Mañana martes tendrá lugar en el centro cultural Santa Clara, un acto enmarcado dentro de la recuperación de la memoria histórica, que incluye un sencillo recuerdo a nuestro desaparecido amigo TASIO, que tan gran gran labor realizó en este campo. Nos adherimos a este acto publicando el discurso del portugalujo Jesús Urbina el 7 de Marzo de 1.991, en
representación de la Asociación de niños
evacuados en 1937, durante el viaje que realizaron al pueblo que les
acogió, que nos ha facilitado Alfredo Cobos.
Señoras y caballeros, Sr. Alcalde, Sres. Concejales y en
general a todo el pueblo de Easteigh, presentes y ausentes:
Después de 54 años trascurridos, al fin, tengo la agradable
oportunidad de presentarme ante Vds. de parte de nuestro Delegado del Gobierno Vasco,
Sr. Legarreta, aquí presente, de la Asociación de Niños Evacuados del año 1.937
y de todos mis compañeros vascos que conmigo han venido hoy aquí, para expresar
mi profunda gratitud por lo indulgentes y pacientes que fueron con nosotros
durante nuestra estancia en el campamento de Eastleigh en el año 1.937.
Por lo que a mi hermana Anita y a mi concierne debo decir
que solo permanecimos en el campamento cinco·dias, sin·embargo existen algunas
anécdotas que aun recuerdo: Después de aquella exhaustiva inspección medica a
que fuimos sometidos el primer día conseguimos matar un apetito atrasado con un
plato de arroz, que a mi me supo a genuina paella. Aquel pan cuadrado, tan
blanco, con aquel olor lechoso tan agradable tan tierno y sabroso y la
mantequilla, aquella combinación para mi fue el mas excelente y rico de los
alimentos.
La cosa empezaba bien. Recuerdo que en otra ocasión me
tropecé con una gran tienda de campaña, me colé dentro y me encontré frente a
un montón inmenso de ropa limpia, especialmente jerseys de todos los colores.
Pensé, todo esto para mi!. Estuve allí un buen rato probándome distintos
jerseys. Yo me encontraba como Alicia en el País de las Maravillas. Salí
corriendo para contarle a mi hermana la buena nueva.
Observé también, que las instalaciones sanitarias
funcionaban bien, mucha agua potable, duchas,·y nunca olvidare aquel jabón
rosado que olía a demonios pero que era de una eficacia total como
desinfectante.
Así es que , al pensarlo, estos tres requisitos básicos e
indispensables para una vida normal en tales casos, estaban resueltos con
éxito: Alimento, Ropa y Sanidad.
Después de estas consideraciones, yo alabo el enorme
esfuerzo que tuvieron que hacer los asistentes ingleses para disponer de todo
el cuidado necesario en un campamento donde más de cuatro mil pequeños monos corrían
a sus anchas.
Un día observé un gran autobús que allí permanecía con una
cola de niños dispuestos a hacer un viaje. Yo pensé, he aquí una buena
oportunidad para ver un poco de mundo, así es que agarré a mi hermana Anita y
me acerqué a la fila. Fue un viaje placentero hacia Londres y recuerdo, al
pasar por los pueblos, que había muchas banderitas colgadas en paseos y
ventanas. Después me enteré que el motivo era la coronación del Rey Jorge VI.
Comenzaba para mi una nueva era en Londres con el Ejército de Salvación, pero esta es otra historia.
Poseo un informe completo con la narración de todas mis
andanzas durante el tiempo que permanecí en Inglaterra como niño vasco evacuado
y quisiera entregárselo al Sr. Alcalde de Eastleigh, como un regalo de gratitud
a su pueblo, por haberse preocupado y cuidado de nosotros en una época de
nuestras vidas cuando mas lo necesitábamos.
En aquel año de l.937 hubo otras expediciones de niños con
destino a otros países tales como Rusia, Francia y Bélgica. Estoy seguro de que
todos estos niños fueron bien recibidos y cuidados en sus respectivos destinos.
