Como ya se ha anunciado, el próximo miércoles día 3 de
febrero y durante todo el mes, se podrá visitar en la Torre de Salazar, en los
horarios que se recoge en el cartel, la exposición de fotografías cedidas por
la Autoridad Portuaria de Bilbao.
Como se dice en la nota que lo anuncia del Área de Cultura
del Ayuntamiento, esta será la primera de
tres exposiciones temáticas que se realizarán durante este año 2021 vinculadas
a los trabajos previos del 700 aniversario y se componen de 48 fotografías y 3
paneles.
Con esta entrada queremos resaltar un detalle importante
de esta exposición, pues aunque en general pueden ser fotografías ya publicadas
en la Colección El Mareómetro, a lo largo de sus 25 años de existencia, su calidad
y tamaño de 50 x 37 centímetros nos permiten observar detalles que hasta ahora
se nos habían pasado por alto.
Este el caso de la foto del año 1927 que encabeza esta
entrada, con el final del Muelle Viejo, los críos de la calle, su fuente en el ángulo derecho, el
guardia municipal, viajeros esperando al tren en el anden de la estación,… que es un detalle de la foto inferior en la que se ve el
espacio que ocupaban las antiguas cocheras del ferrocarril al ser derribadas
para urbanizar la calle.
Karla Llanos nos
facilita esta noticia aparecida en EL NOTICIERO BILBAINO de febrero de 1894 que
nos retrotrae a los orígenes de las pruebas deportivas en nuestra Villa.
Se trata de una carrera de andarines a celebrar en la plaza
de toros. Los antiguos andarines, que llevaban recados, cartas y otros efectos
de un lugar a otro, habían ido desapareciendo hace tiempo con la llegada de los
modernos medios de trasporte.
A medida que el oficio se hacía innecesario, las carreras a pie
atrajeron la atención del público en una dimensión de puro espectáculo lúdico, haciéndose
muy populares.
En la historia
de nuestros deportes tradicionales, según un trabajo publicado por el INEF, nos
encontramos que el origen de las pruebas atléticas pedestres se encuentra en
las apuestas entre korrikolaris, lastorkaris o andarines, que tenían lugar
generalmente entre dos participantes, tanto en recorrido abierto como en plaza
de toros, modalidad esta que tenía la ventaja para los espectadores de
presenciar la prueba y poder hacer apuestas.
En nuestro caso
se trata de “una carrera de andarines entre los afamados José Igarroza (Mocha)
y Teodoro Landabaso (Mari) los cuales darán 100 vueltas en el redondel. Se
atravesarán 500 pesetas”.
El costo de la
entrada fue de 25 céntimos y resultó vencedor el segundo que era de San
Salvador del Valle (Trapagarán), sin que se nos den noticias de si el otro andarín.
“Mocha”, era portugalujo.
Recordando una
conferencia pronunciada ya hace años por Oscar
Álvarez Gila en el Hotel Puente Colgante sobre el portugalujo Gregorio de Ugarte y Coscojales, uno de los marinos más importantes del siglo
XVI, que además de gran navegante fue constructor de los galeones de mayor tonelaje
botados en nuestros puertos, traemos hoy aquí la faceta que entresacó de
un Memorial que nuestro personaje hizo sobre la conquista y población de la
isla Dominica.
Por
su declaración sabemos que participó en la conquista de dicha isla Dominica,
una de las llamadas Pequeñas Antillas, en la que por entonces vivían los
indígenas llamados indistintamente “caribes” o “canibales” –de los que no hace
falta decir cuál era su plato preferido–.
Los
españoles habían tomado como costumbre reprimir ferozmente la resistencia de
pueblos, como era el caso de los caribes, que no aceptaban de primeras y por
las buenas su dominio y además, presentaban unas costumbres tan bárbaras a los
ojos de la moralidad europea... Y así ocurrió en este caso.
En el
citado Memorial, en que reconoce explícitamente ser “vecino de Portugalete”,
describe con pelos y señales las costumbres de aquellos nativos: que iban medio
desnudos, que eran expertos constructores de canoas y de gran destreza en el
arte de la navegación, y que mostraban tanto amor por sus hijos como desprecio
por la vida de los infelices que acababan en sus estómagos.
Pero
así y todo, las barbaridades que sus propios compatriotas hicieron en la
conquista de Dominica, y la crueldad que demostraron con sus vencidos, le
hicieron completar su informe con una profunda queja por el modo en que habían
sido exterminados, no sólo los combatientes y los comedores de carne, a quienes
él consideraba culpables y dignos de todo castigo, sino también el resto de
habitantes de la isla.
Queja
que remitió junto con su informe al propio rey, y que por ello hoy se conserva
en el Archivo General de Indias de Sevilla.
Nuestra Villa marinera ha vivido siempre de cara a la Ría, y
la historia de sus muelles forma parte consustancial de la misma. Si el primer
MUELLE VIEJO nació en sus primeros siglos, sirviendo de puerto refugio tras El
Solar en dirección a los arenales de Sestao, y en la década de los años 70 del
siglo XIX, con el primer ensanche, surgió el MUELLE NUEVO, fue con la creación de la Junta de Obras del Puerto, cuando nació el proyecto del MUELLE DE
HIERRO que acabaría con la fatídica barra de arena, y tras la llegada del
ferrocarril cambiaría el paisaje del MUELLE VIEJO y su Dique que en el siglo XX
se va modificando hasta llegar a la configuración actual.
La Autoridad Portuaria
de Bilbao, que a lo largo de su historia ha publicado diversos libros y
grandes calendarios con fotografías de la Ría de Bilbao en esta ocasión se suma
a la efemérides del Portugalete 700
poniendo a nuestra disposición sus Fondos fotográficos de los que extraemos las
fotografía exclusivas de Portugalete, que nos sirven magníficamente para
visualizar la trasformación que sufrió la Villa en el último siglo y medio. por
lo que hemos elegido medio centenar de ellas que constituyen la
exposición que anunciamos para el día 3 de febrero, en la Torre de Salazar.
Constituye la primera exposición que hemos programado con
motivo del 700 ANIVERSARIO DE LA
FUNDACION DE LA VILLA, con la intención de dar a conocer al mayor número de
gente la riqueza fotográfica recopilada a través de los 25 años de la Colección
El Mareómetro.
