domingo, 29 de abril de 2018

PORTUGALETE EN LA PRENSA HISTÓRICA: LA TARDE, JULIO 1933. EL FERROCARRIL DE BILBAO




Karla Llanos nos ha enviado un ejemplar del periódico bilbaíno LA TARDE del 14 de julio de 1933, con su referencia a la Villa con motivo de la electrificación del ferrocarril de Bilbao a Portugalete, que este año cumplirá 85 años.

Según la reseña les quedaba pendiente se saber si el trayecto hasta Santurce, lo seguirían “haciendo los trenes con tracción a vapor o si los viajeros trasbordarán a autobuses para completar el recorrido”.

La noticia también recordaba que el primer tren de esta línea ferroviaria “partió de Bilbao solamente hasta Desierto-Baracaldo el día 19 de marzo de 1888, fecha en que se inauguró el primer trozo de la línea. Su complemento hasta Portugalete fue inaugurado el día 24 de setiembre del mismo año”, o sea que actualmente podríamos celebrar su 130 aniversario.

En las fotos bajo estas líneas, a la izquierda la estación de La Canilla, con una locomotora de vapor saliendo del túnel y tras ella el pabellón donde se cargaba el carbón, y la foto de la derecha de la estación de Portugalete con el autobús de trasbordo de viajeros hasta Santurtzi, durante las obras de electrificación de este último tramo de la línea.




sábado, 28 de abril de 2018

RELATOS DEL FIN DE SEMANA: CORRERÍAS Y EXCURSIONES INFANTILES (2)






Una salida, ya más distante, era al humedal de La Tejera, una excursión de merienda. A un estanque con riesgo por los lodos del fondo. Allí hubo quien se lanzó por una rana y metió la pata, pero pudimos sacarle el calzado del barro para que volviera a casa con los pies íntegros. Ahí, encontrábamos enánagos, que entonces creíamos culebras, pero no, son lagartos sin patas, no venenosos. Nos permitían asustar a las chicas.

Alguna excursión, a veces buscada para redondear la paga -no nos llegaba para comprar unos cigarrillos-, era ir a La Punta con los reteles para los karramarros y nékoras y algún aparejo para panchitos. Lo que caía ó picaba, tenía posible salida en Txiki, donde Polvorilla,... y, a veces, hasta donde Conchi. No cogíamos caracoles de tierra: entonces eso no se pagaba. Cada familia cogía y los guardaba para su consumo.

Otra de ésta clase, era ir a la chatarrería de Cabieces con un saco de restos de metal que habíamos ido recogiendo y escondiendo. El precio de la chatarra, si no era cobre, estaba por los suelos. Ese se pagaba bien. Eso sí, la caminata la hacíamos sin pasar por la cantera. La leyenda decía que por allí andaba "el sacamantecas", a la caza de niños. La cantera ya no existe.

Esa época, eran días para "Black is black", de Los Bravos; "Lola", de Los Brincos;... verano del 66. Tiempo de vigilar a Takio y saltar el muro de la piscina nueva para darnos un baño gratuito. El verano siguiente entrábamos por la puerta principal, ya como socios. Ese carnet se constituyó en premio establecido por aprobar todo.

Aparte de retarles a disputar algún partido, evitábamos desplazarnos a lugares donde había formada cuadrilla importante. Cuestión de reparto de zonas de influencia: los de el Campo de la Iglesia, los de Miramar, los de Buena Vista, los de Zomillo, los de la calle 18 de Julio, los de Ruperto Medina,...

No solíamos pasar a la margen derecha. Poco, y ni por fiestas. Que recuerde, una vez a la Playa de Las Arenas; otra, caminando por el muelle, hasta Ereaga. De hecho, fue ya con quince años, cuando fuimos múltiples veces a una sala de juegos, situada en un sótano, en la calle de Las Mercedes, creo. La primera vez que entramos allí, sonaba el "Come together", de los Beatles.

Ya no estaba el Frontón La Estrella y no pudimos asistir a la pelota ni a las matinales de boxeo, pero llegaban las oportunidades de llegarnos hasta el Muelle Viejo, a El Siglo XX, a jugar a las cartas y a tomar los primeros "mediocubas" y probar cerveza negra. También era la época de ir asistiendo a las fiestas, a las verbenas, incluso a las de San Cristóbal, en la iglesia vieja, y a las de San Jorge, en Santurce.

Para entonces, ya habíamos olvidado las guerras a pedradas. No tengo marcas de cicatrices y no hablaré sobre esas batallas con chicos de otros barrios. Las conversaciones bélicas de los mayores en casa: -la guerra estaba reciente- y sobre los argelinos, que andaban a tiros para echar a los franceses, quizá fueron motivo para nuestra anterior belicosidad contra los de otras calles.

Lo más impactante, mirado desde la distancia que proporciona el tiempo, es que compartíamos aula y pupitre con muchos de ellos.

Una bajada, poco frecuente, eso sí, pero recordada, era ir al convento de las clarisas a pedir los recortes sobrantes de las formas que preparaban para las iglesias locales. No veíamos a nadie. Una voz nos preguntaba qué deseábamos. Pedíamos esos recortes y nos las daban por el tambor, por la cosa de la clausura. Era una merienda ligera que solíamos tomar camino del Parque y "La punta" por el "Callejón del muerto", donde la carpintería de Loizaga.

Tras esas peripecias, y alguna que otra, llegábamos al momento de ir más lejos y coger el autobús para ir a bailar. Eso sí, arrimados. Ya fuera al Brisa ó al guateque del Biotz Gaztea, en Santurce; a La Jaula, en S. Ignacio; al guateque de La Salle, en Sestao; y de hacer alguna escapada más ambiciosa, del estilo de la caminata que hicimos hasta Lejona -a ver a Javi Bidea, que ya no vivía en El Ojillo-, pasando por Romo y Artaza, para coger La Avanzada y llegar caminando hasta el caserío de su familia.

1969. Estábamos por X, ¿ quién era X ?. Perdíamos la niñez. Algunos, más mayores, ya volaban lejos. Era tiempo de Santana y de Led Zeppelin.

