jueves, 16 de enero de 2025

LA TORRE DEL PILOTO MAYOR Y LA TORRE DE SEÑALES DEL MORRO DEL MUELLE DE HIERRO HACE 130 AÑOS

 


Según la Memoria de Churruca, las obras del Muelle de Hierro se remataron en los ejercicios 1889 y 90, en que se terminaron las obras accesorias como eran el parapeto y la caseta torreón de señales que en el verano del 90 estaba a falta de algunos detalles.

Con su finalización el piloto mayor pasaría al final del Muelle desde donde mejor dirigir las entradas de los buques.

Sin embargo tardaron mas de lo previsto por lo que decía, en EL NERVION de fecha 22 de noviembre de 1894, un marino en una carta abierta al periódico, preguntando:

 ¿Para qué sirve la nueva torre de señales?

Unos dicen que para adorno, otros para recreo en el verano, para servir cafés o refrescos o algún puesto de cañas de pescar y poderlo alquilar para dejar allí sus aparejos.

Si tan bonita y segura torre se ha construido para que los señores pilotos mayores trasladen a ella las banderas y faroles y desde allí hagan las señales que hoy hacen desde la que siguen ocupando, será que no han recibido órdenes de trasladarse a la nueva.

Ena ocurrir algún cataclismo, o lo que es lo mismo hasta que dos buques tengan una embestida en la misma barra y quede interceptada la entrada y salida de nuestro puerto.

Digo esto porque en la marea del lunes 19 a la mañana, estuvo a punto de ocurrir un choque entre los vapores español Cabo Trafalgar que salía y el inglés Intrepid que entraba; pero gracias a la serenidad y gran pericia del práctico lemán don Ramón Urizar, que practicaba el primero se pudo evitar el abordaje.

Todo sucedió de la siguiente manera, por estar en servicio la vieja torre de señales.

Después de haber sacado de su atolladero el vapor inglés Klyde, que había naufragado o embarrancado en la marea anterior, dio el piloto mayor de guardia entrada al vapor español Ibarra nº 4 (con la marea subiendo); una hora después dio salida (después de la hora reglamentaria) al Cabo Trafalgar, que se encontró a la altura de la punta del nuevo muelle con el Intrepid que venía para adentro y a muy corta distancia de su proa, en momento tan critico que no podía virar ni al NE ni al SO; por lo que se creía inevitable un choque por la causa expresada y la mucha mar que reinaba.

Pero el práctico Sr. Urizar hizo una maniobra dificilísima y peligrosa para el Cabo Trafalgar y metió el vapor por encima del banco y tocando y arrastrando el vapor pudo de este modo evitar la embestida.

El inglés Intrepid no es culpable (a nuestro entender) de lo ocurrido pues con seguridad no vio que en la torre se señales habían arriado la bandera roja y largado la blanca y como vio que el Ibarra nº 4 había entrado se venía tras el hasta que se encontró con el otro que salía.

Si se hubiesen hecho las señales con las banderas desde la otra torre de señales, no hubiera ocurrido esto y si pronto no se trasladan allí los pilotos mayores quizás en otra ocasión no se puedan evitar las desgracias.

¿Cuándo se ordenará, por quien corresponda, que los pilotos mayores hagan las señales a la entrada y salida de los buques desde la nueva torre de señales?

Esta es la pregunta que se hacen todos los marinos….

La foto que ilustra esta entrada corresponde a una postal de Rommler & Jonas, Dresde, de los primeros años del siglo XX.

 

miércoles, 15 de enero de 2025

ALGUNAS CURIOSIDADES DE LAS PLACAS DE NUESTRAS CALLES (2)

  

Con este mismo título publicamos en su día un artículo que mostraba algunas inconsistencias en las nuevas placas de las calles portugalujas, que hoy completamos con una segunda parte. Veamos.