Además, gracias a la colaboración de la Autoridad Portuaria, hemos recogido dichas fotos con la explicación
histórica correspondiente y con la mejor calidad posible, en un suplemento, denominado TEMAS JARRILLEROS que sirva de catálogo de dicha exposición y
que esperamos poder seguir editando en las siguientes exposiciones o
conferencias históricas que se programen.
Los suscriptores del Mareómetro lo recibirán por correo y el
público en general lo podrá recoger en la Torre de Salazar al visitar la exposición.
Tras la entrada anterior con las reseñas de
prensa y el comunicado oficial sobre el resultado del estudio arqueológico
realizado por el Museo de la Minería, vamos a recoger también aquí las principales
conclusiones del mismo.
En la presentación expusimos, de una manera jocosa e
intentando trasladar un poco el sentir popular, nuestra desilusión por no vernos
ya a lo Indiana Jones entrando por los famosos pasadizos que dice haber visitado
José Luis Landaluze, y quizás también influidos por uno de los técnicos con los
que el año pasado contactamos previamente, que nos enseñaba cómo desde el
exterior se podía “filmar” el mapa arqueológico del subsuelo de bodegas en el
caso concreto de un pueblo riojano.
Pero la realidad de cómo se trabaja en estos espacios urbanos protegidos previamente por
la declaración de casco histórico medieval, hay que dejarla en manos de los
profesionales como en este caso han sido los arqueólogos del Museo de la
Minería a los que se les había adjudicado el estudio. No está permitido en un
lugar público realizar excavaciones sin que previamente estos expertos
dictaminen la posibilidad de la existencia de restos arqueológicos de interés.
Los métodos geofísicos que utilizan, en este caso desde la
superficie, proporcionan siempre una información de carácter indirecto producto del procesado y de la interpretación de las medidas obtenidas de parámetros
físicos del subsuelo.
Y nos tenemos que
felicitar ya que el informe que han realizado analizando dichos parámetros detecta
una treintena de puntos que pueden responder a realidades de gran interés
arqueológico para conocer el pasado de la Villa.
Aunque recomiendan cierta cautela inicial sobre la posible
existencia de los pasajes subterráneos relatados por José Luis Landaluze,
algunos de los indicadores detectados, que pueden ser cavidades, quizá estén
relacionados con dichas galerías y cámaras subterráneas. Se podría decir que
casi coinciden dos anomalías de tipo gravimétrico y georadar en la zona en que él
describe las dos primeras cámaras funerarias. El resto de la narración no
coincidiría con el resto de anomalías (si es que su orientación en descenso por
el lateral E de la Torre Salazar fuese la correcta). En todo caso, el trazado
de las galerías y cámaras narradas coinciden casi exclusivamente con zonas
urbanizadas y pavimentadas, algo que dificulta el trabajo arqueológico
Curiosamente han detectado un punto también de interés, como
es la existencia, ya conocida por algunos de los que viven en la esquina oeste
del campo de la iglesia, de un zulo perforado en la propia roca a unos 4 m. de
profundidad y escaso desarrollo, hoy en día tapiada su entrada y que fue
utilizado como refugio en la guerra civil. (Lo hemos señalado en el plano
inferior con la A).
Tampoco debemos olvidar que en nuestra Villa jarrillera
numerosas plantas bajas de las casas disponían de sus lagares y bodegas
subterráneas donde almacenar sus caldos y que también forman parte de nuestra
historia.
Ahora que estamos ante el 700 aniversario de la fundación
como Villa, debemos reconocer la casi nula existencia de noticias anteriores, sobre el asentamiento de los moradores aquí y que quizás estuvieran en este
alto donde la fundadora encargó levantar una iglesia dedicada a Santa María.
Por lo que no sería de extrañar que algunas de las “anomalías” detectadas
tuvieran relación con la época anterior a esta fecha, al igual que se
encuentran del momento de construir la actual iglesia por encima de la primitiva
más pequeña a final del siglo XV.
Así en la zona entre la Basílica y la zona del mirador
(señalado en el plano con la B) se han detectado una serie de evidencias
alineadas en el subsuelo que se corresponderían con muros de contención y
rellenos, cuyo fin parece haber sido el de crear un rellano que salvase el
desnivel del terreno y permitiese construir la iglesia actual, edificada como
hemos dicho sobre los restos de una anterior más pequeña.
El segundo motivo de
satisfacción es la propuesta del Equipo de Arqueología de abordar nuevas
campañas de investigación para conocer la naturaleza de varios indicadores
detectados, y que nuestro alcalde Mikel Torres, coincidiera que “con los datos con los que contamos, es
necesario seguir investigando para continuar conociendo la historia de nuestra Villa,
siendo nuestra intención que estas labores puedan hacerse a lo largo de este
año”.
El plan a seguir a partir de ahora, se basará en las dos
propuestas sugeridas en el informe, con la doble intención de dilucidar
materialmente la existencia de galerías subterráneas y de reconocer la
naturaleza de las otras anomalías detectadas.
Dentro de la dificultad que suelen entrañar los trabajos arqueológicos,
se intenta ser prácticos con unos sondeos sencillos y poder empezar lo
antes posible con una intervención arqueológica mínima, por lo que se ha seleccionado
un grupo de 11 anomalías agrupadas en dos zonas en las que se podría empezar fácilmente
a trabajar por ser zonas verdes ya que el trabajar en ellas no generaría
grandes afecciones a la ciudadanía.
La primera
intervención, señalada en el plano con el nº 1, consistiría en un sondeo de
tamaño reducido en la esquina superior del jardín de la calle Santa María
frente a la entrada del Colegio del Carmen, y de la casa superior esquinera de
la calle Santa María, que es una propiedad privada, que podría coincidir con
una de las cámaras de las galerías a las que José Luis Landaluze dice que entró
desde dicha casa hace 40 años.
La segunda
intervención señalada en el plano con el nº 2, consistiría en realizar
varios sondeos arqueológicos (pequeñas excavaciones de evaluación), más
extensos que el primero, en la zona trasera de la Torre Salazar, dado que en
ese entorno se han detectado un conjunto de 10 anomalías (unas más
superficiales y otras a mayor profundidad) que, aunque a priori, no tienen por
qué estar relacionadas con las conducciones subterráneas, comportan sumo
interés, dado que se sitúan en un área nuclear del antiguo casco medieval
portugalujo y que nos aporten datos sobre el momento
histórico de la fundación de la Villa.