Pasado el primer afeitado, era hora de nuestro primer batir de alas para volar lejos del nido familiar a buscar la magia de El Ojillo en otros barrios y calles. 

Martintxu



Las fotos de Eduardo Benito

corresponden al Callejón del muerto y

 a la calle Carlos VII con el convento

de las Siervas de María visto por detrás.


viernes, 27 de abril de 2018

RELATOS DEL FIN DE SEMANA: CORRERÍAS Y EXCURSIONES INFANTILES (1)






Ante este largo fin de semana con el puente del primero de mayo, Martintxu nos sigue deleitando con sus recuerdos infantiles que lo complementamos recurriendo al archivo fotográfico de Edu Benito, con la foto del Alto de La pastora y un grupo de chavales del Ojillo en los bajos del Hotel junto al establecimiento de bicis de Santos en esta primera parte que continuará mañana:



En mi anterior entrada para compartir, mencioné los castigos musicales sabatinos del Hno José Carlos, del Colegio Santa María, y su afición a la música y la ópera clásicas. Bien, de él aprendí a escuchar, entre otros, a Bach, pero no es fácil compañía para acompañar el estudio ó la llegada de recuerdos, por lo que, antes de seguir, he apagado su música.

He repasado mis notas, en papel ¿eh?, nada de móvil. ¿Sabéis?, los antiguos, aprendimos a escribir sobre papel. Luego, algunos pasamos al teclado.

Años después, por motivación laboral, principalmente, tomé la costumbre de llevar siempre encima una libreta de bolsillo para apuntar asuntos a no olvidar.

Ya jubilado, sigo igual. La libretilla viene muy bien para casos así. Ahí dejé recuerdo de ésta intención: escribir sobre nuestras/mis excursiones desde El Ojillo.

En torno a 1961, éramos: Ukillo(+), Mikel -su hermano- ,Iñaki T., Julio Ch., Julián, Manu, Javi A., Lean, Javi B.,... No penséis que fuéramos aventureros al estilo libro de "los cinco", no, lo nuestro era más bien "turístico": conocer.

Proveníamos de familias humildes donde, a veces, el padre traía un "billete verde". Del reparto de ese billete de mil, por esas fechas, yo recibía dos pesetas de paga semanal.

Ya veis: daba para poco y esa escasez, lo recordaréis, la compensábamos con artesanía manual. Así, nos hacíamos los tiragomas, con horquillas de ramas de pino (era lo que más a mano teníamos); los chiflos, con güitos de albérchigo; la cerbatana, con la caña de un boli bic y arroz; la pelota de frontón, con una piedra redonda, lana sobrante de casa y esparadrapo; los hinques, con varillas de ferralla, recortes sobrantes de las obras; las pistolas de güito de aceituna, con pinzas de madera; la navaja de cortar fruta con un palo abierto y una cuchilla de afeitar; con los prensas de los tensores de los postes, redondeábamos trozos de cristal para poner en las chapas, sobre la foto del ciclista; con cerillas guardadas y escondidas, hacíamos fogatas para asar patatas,... ¡¡hummmm, qué aroma!!. Y así todo. 

Lo de las bicis vino más tarde y eran de alquiler. Para entonces empezaba a despuntarnos el bigote y el vello en las corvas. El establecimiento se encontraba debajo del antiguo hotel. Allí, se recogían y se retornaban. No recuerdo el nombre de la tienda-taller.

Perdón, vuelvo atrás. Iba a comentar las pequeñas salidas que, a veces, a escondidas, solíamos hacer lejos de nuestra calle. Una de ellas, especialmente recordada por mi culo, fue que subimos al monte de piedras y llegamos hasta las casas de El Progreso. Era un medio desconocido, unas viviendas bonitas, de dos pisos,... Lo pasamos bien, pero no oímos los gritos de llamada de mi madre, no. Y la llegada a casa, dio lugar a un viraje al rojo en el color en mis asentaderas.

La subida, liderados por Miguel, que era algo mayor que nosotros y vivía en el número 12 -frente a la tienda de Celes-, la hicimos salmodiando aquello de "Cagalera fue al cuartel - y le dijo al Coronel - que pintase la bandera de color de cagalera - fue al cuartel - y le dijo al Coronel - que ...".

Hubo otras experiencias. No sé si contar la Campa del Gordo como una excursión, la teníamos bien cerca. Lo que alguna vez sí hicimos, fue llegar un poco más lejos y subir hasta el Alto de la Pastora y pasar al huerto de Martin, para recoger algo de fruta -una pieza por niño y con mucho cuidado para no romper nada, ni pisar los cultivos-.

Os podrá parecer un abuso, pero en esos años mozos, creo no haber entrado allí en más de seis ocasiones. Seguro que mi abuela Martina, junto con Teodora y Martin se ríen leyendo esto último.

Martin preguntó en una ocasión, sobre si habíamos asaltado la higuera, que la notaba sin fruto y los había visto ya hinchados. Le pude asegurar, y era verdad, que nosotros no habíamos sido.

Lo que me dio que pensar fue eso, que me lo preguntó, y si lo hizo, es porque sabía que a veces le retirábamos la fruta más madura. Es que si no, no podíamos comerla por falta de herramienta adecuada. Lo que nunca hicimos fue quitarle una patata para asarla y merendar.


jueves, 26 de abril de 2018

LA RECONSTRUCCIÓN DE LA PRIMITIVA ERMITA DE SAN CRISTÓBAL (1885)


Lo mismo que sucedió en Diciembre de 2015, cuando sin buscarlo, dimos con la escritura de la Fundación Durañona fechada el 10 de Marzo de 1903, de la que ya dimos cuenta entonces en este blog, ahora nos hemos encontrado entre los fondos de Santurtzi, en el Archivo Histórico Foral de Bizkaia, con el proyecto de reposición de la ermita llamada de San Cristóbal, sita entre los barrios de Repélega y Rivas.
Cuentan las crónicas que durante la II Guerra Carlista, la antigua ermita quedó asolada con los muros medio derruidos, decidiendo los vecinos, entonces santurtziarrak, que era el momento de su reedificación.

