Como
ya anunciamos, actualmente está a la venta el libro de Tasio Munarriz FINAL DE LA DICTADURA EN PORTUGALETE, que
nosotros nos hemos ofrecido a servir de intermediarios en su venta ya que no se
encuentra en las librerías.
Dado
lo reciente de la historia que recoge y que muchos de sus protagonistas todavía
viven, el libro no deja de ser objeto de polémica en algunos de sus pasajes,
pero de gran valor documental en su mayor parte.
Al
margen de las opiniones verbales que hayamos podido recibir, dos de nuestros colaboradores, como son Aurelio
Gutiérrez Martín de Vidales y Andrés
Vitores Ugarte, y amigos suyos, han discrepado, el primero en su blog LA VIDA PASA y el segundo en estas líneas
que siguen que nos ha enviado tras discutirlas con Tasio.
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En el libro hay varios aspectos que, a mi juicio, son
necesarios matizar:
El ensayo histórico hubiese sido más completo y
esclarecedor con un resumen que analizase lo que representó la dictadura
franquista en la vida social y cultural de la ciudadanía, así como su
influencia en la evolución de la sociedad portugaluja.
Olvida que con el nuevo régimen se formaron y
organizaron élites políticas y económicas que ejercieron gran poder y el peso
de las órdenes católicas y de personajes destacados como el párroco Chopitea,
que aún conserva una calle en su memoria.
Cuestiona
el concepto de libertad y democracia que representa el monolito erigido por
Oroituz en los jardines de de Santa Clara en memoria de las víctimas de la
barbarie franquista y realiza afirmaciones en apoyo a los falangistas. La
narración confunde el espíritu del monolito y el de sus creadores Juanjo
Novella y Andrés Vitores, y ni siquiera recuerda que no hubo ofrenda floral por
parte del Ayuntamiento en recuerdo de las víctimas del franquismo.
La permuta de la
casa cural y las escuelas municipales del Campo de la Iglesia representa un
episodio de dudosa transparencia en el que los únicos documentos que aporta
solo se pueden aceptar, como él dice, con un acto de fe.
Hace un relato
impropio de la vida ejemplar del sacerdote Periko Solabarria y deja entrever
que sus actos no se ajustaban a la realidad de ser cura, según su criterio.
Omite la figura de
Joseba Atxa Ugarte, cura de La Florida, quien merece ser recordado por ser un
ejemplo de vida social, un gran defensor de la justicia para las clases
humildes y de la libertad para el pueblo vasco, y una víctima del franquismo
que fue torturada vilmente. En su trayectoria podrían destacarse los siguientes
hechos:
-Apoyó
a los trabajadores en la dura huelga de Bandas (Etxebarri).
-Facilitó los
locales parroquiales para que los obreros se reunieran y celebraran charlas.
-Con su apoyo pudo
formarse la coordinadora de las empresas de la zona industrial de Portugalete,
integrada por las entidades más importantes de la época, como Talleres Urbasa,
Centrimetal, Hierros Arbulu, Fundiciones Portugalete, Bakelan, Persianas Santiago,
Empronor, Antec y otras, que en total englobaban cerca de 1.500 trabajadores.
-Creó la primera
ikastola nocturna en los locales de la parroquia de La Florida.
-Dejó su vivienda
para uso social, así como su biblioteca personal.
-Participó
activamente en ocultar y salvar a personas de la represión franquista, razón
por la cual fue detenido y torturado.
Por todo esto, te recuerdo,
Tasio, que la huella franquista aún perdura en Portugalete.
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Desde este blog, tanto su responsable
Rubén Las Hayas como Roberto Hernández Gallejones, queremos dejar constancia de
que al margen de las opiniones de cada uno, Tasio Munarriz es un investigador
con un tratamiento riguroso y minucioso de la información y consideramos que en
un trabajo de investigación como el suyo pueden existir aspectos sujetos a
diversas interpretaciones, lo cual no es óbice para descalificar el contenido
global del mismo.