Finalizamos felicitándonos no
solo por los resultados del trabajo sino por la promesa de que se va a
seguir investigando, con lo que nuestro proyecto no ha hecho más que empezar,
sigue adelante y no ha acabado en la papelera.
La
prensa del día de hoy recoge las conclusiones presentadas oficialmente ayer sobre
las prospecciones arqueológicas realizadas en el Campo de la Iglesia.
Sobre
estas líneas el recorte de EL CORREO, (las ediciones Margen Izquierda no se
recogen en digital) firmado por Marina León, que con el título Portugalete persigue el rastro de su pasado
medieval, añade que el proyecto arqueológico que busca galerías medievales
en el entorno del Campo de la Iglesia ha detectado diversas anomalías
susceptibles de señalar estructuras.
Por su
parte en DEIA, Miguel A. Pardo, escribe:
Si el suelo pudiera hablar, contaría muchísimas
historias. El suelo y el subsuelo del Casco Viejo de Portugalete no
tienen la capacidad de hablar, pero gracias a la realización hace dos meses de
tres pruebas: una prospección con georradar, una tomografía eléctrica y una
microgravimetría, el subsuelo del campo de la iglesia ha dado pistas de lo que
puede albergar en su interior. En total, en estas tres pruebas realizadas sobre
una superficie de 3.000 metros cuadrados se han detectado 33 anomalías en el
subsuelo, es decir, 33 irregularidades que invitan a pensar que algunas de
ellas pudieran estar ligadas a posibles hallazgos arqueológicos.
La confirmación de la existencia de estas anomalías abre
la puerta a la esperanza de que bajo el actual firme del campo de la iglesia
haya elementos que permitan aportar datos sobre el momento histórico de
la fundación de la villa e, incluso, por qué no, viajar aún más hacia
atrás en el tiempo. Pese a los primeros resultados de las pruebas, todo será
una incógnita hasta que no se proceda a acceder al subsuelo de esta zona de
Portugalete y, por ello, los directores del proyecto el Doctor en Arqueología
Medieval Javier Franco y el Doctor en Historia Iosu Etxezarraga, han propuesto
la realización de sendos sondeos, pequeñas excavaciones, para poder
conocer qué se esconde bajo el actual firme de esta zona del Casco
Viejo jarrillero.
Así, la primera de estas excavaciones se realizaría en la
esquina superior del jardín de Santa María. El principal objetivo de este
pequeño sondeo sería definir la existencia o no de las galerías descritas por
el vecino José Luis Landaluze en los años 80 y que fue el motor inicial de esta
investigación que fue impulsada por la Fundación
El Abra y el Ayuntamiento de Portugalete. En este punto tan solo se ha
registrado una anomalía en el terreno, pero coincide con el punto en el que
Landaluze, en el plano que realizó de las posibles galerías, precisaba la
existencia de una cámara. Por su parte, el segundo de los sondeos sería más
extenso que el primero y se llevaría a cabo en la trasera de la Torre Salazar.
Allí, se han registrado una decena de anomalías en el terreno y es una zona de
alto interés, puesto que se sabe que había, al menos otras dos torres
medievales en las inmediaciones de la Torre Salazar. Para poder conocer qué hay
en el subsuelo de este punto se proponen dos alternativas: realizar una sola
excavación o que, por el contrario, el sondeo se componga de pequeñas
excavaciones. "Dentro de la
dificultad que suelen entrañar los trabajos arqueológicos, estos sondeos serían
más sencillos, ya que hablamos de dos zonas expuestas y, además, son áreas que
actualmente son zonas verdes y que el hecho de trabajar en ellas no generaría
grandes afecciones a la ciudadanía", explicó Javier Franco.
La realización de estas pruebas llega en un momento muy
especial para Portugalete, puesto que el año que viene se cumplirá el 700 aniversario de la
fundación de la villa. Para cuando la noble villa sople las 700 velas, según
indicó Mikel Torres, alcalde de Portugalete, la intención del Consistorio es
que estos sondeos se hayan hecho o se estén haciendo. "Nuestra intención es que estas labores puedan hacerse a lo largo
de este año. Creemos que con los datos con los que contamos, es necesario
seguir investigando para continuar conociendo la historia de nuestra villa",
señaló el primer edil jarrillero.
Aunque la cautela es la nota dominante, los primeros
resultados obtenidos son esperanzadores. Ahora, lo que nació como una
investigación municipal, se va a convertir en una cuestión en la que tendrá que
intervenir y dar permisos el departamento de Patrimonio de la Diputación Foral
de Bizkaia y el Gobierno vasco, puesto que el Casco Viejo tiene la distinción
de Conjunto Monumental y para realizar este tipo de trabajos debe dar Lakua el
visto bueno. "Tenemos que
felicitarnos de que se haya investigado y de que se vaya a seguir investigando",
apuntó Rubén las Hayas, miembro de
la Fundación El Abra, entidad que impulsó en primera instancia este proyecto
que puede ayudar a entender e, incluso, a reinterpretar la historia de
Portugalete. El estudio surgido fruto de las tres pruebas realizadas al
subsuelo del campo de la iglesia hace dos meses, se pondrá a disposición de la
ciudadanía en la página web municipal y, además, cuando la situación sanitaria
lo permita, se presentará el mismo en sociedad mediante unas charlas o
conferencias.
ENTREVISTA A JAVIER FRANCO
El análisis realizado
en el subsuelo de 3.000 metros cuadrados del Casco Viejo de Portugalete recoge
hasta 33 anomalías de las que parte se estudiarán en sondeos
Hace poco más de dos
meses, Javier Franco, codirector, junto a Iosu Etxezarraga, del estudio arqueológico
de la zona del campo de la iglesia de Portugalete decía que "la ciencia
dirá qué hay bajo los pies en Portugalete". Y la ciencia ya ha dado su
primera respuesta, ya que se han detectado 33 anomalías en el subsuelo del
Casco Viejo jarrillero. Ante estos primeros resultados, el miembro del equipo
de arqueólogos voluntarios del Museo de la Minería y Doctor en Arqueología
Medieval por la UPV se encuentra "cauto e ilusionado" a partes
iguales por este proyecto que "ayudará a conocer parte de la historia de
Portugalete y de otras villas de Bizkaia"
En las pruebas
realizadas hace dos meses se han detectado 33 anomalías en el subsuelo del
terreno analizado. ¿Se puede decir que es una cifra importante?