1883-1885 REEDIFICACIÓN

Del proyecto se encargó el Maestro de Obras portugalujo Francisco Berriozabal, que firmó el proyecto en Portugalete el 9 de Julio de 1883 con un presupuesto de 2.088,75 pts., adjudicándoselo años después, el 7 de Junio de 1885, al contratista vecino de Portugalete Matías Lasa, que había presentado una oferta de 1.713 pts., mejorando la de otros 7 competidores.
Aunque aparece una nota a lapicero: “No se hizo por ser mucho el presupuesto”, da la sensación de que sí se llevó a cabo dos años después, dado que también aparece otra nota que dice: “satisfecho el 24 de Octubre de 1885”.
En el proyecto se dice que las paredes estaban en estado ruinoso y que se debía unir la obra nueva con la vieja construcción. La fachada principal se debería hacer toda nueva, construyendo la espadaña con dos astas. El umbral de la puerta principal sería de sillería areniza (sic) de 2,30 de largo, 55 cm de ancho y 20 de grueso. El suelo iría entarimado en roble. El altar se colocaría sobre tarima. A lo largo de las dos paredes laterales irían dos bancos corridos de madera, apoyados sobre eses de hierro. Se la dotaría de un pequeño caño para sanear la ermita. La puerta sería de pino tea sobre marcos de roble, colocándose sobre ella un montante de hierro dulce. También se colocaría una cruz en la espadaña. Se la dotaría de una pila de agua bendita de forma y material idéntico a las colocadas en San Pedro de Cabieces y San Bernabé de Urioste (redonda, junto a la puerta).  En el frente del altar se haría un pequeño recuadro con alguna alegoría del santo patrón.
Las medidas exteriores del nuevo edificio, según el plano, serían: 8,75 m de largo por 5,25 de ancho. Una altura hasta el alero de 4,10 m y 7,10 hasta la base de la cruz. La superficie interior sería de unos 25,50 m2.

DERRIBO Y CONSTRUCCIÓN DE
LA NUEVA CAPILLA (1904-1989)

Como ya dijimos, Juan Vicente Durañona y Santa Coloma, que falleció el 9 de Noviembre de 1904, le había dejado encargada en vida a su sobrino Alejandro Gandarias y Durañona, la construcción de una iglesia en el barrio de Repélega (Santurce Antiguo) para el servicio de los moradores de Repélega, La Sierra, Galindo y Rivas de donde era natural.
La nueva capilla se levantó en terrenos cedidos por Luis de Salazar y Zubia y Saturnina Balparda y Durañona, colocándose la primera piedra el 4 de Mayo de 1903 y abriéndose al culto el 19 de Marzo de 1904 bajo la advocación del mártir San Cristóbal, titular de la ermita antigua que fue derribada poco antes de la inauguración de la nueva.
 Así que aquella humilde ermita que databa de mediados del siglo XVII, solo duró en pie 19 años y la nueva 85, ya que fue demolida el 26-10-1989.
En el Plano General del Término Municipal del Concejo de Santurce, levantado por José Manuel Oraa el 30 de Mayo de 1888, se aprecia la situación de la ermita en el cruce de caminos que conducían a Rivas y a La Sierra, tras un lavadero, lógicamente distinto al que conocimos en la campa junto a la capilla, y como en el plano de 1761 se la citaba como S XPTAL (XPT por Cristo seguido de AL por Cristóbal). 

JOSE LUIS GARAIZABAL FLAÑO



miércoles, 25 de abril de 2018

LA PRESENCIA DEL EJERCITO NAPOLEONICO EN PORTUGALETE








 Entre la abundante y rica documentación existente en el Archivo Histórico Municipal, nos detenemos hoy en los papeles referentes a los años en que las tropas napoleónicas ocuparon la Villa entre 1808 y 1814.
Su entrada en Portugalete se produjo el día 17 de agosto de 1808 por la tarde cuando ya todos los miembros del Ayuntamiento se habían ausentado del pueblo.
El “Jefe Francésmandó que se reuniera un concejo abierto al que asistieron 35 vecinos, que se vieron obligados a nombrar un gobierno municipal presidido por José de Sarria, como alcalde y juez ordinario, quien a pesar de no querer prestarse a los manejos de los franceses para ponerle en el puesto de alcalde “juró a Dios, y una cruz de cumplir con las obligaciones de su empleo, y recibió la real bara de manos del teniente prevoste.
Una semana después, el 24 de agosto el Ayuntamiento se entera de que un destacamento francés de 120 hombres acantonado en Bilbao iba a venir a Portugalete para distribuirse en él y sus fortines que como vemos en el plano superior eran los de Campo Grande, el Cuervo y el del Solar. A pesar de comunicarles que por la gran falta de recursos y de fondos no podrían acogerles, la compañía francesa llegó al mando de dos oficiales que solo traían suministro de pan, dejando “al cargo de este Pueblo el suministro de la carne, vino, aceite y demás utensilio”. 
Al final del año nos encontramos que ha llegado también a la Villa por mar otro contingente francés y que en nuestro puerto está fondeada la corbeta Oreste (luego llegarían otros) a cuyos tripulantes también hay que alimentar.
Es fácil imaginar que los portugalujos lo pasaron mal en estos años en compañía de los gabachos, con vejaciones y desmanes cuando no llegaban las vituallas para todos o no se les atendía, y con la soldadesca gala campando por sus respetos. Una de las cartas del Comandante de la Plaza, Monseur Michaud, que reproducimos con sus sellos lacrados, y traducido por el Archivero Municipal de entonces, y que había sido antes maestro municipal, Manuel Ignacio González dice:
A los señores miembros de la justicia componentes 
del Consejo superior de la Villa de Portugalete.
Se prohíbe a todas las posaderas y taberneras servir vino alguno, ni alojamiento a ningún soldado ni marinero francés después de las siete horas de la noche y si encuentra algún marinero o soldado después de las siete las taberneras y posaderas, serán multadas con la cantidad de 15 pesetas y conducidas a la cárcel de Bilbao.
Portugalete febrero de 1809
El comandante de la plaza
Señor Michaud
O sea que en lugar de sancionar a su gente que siguiera en las tabernas después de las 7 de la tarde se multaba a las taberneras (las mujeres estaban al frente de las casas en que además de vender todo tipo de géneros, servían de taberna o posada) que no les echaran fuera.
Según otro documento que también reproducimos junto a estas líneas, un batallón francés, el “Suplementario de Cazadores de Montaña” lo componían 67 individuos y a su frente estaban el capitán comandante del batallón V. Wallerune. Tenía dos capitanes, un teniente, un ayudante suboficial, un sargento mayor, seis sargentos, dos furrieles, once caporales, dos tambores y cuarenta cazadores.
En abril de 1810 el General Gobernador de Vizcaya, Monsieur Thouvenot manda establecer como órgano de gobierno en cada pueblo un “Consejo Municipal” formado por un alcalde-presidente y cinco consejeros, que requeriría luego su aprobación y que en la Villa se eligió con José Antonio de la Cuesta de alcalde. El consejo saliente estaba obligado a tomar juramento al entrante. 
Una vez vencido y expulsado del país el ejército francés, el 12 de agosto de 1.814, siendo alcalde Pedro de Gorostiola, se da lectura en la sesión municipal a la Real Cédula del rey y su Consejo de 30 de julio de 1.814, que ordenaba que se disolviesen los ayuntamientos constitucionales y que se restableciesen con la estructura que tenían en 1.808 siendo repuestos en sus cargos los que los tenían antes de la invasión francesa. Por eso, ahora vuelve como alcalde José Benito de Zaballa.  

