, barriles y antorchas los facilitaba el Ayuntamiento. Recuerda perfectamente a quien les instruyó en el manejo de las baquetas, Luis Garitaonandia.
En los años 1976 a 1979 la tamborrada da un giro carnavalesco con el fin de hacer participar en las sociedades y cuadrillas y no será hasta 1997 en que nace los Amigos de la Tamborrada, que al año siguiente desfilaron bajo la dirección de Fernando Garitaonandia una treintena de “tamborreros”, la mayoría de niños y niñas con sus aitas. En el 2000, ya eran cerca de un centenar demostrando que la idea había sido un éxito.
Toda esta historia más detallada y profusamente ilustrada, aunque seguro que habrá muchos que dispongan de más fotografías que pueden enriquecer esta tradición jarrillera, se puede encontrar en la Biblioteca Digital Portugaluja o pinchando en el título
DE RETRETA MILITAR A TAMBORRADA PORTUGALUJA.