viernes, 2 de junio de 2023

LOS RECUERDOS DE INFANCIA DE ADOLFO LARRAÑAGA: LA PELOTA.

  


Los deportes son para los niños válvulas de seguridad de su temperamento en aquellos que tienen tendencia a la inquietud, a la violencia, al entusiasmo y el juego en todas sus expresiones en el acicate de su vida.

Entre los deportes, el que más nos ha atraído con mágica seducción a los niños vascos ha sido la pelota. 

Recuerdo yo la primera pelota y la primera cesta que me regalo un tío mío que vino de América con dos negritos, sus criados, pues contrajo matrimonio con la hija de un cacique mejicano; y no sé qué me sorprendió más, si los negritos cuando jugaban o la pelota cuando giraba como un mundo minúsculo y sonoro.

Dormía con la cesta entre los brazos y mi primer pensamiento al alba era para ella.

Todos los días iba al pórtico de la iglesia a ensaya con tal entusiasmo, que yo mismo sacaba y restaba con movimiento inarmónico, sin ritmo, y además desigual e imperfecto.

Temblaba de emoción cuando, introduciéndola en la cesta la lanzaba con cuidado femenino a la pared y la esperaba como una gárgola con los ojos, la boca y las piernas abiertas, pero como la pelota era de goma muy viva, a veces el ímpetu de mi esfuerzo era tal que pasaba velozmente sobre mi cabeza y, rodando por las escaleras o saltando por el pretil caía en un barranco del montículo de la iglesia. 

¡Oh la pelota! Ni el mejor perro de lanas de Mondragón buscaba la pelota olfateando, intuyendo matemáticamente el lugar donde se ocultaba Y ni una vez se nos perdió no obstante los accidentes, ortigas, jaros y hoyos que salpicaban el talud. Pero la emoción era mayor cuando jugábamos por primera vez en el frontón del pueblo de 16 cuadros, solemnes de cancha pétrea y lisa, de frontis granítico donde alternaban los grandes pelotaris, vistos como semidioses desde nuestra estatura y edad. 

Era la época de la cesta plana casi como la de remonte, que obligaba a un juego rapidísimo y violento, limpio y estético como un palankari o un discóbolo de volea tan elegante y rítmica como la de Samperio, tan viril y violenta como Irún, tan noble, serena y esforzada como la de Elicegui.

Pero vino Zabarte y la cesta perdió en continuidad personal y ganó en curva.

Un día hicimos novillos por ir al frontón y eran tantas las alpargatas y calcetines que rompíamos, que fue necesario jugar descalzos. 

Nuestros pies sangraban, llagados, pero el calor del entusiasmo que dejaba huellas de sangre heroica en la cancha nos impedía sentir ni tener ninguna preocupación trascendente.

El primer partido de desafío que jugamos -0,25 pts.- fue presenciado por otros muchachos coparticipes en la fruición de la pelota.

La cantidad era importante y necesitábamos jueces.

Perdí y lloré, no por el dinero, sino porque el honor había quedado mancillado, no era campeón.  

Una tarde…

 

 


jueves, 1 de junio de 2023

FOTOGRAFIAS: GRUPO DE AMIGOS

 


Trasladamos aquí esta foto que nos ofrece Isabel Anero desde Facebook, intentando reconocer a los que aparecen, posiblemente delante del bar Zamorilla de General Castaños, dada la presencia de dos de ellos.

Yolanda Diez, reconoce a Julio Diez (platanero) a la izquierda de pie, que vivió en el nº 11 del Ojillo, y a Alfredo Moreno (el hijo de Justa) que vivía en General Castaños, actualmente Ambulatorio.

Igualmente nos pide ayuda para reconocer a los de esta foto inferior.



DE RETRETA MILITAR A TAMBORRADA PORTUGALUJA

 


El trabajo de José Luis Garaizabal con este título, es la última incorporación a la Biblioteca Digital Portugaluja “el mareómetro”(Pinchar).

Una obra, ahora que se ha constituido la nueva sociedad PORTUGALETEKO DANBORRADA KULTUR ELKARTEA, imprescindible para conocer la historia local de esta tradición festiva.

Según dice, todo apunta a que el tradicional festejo del día 14 de agosto pudo tener su origen en las bandas de música militares de las tropas acantonadas en la Villa, encontrando la primera noticia de una retreta en el programa de fiestas de 1894, en el que la banda Euterpe empezaba al amanecer con la diana y se finalizaba “a las once de la noche, con la retreta que tocará la música de la población”.

Poco sabemos de aquellas retretas, o “fiesta nocturna en que las tropas de diferentes armas recorrían las calles con faroles, antorchas, y músicas”, hasta que se acaban incluyendo en los programas de fiestas de los años 1909 a 1927.