Para esta entrada nos hemos basado en el trabajo de Roberto Hernández Gallejones, Archivero Municipal, que se puede consultar en la BDP con el título El Portugalete napoleónico.








martes, 24 de abril de 2018

PORTUGALETE ENTRE LOS PIONEROS EN EL NACIMIENTO DEL ESPERANTO EN EL PAIS VASCO


  








El esperanto es un idioma artificial internacional, una segunda lengua de comunicación después de la lengua nativa del hablante, que nació a finales de la década de 1870 ideado en Polonia por el médico Dr. Zamenhof. No tardó en extenderse entre los distintos círculos sociales, ideológicos y religiosos de toda Europa, celebrando su  primer Congreso Universal de Esperanto en Francia en 1905.
En 1903 ya se había creado la Sociedad Española para la Propaganda del Esperanto y en el País Vasco, dadas las componentes ideológicas que la acogieron, no es de extrañar que en el año 1905 se fundara en Sestao, en un ámbito eminentemente obrero, la sociedad esperantista “Fido, scienco kaj tradicio”, y a continuación se crearon en Bilbao, Portugalete y San Sebastián.
Nuestro amigo y colaborador Fernando L. de Lerena, nos ha enviado al respecto un anuario esperantista publicada en 1907 con todas las agrupaciones que entonces tenía en España.
Bajo estas líneas hemos recogido en un cuadro todos los portugalujos que apoyaban y estudiaban en nuevo idioma, en el que aparecen casi un centenar de nombres.
Parece ser que la sede estaba en el Colegio de Santo Tomás, que se había establecido en la Villa en 1893, a instancias de Eduardo Vallejo Besga, Licenciado en ciencias físico-químicas, y otros “ilustrados profesores adornados de títulos académicos”, como su hermano Francisco que era el Presidente del Grupo Esperantista con Ruperto Medina de vicepresidente y con el ingeniero Enrique Retuerto y Miguel Carranza, como portavoces.
Vemos que entre los componentes que formaban parte del naciente movimiento, figuraban abogados como Placido Careaga o Miguel Loredo, farmacéuticos como Elias López Bustamante, pintores, comerciantes, médicos como Juan José Conde Pelayo, muchos profesores y estudiantes de Comercio, etc.
La importancia de este movimiento en la Villa hizo que Juan Antonio Zunzunegui, lo incluyera en el paisaje portugalujo que nos pintó en su novela El barco de la muerte, con personajes pintorescos como Bernardon de quien se podía decir jocosamente en el pueblo que “era el máximo pontífice del esperantismo de Vizcaya”.
Si hemos encabezado esta entrada con dos carteles de Congresos Esperantistas del siglo XX en Bilbao recogiendo la imagen del Puente Colgante, junto con el citado anuario de 1907, tendríamos que reconocer que en la actualidad podemos conocer pocos portugalujos que lo sepan, como puede ser nuestro compañero Roberto Hernández Gallejones, que entre los muchos idiomas que domina está este que nos ocupa.


lunes, 23 de abril de 2018

LAS ANTIGUAS Y DESAPARECIDAS ESCUELAS DEL CAMPO DE LA IGLESIA




A comienzos del siglo XIX, la Villa disponía de una escuela pública de instrucción primaria para ambos sexos adonde acudían 70 niños y 40 niñas, otra escuela privada con 48 alumnos de ambos sexos y una escuela donde se impartía inglés y francés establecida por Anselmo Zurutuza, hijo del pueblo y comerciante  acaudalado en México.

A causa de la destrucción en la Primera Guerra Carlista de la citada casa-escuela, los niños pasaron a recibir las clases en otra casa alquilada que no reunía condiciones para ello. Por este motivo se tomó la decisión de levantar un nuevo edificio, pero no fue hasta 1851 en que el Ayuntamiento dispuso de fondos para acometer su construcción que sería en el Campo de la Iglesia.

Las obras emprendidas en 1852 bajo proyecto de Francisco de Orueta comprendían la excavación y el levantamiento del muro de la huerta adyacente propiedad de José Gorostiza. Esta persona permitió la apertura de ventanas a su heredad pero exigió que las del primer piso llevaran barrotes para impedir que los chavales pudieran saltar a su parcela.

Esta escuela era un edificio de dos cuerpos y en el inferior recibían clases entre 80 y 100 niños. La planta baja era un pórtico de sillería con cinco arcos de media punta que abrían en su interior un amplio porche que servía para juegos de los escolares.

Tras la segunda guerra carlista, los destrozos que sufrió como se ve en las fotografías hicieron que quedara inservible planteándose el Ayuntamiento su reconstrucción o una nueva edificación.

