El mes pasado coincidiendo con el entierro de la sardina, recuperamos unas fotos de nuestro amigo Javier Ortuzar que nos sirvieron para, en una entrada titulada LA RECUPERACION DEL ENTIERRO DE LA SARDINA EN 1978 explicar, siguiendo el relato de José Hernández “Pepillo” miembro de la Jai Batzordea de aquellos años, cómo se recuperó esta tradición.
Una
de las fotos que acompañaba a la entrada y que hoy encabeza estas líneas,
desentonaba claramente con el relato de “Pepillo” y ha sido Míguel “Polvorilla” que aparece a la
derecha de la foto con su barba y traje de frac quien nos aclara el tema.
Fue el año 1977
cuando una cuadrilla de portugalujos decidieron recuperar su propio entierro de
la sardina asesorándose con César Saavedra. Salieron del bar Pinillos en Coscojales, vestidos de
frac o con negros blusones y caras tiznadas, llevando el fúnebre ataúd con la
sardina al ritmo de una campana. Las novias, también de negro luto, acompañaban
de plañideras. Tras subir por la calle Santa María hasta Polvorilla, siguieron al cantón de Santa Clara, donde hicieron otra
estación frente a los bares de Arrieta,
Gregoria y Pachín, para continuar luego hasta El Metro, en la Ranche. El recorrido cantando viejas canciones jarrilleras
carnavalescas siguió por el Ojillo hasta Pegaso,
para volver otra vez hasta El Metro y finalmente al Pinillos.
Sería al año
siguiente en el que los jóvenes de la comisión de
fiestas, JAI BATZORDEA, que intentaba recuperar unas fiestas verdaderamente
populares, se dirigieron a Pedro Heredia para que les asesorara en la forma y
canción a cantar que fuera lo más riguroso posible con lo que había sido el
tradicional entierro de la sardina portugalujo.
Sirva
esta entrada que llevaremos al próximo número de CUADERNOS PORTUGALUJOS que verá la luz dentro de un mes para
corregir el error producido.
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