Javier López Isla, nos envía hoy una de noticia suelta, sobre las investigaciones que la
Asociación de Amigos de la Basílica está realizando en la misma.
Está referida al imponente
retablo mayor, y concretamente a un detalle que siempre nos ha llamado la
atención: el deterioro que sufrieron en su día el fuste o parte inferior de las
columnas que enmarcan diversas figuras del mismo.
Se ve claramente que fueron
raspados groseramente, en su parte exterior pues en la posterior, introduciendo
un espejo, se ve que no consiguieron su objetivo.
Como nos decía Txomin
Bereciartúa, algún párroco puritano e inculto viendo desnudos en sus relieves
los mandó mutilar.
Pues bien, como este retablo
y el de San Severino de Balmaseda son obra del mismo artista, Guiot de
Beaugrant, han ido y comprobado como allí las columnas originales, se mantienen
intactas. Los fustes acanalados son exactos a los nuestros, como corresponden a
su origen común, pero se conservan las figuras como fueron diseñadas, sin
mutilar. Se trata de danzantes desnudos, que quizás simbolicen el infierno y
que seguramente algún clérigo inquisidor considerando que los fieles
portugalujos estaban más atentos al plato que a las tajadas y se distraían de
los oficios sagrados por su contemplación mandaría raspar.
En la foto que hemos
preparado, sobre las tres imágenes portugalujas, hemos colocado dos detalles de
las columnas balmasedanas.
Fijaros en San Juan sus rasgos al igual que en la Ultima cena de Da VInci son mas bien femeninos. Estaremos ante una Magdalena?
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