Tasio Munárriz en sus investigaciones en el Archivo Histórico Municipal, en el libro de actas de los plenos de la Corporación, nos descubre que en 1920 Portugalete tuvo un alcalde nacionalista aunque fuera solamente durante diez días. Por su extensión este escrito iría mejor en un artículo de la BDP, y aquí un resumen, pero por problemas puntuales informáticos, lo reproducimos integro:
Las elecciones municipales en la época de la monarquía se realizaban cada dos o tres años. En un año se elegían 6 concejales y en otro 7 para completar el número de 13 ediles que componían la Corporación.
Las elecciones de 1917 dieron este resultado:Nicolás Garaizabal Ureta (Monárquico-Nacionalista ¿?) (200 votos), Santiago Basterra Vergara (Monárquico) (184), Angel Suárez Ugarte (Monárquico) (176), Manuel Orozco Galicia (Monárquico) (173), Galo Martínez Ugalde (Monárquico) (147), Alfredo Burgos Castaños (Socialista) (141) y Benjamín Aqueche Liozaga (Nacionalista) (73).
En las del 2 de febrero de 1920 salieron elegidos:Juan Torrontegui Astorquiza (Nacionalista) (222 votos), Juan Arambarri Belaunde (Nacionalista) (213), Francisco Araco Escobal (Monárquico) (201), Manuel Meléndez López (Monárquico) (117), Félix Landaida Villota (Monárquico) (114) y José Lecue Saracho (Nacionalista) (111).
No resultaron elegidos los candidatos de la alianza demócrata-republicana Santiago Santamaría, Pablo Pérez Ruiz, Félix González Cintora y Pedro Díez Tapia ni los socialistas Carlos Martínez, Francisco Soldevilla, Tomás de la Fuente y Primitivo Soto.
Tengo mis dudas con respecto a la calificación política de Garaizabal porque, por un lado, se presentó a las elecciones formando grupo con Suárez y otros monárquicos en la candidatura “piñista”. La “Piña” era el grupo de grandes capitalistas (Víctor Chávarri, Gandarias, etc) que tenían testaferros políticos. En 1917 la de Portugalete fue la única candidatura piñista en toda la provincia. Por otro lado, como veremos después, se enfrentaron en una sesión de la Corporación dos grupos: cinco monárquicos y cinco nacionalistas. Pero nacionalistas sólo eran cuatro. ¿Quién era el quinto? Garaizabal, porque Suárez no le incluía en la minoría monárquica. En 1934 pertenecía al PNV. Probablemente a lo largo de su legislatura dejó de ser miembro del grupo de Suárez y se hizo nacionalista, si ya no lo era.
En la sesión del pleno del 1 de abril de 1920 cesó como alcalde y concejal Miguel Carranza Campos por haber terminado su ciclo de cuatro años y no haberse presentado a las elecciones y se constituyó la nueva Corporación. En ese momento comenzó el conflicto. La presidencia interina la ejerció Juan Torrontegui por ser el electo con mayor número de votos. El alcalde debía ser elegido en primera votación por la mayoría absoluta de los concejales presentes, que eran once. Faltaron los monárquicos Martínez y Basterra.
Los concejales emitieron su voto en una urna. Torrontegui empezó a sacar las papeletas apareciendo en la primera el nombre de Lecue. Pero en ese momento recordó de que no había depositado su voto por distracción y se dispuso a hacerlo. Suárez protestó porque el presidente quería votar una vez iniciado el escrutinio. Después de la discusión consiguiente, nadie se opuso a que votase. El resultado fue: José Lecue (5 votos), Angel Suárez (5 votos) y Alfredo Burgos (1 voto).
Como ninguno había conseguido la mayoría absoluta, se volvió a discutir sobre lo que había que hacer. Se llamó al gobernador, pero éste estaba ausente. Su secretario consultó con el abogado asesor y dijo que no podía contestar concretamente y que se obrase en consecuencia. Con la conformidad de todos los concejales, se procedió a una segunda votación con el mismo resultado.
