Hasta ahora, dábamos por seguro que Dª Fernanda de Carranza había fundado la primera Escuela Dominical para muchachas en la Villa. Ahora tenemos que corregir lo publicado hasta ahora, ya que en los libros contables municipales (AHMP L77-4 y L76-4) de 1886 y 1887 hemos encontrado, sin querer, dos anotaciones en las que se refleja la subvención de 100 pesetas a las Presidentas de la Asociación de Señoras de la Escuela Dominical, Dª María Goicoechea (1886) y Dª Antonia Triviñu (1887) “para que las señoras que componen su junta directiva las empleen en los objetos que crean más convenientes y que sirva a las muchachas que con más asiduidad asistan a dicha escuela y con el fin de que sirva de emulación a las demás”.
Desconocemos en que local tenía su sede
la Escuela, aunque es lógico pensar que se usara la escuela pública del Campo
de la Iglesia, inaugurada en 1880, para tal fin.
Estas Escuelas Dominicales, según vemos
en Wikipedia, estaban bajo el paraguas de la Real Asociación de Escuela Dominicales que era una institución
educativa del siglo XIX de carácter benéfico y origen católico y aristocrático,
para la formación de mujeres trabajadoras dada la alta incidencia de
analfabetismo entre adultos (entendiéndose como tales alumnos de entre once y
dieciséis años) que nunca había cursado estudios o los habían abandonado a los
nueve o diez años, y que permitían compaginar trabajo y estudio, siguiendo como
modelo las promovidas por el periodista inglés Robert Raikes en el siglo
XVIII.
Impulsada por el jesuita Mariano Cortés
y la duquesa de Humanes, la Real Asociación de Escuelas Dominicales fue
autorizada por Real Orden de 12 de septiembre de 1857, norma que aprobó sus
Estatutos.
La primera fundada fue la Escuela Dominical
de Madrid, que sirvió de modelo a las que surgirían posteriormente. Se trataba
de establecimientos educativos orientados fundamentalmente a la formación de
mujeres dedicadas al servicio doméstico que no habían podido completar sus
estudios elementales.
En 1905,
el número de Escuelas Dominicales dependientes de la asociación sumaban un
total de 200 establecimientos, a las que asistían un total de 20.000 alumnas.
Es de suponer, qué tras un paréntesis
del que desconocemos su duración, Dª Fernanda relanzase en 1914 la antigua
Escuela Dominical con el fin de alfabetizar y formar a las muchachas, en su
mayoría sirvientas, durante las tardes de los días festivos, instruyéndolas en
prácticas caseras, recibiendo al mismo tiempo la instrucción primaria y religiosa.
La foto de escolares que encabeza esta
entrada, de la que carecemos de información, nos fue cedida por Juanjo
Arteagabeitia.