5.- El 24 de junio de 1951, dos días después de festejar el
aniversario de “la liberación de la villa”, se celebró la consagración del
templo como Basílica Menor. El
obispo fue recibido por el vecindario, el clero y la corporación municipal, el
párroco leyó el documento pontificio correspondiente y el vicario general León
María Martínez leyó otro documento por el que se concedía a Angel Chopitea el
título de prelado doméstico de Su Santidad siendo nombrado “monseñor”. En la
ceremonia de la misa los padrinos de honor fueron Martín Fernández Villarán Iturralde
y su esposa Juana Guerricaechevarría de Villarán.
En el museo parroquial se
conserva el documento pontificio de la erección del templo como basílica.
Después de la
misa, el obispo, las autoridades y los padrinos bajaron a la calle Santa María
14 y descubrieron una lápida en la casa donde nació María Vallejo Arana, esposa
del industrial Pedro J. Galíndez de la Quintana y bienhechora del
Hospital-Asilo. En el ayuntamiento impusieron las medallas de bronce de la
villa a dos religiosas Siervas de María y en el convento de Santa Clara
hicieron lo mismo con dos miembros de esta congregación. En la imagen aparece
la placa dedicada a María Vallejo,
que no es la original. Además, la fecha de
su fallecimiento no fue 1951 sino un año antes.
Los dirigentes de la basílica
dejaron símbolos gráficos de su consagración como tal: Una cruz de Malta en
cada columna, de la que sólo se conservan dos a ambos lados del retablo mayor y
otras dos en las columnas de la entrada principal, sendos títulos grabados en el
exterior de las puertas y una lápida junto a la puerta de la sacristía.
El ayuntamiento concedió una
subvención de 2.500 pesetas para atender a los gastos producidos por los actos
y homenajes del 24 de junio.
Ha finalizado el trabajo de Tasio que produjo algunos comentarios en su primera parte y que haber estado nosotros fuera no pudimos moderar.
Concretamente recibimos dos que no pudimos recoger y que ahora los transcribimos.
Javier López Isla decía:
Yo aunque también noto diferencias, creo que sin duda es la misma imagen. Lo que sucede es que la perspectiva de las fotos las hace parecer diferentes.
La actual está sacada desde abajo, desde el pasillo de la Basílica, y la antigua está sacada a su altura y parece que incluso por un fotógrafo algo alto.
En la antigua se ve la cabeza del niño y destacan los rizos desde arriba y en la actual, desde abajo, tiene más relevancia la frente. Lo mismo sucede con el cuello y la cara de la Virgen, que en la actual parecen más anchos. Pero en la talla se puede comprobar que los pliegues del manto son exactamente iguales y las posiciones relativas de la mano , ahora con el ramito, y del niño, no dejan lugar a dudas. Te recuerdo que una mano es muy diferente si la miras por encima o la miras por debajo, (no tiene uñas), pero sigue siendo la misma mano.
Y con las estatuas y los montes, pasa lo mismo. La visión desde el avión no es igual a la que tenemos desde tierra. Cuestión de perspectiva.
Por su parte Jose Luis Garaizabal, juntó a las dos fotos adjuntas nos dice:
Se debe tener en cuenta que la imagen original mostraba la madera al aire.
La vamos a comparar con esta otra foto del libro “Portugalete y su Basílica de Santa María” de Juan de Pagoeta, que tiene una perspectiva similar. La del blog está sacada de un punto más bajo.
Los cambios en los semblantes de la cara se pueden deber a la mano del técnico que realizó la policromía. Técnica que consiste en cuatro fases. Primera ESTUCAR, que consiste en aplicar varias capas de cola natural, “cola de conejo”, con yeso muy fino. Segunda, PULIDO FINO. Tercera, una última capa de “cola de conejo”, para tapar el poro al yeso y quinta, POLICROMÍA, con pintura al óleo y pan de oro.
Durante estas operaciones, puede cambiar el aspecto, fundamentalmente los ojos.
Si nos fijamos en los pliegues de las dos vestimentas, son iguales, aunque la policromía los destaca mucho más.
La posición de las manos y pies es idéntica. En la originar falta la mano derecha de Jesús y la flor o flores del ramo de la Virgen. Se añadió también el colgante en el borde superior de la blusa de Andra Mari.
Así que, lo del espolio del arte sacro portugalujo, en este caso sobra.
Ha finalizado el trabajo de Tasio que produjo algunos comentarios en su primera parte y que haber estado nosotros fuera no pudimos moderar.
Concretamente recibimos dos que no pudimos recoger y que ahora los transcribimos.
Javier López Isla decía:
Yo aunque también noto diferencias, creo que sin duda es la misma imagen. Lo que sucede es que la perspectiva de las fotos las hace parecer diferentes.
La actual está sacada desde abajo, desde el pasillo de la Basílica, y la antigua está sacada a su altura y parece que incluso por un fotógrafo algo alto.
En la antigua se ve la cabeza del niño y destacan los rizos desde arriba y en la actual, desde abajo, tiene más relevancia la frente. Lo mismo sucede con el cuello y la cara de la Virgen, que en la actual parecen más anchos. Pero en la talla se puede comprobar que los pliegues del manto son exactamente iguales y las posiciones relativas de la mano , ahora con el ramito, y del niño, no dejan lugar a dudas. Te recuerdo que una mano es muy diferente si la miras por encima o la miras por debajo, (no tiene uñas), pero sigue siendo la misma mano.
Y con las estatuas y los montes, pasa lo mismo. La visión desde el avión no es igual a la que tenemos desde tierra. Cuestión de perspectiva.
Por su parte Jose Luis Garaizabal, juntó a las dos fotos adjuntas nos dice:
Se debe tener en cuenta que la imagen original mostraba la madera al aire.
La vamos a comparar con esta otra foto del libro “Portugalete y su Basílica de Santa María” de Juan de Pagoeta, que tiene una perspectiva similar. La del blog está sacada de un punto más bajo.
Los cambios en los semblantes de la cara se pueden deber a la mano del técnico que realizó la policromía. Técnica que consiste en cuatro fases. Primera ESTUCAR, que consiste en aplicar varias capas de cola natural, “cola de conejo”, con yeso muy fino. Segunda, PULIDO FINO. Tercera, una última capa de “cola de conejo”, para tapar el poro al yeso y quinta, POLICROMÍA, con pintura al óleo y pan de oro.
Durante estas operaciones, puede cambiar el aspecto, fundamentalmente los ojos.
Si nos fijamos en los pliegues de las dos vestimentas, son iguales, aunque la policromía los destaca mucho más.
La posición de las manos y pies es idéntica. En la originar falta la mano derecha de Jesús y la flor o flores del ramo de la Virgen. Se añadió también el colgante en el borde superior de la blusa de Andra Mari.
Así que, lo del espolio del arte sacro portugalujo, en este caso sobra.