Tras encargar varios proyectos contemplando la utilización del edificio del Cuartelón en el Cristo, o unas nuevas en el Campo de la Iglesia, que proyectó Atanasio Andueza en 1878 (plano inferior), y que exigía la expropiación de terreno a Sotera de la Mier, finalmente se decidió la reconstrucción de las existentes encargándole el proyecto a dicho arquitecto.

Este demolió el edificio hasta la planta baja, levantando nuevas las dos plantas, y fue inaugurado en 1880, en un solemne acto presidido por el alcalde Fernando Carranza y entre los que pronunció un discurso el Archivero y Cronista del Señorío Antonio Trueba.

 Este edificio de escuelas desapareció definitivamente en 1965.






domingo, 22 de abril de 2018

JUAN MIGUEL BOMBIN DIEZ (1916-2009). ESCRITOR EXILIADO TRAS LA GUERRA CIVIL



 Nació en el barrio de Azeta, en el bajo del nº 10 de la calle de Mier, donde su padre Restituto, natural de Valladolid, ejercía la profesión de barbero.
Tras sus primeros estudios ingresó en el seminario de los maristas para abandonarlo enseguida y al año siguiente, con 18 años, se afilió a las Juventudes socialistas.
Tras su incorporación a la guerra en el batallón Tomás Meabe nº 2 es herido en el frente de Ochandio en 1937 retirándose hasta Gijón desde donde huyó a Francia para volver a entrar por la frontera catalana incorporándose al frente de Aragón.
Tras la caída de Cataluña pasó a Francia embarcándose para Buenos Aires a finales de 1939 con falsa documentación argentina, y allí permanecería haciendo trabajos diversos, como recadista, hasta 1942 en que ante un golpe de estado que depuso al presidente Castillo se trasladó a Uruguay por miedo a ser represaliado.
En Montevideo colaboró en la recaudación de fondos para los refugiados y el Gobierno Vasco en el exilio, y junto con otros exiliados constituyó la empresa Fundición Nervión dedicada a reciclar chatarra, como medio de mantener la familia que constituyó al casarse en 1945 con la hija de la dueña de la pensión donde se hospedaba, y que le dio dos hijos.
El colocarse como corrector en el diario El País le permitió no solo recuperar su identidad, sino que le ayudó a hacer amistad con escritores como Onetti, Neruda o Martínez Moreno, colaborar con el Teatro del Pueblo conociendo a artistas como Margarita Xirgu y trabajar en periódicos y revistas, publicando además diversas novelas y cuentos. Una de ellas, El Encuentro con mi Amigo, narra las peripecias de dos compañeros de la Guerra Civil.
Tras el golpe militar en Uruguay, por miedo a ser extraditado a España, consiguió con la ayuda de un capitán vasco huir a Porto Alegre (Brasil), donde entró en contacto con la Pontificia Universidad Católica colaborando en su revista “Veritas” y dedicado también al comercio viajó por diversos países latinoamericanos.
Aquí echó raíces familiares estables con sus hijos aunque perdió a su mujer, hasta que en los años 70 se trasladó con su hija a Brasilia y Rio de Janeiro para en 1987, con 71 años, regresar con ella a Bizkaia, donde lo primero que hizo fue cambiar su nombre a Juan Miguel, ya que el nombre oficial con el que había sido registrado al nacer era simplemente el de Juan.
Instalado en Erandio, siguió publicando poemas, novelas y memorias como Una casa para Helena (2002) donde recoge sus impresiones, tras 47 años de exilio, al regresar a su localidad natal con el ambiente que se vivía en aquellos años 80, o Un año en el frente. El bombardeo de Gernika. Memorias de un Miliciano, (2005), donde relata su experiencia en el frente durante la Guerra Civil.
Murió a los 93 años.

jueves, 19 de abril de 2018

LA MARCHA DE LA LIBERTAD DE 1977




Tasio Munarriz que tiene preparada la historia reciente de Portugalete en los últimos años de la dictadura, nos está ofreciendo hechos que tuvieron gran repercusión en aquellos años, desde la óptica de la implicación de la Villa en los mismos, tratando en este caso la llamada Marcha de la libertad del año 1977.

Las Gestoras Pro-Amnistía provinciales organizaron cuatro recorridos desde el 10 de Julio de 1977 para que confluyesen el 28 de agosto en Iruña. Los gobernadores de las cuatro provincias vascas permitieron las columnas pero prohibieron la concentración de Iruña. Una de las marchas partía de Gernika y por Bilbao, Portugalete, Sestao, Las Encartaciones, etc. tenía que llegar a Estella-Lizarra y luego a Iruña. En cada población, también en la Villa, se organizaron actos reivindicativos con conferencias, manifestaciones, etc. Se exigía la vuelta de todos los exiliados y la autonomía de Euskadi.

El Comité organizador de la Marcha realizó en la plaza de la Villa el 24 de abril un festival, que fue autorizado, en el que intervinieron los grupos Ez Bai y Oskorri y el cantautor Ruper Ondorica. En el intermedio pronunció una alocución Dionisio Larena, conocido por ser el encargado del Puente y padre del santurtziarra Xavier, preso en Cáceres cumpliendo la pena de 30 años de prisión con la que le habían conmutado la pena de muerte en el “Proceso de Burgos”. Al final se organizó una manifestación por el centro de Portugalete con pancartas e ikurriñas sin intervención de la Policía.

Por esos días la gestora de Portugalete celebró en la Casa Parroquial una mesa redonda sobre los exiliados con el programa que se recoge arriba.

Como no cabía la gente que asistió, se pasó la mesa redonda a la Basílica. Era un acto preparatorio para la “Marcha”.

Algunos portugalujos que quisimos llegar en coche a Iruña no pudimos pasar de Estella-Lizarra porque la Guardia Civil lo impidió. Muchos recuerdan que en una campa de Arazuri, a seis km. de Iruña, se concentraron unas 100.000 personas.

La Guardia Civil con megafonía desde sus helicópteros las quiso dispersar gritando “Los de Tafalla, a Tafalla, los de Tudela a Tudela y los demás a su tierra de procedencia”. Los manifestantes esparcieron fardos de paja para que los helicópteros no pudiesen aterrizar. Cada uno volvió como pudo a los bares de la Villa para comentar y hacer unas risas con lo sucedido. Para esa época Larena y los del proceso de Burgos estaban ya amnistiados, pero quedaban otros presos políticos.