Comenzamos con la placa que indica “Avenida Kanpazar”; unos metros más arriba nos encontramos el mismo cartel, pero esta vez con el nombre “Avenida Kanpanzar”. ¿Cuál de las dos es la denominación correcta? El topónimo histórico, el único que aparece en la documentación, es Campanzar, por lo que el cartel escrito correctamente es el de arriba, hoy con la grafía oficial bizkaitarra (Kanpanzar). El cartel adyacente a la calle General Castaños, es, pues, incorrecto.

Perpendicular a esta importante avenida tenemos la placa que lleva por nombre “Sancho Archiniega”. Lo correcto habría sido poner “Sancho de Archiniega”, pues la preposición “de” tenía una importancia indudable en los apellidos del Antiguo Régimen, pues mostraba la pertenencia de los linajes a un solar, al que estaban fuertemente vinculados por razones históricas y de parentela. Además, otras placas de nuestra villa sí conservan la preposición “de”, por lo que resulta absurdo su supresión en este caso.

Pasamos a “Salcedo Kalea”, indicación errónea, pues esta vía jamás se ha considerado calle, sino un simple cantón. Lo correcto habría sido denominarle “Cantón de Salcedo/Salcedo Zeharkalea”, como así se indica en el "Cantón de la Iglesia/Eliza Zeharkalea".

Ya en el extrarradio de la población vemos la indicación “Zona Industrial Pando”, para encontrarnos a apenas ocho metros otro cartel que nos indica “Pozo Pando. Zona Industrial”. Si bien ambos topónimos son históricos y están relacionados, no tiene sentido nombrar a un lugar con dos nombres, por parecidos que sean. Abogamos por la denominación única de Pando, topónimo genérico que engloba todo el barrio.

Acabamos con la Plaza de San Roque, la cual así consta en documentos oficiales del Ayuntamiento, como en el Programa de Actividades Culturales de marzo de 2024 que aquí publicamos. Sin embargo, no es un nombre oficial ni hay ninguna placa que así lo indique. Sería apropiado colocar en el lugar una placa con dicha denominación, habida cuenta de la sabida importancia que tiene el santo en nuestra villa, y por existir en dicha plaza la ermita que le da nombre.


Aitor González Gato

 

martes, 14 de enero de 2025

LAS ESCALERAS DE LOS CHICOS EN 1950 Y HOY EN 2025

  

Paseando hasta la Punta por el Muelle de Hierro, siempre recordamos aquellos años en que, aunque todavía existía la playa de Portugalete, la juventud acudía a bañarse a la Punta. Allí, separadas por 100 metros, había dos escaleras que bajaban al agua en la que se bañaban los chicos y las chicas con la vigilancia adecuada, desde el paseo, del municipal de turno que no solo velaba por que el traje de baño femenino se ajustara a las normas de moralidad vigente en aquellos años como que ningún varón se acercara atrevidamente.

No hemos podido aguantar y buscando el mismo punto hemos vuelto a sacar la recordada fotografía de 1950, coloreada para esta ocasión, donde a pesar de toda la nostalgia nos lleva también a recordar la desaparecida “bonita aldea” del fondo que disponía también de playa.


lunes, 13 de enero de 2025

EL TORO DEL AGUARDIENTE Y EL CHURRASCO, EN LAS FIESTAS DE SAN ROQUE DE HACE 130 AÑOS.



Hoy vamos a dejar constancia de dos festejos que encontramos en el programa de fiestas del año 1894 y que nos llaman la atención: “El toro del aguardiente” y “el clásico churrasco de la finca del Sr. Goitia”.

La existencia de toros o novillos en las fiestas venía de muy antigua. En ese año en el día de la Patrona se anunciaba a las 6 de la mañana se tocará la diana por las calles, acompañada de las salvas de ordenanza y a las 7 se correrá en la plaza publica un novillo embolado para los aficionados al arte taurino.

En cuanto al día siguiente de San Roque a la misma hora se vuelve a programar igualmente, citándolo con el nombre de toro del aguardiente. Un nombre que encontramos en otros lugares de la península pero que desconocíamos.