—Es una cifra
importante y eso nos da esperanzas de que en el subsuelo del campo de la
iglesia de Portugalete pueda haber elementos de valor arqueológico. Cada
anomalía significa que se ha detectado algo anormal en el subsuelo, pero eso no
quiere decir, necesariamente, que se vayan a producir hallazgos de valor
arqueológico. Tenemos muchas esperanzas puestas en este proyecto, pero hasta
que no se hagan los sondeos no sabremos exactamente lo que hay.
Ahora ya cuentan con
pistas de dónde pudieran estar las zonas más interesantes a nivel arqueológico.
—Precisamente, eso es
lo que nos aportan las tres pruebas de las que se acaba de hacer público el
resultado. En base a estos datos de los que disponemos podemos elegir de forma
más precisa en qué puntos es necesario realizar sondeos arqueológicos.
Por todo ello,
proponen la realización de sendos sondeos, pequeñas excavaciones, en dos puntos
del campo de la iglesia.
—Sí. El primero de los
sondeos que se proponen se realizaría en la esquina superior del jardín de la
calle Santa María. Con esta actuación buscaremos saber la existencia o no de
las galerías de las que un informante dijo que había estado en el interior de
las mismas en los años 80. A día de hoy no tenemos datos fehacientes sobre esta
cuestión. El segundo sondeo se haría en la trasera de la Torre Salazar y
proponemos hacer varias pequeñas excavaciones o una grande.
Con todo, esta
investigación va a ayudar a conocer la historia de Portugalete.
—Sin duda alguna. Este
proyecto va a sumar para que se conozca parte de la historia de Portugalete y
también de otras villas del entorno, de Bizkaia. En estas primeras pruebas, por
ejemplo, hemos visto que, con toda probabilidad, la actual Basílica de Santa
María se construyó sobre el plano de la antigua iglesia porque hemos detectado
anomalías que, con los datos con los que contamos, hacen intuir que pudieran
coincidir con la presencia de muretes o relleno.
A pesar de la pandemia en que estamos sumidos, los trabajos
conmemorativos del 700 aniversario de la fundación de la Villa siguen adelante.
Mientras el Ayuntamiento está gestionando la próxima puesta en marcha del CONSEJO
PORTUGALETE 700, el grupo promotor del evento, que publicó el periódico el
pasado mes de diciembre, y como ya recogimos, plantóla encina en el
campo de la iglesia, colocó ayer las piedras a modo de asientos en
que se sentarían los primeros pobladores de la Villa en sus reuniones
vecinales, para próximamente dotarle de una placa explicativa y proceder a su
inauguración oficial.
No deja de constituir un monumento simbólico recordando que
nuestra Villa se gestionó desde un primer momento de una manera democrática con
la participación de todos sus vecinos. Recuerda el origen del “orgullo de ser
portugalujo”, que nació hace 700 años al conseguir entre los “privilegios” que
le concedía la carta fundacional, el de ser LIBRES y poder administrarse eligiendo
ellos mismos sus representantes, con el alcalde a la cabeza, algo que ninguno
de los pueblos vecinos, anteiglesias o concejos, disfrutaba entonces.
La envidia secular con que se nos contempló en el entorno se
evidencia en que muchos de los que fueron viniendo a vivir a Portugalete
procedían de los municipios del entorno.
Como la encina es todavía joven hemos recurrido a la fotografía
de otra, ya centenaria, que existe en Ojo Guareña donde se reunían los representantes de la merindad de Sotoscueva, que nos ayuda
a darnos una mejor idea de cómo sería en aquellos siglos.
Ahora que estamos ya inmersos en los actos del 700
aniversario de la fundación de Portugalete como Villa, es el momento de traer
el perfil de la señora de Bizkaia que firmó su carta puebla, como vemos en el
ejemplar de este mes de enportugalete.com.
No tenemos imágenes de su rostro en ninguna pintura de la
época, por lo que recurrimos a la de la estatua de la avenida Carlos VII,
evitando entrar en la no muy acertada vestimenta. En Wikipedia encontramos más
información sobre su figura adjudicándole la fecha de 1270 como de nacimiento y
el de 1348 como defunción, aunque nosotros mantenemos la fecha que nos recogió
el portugalujo Coscojales en sus manuscritos sobre la Historia de Vizcaya, anotando que al "alba del miércoles 3 de noviembre de 1342, falleció Doña María que por sus hechos se la conocía y
se la recuerda con el sobrenombre de “la Buena”.
Hija
del VII Señor de Bizkaia, Lope Díaz de Haro III, fue esposada de muy joven con el infante Juan de Castilla, hermano
del rey Sancho y en 1288, un año después de su boda, su padre fue asesinado a
manos del rey castellano, su marido encerrado en prisión y su hermano Diego,
que heredó el título de Señor de Bizkaia, murió al año siguiente.
De
esta manera le correspondió el Señorío según el Fuero, aunque el rey castellano
invadió el Señorío, hasta que en 1295 su tío Diego López de Haro, el
Intruso, se lo arrebató. Este D. Diego, que fundó Bilbao en 1300, la
reconoció en 1307 como verdadera heredera y pidió que a su muerte la reconocieran y
aceptaran como Señora de Bizkaia, lo cual acaeció tres años después.
Este
segundo mandato que empieza en
1310, con la petición de los bilbaínos de que legitimara su carta
de fundación, finaliza en 1322 con la fundación de Portugalete y la muerte de
su marido en la guerra contra los moros. La decisión de esta fundación dada su
estratégica situación estaba basada en el perfecto conocimiento de la zona, por
haber vivido en Santurce donde tenía una casa fuerte.
Cedió
el Señorío a su hijo Juan el Tuerto, ingresando
en un convento,aunque en 1326 ante el asesinato de éste volvió a
recobrar sus derechos frente a los intentos del rey por usurpárselos a lo que
no accedieron los vizcaínos. Ocho años después renunció definitivamente a favor
de su nieta, llamada también María Díaz de Haro, fruto de las nupcias con
Isabel de Portugal de su hijo Juan "el Tuerto".
