lunes, 21 de octubre de 2024

RECREACION DEL ANTIGUO YACIMIENTO ARQUEOLOGICO DE “EL ESCURIAL” DE REPELEGA

 

Los vizcaínos fueron reconocidos a nivel mundial por sus ferrerías y la calidad de su trabajo con el hierro. Este año, las Jornadas Europeas de Patrimonio se dedican a los caminos y redes de transporte, que incluye nuestra Villa pues se conoce de la existencia de una antigua ferrería de monte o haizeola en la parte alta de Portugalete, denominada "El Escurial", hoy desaparecida.

El maestro ferrón eligió ese lugar por situarse justo al lado del tradicional camino de entrada a la Villa para embarcar el mineral de hierro de los montes de la zona minera, asegurándose de este modo el suministro de materia prima. Recientes excavaciones arqueológicas, confirman la presencia de ese camino del hierro en Portugalete antes de la fundación de la Villa en 1322.

El conocimiento técnico utilizado para "fundir" hierro a mano durante unos 2000 años (hasta que llegaran las ferrerías hidráulicas en el siglo XIII) se perdió y sus vestigios se han documentado modernamente.

Con este motivo el próximo fin de semana 25-27 de octubre, en RIALIA y en su explanada delantera, dentro de Los orígenes del trabajo del Hierro, se procederá a recrear el citado yacimiento arqueológico de “El Escurial” con las condiciones de trabajo y proceso completo realizado en las ferrerías de monte o haizeolak vizcaínas durante la Edad Media y Antigüedad.

 


domingo, 20 de octubre de 2024

INAUGURACIÓN DEL PARQUE DEL DR. AREILZA EL DOMINGO 30 DE SEPTIEMBRE DE 1917.


José Luis Garaizabal que investiga concienzudamente los más diversos temas de nuestra Villa nos comunica uno de sus últimos descubrimientos: la fecha de inauguración del parque del doctor Areilza.
Hasta ahora se creía que tuvo lugar el año 1916, y así lo hemos reflejado en algunas fotos publicadas de dicho acto, pero un acta municipal que nos envía, firmado por Santos Zunzunegui, Julián Bayo, Cleto Tejada, ... recoge el acuerdo del Ayuntamiento de que fuera el 30 de septiembre de 1917 a las 10 de la mañana, con “distribución de premios a los niños y niñas de las escuelas nacionales con presencia de Inspector de zona y vocales de la Junta Local de 1ª enseñanza”, “amenizando el acto la banda municipal de música”.
Igualmente nos envía la memoria del proyecto de Emiliano Pagazaurtundúa, de dicho parque fechado en 1913, que contemplaba la plantación de “96 árboles de copa y 150 arbustos de hoja peremne” y proyectaba a la vez el camino superior que bordeaba el escarpe.
Se trataba de una modificación del proyecto de 1903 que prolongaba 191 metro, hasta llegar a la playa a la altura del mareómetro, tanto el muelle Nuevo como la calle María Diaz de Haro, quedando entre ellas tres solares y en dicha zona dos, uno de los cuales estaba ocupado en parte por “el antiguo camino del Cuervo, hoy camino carretera al barrio de Avaro”.
Diversos factores retrasaron el proyecto, como la existencia todavía del antiguo edificio del Hospital Asilo, el cambio de ubicación del Almacén de Auxilios para naufragios que se hallaba en el solar central del Muelle y se trasladó frente a la playa como se ve en el plano señalado como Almacén de Auxilios y Capitanía del puerto, el desplome del muro que contenía el camino que subía a Abaro construyendo un muro, que el empuje de las tierras demostró insuficiente teniendo que construir otro nuevo con fuertes contrafuertes, la oposición de los vecinos de esa zona se oponían al proyecto de construcción en el lado del escarpe, etc.
Este último factor como era la oposición de los poderosos vecinos de la zona a que se construyeran casas y solicitando la construcción de un parque público ofreciéndose ellos a contribuir a su construcción, fue lo que obligó finalmente al ayuntamiento a modificar el proyecto original. 
José Luis nos completa la noticia indicando que el 8 de mayo de 1927 el Ayuntamiento rindió homenaje al doctor Areilza, entregando una placa y un manuscrito donde se le nombraba hijo adoptivo y dando el nombre de Doctor Areilza al parque.

