El 12 de octubre de 1976 comenzó una huelga de los trabajadores de la Construcción
de toda Bizkaia, que duró cinco semanas. Estuvo dirigida por la Comisión
Gestora de Obras de la Construcción, compuesta por 24 personas, que
representaban a las asambleas de unos 159.000 trabajadores pertenecientes a
1.700 empresas. Las asambleas generales se celebraban en Baracaldo, Repélega
(6.000 trabajadores) y en la Basílica de Santa María de Portugalete (1.500). Se
creó una Caja de Resistencia que llegó a obtener 10.100.000 de pesetas entregando
9.875.000 a las familias y solteros que las necesitaban.
Lo importante: ¿Qué consiguieron los trabajadores?
Entre otras consecuciones, 4.000 pesetas de aumento a
peones, 3.000 a
oficiales y 1.500 a
oficinistas, jornada de 44 horas semanales obligatorias y anulación de las
cartas de despido relacionadas con la huelga.
Este acuerdo lo firmaron los representantes de las
empresas y la Comisión Gestora de Obras de la Construcción ante un notario. Un
miembro de esta Comisión era el todavía obrero-sacerdote portugalujo Periko
Solabarria, que trabajaba de peón en la construcción del Puente de Róntegui. Por
eso, algunos en su recuerdo lo llamaban “Puente de Periko”. Por pertenecer a
esa Comisión le detuvieron cinco días en la cárcel de Basauri con otros
compañeros. En la fotografía, de muy mala calidad, aparece en la reunión con
los papeles del acuerdo.
Varias de las reuniones de la Comisión se celebraron
en la Casa Parroquial de Portugalete. Después de una de ellas, enterado el juez
Rafael Gómez Gómez por el alcalde, citó a los curas para que fuesen al Palacio
de Justicia de Bilbao a declarar. Simplemente éstos le dijeron que la Casa y la
Basílica las prestaban a los que no podían reunirse legalmente en otro lugar y
que se habían recogido en las misas 65.000 para los huelguistas. No pasó de ahí
el tema.
Tasio
Munarriz
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