Sería en 1928 cuando el nombre de retreta militar deja paso al actual de tamborrada con los rimbombantes nombres de GRAN TAMBORRADA o MARCIAL TAMBORRADA, consistente ese año en un desfile de conocidos jóvenes portugalujos a las órdenes de Julio García-Borreguero con diferentes disfraces, seguidos de la Banda Municipal. La tamborrada estaría formada por 12 “antorcheros”, 12 tambores con levitas verdes y 12 “barrileros” con trajes de “Pierrot”.

Como TRADICIONAL TAMBORRADA se repetiría hasta 1953 en que pasó a ser denominada TÍPICA TAMBORRADA, especificando en 1952, que iría acompañada de un DESFILE DE ANTORCHAS. Estas antorchas aún siguen en la memoria de muchos portugalujos con su humo y aroma inconfundible de la resina chisporroteante que caía ardiente al suelo.

A partir de 1959, comenzó su decadencia, y en los programas aparecen con unos escuetos TRADICIONAL TAMBORRADA, dando un giro carnavalesco entre 1976 a 1979, con el fin, supongo, de hacer participar a las sociedades y cuadrillas.

Tras unas décadas con cambios e incidentes diversos, nace en 1997, LOS AMIGOS DE LA TAMBORRADA fijándose el objetivo de dotar al acto de mayor seriedad, pero sin restarle un ápice de sentido festivo y popular consiguiendo durante estos 25 años su consolidación.

Eliminadas las antorchas humeantes, el horario de salida es tras el lanzamiento del txupinazo con el mismo recorrido de la Bajada: El Ojillo, General Castaños, Calle Nueva y Plaza del Solar donde la Banda de Música interpreta desde el kiosco las seis obras que componen la Tamborrada Portugaluja, acabando con Portugalete Maitia que es cantada y redoblada desde la plaza por los componentes de la tamborrada.

Como anunciamos recientemente, el 4 de Mayo de 2023, se presentó la nueva PORTUGALETEKO DANBORRADA KULTUR ELKARTEA.

miércoles, 31 de mayo de 2023

FOTOS DE JUARRERO: LA SALIDA DE LA ESTACION

En los años posteriores a la guerra civil fue habitual la presencia de buques de la armada española en los muelles de la Villa, por lo que es normal encontrarlos en las fotos de David Juarrero.

En esta que presentamos hoy nos centramos en el detalle de la estación, en aquellos años en torno a 1950, con la hilera de pasajeros que procedentes de Bilbao, en lugar de salir a la calle del Muelle Viejo, cambiaban de andén para salir frente a la ría.

 

 


martes, 30 de mayo de 2023

RECORDANDO A AQUELLAS MUJERES DEL OJILLO DE LOS AÑOS 50 Y 60

 


Recogemos hoy otro fragmento de los recuerdos del Ojillo de Juan Fermín López Markaida recordando a mujeres de esa calle en las décadas de los años 50 y 60 del siglo pasado: 

En la calle había dos maestras que daban clases particulares en sus casas. En el nº 2 de Correos, Teresa, maestra en Zubeldia (en el piso superior lo hacía también Ángel Sádaba) y la recordada Filomena Troconiz (doña Filo), con su sonrisa displicente, en el primer piso del nº 11.

Teníamos a tres parejas de mujeres tejedoras, trabajando en sus domicilios. Las hermanas Menés, en la entreplanta del nº 1 de Correos, las modistas Ana Mari y Pili Benito Díaz de Mendivil, en el nº 15, y las también hermanas María Ángeles e Irene, que tejían jerseys de punto, en el primer piso del nº 12.

Igualmente recordamos, en el nº 7, a Pili Millán trabajando en su casa no solo para sus necesidades familiares, sino para amigos y clientes, cogiendo también puntos a las medias y después, acondicionado el primer piso con electricidad, montó su taller Mari Carmen Peñarredonda, que vivía en el nº 17, con una máquina de tricotar, bien ruidosa por cierto, y que queda en el recuerdo de todos los que vivimos en la calle en aquellos años. Allí bajo el titileo de la macilenta luz, hacían jerseys y chaquetas de punto para vender.

Bravas mujeres todos ellas, cuando su contribución al trabajo por cuenta ajena eran tan precario por escaso, poco apreciado y reconocido y que sacando su coraje se establecían por su cuenta como autónomas, emprendedoras las llamaríamos hoy, al adquirir algunas máquinas de tricotar.

Pero también tenemos que mencionar a otras con dedicaciones tan diversas como Martina, la colchonera, Concha Díez, la alpargatera, del nº 17 o Doña Clara, la comadrona o partera del primer piso del nº 6, que acudiendo a las casas durante el parto trajo a este mundo a mucha gente del la calle.

En el nº 3 vivía Paca, la estanquera en la estación de la RENFE, y que a primera hora de la mañana abría la cantina para los obreros de los trenes mañaneros. Su nieta Mari Cruz Soriano, que estudió en las Javerianas y en el Conservatorio de Bilbao, hizo periodismo, destacando como locutora de radio y presentadora de TV.