Publicado el 19 de noviembre de 2012




sábado, 19 de octubre de 2024

BATALLONES DE TRABAJADORES EN LA POSGUERRA: JOSE ANDRES VITORES



Tasio Munarriz, continua con sus trabajos de investigación de nuestra pasada guerra civil.

Según avanzaba el llamado “Ejército nacional”, organizaba Batallones de Trabajadores con los prisioneros de guerra que no eran condenados a muerte o a penas de prisión. En total fueron 110 estos batallones compuestos por unos 400 presos cada uno. Los portugalujos que sufrieron este castigo fueron por lo menos 126. Su misión era abrir trincheras en el frente, trabajar en las minas, en la Naval, en B&W, construir carreteras, restaurar edificios, etc. Uno de estos batallones fue utilizado para reconstruir el Hotel derruido por una bomba del Ejército nacional. 

Lo que le sucedió a José Andrés Vitores Estrada (Coscojales 5/7 y Víctor Chávarri 19) es digno de ser narrado. En la guerra se integró voluntario en el batallón “Madrid” de la UGT contando 20 años. Estuvo en los frentes de Eibar, Ubidea, Barambio, Munguía, Umbe, Archanda, Castroleón y Castro Alén. Después de caer Vizcaya y Cantabria, pasó a Asturias enrolándose en la Brigada Vasca, que se transformó en Brigada de Infantería de Marina, con la que combatió en Peñas Blancas y Cangas de Onís. Cayó prisionero en Pola de Siero a finales de octubre de 1937 siendo conducido a la cárcel de Oviedo, de donde pasó a los Campos de concentración de Santoña y Miranda de Ebro, al Batallón de Trabajadores nº 69 y al Campo de concentración de Mozarrifar (Zaragoza) en el que trabajó para construir un ferrocarril de Alcañiz a San Carlos de la Rápita (Tarragona).


El 13 de octubre de 1939 le mandaron a casa con la obligación de presentarse todos los domingos a la Guardia Civil. Pero el 8 de julio de 1940 le volvieron a llevar al Campo de concentración de Miranda de Ebro para ingresar luego en el Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores nº 38 en Güesa (Navarra) y en el Regimiento de Fortificaciones nº 2 en Jaca. Le hicieron trabajar en la construcción de la carretera que une el valle de Salazar con el del Roncal pasando por Vidangoz. Ingresó enfermo en el Hospital Militar Disciplinario de Pamplona y más tarde en el Zumaya. Con el Regimiento de Fortificaciones fue destinado a Melilla durante la II Guerra mundial.
Por fin, el 31 de marzo de 1955, por llevar 18 años de servicio, se le concedió la licencia absoluta causando baja en la fuerza de reserva del Regimiento de Ingenieros del Ejército. Tenía 38 años.
En 1989, para conseguir la indemnización correspondiente, presentó la documentación de parte de estos hechos avalada con las firmas de Ramón Rubial y el portugalujo Esteban Chamorro Blanco, que le habían acompañado en todos los frentes de Vizcaya hasta Castro Alén.  

En las fotos que encabezan esta entrada, un grupo del Batallón 38, con Vitores, el segundo de la izquierda, y otro grupo en los trabajos de reconstrucción del Hotel.


Publicado el 27 de noviembre 2012



viernes, 18 de octubre de 2024

NOTICIAS DEL CALAFATE IÑIGO DE PORTUGALETE, EN COCHIN, INDIAS ORIENTALES EN 1504

 

En la historia de la Villa de los primeros siglos encontramos al carpintero calafate, como uno de los oficios básicos de la construcción naval ya que de su buen hacer dependía la estabilidad y la duración de la embarcación.

