El próximo lunes día 3 de diciembre, se celebra el DIA DEL
EUSKARA y esta semana estamos inmersos en el EUSKARALDIA, lo cual nos hace
recordar que hace 40 años la Villa vivía una campaña en favor del euskera en
las escuelas públicas, que culminaría en el curso 1979-80 con la integración de
la ikastola Errikoa en el nuevo centro público Kanpanzar.
El camino lo habían emprendido hace 55 años, en 1963, un
grupo de padres portugalujos al iniciar la aventura de escolarizar a sus hijos
en euskera. Según lo contamos con motivo de los 50 años del Elai Alai, estos
fueron Alejandro Etxebarria, (del que debemos resaltar su entusiasta trabajo en
difíciles condiciones por enseñar nuestro idioma y del que todavía guardamos
sus “Apuntes para clase el vascuence”), José Luis Urigüen, Sabin Ipiña, Josetxu
Beitia y Pablo Escudero.
Con sus pequeños emprendieron la experiencia utilizando la
vivienda del último de ellos donde tendrían lugar las primeras clases a cargo
de una joven andereño, Itziar Beistegi, sin título de maestra, que se
desplazaba diariamente desde Bilbao. Tras una intensa labor de captación de padres,
se consiguió aumentar el grupo con Ángel Díaz de Ulzurrun, Andoni Larrauri,
Juan María Uribarri, Laurentzi Isusi y Félix Aranbarri, sumando ya una decena
de alumnos con los que el curso siguiente se trasladaron a la casa de Josetxu
Beitia, donde mejoraron sus condiciones dado que disponía de una estancia con
salida directa a un patio para esparcimiento de los niños. Aquí la andereño
sería otra joven, Itziar Mimentza, euskaldun aunque también sin titulación ni
experiencia.
El curso 1964-1965 se consiguió que el párroco cediese una
de las aulas de la Casa Parroquial donde impartía catequesis, para albergar a
la docena de niños que componían la ikastola. La Junta de Padres, la mayoría de
los cuales tenían tareas en el Elai Alai, eran conscientes de su inminente
derribo por lo que los siguientes pasos se centrarían en conseguir un local,
aunque de momento para completar en siguiente curso se trasladaron a un piso
vacío de Félix Aranbarri.
Otro problema a solventar era conseguir que los niños
obtuviesen el libro de Escolaridad obligatorio a partir de los seis años, para
lo que se recurrió a una maestra titulada de la escuela Maestro Zubeldia, Mari
Carmen Ipiña, que consiguió que la Dirección de ese colegio firmase las
Cartillas.
En octubre de 1967 cuando el Elai Alai dispone de una nueva
sede en la calle Santa María, empezaría una nueva etapa de esta historia de la
enseñanza escolar del euskara.
A estos últimos años de esta primera etapa corresponde la
foto inferior con los niños y niñas en el Campo de la Iglesia que era su lugar
de recreo.
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