JULIO ARRIETA en EL CORREO del 23 de mayo 2022 nos cuenta como esta señora de
Bizkaia decidió crear de nuevo la villa en 1310 ignorando la carta puebla
otorgada en 1300 por su tío y rival, Diego López de Haro:
Aquel pacto puso fin a un
enfrentamiento dinástico muy complejo y explica el curioso hecho de que Bilbao
fuera fundada como villa en dos ocasiones, la primera por don Diego, en 1300,
la segunda por doña María, en 1310 y dando a entender que la anterior carecía
de validez –se puede imaginar que para desconcierto e incertidumbre de los
bilbaínos de aquel tiempo–.
María Díaz de Haro nació
hacia 1270.Era hija de Lope Díaz III de Haro y Juana Alfonso de Molina, nieta
del rey Alfonso IX de León. Se casó –es decir, la casaron– en 1287 con el
infante don Juan de Castilla, viudo y mayor que ella –había nacido en 1262–. El
matrimonio tuvo tres hijos: Lope, María y Juan, conocido como el Tuerto.
María accedió al Señorío
en 1289 tras las muertes de su padre, Lope Díaz III, asesinado en Alfaro, y de
su hermano, Diego, que fue Señor de Bizkaia apenas un año y murió sin hijos.
Como resume el
historiador Manuel Montero, «conforme a
la costumbre, le tocaba la sucesión a María Díaz de Haro. Pero, dentro de los
conflictos nobiliarios tan frecuentes en la Edad Media, asumió el cargo don
Diego López de Haro, el tío de doña María. Esta reclamó el Señorío». El
enfrentamiento estaba servido.
María jugaba con
desventaja: su marido, la mano ejecutora de su poder, estaba en prisión por
atentar contra la vida de su hermano, Sancho IV, en la misma reyerta en la que
había muerto su suegro. Don Juan permaneció encerrado en los castillos de
Burgos y Curiel hasta 1291.
Aprovechando la debilidad
política de su sobrina, Diego envió emisarios a Bizkaia para atraerse el favor
de los poderosos del Señorío, del que se hizo cargo brevemente el infante
Enrique de Castilla. Según Labayru, «en
1295, el 25 de abril, muere don Sancho IV el Bravo, rey de Castilla, y
aprovechándose don Diego López de Haro de los disturbios de la corte en la
minoridad de Fernando IV, entró en Bizcaya y la tomó sin resistencia sin que se
le pudiera oponer la legítima señora, María Díaz de Haro».
El pleito de Bizkaia
María y Diego cerraron en
1300 un acuerdo que cedía el Señorío de Bizkaia al segundo y sus descendientes.
Pero las tornas cambiaron. El poder cada vez mayor del infante don Juan, que
tras su rehabilitación había llegado a ser proclamado brevemente rey de León,
de Sevilla y de Galicia, durante la minoría de edad de Fernando IV, animó a
doña María y su influyente esposo a reclamar de nuevo la posesión del Señorío,
dando lugar a lo que se llamó el pleito de Bizkaia.
El enfrentamiento entre
tío y sobrina se resolvió en una Junta General celebrada en 1307 en
Aretxabalaga, Larrabetzu. Allí se acordó reconocer a doña María Díaz de Haro
como Señora de Bizkaia cuando muriese su tío. Don Diego falleció en Algeciras
en 1310 «de dolencia muy grande», según la 'Crónica de Fernando IV'. «Lleváronlo sus vasallos á enterrar á
Castilla á el monesterio de Sant Francisco de Burgos, é luego los de Vizcaya
tomaron por Señora á Doña María Díaz».
Esta repitió la fundación
de Bilbao, como si la primera, la otorgada por su tío en 1300, no hubiese
sucedido. El texto de la segunda carta puebla comienza así: «En el nonbre de Dios et de la
Bienabenturada Virgen Santamaría Su Madre. Sepan quantos este previlejo vieren,
cómo yo Doña María, fija del conde Don Lope, a quien Dios perdone, et mogier
del ynfante don Juan, Señora de Vizcaia, en uno con don Juan, mío fijo, et con
plazer de todos los vizcaínos, fago en Viluao de partes de Vegoña población et
villa qual dizen el Puerto de Viluao». No hay referencia al texto anterior,
cuyos privilegios, sin embargo, reproduce esta carta punto por punto.
Aunque añadió tres nuevos
que resultaron cruciales para Bilbao: libertad de los bilbaínos para comerciar
en toda Bizkaia; la obligación de pasar por la villa a todos los viajeros que
fueran por el camino de Orduña a Bermeo; y la prohibición de comerciar desde
Areta, en Ugao Miraballes, hasta Bilbao, estableciendo así el monopolio
comercial de la villa.
Además de 'refundar'
Bilbao, doña María fundó las villas de Portugalete (1322), Lekeitio (1325) y
Ondarroa (1327). La sucedió brevemente su hijo, Juan de Haro el Tuerto, pero
tuvo que asumir el Señorío de nuevo, ya por última vez, cuando éste fue asesinado
por orden de Alfonso XI. En 1334 propuso a las Juntas Generales que
reconocieran como nueva Señora a su nieta, María Díaz de Haro II, y después se
retiró. Murió el miércoles 3 de noviembre de 1342 en un lugar llamado
Berasaitxaga, según Labayru, antiguo nombre de Larrabetzu.
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