Hace cinco años que recibimos un manuscrito de Fede Bilbao,“Sonetos al Portugalete de la Ría”, producto según sus palabras de “un
enamoramiento de la Ría, sin saber desde cuándo y que ha sido un amor fiel
durante toda mi vida y espero que lo siga siendo hasta no sé dónde…
Son unos 40 sonetos dedicados a la Villa, a su paisaje y a
su gente, que suponemos que seguirán inéditos, y que nos hemos permitido
reproducir dos de ellos para abrir y cerrar esta entrada con las pinturas que
recuerda de Guiard y Regoyos.
Ahora volvemos a recibir esta vez editados, bajo el título
ANTOLOGÍA DE POEMAS A LA RIA DE BILBAO, de casi 500 páginas de poemas, con la
portada que va junto a estas líneas y que como dicen los portugalujos que pasan
el puente es la vista más bonita que tiene Las Arenas.
Entre la parte de poesías que recogen la parte de la Ría
portugalujas recogemos esta que dice:
Junto al mareómetro que mide las mareas, el “Mareómetro” que mide los recuerdos.
CREPUSCULO DE OTOÑO EN EL MUELLE DE HIERRO
El naranja, el rosa, el ocre, el rojo,
el gris, el lila, el azul, el verde… Mi sangre me ruega los recuerde: ¡a todos, con amor, yo los acojo!
Desde el Muelle de Hierro, un sueño arrojo al mar y en la corriente se pierde. Blanco salitre mis entrañas muerde. Suspiro, hecho poeta, sin sonrojo…
Me siento en mar de nubes, fondeado: mientras el blanco velero Saltillo se arrima al Sporting cuando anochece.
Crepúsculo de otoño, sublimado; al par que enciende una boya un rojo brillo, mientras el corazón, en lágrimas, perece…
No hace falta decir que recomendamos el libro de este
getxotarra que va a cumplir los 86 años y que guarda en su interior una verdadera
atracción por la Villa jarrillera.
Esta foto de Germán Elorza Arrieta (1910-1983) fotoperiodista
especializado en reportajes para prensa, que captó como pocos la vida local de
la Bizkaia de su época, y cuyos fondos fotográficos pertenecen al Archivo Histórico de Euskadi, aparece en el calendario de 2021
publicado por la Autoridad Portuaria de Bilbao.
Según nos facilita José
Luis Garaizabal, el buque escuela norteamericano “Empire State” de 6.000
toneladas atracó en la dársena a las nueve de la mañana del 11 de julio de 1951.
Había iniciado su viaje de 80 días
en Miami el 25 de junio, con 350 cadetes de la Academia Naval del Estado de
Nueva York, la más importante de las cuatro que existían entonces en Estados
Unidos, cuyos alumnos al final de los cuatro cursos obtenían el título de
alféreces de la Reserva Naval y Terceros Pilotos de la Marina Mercante. Se trataba
del viaje de prácticas que realizaban cada tres años, de 12.000 millas, en la
que Portugalete era su primera escala.
La guerra mundial hacía ya 6 años
que había acabado y aunque España se había declarado neutral, su gobierno había
estado al lado del fascismo, por lo que este viaje tenía por misión tender un
puente de amistad y simpatía que pudiera dar lugar a pasos para un
reconocimiento oficial, por lo que uno de los cadetes, originario de Cabezón
de la Sal, se felicitaba ante el periodista de que “América y España van a
volver a ser amigos”.
Acudieron a recibirle autoridades
como el Cónsul americano, el Ayudante de Marina, Elías Fernández, en
representación de la Comandancia de Marina de Bilbao o el alcalde de
Portugalete.
Durante su estancia los marines
tenían programado una serie de visitas y atracciones que acabarían con un
partido de “base ball”, permitiendo visitas al buque el sábado y domingoantes de partir rumbo a Rotterdam, Leith,
Cherburgo y desde allí a Nueva York.
A lo largo de la existencia de este blog hemos ido
recogiendo desde hace años la obra de este portugalujo, tanto en maquetas como
en dibujos o pinturas y que se puede comprobar pinchando en el buscador su
nombre Mikel Torka.
Su obra merecerá una exposición retrospectiva el próximo año
al cumplirse el 700 aniversario de la fundación de la Villa, por lo que él sigue
trabajando el proyecto, y nos envía esta nueva obra en la que ha ido
perfeccionando algunos detalles que en obras anteriores podían ser más discutibles.
Tenemos que reconocer que esta recreación con la plaza del
Solar en primer plano nos resulta muy acertada, reflejando perfectamente muchas
de las aportaciones que nuestros investigadores han ido aportando en los
últimos años.
Al ser una recreación particular del artista es seguro que
se le podrán discutir detalles sobre todo por fijar la imagen en una fecha
exacta y la Villa a lo largo de aquellos años no dejó de sufrir un proceso
constructivo continuo y complejo, surgiendo nuevos elementos y desapareciendo
otros, pero nuestra opinión es que estamos ante una recreación muy válida.
En mi opinión, los caminos históricos de Portugalete, y me refiero a los
caminos "locales" que comunicaban la Villa con su más inmediato
entorno, es un tema que no se ha estudiado de modo suficiente y monográfico.
En las siguientes líneas trato de rememorar someramente, sin ánimo –de
momento– de estudiarlo en profundidad, uno de los caminos más históricos de
nuestro encantador pueblo: el que, empezando desde la Puerta de Salazar,
descendía en zig-zag hasta la ribera del Puerto Viejo.
Me he tomado la licencia de darle el nombre de Camino de Salazar, ya que,
al contrario que otros caminos que sí tenían documentados sus nombres –Camino
de la Barguilla, Camino de Pando, Camino del Cuervo, Camino de los Carros (que
parece arrancaba desde detrás de la iglesia y que no debe confundirse con el
que ahora tratamos)–, a este que nos ocupa, nunca se le dio una denominación
propia. El nombre propuesto sin embargo no carece de lógica, habida cuenta que
el sendero tiene su comienzo en el Arco salazariego como he dicho, y estaba
rodeado en su transcurrir por terrenos que pertenecieron a los Salazares hasta
bien entrado el siglo XX.