El escultor Eduardo Chillida realizó un logotipo expresamente con ocasión de la Marcha de Libertad. Dijo después que estaba en contra de ETA y que no quiso que lo usasen las Gestoras como anagrama de la amnistía, pero éstas lo siguieron utilizando.

miércoles, 18 de abril de 2018

PORTUGALETE EN LA PRENSA HISTÓRICA: EL NOTICIERO BILBAINO, OCTUBRE 1931. LA FLOTA MARINA Y LAS REGATAS



Karla Llanos nos ha enviado el ejemplar de El Noticiero Bilbaíno del 4 de octubre de 1931, en la que ofrece una magnifica foto de CLAUDIO de “las regatas de Portugalete”, titulándola “el público presenciando las regatas desde los vapores pesqueros y del cañonero Recalde” y donde también se aprecia el remolcador Altsu-Mendi.

En su interior y dentro de la sección DE BILBAO AL ABRA, nos da la noticia de la reunión de las ponencias nombradas por los ayuntamientos de Santurce y Portugalete que estaban tratando la anexión de los barrios de Rivas, Repélega, La Sierra y Galindo, junto con los árbitros designados al efectos que eran el alcalde de Bilbao y el presidente de la Comisión Gestora de la Diputación.

También aparece el sorteo de las viviendas del “grupo de casas baratas construido en el barrio de Abacholo por la Sociedad El Progreso, para sus afiliados, pertenecientes todos a la clase obrera.”

Finalmente, como ya hemos encontrado en otras ocasiones al ser la Villa puerto de mar, la noticia bajo el título de Marinos escandalosos de una trifulca nocturna a puñetazos entre una veintena de marinos del crucero “Almirante Cervera”, en plena calle del Medio, que acabó con la llegada del oficial correspondiente del buque.

Bajo estas líneas otra foto de prensa de las regatas con numerosos buques fondeados al fondo.









martes, 17 de abril de 2018

EL SUBFLUVIAL PORTUGALETE-LAS ARENAS Y LA FUGA



A primeros de Febrero detecté junto al bote en Las Arenas un borboteo en las aguas de la ría, así que durante varias semanas he estado vigilante del fenómeno, que no me parecía que se pudiera deber a algún remolino causado por algún elemento arrojado a la ría. Siempre era a la misma altura, la segunda farola a partir de la caseta del bote, y se apreciaba mejor durante las bajamares.

Recabé información de los boteros y prácticos, los cuales me informaron que la última fuga producida en 2017 había provocado un chorro vertical de unos dos metros de altura, pero de momento no hemos localizado ninguna foto del “geiser”.

Como sabía que entre 1-2-1970 y el 31-1-1971 se había instalado una tubería de hormigón con alma de chapa de 181 metros x 0,60 m para transportar agua potable desde el depósito de 13.000 m3 de La Florida-Los Hoyos hasta su gemelo de Gaztelueta (Leioa) con el fin de suministrar agua a la margen derecha. El presupuesto sobrepasó en su día los 47 millones de ptas. Dado que uno vive en Leioa, no tuve más remedio que dirigirme a las autoridades en busca de información.

La instalación de la tubería de 3,5 km, además del engorro causado por las calles abiertas por zanjas, constituyó un verdadero espectáculo en ambas orillas, con dos cabrias, remolcadores, botes de amarradores y dos grúas terrestres de Aldaiturriaga.

El Consorcio de Aguas atendió el pasado día 14 mi petición y aportó la siguiente información:

1.- En 2015 ya se detectó una fuga en el pequeño tramo que asoma en la orilla de Las Arenas y fue reparado fácilmente dada su accesibilidad.

2.- El 4-7-2017 apreciaron que el caudalímetro de control de fuga marcaba 35l/s a 10 bares de presión.

3.- El 7-7-2017 se produjo la mayor de las fugas, siendo visible en la superficie del agua al verse lodos removidos del fondo. En ese momento se dejó fuera de servicio la conducción en el tramo La Florida-Gaztelueta.

4.- El 17-7-2017 se localizaron las fugas con mayor precisión mediante inspección acústica, todas en zona sumergida. El total del caudal de fuga del subfluvial se estimó en 9,7 l/sg a 14 bares de presión.

5.- Al estar la fuga a unos 10 metros del muelle de Las Arenas, en zona sumergida y enterrada, no ha permitido realizar la misma reparación de 2015.

6.- A mi pregunta sobre si puede entrar agua en la tubería, me respondieron que la conducción está fuera de servicio y que se mantiene un caudal mínimo que compensa la contrapresión de la cota de la marea y sale por las fugas existentes, impidiendo la intrusión de agua marina en la tubería.

7.- El único riesgo potencial radica en que el trasvase entre márgenes está fuera de servicio, lo cual supone una merma de garantía de servicio en caso de avería en otras conducciones principales.

8.- Se está proyectando una solución para la reparación del subfluvial de modo inmediato mediante la colocación de un forro continuo de polietileno en el interior de la conducción.

9.- Por otra parte se comenzará próximamente el estudio de desdoblamiento del tramo bajo la ría.

Así que, habitantes de la margen derecha, tranquilos que el agua nos llega en perfectas condiciones desde el depósito de Kurkudi en Leioa proveniente de Arriagas (1985).


JOSE LUIS GARAIZABAL

Fotografías y documentación:
 Jose Luis Garaizabal (2018),
Consorcio Aguas (años 80) y AMP

Tras la publicación de esta entrada, José Luis Gutiérrez Landa, nos envía la foto que sacó el 11 de agosto de 2015 con el geiser que se veía junto al muelle de Las Arenas. Hemos superpuesto un detalle del un momento de una reparación ese año que nos facilita José Luis Garaizabal.



lunes, 16 de abril de 2018

UN INDIANO PORTUGALUJO EN URUGUAY: JUAN JOSE AMEZAGA DEL VALLE, PADRE DEL PRESIDENTE DE SU REPUBLICA.




