Tras el curso con D. Eufronio
(Nombre de origen griego que significa Propicio, Favorable, Contento), pasé a
la clase de 3°, con Don Vicente como maestro. Buen año en el que lo único
negativo, fue que, debido a la U de mi apellido, devine situado en la fila de
la pared del fondo del aula entre Celso Corcho Mirón y José Piedra Gómez, en
una mesa alargada, no pupitre, que tenía un agujero personal, delante de cada
uno, con un banco corrido tipo taberna.
Ese era el hueco del tintero, que
recibíamos lleno en los días que Don Vicente nos enseñaba la escritura con
pluma. Creo recordar que los plumines iban a cargo nuestro. No sé de otros
compañeros, pero yo valoré mucho ese aprendizaje y he escrito mucho con pluma,
mucho; treinta años después, ya no era usual existiendo los bolis y pasados
treinta más, sigo teniendo mis estilográficas.
Ese fue un curso con mucha
actividad manual: escribimos, rotulamos, dibujamos, leímos libros, leímos mapas,
... fue un curso muy práctico y, curiosamente, con pocos, pocos castigos, pero
cánticos, muchos, a la tabla de multiplicar, para aprenderla en la memoria.
Ahora, bueno, entonces, las
ventanas ya no daban a la campa, se abrían al lado contrario y si era por la
mañana y se dejaban abiertas, nos llegaba un inolvidable aroma a pan recién
salido del horno proveniente de la panadería de Miguel, decían; yo no le conocí.
Allí, compramos algún ritxi en los
recreos de la escuela y, un poco más arriba, por donde la tintorería Plus
Ultra, hubo una tiendita en la que comprábamos golosinas y sobres de TODDY, un
sucedáneo del COLA CAO, para poner en los katilus que Petra nos llenaba, en los
recreos del invierno, desde una cafetera metálica con leche caliente. Eso no
gustaba y tomé pocos días, pues en casa, en Urioste, teníamos vacas en la
cuadra de los abuelos.
En esos recreos, cada uno iba con
su grupo, pero sin alejarse. Hubo días de buen partido de fútbol entre clases
que veíamos desde el lateral de lo que en su día fue un frontón, la Tejavana, y
cuyo terreno de juego era hormigón marcado con las líneas de un campo de
balonmano, donde se jugó balonmano aficionado en los primeros sesenta, cuando
el Colegio Santa María ya llevaba varios años en los torneos escolares con
excelentes clasificaciones.
Bien, pasé de la clase de 3° a la
de 4°, que dirigía Don Julián, pero por poco tiempo y con pocos recuerdos, pues
estaba siendo finalizada la construcción de la Escuela de La Florida, ahora
C.E.P. Ruperto Medina, y los niños residentes en su cercanía seriamos
trasladados allí.
De esos años, de setiembre 60 a
octubre 62, me queda un resto de memoria para los cantos al Belén, montado en
la Sala de Profesores, qué hacíamos rotando las clases, y, en mayo, las Flores
a María, qué interpretábamos en la clase.
Sólo tengo una imagen en papel, mi
foto vestido con el traje de juego del Athletic, con un balón al costado.
Y así, acabó mi recorrido escolar
en Zubeldia, aún quedan recuerdos.
Más cada año, menos.
MARTINTXU
Yo estuve en 1964 , me daba clases José Antonio Ejea d los Caballeros.Pase terror con aquel tipo,enjuto ,blanco,gafitas y cruel :si no sabías lección,t daba unas hostias inhumanas , a mano y/o a vara.Las pasé más putas qe Caín, aprendí lo qe es el miedo.
ResponderEliminarLuego con Luciano Ortega que según le daba (y si,tb. t daba).
Estaba Barredo , no recuerdo el nombre ,d Bailén : un hombre a un cigarro pegado ,ora caldo,ora Jean pero se preocupaba x enseñarnos ,cuando se encabronaba nos soltaba :
adobes ,qe sois unos adobes !!Ángel Marco , era un buen profesional.Vino un día Jose Goñi y la clase se iluminó d repente.
Mucho caralsol,las filas muy prietas y los mayos con flores a María ,desfile d la mano bajando escaleras,franquismo puro.
Si no me equivoco, Barredo era para nosotros don Teodosio, que aún daba clases en 1983. No recuerdo que dijera "adobes", pero sí "estafermo" (quizá había ampliado vocabulario). En aquella época también ejercía don Ángel, especializado en levantar a los alumnos de sus asientos tirándoles de las patillas. Dicho esto, no tengo malos recuerdos de Zubeldia en general y de estos maestros en particular, pero sí de otros, que no habían superado el nacional-catolicismo en plena "transición".
ResponderEliminar