Las primeras noticias de este camino son tempranas: cuando Ochoa de
Salazar construía "los palacios" alrededor de la actual Torre de
Salazar a finales del siglo XV, su homónimo y litigante por los derechos del
prebostazgo, Ochoa de Salazar –hijo del tío del preboste, Juan de Salazar–
eleva la correspondiente denuncia, la cual a su vez provocó que los Reyes Católicos
dirigieran un encargo al Corregidor de Vizcaya para que recabase información
respecto a estas obras. En la orden, del 12 de abril de 1494, se dice que la
torre «diz
que está en el paso por donde han de pasar pa yr a la yglesya de la dicha villa
e pa el puerto de la mar».
Y cuando el preboste reinicie años después su proyecto constructivo, los
Reyes Católicos ordenarán el 28 de septiembre de 1499 al Corregidor que se
informe –otra vez– de las obras que el de Salazar estaba llevando a cabo. El de
Salazar entre otros argumentos, dirá que las obras se estaban realizando en un «antiguo hedifiçio que desde tiempo
inmemorial a aquella parte estava fecho en las casas del dicho su parte; desde
tiempo muy antiguo tuvo salida e corredores a la mar».
Estos dos documentos nos confirman que existía un camino «desde tiempo muy antiguo» que comunicaba la Torre de Salazar con «la mar», es decir, la ribera y Puerto Viejo. Estaríamos
hablando por tanto de uno de los caminos más antiguos de la Villa.
Este pintoresco camino siguió siendo transitable incluso cuando lo ocultó
parcialmente a la vista la construcción del bonito inmueble que hoy alberga el
conocido Bar Siglo XX: el 26 de mayo de 1881 el arquitecto Manuel de Otaduy
firmaba un proyecto de casa instruido a instancia
de Ramón de Unda, vecino de esta villa, en concepto de apoderado del señor
Benigno de Salazar, solicitando la correspondiente autorización para
construcción de una casa de nueva planta en la que hoy tiene el número 3 en el
Muelle Viejo (AHMP. L 95,
Nº 125). Aunque desconocemos la fecha exacta del comienzo de las obras del
edificio, sabemos con seguridad que en 1895 ya estaba construido. Así, el
camino acabaría desembocando entre este inmueble decimonónico de los Salazar, y
otra casa que parece existía con anterioridad, al otro lado del callejón.
A pesar de este "encajonamiento" el sendero continuó siendo
practicable para las personas, aunque transcurriera detrás de estas dos casas.
Pero todo cambió en la década de los 70 del siglo XX: entonces el Ayuntamiento
cedió este terreno al Ministerio de Educación, a cambio de que este construyera
en el lugar un edificio dedicado a fines culturales. A finales de 1977 comenzaron las
obras de la actual biblioteca, y con ello la destrucción de buena parte del
histórico camino. La Biblioteca Municipal fue inaugurada el
l 5 de mayo de 1978.
Pero he dicho que lo destruido fue buena parte del camino, no todo. Hoy
día aún pervive, casi milagrosamente, parte de esta histórica vía que tuviera
sus inicios en la Edad Media: a través de los ventanales del hall de entrada de
la Biblioteca Municipal, o asomándonos a su terraza superior, podemos ver el
último tramo: el que desemboca entre el bar Siglo XX y el edificio adyacente de
la calle Manuel Calvo. Un histórico pasaje que formó parte de las fotografías
más antiguas de la villa hasta épocas recientes. El salvaje desarrollo urbano
no pudo con toda esta senda, por la sencilla razón de que había otras casas en
el Muelle Viejo que impedían una construcción aún más grande.
En junio de 2017 concluyeron las negociaciones entre el Ayuntamiento y el
Ministerio de Cultura, Educación y Ciencia, por las que nuestra Villa
recuperaba la propiedad de los terrenos donde se ubica la biblioteca, y por lo
tanto de los restos del Camino de Salazar. ¿Habrá alguna posibilidad de
revalorizar este antiquísimo camino, hoy prácticamente oculto a la vista de los
portugalujos?
Mari Mar López Tubía, nos pasa estas dos fotos familiares que hoy presentamos y que nos
muestran la zona alta de Azeta en aquellos años, totalmente rural.
A la izquierda
aparecen en las huertas existentes en la parte trasera de la casa nº 22 de
Sotera de la Mier (hoy desaparecida), su madre Mª Angeles López Tubía junto a otros miembros de la familia y vecinos de Azeta.
La foto de la derecha
nos recuerda cómo eran las laderas de Azeta, con huertas, el colegio del Carmen
y el Puente Colgante al fondo, recogiendo a un grupo de vecinos del barrio
cuyas casas se ven a la derecha hoy totalmente desaparecidas y que daban a la
calle Sotera de la Mier.
No dejan de ser
interesantes este tipo de fondos documentales de la vida en Portugalete de hace seis
décadas.
Complementamos también estas vistas ofreciendo bajo
estas líneas una foto de su abuelo Tomás López Suso, trabajando la huerta en el
mes de abril de 1968, y lo hacemos porque en todos estos casos tras
las imágenes existe un paisaje humano que al final se olvida y que es
interesante recuperar aunque solo sea con algunas pinceladas.
Estas nos las ofrecen Aitor González Gato y Roberto Hernández Gallejones, quienes
nos retrotraen la historia al año 1900, fecha en que nació en Briones (La Rioja) nuestro protagonista Tomás. Tenía tres años cuando sus padres Eustasio y Josefa
se vienen a Portugalete en busca de labrarse un mejor porvenir. En plena
juventud le toca vivir la guerra de Africa y a su regreso trabajaría en Altos Hornos. En 1930 los encontramos domiciliados los tres
en el citado nº 22 de Sotera de la Mier en Azeta.
Con la llegada de la republica Tomás se casó con Angela Tubía Laguardia, dos años mayor que él, que con su familia
había venido de Haro unos años antes, dejando atrás una tradición familiar de trabajo en los viñedos colaborando con las bodegas CVNE. Se completa la familia, primero con Josefa, luego
Mª Angeles y al producirse la guerra él tiene que coger de nuevo las armas para luchar contra el ejército de
Franco, acabando como tantos otros preso en Santoña, salvándose de milagro de
ser fusilado y ella tiene que salir huyendo con sus hijas a Cataluña.
En la posguerra la
pequeña huerta tras su casa de Azeta que
vemos en la foto le ayudó a Tomás a sobrevivir y sacar adelante la familia.
