miércoles, 31 de enero de 2018

JOSE Mª AREILZA Y MARTINEZ RODAS (1909-1998) IN MEMORIAM




 Este mes de febrero, el día 22, se cumplen veinte años del fallecimiento de uno de los artífices de la Transición española como fue el portugalujo José María de Areilza.

Con este motivo José Félix Merladet nos ofrece su semblanza basada en la relación que le unió con él.

Empieza resaltando la educación recibida en el palacio de El Salto, donde tuvo de institutriz a la luego famosa novelista irlandesa Kate O’Brien, así como su participación en la guerra civil entrando con las tropas franquistas en Bilbao y su nombramiento de alcalde con tan solo 28 años de edad. El discurso que pronunció plagado de retórica triunfalista y mofas a los vencidos nunca fue olvidado y del que seguramente se arrepintió en sus últimos años aunque nunca se retractó.

Su carrera de diplomático la desarrolló como embajador en Argentina (1947), Estados Unidos (1954) o Francia (1960), donde dimitió rompiendo con el régimen franquista y pasando a ser el secretario del Consejo Privado de Juan de Borbón.

La ruptura con el Régimen de Franco, fue para algunos demasiado pronto, para muchos demasiado tarde. Irujo lo planteó con elegante ironía no exenta de magnanimidad cuando, como nos refiere Iñaki Anasagasti, le dijo en Paris que “era muy bueno evolucionar, reconocer errores y trabajar por la democracia pero que a los exiliados de fuera y de dentro de España, lecciones, las justas y, los conversos, ¡a la cola!”.

Su brillante actividad literaria, extensísima tratando temas políticos, históricos o paisajísticos, con un gran conocimiento del siglo XIX, le valieron en 1987 su ingreso en la Real Academia de la Lengua. También era miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

En opinión de nuestro amigo, Areilza se fue granjeando bastantes criptoenemigos en las diversas etapas de su periplo: muchos nacionalistas no le perdonaron su discurso tan vejatorio para los vencidos tras la toma de Bilbao, sus propios compañeros de guerra no le excusaron nunca que eludiera el frente de batalla, los franquistas no digirieron su “deserción” en los 60, los tradicionalistas le proclamaban un agente del foráneo Rockefeller, el todopoderoso Ejército de entonces no le hubiera tolerado ni mucho menos lo mismo que aguantó al incógnito Suarez, los opositores con los que había que consensuar desconfiaban de su hosca grandeur y, sobre todo, muchos de sus pares y sus superiores, a veces también gente de orgullo y talento, nunca sufrieron la altiva prepotencia con la que se sentían tratados por él.



El trabajo completo lo hemos incluido en la BibliotecaDigital Portugaluja, al igual que el discurso de Joaquín Calvo Sotelo sobre Areilza con motivo del ingreso de éste en la Real Academia y hemos aprovechado para seguir completando el DiccionarioBiográfico Portugalujo con su figura.


Uno de los tomos de la Colección El Mareómetro, que tenemos pendiente de digitalizar, es Recuerdos de Portugalete, donde recogen todos sus artículos sobre su vida y recuerdos de nuestra Villa.


Para ilustrar esta entrada elegimos arriba la foto de una de sus últimas visitas a la Villa en 1983, como conferenciante, tras la comida en La Fragata, con miembros del Ayuntamiento como Doroteo Pinedo, Begoña Benot y Paco Ruiz y gente de la cultura como Javier Bengoechea, Gregorio San Juan o Vidal de Nicolás. Bajo estas líneas dos muestras de su actividad deportiva de juventud, remo en yolas con el Sporting Club y montañismo de la mano de su padre Enrique Areilza.




martes, 30 de enero de 2018

FOTOGRAFIAS ANTIGUAS: LA PLAYA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XX






Tras las fotos de ayer traemos hoy esta foto desconocida que figuraba en el paquete de fotografías familiares que Juanjo Arteagabeitia, puso a nuestra disposición hace unos años al trasladarse a Madrid.

No tenía ninguna referencia sobre las chicas que aparecen en la playa con sus sombrillas cerradas, ni de la fecha de la misma.

Nosotros solo apuntaremos que a pesar de su baja calidad, se aprecia el palacio de Oriol ya construido así como el muro del relleno que nos unía con el puerto pesquero, y que las ropas de ellas y los sombreros de las niñas nos retrotraen a aquello primeros años del siglo XX.

lunes, 29 de enero de 2018

FOTOGRAFIAS ANTIGUAS: LA COSTA HASTA SANTURTZI




Si días pasados recogimos la foto más antigua de la Villa en 1864 con los arenales de Sestao, hoy traemos esta otra de la que desconocemos su fecha con los arenales hacia Santurtzi.
Con ambas fotos inauguramos en febrero del 2002 el primer libro de fotografías de Portugalete que representaron a partir de entonces una popularización de las viejas imágenes portugalujas y fueron el comienzo de un gran desarrollo posterior.
Si en la foto anterior, cuando publicamos el libro Portugalete en la fotografía (1864-1930), desconocíamos su autor, en esta tampoco lo sabemos hoy y ni siquiera la fecha.
Disponemos no obstante de personas mas preparadas en el tema a quien consultar como es en este caso José Luis Garaizabal, quien nos apunta algunos detalles a tener en cuenta:
En primer lugar nos señala que la foto está sacada desde la Torre del Piloto, junto al actual mareómetro y como no se ve el rompeolas, que comenzaría en 1888, es anterior a esta fecha.
A la izquierda de la foto se ve la roca llamada La Peñota y a continuación la batería de Campo Grande con sus muros, hasta donde llegaba nuestra playa del Salto y que los santurtziarrak la llamaban playa de Gampo Grande. Entre ella y el núcleo urbano en torno a su iglesia, ayuntamiento, “casa grande” y puerto pesquero, se puede ver el elegante palacete de San Ginés con su torre simulando un faro.
Para ayudar en esta observación añadimos bajo estas líneas otra foto similar tomada desde el mismo lugar y con casetas de baño junto a la orilla del agua.
Lo primero que nos salta a la vista es el rompeolas en construcción (con distintas alturas en el muelle) cuya obra finalizaría en 1902, y por lo tanto no aparece el palacio de Oriol (h.1905), destacando el aumento de casas en Santurtzi y sobresaliendo, antes del palacio de San Ginés, el de Arana Bildosola (así figura en un libro de fotos de Santurtzi).

No hemos querido recurrir a nuestro amigo santurtziarra y colaborador Jon Koldo Fdz. García de Iturrospe, pero si tiene algún detalle que aportar se lo agradeceríamos.