Y atendiendo tras el mostrador de su establecimiento, de abajo a arriba de la calle, en su kiosko de periódicos del Cristo, Sofi Elosua, en el nº 1 Angelita Suberbiola con su carnicería y Carmen Santacoloma en su pescadería, en la bodeguilla de Acha, en el nº 3, a Gregoria, en el nº 7 a Lucita Soto, con su mandil blanco siempre impecable, expendiendo morcillas que ella preparaba cociendo en caldera, sangre de cerdo y vacuno, grasa o manteca, arroz, sal generalmente y especias (mostaza, pimienta), que la embuchaba en tripa de marrano.

Junto a Lucita, en la panadería La Estrella de Josetxu Palacio, recordamos a Pili Millán, que vivía en el tercer piso, donde su silueta era habitual en la galería acristalada que daba al Ojillo, haciendo sus labores de costurera (ropa infantil y arreglo de puntos en las medias.)

Más arriba en el nº 13, Alicia Novella, con su mercería, mujer hacendosa y buena comerciante, y a continuación la tienda de coloniales de las hermanas Consuelo y Beni Vegas, con su hermoso mostrador del fondo de la lonja atendiendo al público con cercanía y amabilidad. A su derecha en el nº 15, la tienducha de Celes y luego de su sobrina Begoña, un humilde infranegocio, que simultaneaban con vivienda. La cocina separada de la estrecha tienda por una antepuerta y cortina entreabierta tipo visillo. Buena y trabajadora, gente sobria y austera que se granjearon el cariño de sus vecinos.

En la otra acera de la calle, con menos actividad comercial, recordamos a Flora, en el supermercado de Manolo, esquina de la entonces incompleta calle llamada Calvo Sotelo (hoy Gipuzkoa), donde teníamos a María Luisa en el bar Urduliz, junto con su esposo Agustín Saitua y a Araceli Iturralde (Txeli) en el Sopelana, nombre que le pusieron al inaugurarlo porque venían de llevar el bar del frontón casino de Sopelana.

A todas ellas, y a las que nos hayamos dejado, un emocionado recuerdo.

lunes, 29 de mayo de 2023

CUANDO EL AYUNTAMIENTO QUISO DERRIBAR EL EDIFICIO DE LA ESTACION Y TRASLADAR LA MISMA AL CENTRO DEL TUNEL DE LA CANILLA

 


Uno de los periódicos que nos facilita Karla Llanos con noticias de Portugalete en sus investigaciones en las hemerotecas, corresponde a LA GACETA DEL NORTE del 15 de agosto de 1954, y en él encontramos un artículo firmado por Perico Smith, con el siguiente título:

La entrada principal a la Villa de Portugalete, puede quedar convertida en un hermoso vergel, si prospera el proyecto municipal de derribar la antiestética estación y pabellones de madera del ferrocarril.

En el artículo se recordaba que tras el traslado de la estación a La Canilla, en la entrada del túnel para Santurtzi, se había dejado prácticamente de usar y más desde el accidente que se produjo en 1952 alli cerca, así como que últimamente se habían levantado las vías de llegada y los cables del tendido.

Recordaba el malestar del vecindario por tener que trasladarse hasta La Canilla y recordaba que se elevaba a un promedio de 5.000 viajeros diarios los que entraban y salían por sus andenes.

También recuerda el proyecto para construir una estación subterránea en el centro del túnel, dejando a los mercancías en el apeadero de La Canilla y que  tendría su boca de salida en el Muelle Viejo frente al edificio de la estación.

El alcalde iba a aprovechar la visita del ministro de Obras Publicas, Conde de Vallellano, para planearle el proyecto que tenía paralizado la anterior Compañía del ferrocarril, y que finalmente, desgraciadamente, no se llevaría a cabo, aunque afortunadamente tampoco se llevó a cabo el derribo del histórico edificio de la estación.

sábado, 27 de mayo de 2023

FOTOGRAFIAS ANTIGUAS: ARCHIVO CASA LUX (3)

 


Continuamos con las magníficas fotos de Casa LUX dentro de los fondos de la Fundación Sancho el Sabio, que nos facilitó Dani Docampo.

La superior tomada desde el alto de San Roque está fechada en 1919 y nos sirve para fijarnos detenidamente en los distintos edificios que componían la Villa hace ya casi un siglo.

Las otras dos, verdaderamente artísticas, recogen el faro del final del muelle de hierro con el rompeolas al fondo en un atardecer, y la dársena con Altos Hornos, los cargaderos a la derecha y un barco de guerra en el centro, que ya nos aparecía en otra foto que recogíamos días pasados en torno a esos años. 

Publicado el 15 de febrero de 2012