Sin embargo, yo personalmente pienso que a mi me toco la expedición mas
afortunada por haber escogido Inglaterra para nosotros. Este aserto lo
fundamento en el hecho de que Inglaterra y Vizcaya han estado muy unidos en el
comercio y ha existido esta hermandad durante muchos años de manera especial.
Eran tan fluidas estas relaciones que cuando nuestras minas de hierro se
encontraban en auge allá por el comienzo del siglo, era familiar el ver a una
docena de barcos mercantes ingleses a lo largo de nuestros cargaderos de
mineral en Bilbao, Portugalete, Baracaldo, Zorroza y Olaveaga. Normalmente como
contrapartida nosotros también recibíamos aquel rico carbón de New Castle.
Estos continuos viajes hizo que nuestro pueblo ribereño conviviera y se hiciera
amigo de marinos ingleses. Se dio una circunstancia que yo recuerdo de haber
visto en un bar cercano al cargadero de Zorroza, donde existía en su pared
principal colgado, un retrato de la Reina Victoria de Inglaterra.
Como resultado de estos continuos tratos y contactos, se han
heredado muchas palabras de "'muelle" que todavía siguen en vigor en
Bilbao. Algunas de estas palabras son: guachiman" (Watchman),
"pichicoma" (Eeach comber), chipichandle (Ship chandler),
"Suepincol" (Swipe-coal),"Olrai" (Allright), "plentie
monis" (Plenty money), "pegarle al trinqui" (to drink) etc.
En lo que atañe a los deportes, sabemos que el futbol inglés entró en España por Bilbao y Huelva. Hemos tenido varios entrenadores ingleses.
La palabra "Athletic" sigue en nuestro Club y por todo el país se
sigue con las palabras genuinas: córner, off-side, penalty, goal, etc. y no
digamos las canciones que tenemos, el "its a long wayt Tiperary" y
presumimos de cantarlo tan bien como cualquier marino inglés. Incluso en nuestra
guerra civil los gudaris, nuestros soldados, adoptaron esta canción cambiando
las palabras para hacerla mas popular y asequible a nuestra circunstancia.
No debemos olvidar la afluencia de señoritos vascos, hijos
de los potentados de nuestras minas, que eran enviados a Londres a aprender el
lenguaje por excelencia del comercio.
Ahora para terminar quiero relatarles una historia verdadera
y conmovedora que tuvo lugar, imagínense la coincidencia, hace hoy noventa
años. También fue un siete de Marzo de 1.901, a las 11,30 de la noche, los mas
ancianos de la Villa de Portugalete aun recuerdan el naufragio del Vapor inglés "Avlona-London". Cerca de nuestra costa existía una larga y peligrosa
barra , justo antes de enfilar dentro de la ría para alcanzar los cargaderos
de mineral, la llamábamos la "barra de Portugalete". Para mayor desgracia,
se levantó aquella noche una horrible tormenta del N".W., el capitán de
dicho barco era el primer viaje que hacia a nuestro puerto. El
"Avlona" fue arrastrado hacia la barra con tal fuerza que la caldera
del vapor reventó haciendo que el barco se hundiera inmediatamente. Todo fueron
bajas incluida la esposa del capitán. Un día después cuando amainó el temporal,
nuestro buzo de la Cofradía de Pescadores de Portugalete, llamado Urrestarazu,
se acercó con fines humanitarios a rescatar algún posible naufrago, y lo único
que pudo rescatar de aquel triste acontecimiento fue la campana, que después llevó al Hospital glorioso para ancianos de Portugalete, donde está adecuadamente emplazada y venerada. Las monjas la tocan todos los días para sus
rezos y como homenaje a los marinos naufragados de todo el mundo. Yo creo, que
fue un bello gesto de nuestro buzo. Esta fue su última voluntad. Un famoso
compositor de nuestra Villa dedicó una canción que recuerda esta odisea y que
se titula “la campana del Avlona". Y esto es todo Sras. y Caballeros,
muchas gracias por su paciencia.
Ya solo me queda levantar mi copa con todos Vds. en un brindis
sincero para desearles la mejor salud y fortuna.
Dios les guarde a todos Vds. amigos ingleses.