domingo, 19 de mayo de 2024

OTRO COMERCIO PARA EL RECUERDO: LA CARNICERIA DE ESTANCONA EN ABATXOLO

  



La noticia nos la da Aurelio Gutiérrez en su blog LA VIDA PASA:

Dia 18 de mayo a las doce menos diez, los hermanos Estancona: Nekane, Txerra y Edu, aguardaban con cierta expectación la visita del último cliente antes del cierre definitivo de la carnicería.

En el barrio de Abatxolo se había corrido la voz, que los Estancona a partir de las doce liquidarían las cuatro alas de pollo, seis txuletillas de cordero y medio zancarrón de ternera, que a precio de amigo aguardaban en el mostrador. Los frascos de las baldas no entraban en la oferta. Fuera por eso o porque ningún parroquiano se quería perder la despedida, a la hora que marcaba el reloj en el interior de la carnicería ya eran decenas las personas que esperaban en los alrededores el toque de las campanas de la Basílica de Santa María anunciando el Ángelus del mediodía.

Los que consiguieron entrar con el último tañido de campana, me aseguran que salieron sin ninguna bolsa en las manos, porque estas estaban entretenidas tejiendo los pañuelos con los que habían secado las lágrimas por la emoción de la despedida. Las muestras de cariño se repartieron por doquier.

Aurelio nos sigue recordando que Edu le había anunciado la jubilación de su hermano Joserra que seguiría sus pasos. Una carnicería que jamás ha tenido un rotulo para identificarla, cada cual la ha llamado por el nombre que mejor le ha convenido. Para mí es la carnicería de Edu. Con su cierre el barrio se ve privado de una de sus señas de identidad, la Carnicería, la de Adora, la de Estancona.

Antaño, en mi casa se la decía, “la carnicería de Adora, la de Juli”, en cuyo interior también podías encontrarte con Eduardo y Toñín. Juntos formaban un equipo para atender a las familias del barrio, y bien lo debieron hacer para que la parroquia se mantenga fiel tantos años después.

En los últimos años era la carnicería de Edu, de Txerra, de Estancona, con Javi, con una sonrisa que se regala en cada venta, con los mismos ingredientes que antaño, con el mismo mimo y cariño.

 

Nos unimos a estos recuerdos de Aurelio y les deseamos lo mejor, aunque nos queda un pose de tristeza al ver desaparecer otro de los emblemáticos y queridos comercios de nuestra Villa.

 

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