Se hizo un sorteo y la suerte recayó en Lecue, que quedó elegido alcalde.
Para designar al primer teniente de alcalde se hicieron dos votaciones con el mismo resultado: 5, 5, 1. En el sorteo fue nombrado Orozco. En la elección del segundo teniente de alcalde, del primer y segundo regidor síndico se siguió el mismo sistema saliendo elegidos a suertes Garaizabal, Torrontegui y Aqueche respectivamente. La nueva Corporación decidió que las sesiones ordinarias fuesen los jueves a las seis y media de la tarde.
El 8 de abril se reunió el pleno bajo de presidencia de José Lecue. Se discutió sobre si se debía leer o no el acta de la sesión anterior, cuando se constituyó la nueva Constitución. Suárez y Landaida reclamaron su lectura, pero Lecue les contestó “que no procedía leerla por tratarse de una acta especial, sin carácter de ordinaria ni extraordinaria, la cual estaba a disposición de los Srs. Concejales para que se enterasen de ella cuando lo tendrían por conveniente”.
Suárez, en nombre de la minoría monárquica, compuesta por él mismo, Araco, Meléndez, Orozco y Landaida, expresó su protesta y su decisión de retirarse. (Aquí no aparece Garaizabal). Lecue levantó la sesión porque los concejales que se quedaron no eran número suficiente para seguir.
El día 11 de abril apareció a las 9 de la mañana en la puerta del salón consistorial el anuncio de una sesión de urgencia para las 11, convocada por el delegado del gobernador. A la sesión acudieron sólo seis concejales que se enteraron o que estaban advertidos. Bajo la presidencia del delegado se procedió a una tercera votación ganando por 6-0 Suárez como alcalde. El secretario municipal Eusebio Santamarina hizo constar que el acta de esta sesión se la dictó el delegado del gobernador. Durante la sesión la Guardia Civil había ocupado la Plaza y el Ayuntamiento.
En la sesión del día 15 de abril Lecue tomó la palabra para pedir que los elegidos ilegalmente en la del día 11 debían dejar su puesto a los legales del día 1. Leyó y entregó al secretario municipal un escrito en el que decía:
1.- La elección de la sesión del 1 de abril fue legalmente definitiva, según Reales Ordenes que citó.2.- La sesión del día 11 no tenía carácter de urgencia porque podía ser una reunión ordinaria o extraordinaria y en estos casos la convocatoria tenía que haberse hecho en el domicilio de los concejales y un día antes.3.- A la sesión del día 11 sólo asistieron 6 concejales, que no componen la mayoría absoluta para tomar decisiones.
En el acta apareció que los otros concejales no tuvieron votos, pero es que no había más concejales que los 6. Después de larga discusión, se leyó el acta de la sesión del día 11 y se pasó a votar su aprobación, con el siguiente resultado:
No, 6, (Torrontegui, Arambarri, Garaizabal, Burgos, Lecue y Aqueche) y Sí, 4, (Araco, Meléndez, Landaida, y Orozco).
Suárez no acudió a la sesión. Lecue exigió que, a la vista de los resultados de esta votación, los concejales debían ceder sus puestos conseguidos en la sesión del día 11. Orozco, que hacía de presidente, le contestó que no podía ceder el puesto que le había dado el gobernador.
El día 22 de abril hubo otra sesión, en la que Arambarri requirió a Suárez que se retirase y dejase la presidencia a Lecue. Suárez le respondió que “con mucho gusto por su parte abandonaría la presidencia por ser una carga poco apetitosa, pero que no lo hacía fundado en que el gobernador civil, su superior jerarquía, convocó a una junta o reunión de concejales, en la cual fue elegido por seis votos, que nunca obtuvo el Sr. Lecue, manifestando también que lo hará si se resuelve en ese sentido el recurso que se ha formulado”.Ese mismo día se presentó el recurso ante el ministro de la Gobernación.