Durante estos meses se ha venido celebrando en la burgalesa
villa de Lerma, la XXIV edición de las Edades del Hombre, bajo el título de
Angeli. En la que se muestran 90 espectaculares imágenes angélicas.
La palabra “ángel” deriva del latín angĕlus que significa
“mensajero de Dios”. Esta palabra latina a su vez procede del griego ἄγγελος,
“ángelos” que parece ser una traducción del hebreo mal’ākh, “mensajero”,
“delegado” o “embajador”.
Pero lo importante es constatar que el nombre de “ángel”, lo
que nos indica es su oficio y no su naturaleza y como señala Philip Koslosli describe
lo que hacen y no lo que son.
Son espíritus puros aunque a veces adopten una apariencia
humana y durante los primeros siglos de cristianismo los ángeles se
consideraban similares a los humanos, basándose en las descripciones de los
relatos bíblicos, (muy pocas). Por ejemplo, en la famosa escala de Jacob
(Génesis 28 .12) los ángeles subían y bajaban por ella (no volaban) y en el
encuentro de Mamré (Génesis 18.2) dice que Abraham alzó sus ojos y vio junto a
él tres varones puestos de pie, y también en el Génesis 32.24 donde Jacob pelea
con uno de ellos durante toda la noche. Así que en los primeros tiempos del
cristianismo, en el hipogeo de Dino Compagni en la Vía Latina (siglo IV), vemos
el episodio relatado en Números 22.31 de Balaam con su burra frenada por un
ángel y aparece dicho ángel con espada en la mano, pero representado sin alas.
Siglos más tarde en Bizancio fueron famosas las discusiones sobre el sexo de
los ángeles.
Precisamente a finales del siglo IV, entre 379 y 395 en
tiempos de Teodosio, en el Sarcófago del Príncipe en Sarigüzel, cerca de
Estambul, aparece la primera representación alada. Luego son famosos los
mosaicos de Santa María la Mayor en Roma (432-440) donde por primera vez en
Occidente, aparecen ya alados y voladores. Desde entonces los artistas los
representaron siempre con alas como un elemento de su misión como mensajeros de
Dios. En la antigüedad las llevaban los mensajeros divinos representados,
(Hermes, Mercurio o Iris) y las modernas representaciones se han inspirado
también en las “Victorias aladas” (Samotracia, Niké) o en los Cupidos y Eros.
Esto mismo de variar y consolidar la iconografía con el paso
del tiempo no es nuevo, se puede observar en las famosas “Sirenas” de Homero
que en un principio se representaban como seres alados, con afiladas garras de
ave rapaz, y en la actualidad son bellezas con cola de pez, variando su
connotación de seres terribles que traían la muerte a quien escuchaba su canto,
por seres que traen la perdición por sus encantos eróticos. También se puede
ver en la evolución de la figura de San Sebastián que en principio era un
soldado vestido o un noble elegante y a partir del Renacimiento aparece como un
joven adonis casi desnudo.
Como muchas veces nos preguntan los portugalujos la cantidad
de ángeles que alberga el gran retablo del altar mayor, nos hemos tomado la
molestia de contabilizarlos a todos y salvo error u omisión hemos localizado
nada menos que 197, de los que 69 corresponden al retablo mayor y otros 128
repartidos por las capillas (55) Claves (1) Vidrieras (1) Cuadros (Virgen de la
Pera 30), (Coronación de la Virgen 19) y (Asunción 8). En el exterior hay 14,
Rosca del arco de la entrada de la Rivera (10) y Angelotes en la torre (4)
Los hay desde el siglo XVI, hasta el XX. Algunos son
bellísimos y hay unos pocos que no han tenido tanta suerte. Lo de los gustos ya
se sabe que no es una materia general y absoluta. Sea como fuere ahí están
haciéndonos compañía y pasando, las más de las veces, prudentemente
desapercibidos.
JAVIER LÓPEZ ISLA