Así mismo nos enteramos de que el día de San Roquillo se corrió en el Cristo, un bravo novillo que dio mucho juego.

El segundo acto del día San Roque, lo encontramos ya en la reseña del año 1893, cuando dice que ese día por la mañana, diana por la banda de música y tamborileros, festejos en la calle del Ojillo, romería en la campa, el clásico churrasco en la huerta del Señor Goitia y un aurresku en la plaza y fuegos artificiales, con música y baile en la plaza por la noche

Este nuevo año de 1894 la reseña del Noticiero Bilbaino nos dice que la fiesta de la tarde que se celebró en la campa de San Roque estuvo concurrida pero no animada; faltó algo que diera vida y animación a las gentes y este algo era, a no dudarlo, que este año por causas de todos sabidas, no se celebró el churrasco que tanta vida y animación daba en años anteriores a esta romería y el cual nació en Las Arenas al calor de un hijo de Portugalete y admirador de las costumbres de la Republica Argentina, creció y se desarrolló por el impulso que este mismo le dio y hoy ha languidecido, pero confiamos que se vuelva a dar vida y pujanza.

Suponemos que Guillermo Goitia organizaba alguna parrillada popular de carne en su finca, frente a la campa de San Roque, pero no hemos encontrado ninguna noticia, suponiendo que su cancelación tendría lugar con la situación política, pues como ya señalamos en otra entrada anterior, el año 1893 con motivo de la defensa del Concierto Económico envió, en representación de “ochenta vizcaínos, encartados en su mayor parte, reunidos en fraternal banquete del tradicional Churrasco, en Portugalete, en nombre del foral Árbol de Avellaneda, saludan al Árbol de Guernica, símbolo de nuestras libertades, a Navarra, representada en su Orfeón y a todos los ahí congregados por el sentimiento patrio foral.

 


domingo, 12 de enero de 2025

LA HISTORIA DEL NOMBRE DE LA CALLE CARLOS VII



 Dado el interés que despertó el tema del carlismo portugalujo o del nombre de la calle Carlos VII, (somos el único municipio vizcaino donde se conserva) completamos el tema con lo que nos dice José Manuel López Díez, en su Diccionario Histórico de las calles de Portugalete.
En 1938 una moción municipal pretendía homenajear a “los forjadores de la Victoria” en la guerra civil, a los que “están construyendo una Nueva España, Grande y Libre, con su Jefe, nuestro invencible Generalísimo Franco a la cabeza”. Y también a Carlos VII, “aquel gran Caudillo de la Tradición, cuyo espíritu y memoria vivirá eternamente en el alma de una gran parte de la Nación Española” y a José Antonio Primo de Rivera, “aquel otro gran Caudillo, fundador de la Falange Española”.
En principio, la actual plaza del Solar iba a llamarse Carlos VII y esta avenida, Generalísimo Franco. Pero los promotores de la moción –varios concejales, casi todos carlistas– invirtieron los términos y así se aprobó.
Con la llegada de la democracia, todos los nombres de esta moción, salvo Carlos VII fueron derogados en el primer pleno de la transición del 28 de setiembre de 1979.
En el segundo, del 30 de noviembre, se rechazó la denominación de Avenida de la Libertad, propuesta por Herri Batasuna y lo mismo ocurrió con la promovida por el PNV, Avenida Lehendakari Agirre, en el 25 aniversario de su muerte (1985), por lo que siguió vigente en la nueva etapa política.

Completamos la entrada con fotografías en las que se ve el comienzo de la calle por General Castaños, con el chalet de Sugasti y enfrente el nº 2 de la nueva calle, que sería el segundo edificio que se levantaría tras el de Serafín Navarro en 1947, frente al chalet de Goitia. En el ángulo superior un grupo con la bandera requeté en el campo de la Iglesia.

En la segunda foto, coloreada , el final de la calle en 1954 al paso del entierro del médico Joaquín Rodríguez Nogales con el chalet de Goitia, que también recogemos en el ángulo inferior con la desparecida ermita de San Roque tras él.