Aprovechando la magnífica foto de la iglesia de Santa María,
sacada por Andoni Maseda, recogemos
la reseña aparecida en LA GACETA DEL NORTE del 26 de junio de 1951 (se van a
cumplir 70 años), que nos ha facilitado Karla
Llanos, sobre la ceremonia de su consagración como Basílica:
“El domingo fue erigida en Basílica parroquial de
Portugalete en una solemnísima ceremonia que fue presidida por el prelado de la
Diócesis, Excmo. y Reverendísimo Dr. D. Casimiro Morcillo. Este llegó a las diez y media de la mañana acompañado del
Vicario General de la Diócesis, Ecmo. señor D. León Mª Martínez. El vecindario
agolpado a las puertas del templo, le dispensó un efusivo recibimiento. El Sr. Obispo fue cumplimentado por el Arcipreste y Prelado
Doméstico de S. S. Ilmo. Y Rvmo. Doctor don Ángel Chopitea con el Clero
parroquial y las autoridades locales. A las once dio comienzo la ceremonia religiosa con la
lectura por del doctor Chopitea del Breve pontificio por el cual se erige en Basílica
la histórica parroquia de Santa María. A continuación el vicario general de la
Diócesis de Bilbao leyó el documento por el que se concede el título de Prelado
Doméstico de Su Santidad al doctor Chopitea. Seguidamente y revestido de los hábitos prelaticios, el
nuevo Prelado Doméstico, dio comienzo la Misa de Pontifical. Actuaron: de presbítero
asistente, el Vicario General, don León María Martínez; de diáconos de honor,
don Hilario Ugalde y don Julio Ruiz, coadjutores de la Basílica; y de diáconos
de oficio, don Eusebio Ruiz de Larramendi y don José Arrúe. Fueron padrinos de honor don Martín F. Villarán y su
esposa,doña Juana Garricaechevarría de
Villarán. Terminada la Misa, el señor Obispo, acompañado de las
autoridades y los padrinos se dirigió a la calle Santa María, donde se procedió
a descubrir una lápida que la Corporación municipal acordó colocar en la
fachada de la casa donde nació la insigne bienhechora de la Villa, doña María
de Vallejo. Después de este acto las autoridades se trasladaron al
Ayuntamiento, en cuyo salón de sesiones fueron impuestas las medallas de bronce
de la Villa, a las religiosas Siervas de María, sor Aurelia y sor Marceliana.
Un acto análogo tuvo lugar, después, con otras dos religiosas en el Convento de
Santa Clara”.
Otro detalle de la vida infantil portugaluja de hace 90 años en
el dique, sacada de una de las fotos que José
Antonio Soto está preparando para la exposición del próximo mes de febrero de los
fondos fotográficos de la Autoridad Portuaria de Bilbao, que tendrá lugar en la Torre de Salazar y para la que el nº 1 de TEMAS JARRILLEROS servirá de catálogo de la misma.
En el último libro de la Colección El Mareómetro titulado Crónica de Portugalete en el siglo XIX,
que tan gran aceptación ha tenido, Roberto
Hernández Gallejones nos habla sobre el Colegio de Santo Tomás, un referente en la historia de los Colegios
particulares o Academias que han existido en la Villa, basado en los documentos
existentes en el Archivo Histórico Municipal que incluye hasta su reglamento de
régimen interno.
Hoy es Karla Llanos
quien en sus investigaciones en las hemerotecas de la época nos lo complementa con
noticias del mismo en el año 1893. Si en el ejemplar de EL NERVION del 10 de
noviembre se nos anuncia la apertura del curso, en el 24 de octubre se inserta
su anuncio correspondiente.
Uniendo esta noticia con la que aparece en otro ejemplar de
la Colección El Mareómetro, dedicado a los Años
treinta del siglo XX, relativa al Colegio San Pedro,
vemos las similitudes entre ambos. El primero pertenecía al Licenciado Eduardo
Vallejo, y el segundo a Pedro de Valmaseda y preparaban a sus alumnos para
carreras como la de Comercio, teniendo ambas su misma ubicación como era el desaparecido
Chalet de Garaigordobil, en el nº 36 de General Castaños.
Este tipo de Colegios tuvo su importante continuación en los
años 50 con el Colegio-Academia San Antonio,
que estableciera Antonio Puente.
Bajo estas líneas ofrecemos los anuncios de ambos en 1893,
sobre una foto de LUX, y de 1932 sobre una foto de Eduardo Benito de 1967,
antes de su desaparición.
Si la afición jarrillera recibió un jarro de agua fría el
día de Reyes con la derrota ante el Levante, ha recibido por otra parte la
buena noticia de la aparición del esperado libro sobre la historia del Club.
Hace ya una docena de años desde que nuestros amigos Mariser Las Heras y Ramón Quiroga se pusieron a la tarea de
investigar la historia del Club Portugalete, con miras a presentarlo con motivo
de su Centenario. Nosotros les prestamos nuestra pequeña ayuda fundamentalmente
con fotografías de las distintas épocas de la historia de la Villa para que les
sirvieran de introducción a cada década, cosa que considerábamos de interés para
su relato y enraizar la afición deportiva con el devenir histórico de cada
momento histórico.
Sin embargo llegado EL CENTENARIO 1909-2009, título que
dieron a su obra, por diversas causas esta quedó en el cajón, para disgusto no
solo de los autores sino también de Amable Martín, presidente del Club entonces, al que le quedó siempre esa espina clavada.
Ahora después de que Ramón Quiroga decidiera publicar en la Biblioteca Digital Portugaluja el trabajo,
Amable, del que conocemos su interés y dificultades por el asunto, se ha sacado
la espina y por fin podemos tener en nuestras manos la magnífica edición, que
como no podía ser de otra manera se completa hasta la actualidad con las
importantes temporadas del equipo en los últimos años.
Como ya dijimos en su día, el libro empieza
indagando los orígenes del fútbol en la Villa a final del siglo XIX y el
nacimiento del Athletic Club Portugalete, y tras la fundación del Club
Portugalete en 1909, recoge toda su historia con un capítulo dedicado a cada
década.
Cada una de ellas, tras una introducción para situar la vida social de
la Villa y las circunstancias más importantes que se vivieron, recoge año por
año toda la trayectoria del Club con numerosas fotografías, cedidas por muchos
aficionados, documentos, recortes de prensa y las clasificaciones y
alineaciones año por año.
