La vida y
anécdotas de aquellos años en Rusia la cuenta con detalle en su libro Memorias de un niño en Rusia 1936-1957, Angel
Belza, uno de sus amigos que vivió junto a él hasta 1946.
Después de dos
años en la URSS, con un buen nivel de conocimiento del idioma y unos excelentes
profesores soviéticos, a los que se incorporaron personal de la República una
vez finalizada la Guerra Civil, la previsión que había es que comenzarían el curso
en septiembre de 1939 en la zona de Leningrado. El comienzo de la II Guerra
Mundial y el inicio de conversaciones entre la URSS y Finlandia por un cambio
de territorios que finalmente no llegó a un acuerdo hizo que no les enviaran
por ser zona de alto riesgo (hubo niños que con la invasión alemana quedaron
aquí bloqueados) y se quedaran en Moscú.
Durante su
estancia en Moscú aparte de estudiar y correr por el campo, realizaban actividades
culturales, funciones de teatro, circo, conciertos etc. y hasta, en 1940, pudieron
visitar al recinto del Kremlin, algo que no se abriría al público hasta los años 50. Aquel
invierno la temperatura llegó a bajar en Moscú hasta los -42º.
Con la llegada
del verano estos niños, que habían sido salvados de una guerra, se ven metidos
en otra más atroz; ya no solamente habían perdido su infancia, ahora iban a
perder su juventud, pues se encontraban en Krasnodinovo, a unos cien kilómetros
al oeste de Moscú, zona peligrosa por pasar por allí los aviones alemanes que
iban a bombardear Moscú.
En 1941 salieron
de Moscú hacia Leninsk en la provincia de Stalingrado, y en agosto de 1942 partieron
en tren hacia el Este con destino a la República de Bashkiria, a una aldea,
Safarovo, cerca de la ciudad de Ufa donde permanecerían hasta 1943.
Aquí estudiaría
en la Escuela de Ingenieros Técnicos de Elaboración de Metales en Frío y en diciembre
de 1944, se traslada a Moscú donde como ya había comenzado el curso académico
trabajó en la Fábrica nº 45 de Aviación Militar, en la construcción y montaje
de motores, hasta el verano de 1946, en que tras superar las pruebas, ingresa
en la Escuela de Cadetes de la Marina Mercante de Leningrado, donde permanece
hasta el año 1948, en que se traslada a la Escuela de Marina Mercante Fluvial,
en Gorki, finalizando allí en 1950 los estudios de Ingeniero Técnico Electrónico
Fluvial, y los de Ingeniería Naval, en 1955.
Durante estos
años mantuvo lazos de amistad con otros españoles evacuados, como se recoge el
alguna de las fotos de su álbum familiar, en una de las cuales aparece con un
amigo bilbaino, Cándido Asensio y dos chicas, médicos ambas, Emilia Alas e
Inocencia Toribios, con las cuales acabarían casándose.
Así Eugenio se
casó en 1955, con la segunda, una asturiana que había vivido su misma
trayectoria en Rusia, como una de las “niñas de la guerra”.
Con su titulación
técnica trabajó en la localidad de Bor, próxima a Gorki, en una fábrica
dedicada a la reparación de buques fluviales, hasta que se produce la
repatriación en Octubre de 1956.
De la relación
epistolar con su familia nos queda la imagen inferior que se hicieron sus
hermanos superponiendo encima la suya.