El era el responsable del mantenimiento y arreglo de los desperfectos surgidos en el barco, y en tierra se encargaban de dar carena o fuego y brea a los barcos. Su trabajo consistía básicamente en cerrar las junturas de las maderas de las embarcaciones para evitar que el agua se filtre en el interior. Su contratación era obligada en los buques que superasen las 60 toneladas.

Empezaban el oficio como aprendices durante dos años, y luego 6 como oficiales, siendo preferidos en los concursos para ser designados como calafate titular aquellos que hubiesen sido maestros constructores de navíos.

En el Diccionario Biográfico Portugalujo, sólo encontramos a uno, Iñigo de Portugalete que “formó parte en 1503 de la expedición de Alfonso de Alburquerque, que estableció el asentamiento portugués en las Indias orientales, quedando su nombre unido a la batalla que mantuvieron en Cochin”, bajo el mando de Duarte Pacheco Pereira, que formaba parte de dicha expedición.

Esa histórica batalla que mantuvieron los portugueses por ese importante centro comercial de la costa oeste de la India, desde la antigüedad apodada la Reina del Mar Arábigo, entre el 16 de marzo y el 3 de julio de 1504, aseguró la presencia continua de los portugueses en la India, siendo en la actualidad la moderna ciudad de Cochi. El célebre heroísmo de la pequeña guarnición portuguesa en la que figuraba el portugalujo, liderada por Duarte Pacheco Pereira repelió a un ejército invasor varios cientos de veces mayor.

En el blog Monografías Históricas de Portugalete, firmado por APT, se nos dice que el portugués Fernão Lopes de Castanheda en su obra História do Descobrimento e Conquista da Índia pelos Portugueses, de 1551, cita a nuestro paisano formando parte de un grupo de 63 marinos y que en uno de los combate el calafate vizcayno Iñigo de Portogalete fue herido al darle en un hombro una pelota de piedra del tamaño de una naranja, no necesitando ser socorrido por sus compañeros, y levantándose por sus propios medios con la citada herida en el hombro y otra en el rostro.

Duarte Pacheco Pereira, gran figura en la historia de Portugal regresó con su armada en enero de 1505, desconociendose si nuestro personaje volvió con él. La hazaña está narrada por el poeta portugués Luis de Camoes en su poema épico de 1572, Os Lusiadas.

 

 

jueves, 17 de octubre de 2024

SAGAS PORTUGALUJAS: LOPEZ DE VERGARA (5) LOS TXISTULARIS EN LA VIDA RELIGIOSA

 

Entre las fotos del archivo familiar de la familia López de Vergara, encontramos algunas (en este caso coloreada) de la vida religiosa de la Villa como fueron las procesiones, en la que los txistularis tomaban parte activa.

Uno de los tres txistularis es Celestino López de Vergara.

miércoles, 16 de octubre de 2024

TOMÁS DE LAFUENTE ECHAVE, (1888-1969). SASTRE Y REFERENTE EN EL SOCIALISMO

 

Este personaje aparece en la ficha habitual de este mes de enportugalete.com: 

Era hijo de María Echave Iza, una costurera que llegó de Yurre, y del burgalés de Poza de la Sal, Jerónimo de Lafuente, de oficio zapatero. La tradición familiar de sastrería, la siguieron tanto él, como su hermana María y la mujer de su hermano mayor Cecilio, María Ruiz, así como los hijos de estos Valentina y Cecilio Lafuente Ruiz, que dieron a Portugalete un merecido prestigio.

