martes, 25 de febrero de 2025

RECUERDO DEL PASO POR ZUBELDIA HACE SEIS DECADAS (2)

  


Tras el curso con D. Eufronio (Nombre de origen griego que significa Propicio, Favorable, Contento), pasé a la clase de 3°, con Don Vicente como maestro. Buen año en el que lo único negativo, fue que, debido a la U de mi apellido, devine situado en la fila de la pared del fondo del aula entre Celso Corcho Mirón y José Piedra Gómez, en una mesa alargada, no pupitre, que tenía un agujero personal, delante de cada uno, con un banco corrido tipo taberna.

Ese era el hueco del tintero, que recibíamos lleno en los días que Don Vicente nos enseñaba la escritura con pluma. Creo recordar que los plumines iban a cargo nuestro. No sé de otros compañeros, pero yo valoré mucho ese aprendizaje y he escrito mucho con pluma, mucho; treinta años después, ya no era usual existiendo los bolis y pasados treinta más, sigo teniendo mis estilográficas.

Ese fue un curso con mucha actividad manual: escribimos, rotulamos, dibujamos, leímos libros, leímos mapas, ... fue un curso muy práctico y, curiosamente, con pocos, pocos castigos, pero cánticos, muchos, a la tabla de multiplicar, para aprenderla en la memoria.

Ahora, bueno, entonces, las ventanas ya no daban a la campa, se abrían al lado contrario y si era por la mañana y se dejaban abiertas, nos llegaba un inolvidable aroma a pan recién salido del horno proveniente de la panadería de Miguel, decían; yo no le conocí.

Allí, compramos algún ritxi en los recreos de la escuela y, un poco más arriba, por donde la tintorería Plus Ultra, hubo una tiendita en la que comprábamos golosinas y sobres de TODDY, un sucedáneo del COLA CAO, para poner en los katilus que Petra nos llenaba, en los recreos del invierno, desde una cafetera metálica con leche caliente. Eso no gustaba y tomé pocos días, pues en casa, en Urioste, teníamos vacas en la cuadra de los abuelos.

En esos recreos, cada uno iba con su grupo, pero sin alejarse. Hubo días de buen partido de fútbol entre clases que veíamos desde el lateral de lo que en su día fue un frontón, la Tejavana, y cuyo terreno de juego era hormigón marcado con las líneas de un campo de balonmano, donde se jugó balonmano aficionado en los primeros sesenta, cuando el Colegio Santa María ya llevaba varios años en los torneos escolares con excelentes clasificaciones.

Bien, pasé de la clase de 3° a la de 4°, que dirigía Don Julián, pero por poco tiempo y con pocos recuerdos, pues estaba siendo finalizada la construcción de la Escuela de La Florida, ahora C.E.P. Ruperto Medina, y los niños residentes en su cercanía seriamos trasladados allí.

De esos años, de setiembre 60 a octubre 62, me queda un resto de memoria para los cantos al Belén, montado en la Sala de Profesores, qué hacíamos rotando las clases, y, en mayo, las Flores a María, qué interpretábamos en la clase.

Sólo tengo una imagen en papel, mi foto vestido con el traje de juego del Athletic, con un balón al costado.

Y así, acabó mi recorrido escolar en Zubeldia, aún quedan recuerdos. 

Más cada año, menos. 

MARTINTXU

2 comentarios:

  1. Yo estuve en 1964 , me daba clases José Antonio Ejea d los Caballeros.Pase terror con aquel tipo,enjuto ,blanco,gafitas y cruel :si no sabías lección,t daba unas hostias inhumanas , a mano y/o a vara.Las pasé más putas qe Caín, aprendí lo qe es el miedo.
    Luego con Luciano Ortega que según le daba (y si,tb. t daba).
    Estaba Barredo , no recuerdo el nombre ,d Bailén : un hombre a un cigarro pegado ,ora caldo,ora Jean pero se preocupaba x enseñarnos ,cuando se encabronaba nos soltaba :
    adobes ,qe sois unos adobes !!Ángel Marco , era un buen profesional.Vino un día Jose Goñi y la clase se iluminó d repente.
    Mucho caralsol,las filas muy prietas y los mayos con flores a María ,desfile d la mano bajando escaleras,franquismo puro.

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  2. José Manuel López Díez27 de febrero de 2025, 11:30

    Si no me equivoco, Barredo era para nosotros don Teodosio, que aún daba clases en 1983. No recuerdo que dijera "adobes", pero sí "estafermo" (quizá había ampliado vocabulario). En aquella época también ejercía don Ángel, especializado en levantar a los alumnos de sus asientos tirándoles de las patillas. Dicho esto, no tengo malos recuerdos de Zubeldia en general y de estos maestros en particular, pero sí de otros, que no habían superado el nacional-catolicismo en plena "transición".

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