Por sus 435 páginas pasan no solo los numerosos portugalujos que jugaron en
el equipo, sino también sus directivos, técnicos, aficionados, o la historia
del campo de La Florida así como otras actividades que realizó el Club como el
remo, o su apoyo al Hospital Asilo.
Amable Martín se ha encargado de algunos pequeños retoques
pendientes, y de completar los últimos años desde 2009 a 2020 con un anexo de
los actos conmemorativos del Centenario.
Nuestra enhorabuena a todos y como sabemos que la edición es
más bien corta, recomendamos moverse pues aunque piensan, en caso de agotarse,
aumentar la tirada, por si acaso…
Uno de los oficios tradicionales de la mujer en la
Villa a lo largo de su historia ha sido el de modista o costurera al que ya
dedicamos una entrada acompañando al grupo de costura de 1931.
Hoy es Karla Llanos quien nos trae la noticia
recogida en EL NOTICIERO BILBAINO del 27 de diciembre de 1893, de la existencia
de la Academia Madrileña de corte y confección, que estaba en la calle Mier
letras E.G.
Según anunciaba, desde el 1º de enero admitían
alumnas internas, por un tiempo de tres meses, tiempo considerado como
suficiente para aprender el corte en general, la confección de ropa blanca, sus
trajes sencillos, plancha y repose.
El precio del curso era de 1.000 reales incluyendo
cama y equipo. También existía la modalidad de media pensión por 100 reales
mensuales o externas. En este caso si el trabajo que realizaban era para ellas
pagaban 40 reales y si era para la casa 20.
El anuncio está encabezado por un llamamiento con
objeto de que las alumnas tuvieran labores continuamente en que practicar,
dirigido a los pueblos cercanos, para realizar “casi debalde” toda clase de
prendas, en ropa blanca, a 50 céntimos, y vestidos y abrigos a precios “desconocidos”.
Seguimos con las
fotografías que compondrán la exposición sobre la historia de los muelles de
Portugalete a través de los fondos de la Autoridad Portuaria de Bilbao, que se
inaugurará el próximo mes de febrero, y dada la buena calidad de los negativos
que ahora disponemos volvemos sobre algunas fotografías ya utilizadas como es
el caso de hoy.
La nitidez de los
palangreros y los chavales bañándose “sin taparrabos”, como se decía entonces, creemos que se lo merece.
La foto lleva la fecha completa: Tomada el día 1 de setiembre de 1932, a las once y cuarto de la mañana.
Empezamos el nuevo año y como es costumbre echamos la mirada
atrás para analizar el trabajo realizado y rendir cuentas ante los que nos han
apoyado.
El 2020 quedará como el año del coronavirus y del
confinamiento, con todas sus dolorosas consecuencias. En nuestros proyectos ha
incidido en la suspensión de los Encuentros del Hotel y la entrega del galardón
JARRILLERO/A 2020 que esperamos reanudar este año, aunque ya no podamos contar
con alguno de nuestros colaboradores (que seguimos teniendo presentes) y a
pesar de que la edad nos va haciendo mella a todos.
Sin embargo el confinamiento nos ha ofrecido más tiempo para
preparar nuestras publicaciones como han sido los números 28 y 29 de CUADERNOS
PORTUGALUJOS, el libro de la COLECCIÓN EL MAREOMETRO dedicado al siglo XIX
portugalujo o esta web con su blog que ha alcanzado su cifra récord de visitas,
296.000, que supone una media de 810 cada día del año.
Debemos señalar el proyecto puesto en marcha de
investigación del subsuelo del Campo de la Iglesia y sus posibles restos
arqueológicos, que tanto interés ha despertado en la Villa, por lo que fue
asumido por el Ayuntamiento y que esperamos sus primeros resultados tras estas
fiestas. Muestra de ese interés es que las entradas en este blog relativas al
tema o la inocentada de la semana pasada han sido de las más leídas del
año.
Como debemos rendir cuenta de los dineros que se ponen a
nuestra disposición, señalaremos que este año hemos tenido que contratar también, a la empresa que edita nuestras publicaciones, el encargo de su envío por
correo lo que ha encarecido los costos.
El Ayuntamiento ha subvencionado los
Cuadernos Portugalujos con 2.500 € cada uno (3.500 ejemplares) siendo su costo de
2.425 € y de cara a nuestros suscriptores anotamos que el libro de la
Colección El Mareómetro ha costado 14.338 € y el ingreso por cuotas ha sido de
12.748 €. Todo ello, sumando los gastos propios de apartado de correos,
bancarios, o asesoría, nos ha producido un déficit de 1.800 €.
En este último apartado hay que señalar que ha habido una treintena
de suscriptores cuya domiciliación bancaria no ha sido correcta, por lo que
como ya anunciamos la vez anterior, procedemos a darles directamente de baja.
De cara a los proyectos para el año nuevo, diremos que salvo los dos Cuadernos Portugalujos que seguiremos publicando con el
apoyo municipal, toda nuestra actividad se centrará en colaborar con los actos
conmemorativos del 700 aniversario de la fundación de la Villa, para lo que
recordamos que contamos solo con 18 meses y la pandemia sigue encima.
Presentaremos cuatro exposiciones de fotografía antiguas de
Portugalete, la primera de las cuales se inaugurará dentro de un mes, a
primeros de febrero, y otras tantas conferencias divulgativas de nuestra
historia de esos siete siglos. Como complemento y buscando llegar al mayor
número de la población hemos diseñado un nuevo suplemento, similar al de
Cuadernos Portugalujos, que con el título de TEMAS JARRILLEROS recojan todas
las fotografías expuestas, a manera de catálogo, o como divulgación amena de
las conferencias programadas sobre la historia de la villa, empezando por sus
desaparecidas murallas.
Colaboraremos en el CONSEJO DEL 700 ANIVERSARIO, lo
seguiremos haciendo al igual que lo hemos hecho en el primer ejemplar de los
periódicos previstos del PORTUGALETE 700, y publicaremos la recopilación de las
más de dos centenares de fichas de gente portugaluja, que bajo el título de
DICCIONARIO BIOGRAFICO PORTUGALUJO estamos recopilando.
Todo ello esperando que el virus nos respeta y nos deje
volver pronto a la normalidad que todos estamos deseando. Salud y nuestros mejores
deseos para todos.