Casado con María Hornilla Olarte (n. 1897) tuvo tres hijos Ramón Saborit, Tomás y Cecilio, siendo un referente en la historia del socialismo local. En 1913 era tesorero de las Juventudes Socialistas, cuando estas se implantan en la Villa y en 1914 Contador, con Sotero Alday de presidente, al constituirse definitivamente la Agrupación Socialista. En 1918 al instalarse la Casa del Pueblo y la Cooperativa de consumo, en Santa María 8-1º, él era presidente de esta última.

Su prestigio y posición social fueron importantes en el devenir del socialismo portugalujo asistiendo en 1925 con Cándido Busteros, a los funerales de Pablo Iglesias en Madrid, y como delegado en el Congreso Extraordinario del PSOE de 1931, año en que la asamblea municipal, le propone para candidato a alcalde en las elecciones municipales que traerían la República, declinando la propuesta a favor de Cándido Busteros.

En la guerra, mientras su mujer tuvo que huir a Cantabria con su padre y dos hijos pequeños, y su hermano José escapó al exilio para no volver, él pasó por las cárceles franquistas junto con su hijo Saborit, para el que el fiscal pedía pena de muerte y a su regreso sufrieron los efectos de la represión y depuración laboral.

Su hijo Saborit se presentó en las primeras elecciones municipales de 1979, en las que salió elegido concejal.

martes, 15 de octubre de 2024

EL CAMPO DE CONCENTRACION DE MIRANDA Y LA ANÉCDOTA DE SOTERO LARRAZABAL

 

Con el título de El campo de concentración de Miranda, prisión de rojos y nazis, EL CORREO del pasado día 5 ofreció un extenso y grafico reportaje sobre el centro de prisioneros más longevo de España, activo entre 1937 y 1947 y sujeto a las vicisitudes de la Guerra Civil situado en la citada localidad.

En su primera etapa, el campo se utilizó para encerrar a soldados leales a la República y a miembros de las Brigadas Internacionales, voluntarios de todo el mundo que habían viajado a España para luchar contra el fascismo.

Aunque el nombre coincide con los Campos alemanes, no era de “exterminio” como éstos, si bien las condiciones de hacinamiento, frío, hambre e insalubridad fueron la causa de la muerte de muchos internados, entre los que hubo varios portugalujos, como fue el caso de Sotero Larrazabal Garate.

El centro empezó con unos primeros barracones de madera en los que Sotero recordaba que dormían en el suelo sobre hojas de remolacha, sin agua ni letrinas, siendo una pasarela sobre el rio Bayas la que permitía a los presos echar sus excrementos al río solo durante el día.

La mayoría de los presos llegaban a Miranda por tren. Desde la estación del pueblo tenían que caminar unos cientos de metros hasta donde se encontraba la entrada del campo, donde cada prisionero recibía un pantalón, una camisa, una manta, un plato, un vaso y una cuchara

Las condiciones de vida eran muy difíciles, sobre todo en la primera etapa del campo y cuando llegaba el invierno. Se han contabilizado 162 muertos oficialmente por ‘muerte natural’, es decir, enfermedades causadas por las malas condiciones (tifus, pulmonía, escorbuto…). Pero hubo muchos más, según testimonios de los presos, como los de los intentos de fuga que acabaron con los disparos de los guardias. Al comienzo no había agua corriente y con el tiempo se instaló una fuente y un camión-aljibe para poder abastecer a todos los presos. En su mejor etapa, el campo tenía un único grifo de agua potable, así que las colas eran importantes.

Tasio Munarriz relató en una entrada de este blog la anécdota que contaba Sotero, cuando al poco tiempo de su ingreso, un funcionario del Campo, casado con Milagros Menoyo, de la calle del Medio como él, entró donde estaban los presos y preguntó si había alguien de Portugalete. Sotero levantó la mano y desde entonces le pasaban a diario un recipiente lleno de café (o un sucedáneo) con leche por un ventanuco a ras del suelo de su celda. Aquello le salvó la vida. Pasado el año salió, pesaba 35 kg.