Con estas dos fotos de final del siglo XIX, con restos de un naufragio tras la mojojonera y dos remolcadores con la dársena detrás y la iglesia de Sestao al fondo, nos hacemos eco del relato que ofrecio el periódico El Nervión del 12 de septiembre del 1897:
(...) Ayer, en la
marea de la tarde, entró en nuestro puerto en lastre, procedente de Santander,
el vapor inglés «Birch». Al llegar frente a la torre de señales de Portugalete
dejó de funcionar la máquina. Como la marea estaba bajando y la mucha fuerza
del agua que arrastra la ría llevaron al vapor hacia el NE., cuando se hallaba
metido en el banco de dicho punto y casi encima de la Mojojonera, dio fondo con
el ancla de babor y se puso a pitar reclamando auxilio a los remolcadores.
(…) la lancha de lemanaje pudo traer una estacha que atada desde tierra por unos
cuantos hombres trajeron un buen cabo de alambre la cual sujetaron a una
argolla que existe en el muelle entre el balneario y la torre de señales. Entre
tanto el «Birch», arriando varios grilletes de cadena de la ancla fondeada, se
puso a virar el cabo, pero apenas comenzó a trabajar se rompió la amarra,
procediendo inmediatamente a darle otro nuevo a uno de los primeros palancates
de la escollera del muelle metálico.
(…) Estas
maniobras y otras posteriores fueron dirigidas por los inteligentes marinos D.
Francisco Anitua (ayudante de marina de Portugalete) y D. Antonio Oriosolo,
piloto mayor que estaba de servicio, y secundadas por los cabos de mar de la
citada ayudantía señores Alcaraz y Martin ayudados por un amigo nuestro
residente en Portugalete.
Cuando estaban
dando calabrote llegaron cerca del «Birch» el remolcador «El Siglo» … el «Auxiliar …el «Socorro» … «El Nervión»,
este se metió por la parte del NE del «Birch», dentro de la playa de Las
Arenas, teniendo que fondear en este punto.
(…) Era un
gran espectáculo ver un vapor varado y cuatro remolcadores en sus inmediaciones
moviéndose unos en maniobras y otros en espera de éstas. Los muelles de
Portugalete, Las Arenas, Santurce, las playas y las inmediaciones de éstos, se
hallaban atestados de curiosos que discurrían de un lado para otro.
Cuando mayor
era el entusiasmo de todos creyendo ver puesto a flote al «Birch» la balandra
del Sr. Martínez de la Rivas (hijo) que se hallaba boltegeando en la ría, se
metió dentro del teatro de maniobras de los remolcadores yendo a embestir al
remolcador «El Siglo» por el costado de estribor y perdiendo en esta embestida
el botalón y foque, los de la tripulaban saltaron al remolcador y la balandra
se empotró en el tambor de la rueda de dicho costado, teniendo «El Siglo» que
suspender la maniobra de remolque y fondear para no deshacer los palos de. la
balandra.
La lancha de
lemanaje del «Birch» acudió en auxilio de la balandra, consiguiendo a duras
penas dar un remolque de esta al «Auxiliar», que a las primeras maniobras le
faltó, teniendo después que dar otro. El «Auxiliar» logró sacarla de «El Siglo»
y conducirla a Portugalete, donde quedó fondeada.
A las seis y
media se ordenó que se retiraran los remolcadores en vista de que sus trabajos
no servían para aquella marea y se mandó arriar el cabo de tierra, con el fin
de no impedir el tráfico de entrada y salida a los gánguiles, remolcadores y
demás embarcaciones que lo efectúan, quedando suspendidos los trabajos de poner
a flote al «Birch» en la marea de la noche.
D. Evaristo
Cburruca, que en el vapor «El Cano» salió por la tarde a inspeccionar las obras
del puerto exterior, tuvo que quedarse fuera sin poder entrar hasta que se
concluyeran las maniobras del «Birch».
Por la noche …
a la una y cuarto de la madrugada flotó el «Bírch» y sobre el ancla que tenía
tendida fue llevado al canal. Los remolcadores «Bilbao» y «Auxiliar», lo
cogieron conduciéndolo al fondeadero de Luchana en donde quedó amarrado a las
boyas. La avería que tiene el «Birch» en la máquina, es de poca importancia…
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