S



u abuelo era el portugalujo Juan de Amézaga y Santa Coloma (n. 1795) de oficio zapatero, casado con Ignacia de Carranza de su misma edad, que había llegado con 14 años de Beci, Sopuerta, y su padre, que seguiría el oficio familiar, Melitón de Amezaga Carranza, (n. 1818), que casado en 1842 con la también portugaluja Juliana del Valle Loizaga, vivían en la calle del Medio.

A Juan José, que fue el hijo mayor a quien seguirían otras cuatro hermanas y un hermano, le tocaron vivir unos años de infancia terribles por la situación sanitaria, con frecuentes epidemias de cólera morbo. Cuando tenía 6 años ve morir a la primera de sus hermanas de 4 años. En 1855, en plena epidemia, cuando la Junta de Sanidad local abandona la Villa, muere su hermano Gregorio de 3 años y nace su hermana pequeña Rosa. Dos años después, en 1857 moriría otra de sus hermanas Saturnina de 7 años, y en 1858, mueren su padre y su hermana Rosa con 3 años. Tenía él 15 años.

No es de extrañar que ante esta situación de orfandad en 1860, cuando tenía 17 años, se embarcara para América llevando consigo a su primo de 11 años Diego Amézaga, de Bilbao.

Su situación no tuvo que ser fácil allá y no tenemos noticias suyas hasta que en 1880, con 37 años se afinca en Montevideo (Uruguay) donde casado con la brasileña de origen vasco, Josefa Landaraso Ibarra, tuvieron seis hijos, todos nacidos en Montevideo. Aquí se dedicó al comercio hasta su fallecimiento.

Desde el primer momento se asoció a la primera Institución Vasca en América fundada en 1876 como respuesta a la abolición de los fueros, la Sociedad Euskara “Laurak bat”, “cuyo objetivo ostensible era proteger a los inmigrantes vascongados”, “proporcionándoles colocación en todo el territorio del país”.

En ella trabajó por todos los emigrantes que llegaban a aquel país, alcanzó la presidencia de la misma en el año 1886.

Eran los años del final del predominio de las familias patricias y la irrupción de las masas de inmigrantes que, directamente descendidos de los barcos o en segunda generación, aspiraban a influir en la conducción del país que habían elegido como nueva patria.

Este fue el caso de su hijo mayor “Juan José Amézaga Landaraso (1881-1956) que estudió abogado, fue catedrático de Derecho Civil, ministro de Industria en 1915 y en 1923 representó a Uruguay en la Conferencia Internacional de Santiago de Chile y en la Sociedad de Naciones. Fue embajador en La Habana y en
Buenos Aires y finalmente presidente de Uruguay entre 1943 y 1947.

Durante su gobierno impulsó  leyes laborales, así como de igualdad de los derechos de la mujer. En aquellos años tras la guerra civil española, mantuvo su posición frente a la dictadura franquista y de apoyo a los refugiados. En 1943 presidió diversos actos de la Semana Vasca realizada en Montevideo, que tuvo gran eco en el país y en 1944 se inauguró la Plaza Gernika, en honor a las víctimas de la masacre del bombardeo.






domingo, 15 de abril de 2018

RECOGIDO DE OTROS BLOGS: BERNARDO CASTET LABRE, CLAUDIO CASTET ASUA






Desde agosto del año 1808, hasta mediados del año 1813, la Villa de Portugalete durante la Guerra de la Independencia o Napoleónica se vio ocupada por las tropas francesas, y como sucede en todas las confrontaciones armadas, hay familias llamadas a sufrir penalidades, y otras en el que la guerra es un medio para hacer fortuna. Una de estas últimas fue la familia Castet.
De Juan Bernardo Castet Labre, se conoce que falleció en Portugalete el 7 de junio del año 1822, y que contrajo matrimonio en Bilbao en el año 1786 con María Magdalena Asua (Alzua, Azua) Uriarte, nacida en Bilbao en el año 1766 y fallecida en Portugalete el 3 de abril del año 1822. La presencia en Portugalete del matrimonio parece ser que es a partir del año 1802.
Bernardo inició su fortuna siendo uno de los mayores proveedores de pan, y diferentes suministros a las fuerzas francesas, estando acompañado en estas labores por su hijo, Juan Claudio Castet Asua nacido en Bilbao en el año 1786 y que falleció en Portugalete en el año 1855. La compañía de su hijo parece a todas luces obligada, puesto que en la documentación consta como Claudio, a ruego de su padre, firmaba por él.
Juan Claudio, se casó en Portugalete en el año 1807 con Salvadora Elías Cerro Mendivil, nacida en Portugalete en 1788 y fallecida en la Villa en el año 1858. De este matrimonio nacieron en Portugalete los siguientes hijos: José Juan 1807-1845, Magdalena 1809-1872 Bernardo 1811-1877, Antolina 1813-1813, Cipriana 1815-1818, Josefa Eugenia 1817-1875, Máximo 1819-1879, Leocadio 1821-1885, Gregoria 1825-1891, Ruperta 1828-1829, Elías Marciala 1830-1854.
En el censo general de Portugalete del año 1824, la familia Castet estaba censada en el apartado correspondiente a la calle del Santo Cristo y del Medio, figurando la profesión de Claudio Castet, como la de patrón de lancha y la de su mujer Elías, de tendera, actividad compartida con su hija Magdalena.
Los hermanos Bernardo, Máximo y Leocadio Castet Cerro, continuaron y ampliaron los negocios iniciados por su abuelo Bernardo y por su padre Claudio, llegando en su momento a ser reconocida la familia Castet, como una de las mayores contribuyentes industriales por su actividad empresarial. En la actividad municipal de Portugalete, tuvieron un papel destacado, ostentando diversos cargos públicos, y además en periodos diferentes, los tres ocuparon la Alcaldía de la Villa.
A través de la amplia y variada información depositada en el Archivo de la Diputación Foral de Bizkaia, asignaturas AQ1159/016, AQ01162/006 y AQ01166/001, etc. se puede comprobar a través de las facturas emitidas que la familia Castet entregaba para su pago a la Diputación General del Señorío de Vizcaya, el volumen de alimentos y la variedad de suministros que vendió en el periodo de la Guerra de la Independencia.