Publicada el 28 de octubre 2014





sábado, 11 de enero de 2025

LA AVENIDA CARLOS VII DURANTE LA REPUBLICA


Tras tratar Tasio Munárriz el tema de la avenida de Carlos VII (quizás seamos la única ciudad que tiene dedicada una calle a un rey que no llegó a reinar), completamos hoy el tema desde el punto de vista fotográfico.
La fotografía superior coloreada es una vista de los terrenos en los que se proyectó el ensanche de la Villa entre General Castaños, el Ojillo y el camino de Zomillo, que tendría un eje central con una amplia avenida principal, con el chalet de Goitia en su parte superior.
En la foto inferior de 1936, el ayuntamiento con el alcalde Cándido Busteros y el secretario Mariano Ciriquiain, en el momento de dar inicio a las obras tirando un muro que rodearía a una de las fincas afectadas, la de Goitia.
Como comentábamos ayer la guerra civil paralizó el proyecto que fue retomado en los años 40 por el nuevo ayuntamiento franquista.

Publicado el 20 de octubre 2014










viernes, 10 de enero de 2025

EL HOMENAJE AL MAESTRO ZUBELDIA EN EL HOTEL EN 1908

  

Ahora que hemos entrado en el año del centenario del Colegio Maestro Zubeldia, que no dudamos que estará lleno de actos conmemorativos, aprovecho para recordar, gracias a Karla Llanos que me envía el periódico EL NERVION del 22 de noviembre de 1908, el homenaje que le dispensaron los antiguos alumnos del citado profesor, cuando todavía estaba en activo, todo un ejemplo para las generaciones futuras, del respeto, admiración y cariño al que les había dado sus primeras enseñanzas en la vida.

Se había formado una comisión organizadora del acto en los salones del HOTEL, con comida, en el que asistieron 72 antiguos discípulos suyos, que aquel domingo a la una y media ovacionó largamente la entrada en el salón de su querido maestro y que contaría con la Banda Municipal dirigida por el maestro Amenábar, que se había adherido al acto ofreciendo un concierto muy aplaudido.

En los postres el Sr. Zubeldia, emocionado, agradeció el homenaje de cariño hacia él, que según dijo, tenía para él mas valiosa significación por ser aquel día el en que se celebraba el cumpleaños de su querida madre cuando esta vivía.

Evocó los tiempos en que eran niños los que, hombres ya, le rodeaban, dándole pruebas de un afecto que jamás podrá olvidar. Aconsejó a todos que inculcaran en sus hijos el amor al maestro, amor que con tanta fuerza sentían y tan gratamente para el expresaban.

Habló a continuación Adolfo Larrañaga y en su discurso, de notas sentidas y elocuentes, trató de la lucha que sostienen la inteligencia y la bondad del profesor contra la gran variedad de caracteres, torpezas y travesuras de sus alumnos. Dijo que el progreso de un pueblo se mide por el numero de escuelas que tiene, y por su parte Emiliano Hormaza, Pedro Campos, el ingeniero Riviere, Escartin y Alberto Larrañaga hicieron entusiastas manifestaciones inspiradas, lo mismo que las anteriores, en la hermosa significación del acto en que tomaban parte. El ultimo de ellos en nombre de la comisión organizadora dijo que esta se sentía orgullosa ante el concurso de tantos y tan queridos condiscípulos le habían prestado. Realzó la figura del maestro, a quien todos debían los principios de la cultura que tienen y después de dar un voto de gracias a los señores José Lecue y Marcelino Amenabar por el concurso que artísticamente habían prestado al acto, proclamó lo honroso que este era para Portugalete. 

Qué gratificante sería encontrar ahora, más de un siglo después, este tipo de reconocimientos a la figura de tantas maestras y maestros que vocacionalmente han dedicado sus años a la enseñanza de las nuevas generaciones.