La
Asociación de Amigos de la Basílica que
celebra el próximo lunes, día 8, a las 7:30 de la tarde en el
Centro Cultural Santa Clara, su Asamblea General Anual, firma esta
entrada, recordando la canción popular que dice, “cuatro esquinitas tiene mi
cama, cuatro angelitos que me la guardan”:
En
la torre de la Basílica también hay encaramados cuatro angelotes, que no
angelitos, que nos la guardan. Están allí arriba, encima del campanario,
adosados a la torre y vigilantes silenciosos de la actividad de la Villa. Pero
basta una ojeada a las cuatro figuras aladas, para darse cuenta de que los
canteros no se pusieron muy de acuerdo a la hora de labrarlos en la piedra y
todos tienen características diferentes. Esto se aprecia mejor cuando se los ve
juntos.
Podemos
apreciar, independientemente de que las caras tengan una expresión diferente en
ojos y labios, que peinan cabelleras diversas, pero sobre todo el plumaje de
cada ángel es tan variopinto como el de un mirlo y una gaviota.
Todos
tienen a los lados cuatro rémiges grandes, a excepción del angelote norte que
solo lleva tres. En cuanto al exterior del collar de plumas, las de la parte
inferior, del Sur y el Oeste cuelgan cinco, el del Este luce siete y el del Norte,
lleva nueve. También es digno de señalar que el angelote del Sur tiene un
cuello doble mientras el resto lo tiene sencillo, de una sola vuelta de
plumitas y que los del Norte y Oeste tienen las plumas de abajo con un remate
acanalado que las del Este y Sur no tienen.
Con estos pequeños estudios, como
el anterior sobre las ventanas de la sacristía, deseamos poner de manifiesto la
belleza arquitectónica que la Basílica de Portugalete atesora y estamos seguros
de que servirán para enriquecer nuestro patrimonio cultural y tener mayor
conocimiento de sus peculiaridades, lo que puede redundar en una mayor amenidad
a la hora de mostrarla
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