Portugalete, 31 agosto 1809, cuenta, que formo yo Bernardo Castet, vecino de esta villa de Portugalete y rentista del ramo del pan para la tropa acantonada en la villa, por los suministros hechos de pan y munición suministrada a la tropa y a la misma que ha existido en todo el mes de la fecha. Por 1.283 raciones, 1.509,14 reales.

La persona que firma el recibí lo hace por petición expresa de Bernardo, indicado que lo hace puesto que aquel no sabe firmar.



Portugalete, 17 de octubre de 1809, digo yo Bernardo Castet, panadero en eta villa de Portugalete que he recibido de la Diputación General del Señorío de Vizcaya la cantidad de mil sesenta y ocho reales y ocho maravedíes por el importe de novecientas y ocho raciones de pan que he suministrado a la tropa destacada transeúntes en esta Villa desde el día primero hasta el quince incluido del presente octubre.


Portugalete, 9 enero 1810, digo yo Bernardo Castet, panadero en eta villa de Portugalete que he recibido de la Diputación General del Señorío de Vizcaya la cantidad mil ciento ochenta y tres reales y diez y ocho maravedíes de vellón. Importe de mil trescientas tres raciones de pan, a nueve gramos y medio la ración, por raciones de pan que he suministrado a la tropa destacada y transeúntes en esta Villa desde el día diecisiete hasta el treinta y uno del mes.
A ruego de mi padre firmo yo Juan Claudio Castet.


Y como en todo negocio, la picaresca es un factor más para engordar la bolsa. En este caso, Claudio Castet se vio envuelto en una demanda por la diferencia del precio del maíz, trigo y cebada.


Portugalete 6 de abril de 1812. Consiguiente a la orden de la Junta de subsistencias que Usted me comunica con fecha del 24 de marzo ha mandado a Claudio Castet que forme una cuenta que incluya bien de los pueblos que tengan derecho a reclamar la diferencia que había del precio del maíz al de la cebada en el tiempo que hicieran sus entregas. En efecto la he formulado, remito a ustedes el original.


Esta municipalidad nunca se ha mezclado en suministrar por menor las raciones a la tropa. El panadero Castet, padre de Claudio y único que en esta Villa sabe amasar el pan que se da de raciones, recibe de los pueblos, los trigos de ellos, les da sus recibos por ellos, se le forma un cargo y de ellos se le descuentan mensualmente las fanegas que corresponden por las raciones que con bonos hace ver que ha suministrado a razón de 62 reales la fanega. Lo mismo se practica con su hijo Claudio respecto de las legumbres y forrajes. Así se libera la Villa de perjuicios de una merma y por la misma razón y los infinitos ratones que cargan sobre lo que se va almacenando…

Firmado Félix Joaquín de la Sota, presidente del municipio.


Por lo anterior Claudio Castet se vio obligado a dar cuenta de los pueblos que le habían suministrado maíz, y cebada, y la forma en como se había realizado la compra en el momento de la entrega. Esta fue la carta justificación que Claudio remitió a la Comisión de Guerra.


Portugalete 6 de abril de 1812. Desde el día 10 de diciembre que es la fecha de donde debe partir la cuenta que me manda de los pueblos que han entregado maíz, y a quienes les he causado la diferencia que había de su precio al de la cebada por contemplarme obligado a dar a la caballería cebada como se ha dado siempre sin ejemplar de haber dado maíz, y por consiguiente obligado a comprarla son los siguientes.



El de Lejona el 17 de febrero por cinco fanegas de maíz.
El de Sopelana por tres y media fanegas de maíz.
Somorrostro el día 18, entrega 4 fanegas en dinero sin solicitar darme maíz y lo di en cebada por él, pues que tenía hecho acopio de mi bolsillo de bastantes francos, bajo la esperanza y promesas que me hizo la municipalidad que me reintegrarían luego que se le adicionasen pueblos que entregaren lo suficiente, como en efecto se me ha entregado lo que suplí.
Lezama, día 27, entregó 11 fanegas y dos celemines en dinero a 64 reales sin solicitar el recibí en mano.
Zamudio, día 2 de marzo 6 fanegas y media en dinero a 68 reales, sin pretender dar maíz.
Santurce día 6 de marzo, entrego 18 fanegas y 7 celemines al mismo precio en dinero sin solicitar tampoco la entrega de maíz.
Baracaldo día 7, entrego 27 fanegas y medio celemines al mismo precio y tampoco pretendo entregar maíz.
Lauquiniz, día 11, dos fanegas a 64 reales en dinero sin pretender maíz.
Sopelana, otro día, una fanega a 64 reales la fanega sin pretender maíz.
El Valle día 14, dos fanegas a 68 reales la fanega sin pretender maíz.
Berango día 20, cuatro fanegas a 68 reales la fanega sin pretender maíz.
Santurce día 20, tres fanegas a 68 reales la fanega sin pretender maíz.

Para terminar y aunque directamente no se refiere el informe siguiente y en su totalidad a la familia Castet, si refleja la cantidad de suministros que el ejército francés recibió de los comerciantes en Portugalete, nota que sirve a su vez para identificar la tropa que existía en la Villa.

Lista de los suministros por valor de 36.912 reales hechos por la Villa de Portugalete a las tropas francesas desde principios de abril del año 1813, hasta su retirada en junio del mismo año.
Por el alojamiento de 4.182 plazas.
Por 4.182 raciones de pan a 14 cuartos.
Por 12.874 raciones de vino a medio real.
Por 343 raciones de aguardiente a medio real.
Por 11.876 raciones de sal.  
Por 18.609 raciones de leña.
Por 761 candelas a real.  
Por 706 raciones de grano.
Por 4.600 raciones de legumbre.
Por 1.294 raciones de carne a real.  
Por 140 raciones completas y por 79 docenas de huevos. Medicinas para la botica. Además, por clavos y otras menudencias que tomaron en casa de Claudio. Por una reja de hierro usada en la fortificación, así como tablas y cotas. Por dos carneros, manteca, leña y suministros al coronel y por medicinas para la botica.